Revista N.º 66
- ESPACIO DEL POETA
REVISTA LITERARIA
DE HABLA HISPANA
Mayo 2016
Vasili
Kandinsky
La quietud
La quietud
se encrespa,
deja de ser el pan nuestro de cada día.
Ya no habita el carapacho
y se muestra;
saca sus brazos,
deja de ser montuna.
Es mucho más que un letargo,
es una luna redonda
crepitante
al ras de la penumbra.
Amanda Reverón-Venezuela
Morada
Luz
ciega
que desciende
En violeta
camina
( Silencio:
el rosa
acompaña)
Acurrucada
es
por el dorado
El azul
suplica
Avanza
-dudoso-
el blanco
Vigente
el verde
la abraza
¿Y el rojo?
( Los miedos
cuchichean)
Y es en los
rayos
donde
se cobija.
Ana Romano-Buenos
Aires-Argentina
Cuantas veces
Cuantas veces
tendré que abrir los ojos
para saber que existo.
Cuantas veces
tendré que cerrar los ojos
para saber que muero.
Cuantas veces
tendré que pensar
en este extraño mundo
de los sueños.
Existo...
muero...
sueño...
así vivo,
bajo la sombra de palabras
que están en esos mundos
Antonio Monzonís Guillén-Valencia-España
Llueve
mi alma sus últimos jirones
Me derrota la vida.
Se adormece la estación de los
encuentros
Sólo pasan las horas sin dejar un
vestigio
un tic tac que divulgue que estoy
viva
que los pájaros encumbran la
esperanza
y que el río resuena como un
tambor de encanto.
Corre fría mi sangre paso a paso
se ha olvidado la luz de mis
senderos
de mi voz
de mis salmos.
Ha encadenado el gris la
primavera
y un llanto y otro llanto llorado
por mil ciclos
ha ahogado los recintos
inexplorados del anhelo.
¡Dios!
¡Ten piedad de mis plazos!
¡Mírame!
No ves que las mañanas son mis
noches
oscuras como bocas expatriadas?
Llueve mi alma sus últimos
jirones
llueve sobre mi cama solitaria
una legión de angustias
y tú sin ver mi oscuro espacio
sacrosanto
dejas que mi ilusión borre la
magia.
Sangra mi corazón acuchillado
sangra el desamor de tanto exceso
un anónimo coro de arcángeles
despide mis memorias
con el último suspiro de mi
hartazgo.
Y tú mi Dios… ¿Dónde has estado?
Beatriz Ojeda-Uruguay
Principios
dolorosos
Sólo me quería
para presumir
de trofeo
que basa vanos éxitos
Exaltaba el ritmo
con verbos incandescentes
que falsean eternos halagos,
por afán de lujuria
Hasta
que
con
un
infarto
de
versos
concisos
cadencia
sinfónica
y
voz
llana
propuse
amor.
Begoña M. Bermejo-Guadalajara-Madrid-España
Se durmió el guerrero
Se durmió el guerrero,
y permitió que sus huestes descansen,
su corazón se adormecerá
en alguna estrella,
de las más altas,
de las más luminosas.
Se durmió el guerrero
ya cantó victoria
ante las adversidades
derrotó infartos y anestesias,
y ahora reposa en el seno infinito
de un Dios piadoso.
Lo imagino en esa pose,
apoyado en las armas que manejaba
con total sabiduría:
el azadón y la tijera de podar,
o tal vez...
leyendo con pasión
algunas novelas entre nubes.
Se durmió el guerrero
el amor de sus cuatro mujeres
(hijas y esposa)
bendecirá su sueño de paz...
mientras el agitará sus alas
para protegerlas por siempre.
Carlos
Alberto Giménez-Ushuaia-Tierra de Fuego-Argentina
...Y ungiré tus
labios de azafrán y mieles...
Tengo un
cofre de verdades
Donde
guardo con celo, melodías
de canto
que musitare a tu oído.
Unos
brazos firmes, con sutiles manos
Para
enmarañar tu pelo de espigas.
La
espera prosigue, el aliento aguarda…
La
farola tenue alumbra tus pasos,
bordeando
la esquina, donde en una noche
mi boca
fue afán, de tu asalto a besos…
Y solo
da cabida entre tu mirada y mis ojos,
media
luna de distancia, media luna de destellos…
En mi cofre
guardo todos los “te quiero”
todas
las esperas…
que nos
prometimos bajo aquel naranjo,
que nos
llovió abriles de mil azahares,
y ungiré
tus labios de azafrán y mieles.
…Y así
en paralelos, se abrirá aquel cofre
volaran
las ansias que invernaban nieblas…
Y en
perpendicular respiro tu boca,
Respiro
tus ojos, que huelen a bruma,
disipas
mis miedos, amor de denuedo.
Pasión
que desgrana en vuelos del tiempo.
...Ven
que aun te espero, en el último
tiple
...Canto
de cigarras!!
Carmen Guzmán C.-Cumana- Venezuela.
Aprendiendo del poder de la palabra.
Digo sueño
y me vuela una esperanza
hacia el tramo corto de la vida.
¿Sabías tu del poder de la palabra?
de cómo se enreda
con el alma
en un germen invisible y silente
así semejan las glicinias
su unión indivisible y silente
así sensible y silente.
¿Sabías de su poder?
de cómo secuestra tu voz la palabra
y se sume
y se consume
y se vierte
(invisible, indivisible, sensible y silente)
en el alma
así la palabra
cuando dice
sueño
y me vuela una esperanza.
Concha González. La Bañeza- España
La costurera
Mi
mejor vestido,
el
que cosías
cuando
el verano protegía la siesta,
lo
recuerdo
moldeado por tus manos
que entregaban
el sosiego blando de la seda.
Tus
manos que enlazaban
cintas
y puntillas,
escotes
legendarios
y
remataban ruedos,
tiernos agitadores.
Cierro
los ojos
y escucho
lo
que me decías:
si
te viera él,
estás
envuelta en su mirada
jazmines
en la blusa.
Dejé
la cala en tu pecho,
esa
tarde de siesta
hilandera
del sol, pintora muda .
Si
miraras atrás, no serías
sal,
sino
orgullosa vigía.
Necesito
ahora ese vestido,
la
tarde ardiente
y
tus manos sublimes
para
velar mi lámpara
para
coser
mis
heridas,
silenciosa.
Diana Bravi- Rosario-Argentina
Madre
(del
libro "Pertenencia")
Miro mi vida hacia
atrás y siento que estoy en el lugar correcto.
Puedo rebobinar mis
recuerdos y crisalidar las distancias en un abrir y cerrar de ojos o con solo
mirar las bellas fotos que conservan el sabor del tiempo irrecuperable. Las
fotos fijan el instante de nuestra dicha; pasado el tiempo las miramos con
nostalgia como si pudieran revelarnos un secreto que nos ayude a sobrellevar lo
que falta del viaje. Veo eso en la mirada de mis padres cada vez que
desarchivamos fotos viejas; sobre todo en la de mi madre.
Mi madre fue siempre
una mujer dueña de sí misma, dueña de la convicción de que nada le estaba vedado
si en verdad lo deseaba. Pero también hospedó deseos, penas y desconsuelos que
sólo ahora reconozco, cuando ya es demasiado tarde para compartirlos. Miro sus
fotos de antaño y la imagino sensual, los labios siempre pintados de rojo y el
cabello recogido en la nuca a veces, y otras suelto y enmarañado como el mío.
Ahora se ha
transformado en una persona melancólica y distante, como si sintiera pena de
que todo lo que antes era ella ha dejado de existir. Como si reconociera que
las cosas cambiaron para siempre o, quizá, exactamente lo contrario, que nunca
van a cambiar. Sintiéndose, tal vez, en los albores de un otoño incierto, con
las nostalgias irreparables de los años vividos y la premonición nostálgica de
los pocos años que quedan por vivir. Sólo ella lo sabe. Desde que perdió la
audición ha disminuido su capacidad de vibrar con las experiencias de la vida.
Se agudizó el contraste entre los niveles de intensidad con los que antes
sentía la música, el aire, la risa, la gente.
Mi madre es hoy una
observadora temible y despiadada; resulta difícil pasar por el tamiz de su
crítica. Pero ninguno de sus hijos olvidará jamás que fue padre y madre durante
los años más complejos y compañera invaluable del marido ausente por trabajo.
Su cara se sigue iluminando cuando ve a sus hijos y a sus nietos. Y ese es el
rostro feliz que yo recordaré. Una vida lograda se mide por los momentos
felices.
De ella aprendí a no
mostrar bondad a la fuerza todo el tiempo; a ser más auténtica y espontánea
aunque a algunos les moleste; a permitirme ser yo misma, positiva o negativa,
sin miedo de presentarme como en realidad soy y sin necesidad de ser aceptada.
Hay veces en que no necesito estar cerca del hombre que amo, o de mis hijos. La
sensación de seguridad se encuentra dentro de mí.
Egle E. Frattoni Romano- Rosario-Santa
Fe- Argentina.
Tú y Beethoven, a media noche
Es medianoche
y Beethoven toca el piano
mientras miro tus fotos
y leo tus cartas.
Es allí cuando me doy cuenta
de que faltas.
Que no están tus manos
junto a las mías.
En la noche
late mi corazón en vano.
No has vuelto aún. No volverás,
como lo solías hacer, de la calle,
con tu voz sonora,
como estas graves y delicadas notas
que toca Beethoven
en el piano.
Tanto vacío, tanta ausencia…
Y Beethoven sigue tocando
aunque tú hayas callado.
Mi dolor es fuerte
porque entre el recuerdo y el
olvido
todo se ha detenido
mientras que el mundo sigue
avanzando.
Bien conozco ahora que la muerte es
ajena,
que esta muerte es sólo mía.
Bien conozco ahora esta música que
oigo:
breve y pálido reflejo
de
tu canto.
Ezequiel feito-Buenos Aires- Argentina
Silencio
Ensordeció tu voz en el silencio
oír la reseña de tu vida
era como antes que la esperanza
fuera lenta
su llegar tan tarde
desafinaba con el tiempo
devuelve te dijeron
no calles
hay un suavísimo perfume en tu
seno
te contemplaste y el espejo
solo devolvió silencio
Gonzalo Suárez-
Poética
¿
Acaso callar será solo silencio ?
¿Y
hablar será el silencio que habita en la palabra ?
¿
Quien abrirá la última puerta ?
¿
La puerta que está detrás todas de las palabras y las puertas ?
¿ Será el silencio al fin ?
¿O está en nosotros la viva voz callada ?
¿Esa que nos encuentra o la encontramos ?,
Cuando todo nos deja,
cuando no queda nada.
La vida entera,
se busca y se oculta en el vocablo.
Héctor Berenguer-Rosario-Argentina
Llanto
en la penumbra
Lloro
en penumbra el dolor
escucho
el estruendo de las bombas,
el
derrumbe de las casas,
el
llanto amargo de la madre
que
tiene al hijo muerto entre sus manos.
Ya no
huele a jazmín,
ni a
madreselva tampoco,
solo se
nota el fétido olor
de
sangre caída en la calle
de
polvo dejado entre piedras.
Un año
y otro, un sitio y otro
¿hasta
cuándo?
Volverán
a renacer las flores,
los
nardos y las azucenas.
Cuando
no sirvan para adornar las tumbas.
Cuando
no se escuchen el retumbar de las bombas
de
nuevo renacerán para
dejar
su aroma en un hermoso jardín
dónde
corran, jueguen
los
niños libres de cualquier país.
Higorca Gómez-Barcelona-España
Sentires míos
Me
cansé de esperarte,
de
imaginarte conmigo,
me
acobardó la arrogancia,
pretérita
del destino,
ya
no estás en mis sueños,
ya
no eres bienvenido,
quédate
en tú desdén,
de
mi vida, te arrancó el olvido.
Me
cansé de esperarte...
vuélvete cómo has venido.
Jorge Amado Serrano-Suardi-Santa
Fe-Argentina
El coleccionista
de sonrisas
Mulsas
nubes de algodón degusté en aquel carrito de golosinas, frente al cine, cuando
iba en busca de las sonrisas que faltaban en mi álbum y es que yo, por aquellos
años, coleccionaba sonrisas. Entre las múltiples golosinas yo elegía, casi
siempre, a las esponjosas nubes de algodón cuando no elegía aquellas otras que
tenían forma de conos, de color rojo, cubierto de una galleta que tenía sabor a
la hostia, sin consagrar, que el cura repartía entre los niños que acudían a la
parroquia. Las sacaba de un bote, metálico y de color plateado, y a los amigos,
con la alegría de degustar aquellas formas redondeadas, se les iluminaba la
cara con las sonrisas. Fue en aquel momento cuando comencé a coleccionar
sonrisas. Entre aquellas otras golosinas, que se podían ver en el carrito, que
aunque pequeño tenía de todo, me llamaba muchísimo la atención el pirulí y
también me fijaba, con inmensa curiosidad, en unos sobres sorpresa que
contenían soldaditos y otros juguetitos que saciaban, momentáneamente mi
curiosidad y me iluminaban la cara. Yo recuerdo que crecía entre sonrisas,
salvo excepciones, que también las hubo, pero hoy no se trata de hablar de
penas, de lágrimas, de privaciones y sí de sonrisas, de una colección de
sonrisas.
En
realidad era un empedernido coleccionista de cromos o, mejor dicho, era
coleccionista en el más amplio sentido de la palabra, y aún hoy, he de confesar
que sigo siéndolo. Mi papá era otro coleccionista, y sigue siéndolo porque creo
que los coleccionistas lo son de por vida. Él se entretenía en recortar,
recuerdo aquellos cromos dobles de fauna y flora, y en pegarlos en el álbum con
un esmero que le es muy propio, es realmente meticuloso. Pero hoy quería
centrarme en mis colecciones de sonrisas, ese coleccionismo paralelo que sólo
en mi imaginación existía, aunque hubo momentos en que confundí la realidad con
la fantasía y fue entonces cuando aprendí a volar, aunque ya de eso he hablado
en otras ocasiones.
¡Cuántos
cromos, al abrir aquel sobre que los contenía, salían repetidos una y otra vez!
Los repetidos los usábamos para jugar a las estampas pues así denominábamos en
aquel entonces a los cromos. Se trataba de virarlas al derecho. Se les
colocaba, en un montón, al revés y con una palmada sobre ellas intentábamos
virarlas y hacernos con ellas. ¡Era apasionante! ¡Cuántos buenos momentos
jugando a las estampas sentado sobre el frío suelo! El que salía ganador era
lógico que también mostrara, con inmenso orgullo, la sonrisa del que mayor
número de estampas había conseguido ganar a los rivales, aunque, eso sí, muy
amigos. Los perdedores en aquel enfrentamiento, siempre de concordia,
experimentaban el vuelo de la sonrisa hacía las zonas de umbría, al ver que el
número de estampas se reducía.
Bueno, es hora de volver al coleccionista de sonrisas,
a ese que coleccionaba en sueños y visitaba a las nubes, perdiéndose en ellas,
buscando sonrisas que le faltaban para completar una colección que nunca
finalizaba: sonrisas de mamá, de tía Lola, de hermanitos, de amigas y amigos,
de actrices y actores y las más difíciles de conseguir eran las de los hombres
que me ayudaron a crecer, les costaba sonreír, no sé si era por el momento en
que les tocó vivir, la guerra civil o la posguerra que también fue muy dura,
pero siempre lograba atrapar algunas de aquellas difíciles sonrisas: papá, tío
Francisco, abuelos Manuel y Juan e incorporarlas, como joyas, a mi colección.
Lo cierto es que siempre quedaban algunos espacios sin cubrir y me las
ingeniaba para conseguir sonrisas joker, o comodín, que son las que más se
buscaban y esas las conseguía cuando veía sonreír a un ser que otrora vi
apenado; a un anciano o anciana; a un mendigo; a Pepe el Negro, todo un
personaje en mi barrio; a una madre que sólo sabía trabajar y trabajar, de sol
a sombra…esas eran las más difíciles de añadir a mi colección de sonrisas. A
veces me preguntaba, y me sigo preguntando, si habría otros coleccionistas de
sonrisas. En el fondo creo, estoy convencido de ello, que sí aunque era algo
que yo guardaba, y los otros coleccionistas de sonrisas me imagino que también,
como un tesoro, oculto en un lugar que llamaba Estampilandia, que sólo
compartía con mi fiel sombra. ¡Ah! Y también la compartía con mi perro Toby, un
gran tipo y muy fiel, inmensamente fiel.
Juan
francisco Santana Domínguez-Araucas- Canarias- España
Espejismos.
(de “Espejismos en la pampa”)
Húmedo en mi cara el viento salobre
susurra lejanas voces
remotos espejismos en mi oído
No sé qué hace el canto de un gallo
en esta mortandad
en este salitre que carcome
Será que escapó de mi infancia
o que ahora yo anido en páramos
irreales
Quizás ambos sólo seamos
sueños sobrepuestos
dibujos
sobre sal
Juany Rojas Castro-Santiago-Chile
invisible
La sangre es vacío
cuando no circula historia.
No tiene caso expiar culpas
a veinte lunas y un insomnio
de vergüenza, si la muerte
emite saludos con balas y platillos
y se nutre devorando igualdades.
Uno tiene un país y posiciones,
de pronto amanece el color
más conveniente, con ojos
de rapiña amarrados a la espalda
y la violencia crece absurda
con antifaz de justicia
otorgando derroche al egoísmo.
Eso dije a Juan antes de aquel viaje
del cual pocos regresan. Desde
entonces,
solo están los de entonces, menos
Juan.
Sus ojos no guiarán más protestas
ni verán que la paloma cruza el cielo
y despluma bocas políticas
e incendia tumbas.
Juan era invisible.
No los ven, pero existen.
No se escuchan, pero existen.
Hablan, pero no tienen voz,
mucho menos voto
a no ser de conveniencia
y existen.
Regeneran
bajo el paradigma de trabajarás,
comprarás, usarás, vestirás y
anhelarás
pero jamás tendrás
¡Serás invisible!
Sin presente, sin pasado
y quizá sin futuro…
¡Existirás!
Justo
Aldú-Panamá
¿Hasta cuando?
Caminas de cara al sol,
arrastrando voces del ayer,
mientras soy el agua para tu sed,
soy tu luz y tu sombra,
soy tu ángel ,
y tu demonio.
Vas siguiendo los pasos de un
hada,
mientras te guardo junto a mi.
Frente a tus ojos utopías,
frente a mis ojos tú.
callado,
librando tus miedos, me haces
escudo en tus batallas,
avanzas...
No me sueltes !! ( gritas )
No puedo ( susurro )
Y somos dos extraños
que se juntan
encantados el uno frente al otro.
Irreales algunas veces,
locos,
imperfectos...
Frente a tus ojos utopías,
frente a mis ojos tú.
Hasta cuando .. ? ( pregunto ..)
.....................................
HASTA CUANDO ...?
Mabel Quijano-
Eran pobres
Tenía ocho años y murió de susto,
dicen. Murió antes de la quema del tifus, cuando muebles y enseres ardieron en
la huerta y los niños fueron secuestrados en el Lazareto.
Desde que la encontraron acurrucada
bajo el paredón de las charcas dormía sobre el cuerpo de la madre porque se le
paraba el corazón cuando dejaba de sentir el suyo. Se estiraba sobre ella,
aferrada a su cintura con la orejita pegada al pecho materno, aspirando cada
poro el aliento de la mujer. Y sólo a su calor, ahuyentando horrores, se
entregaba a un sueño pobre, sobresaltado.
Nada habría ocurrido si ese día
amargo no se hubiese separado de la fila de hermanos para acudir a la llamada
del croar de las charcas. Quiso verlas de cerca, hinchadas y lustrosas,
deslizándose sobre las rocas lisas hasta caer como piedras rompiendo el espejo
del agua; saltando y chapoteando en el fango como grandes pulgas acuáticas. Y
fue allí, al pie del paredón donde la encontraron, ora sollozando, ora
gritando, entre estertores, desnuda y con los ojos como pequeñas ranitas de San
Antonio a punto de estallar. Ya le habían roto el corazón y mientras la
devolvían al vientre materno para morir de susto, el viejo sapo babeante
que vigilaba las charcas engullía su almuerzo.
María Gutiérrez -El
Rosario-Canarias-España
Camino
despacio
Camino despacio
mis plantas seducen el desespero
de granulosos labios
_
Siento en mis pies
roce de piedrecillas
engastadas de mares
Hago hormas y cautivo
las aguas en diminutos
lagos de huellas
Siento la desnudez
en tu suspiro impúdico
codiciando el brillo de mi cuerpo
Desato mis cabellos
en la brisa que péndula
soflamas en la sal del deseo
Invito a tus rizos oceánicos
a que inunden mis sentidos
y descifren las sendas andadas
y voy cantando en tu boca
el paso íntimo
de mi voluntad de pantera
Mary Ramos-Barquisimeto-Colombia.
Poema.
Cae
un criptograma
sobre la huella
de Lisa
que genera
el esbozo
de una lágrima.
El tronco
de amapola
conserva
digna rojez,
mientras presencia
un proyecto
de lágrima.
Llora
la emoción
a la luz
de una tibia vela
y la oscuridad
se apodera
del espacio.
Rebosa
el cáliz
con una negra
lágrima.
Mavel-Zaves-Vicar-Almería-España
Río San Pedro
La noche Casi ni noche es
frente a la inmensidad de este río,
ya, tan anclado en mis sentidos.
La mar se cuela en su seno,
lo agranda, lo torna inmenso.
Lo preña con sus corrientes
el Atlántico bravío.
Se encienden, en los adentros,
mis entrañas si lo miro,
es tan hermano del Piedras
que me duele de tan mío.
Sequero, Punta Del Pozo…
Marismas de los Toruños,
Lo miro, y se que me miro
caminando por el fango
con la inocencia de un niño,
siento el deseo imparable
de empacharme de su arena,
de perderme entre sus pinos.
Recorro su orilla amada,
Y suena, fuera del tiempo,
rescatada del olvido,
la voz de mi madre Juana
sofocada y dando gritos:
“¿dónde andará, como siempre
este demonio de crío?
¡que me se mete en los caños!,
¡que se me atolla en el fango!
¡ya se fue pa la ribera
este maldito chiquillo!
¡que me va a quitá la vida!
¡que disgusto opaito mío!.
Y sigo, la mar …detrás
hacia la esencia primaria,
fuente de fe y de crianza,
origen casi absoluto
de sentir como yo siento,
de vivir como yo vivo.
Paco
José González-Sevilla España
Dicen que
el amor
Dicen que el amor “todo lo
puede”
y he vivido convencida,
de apostar por la distancia
que me persigue cruel y disfrazada…
a veces de viento con
aromas de nostalgias…
y otras más elocuente,
convirtiéndose en lagrimas…
...por eso he decidido
hacerme amiga de los relojes…
sin números convencionales…
solo lleva esa resta
consecutiva de regreso…
o la ilusión de verte
pasear en mi pradera…
tangible y verde…
Yo acá…
Vos allá…
…entonces por qué no mirar
la vida desde el lado del deseo?
desde la dimensión exacta
de esta nueva vida?
de suspiros…
cuando tengo que terminar
con una charla…
que se pierde en el hilo
sutil del teléfono...
En las pócimas de mis
calderos cotidianos…
entre las hojas del laurel
y el romero…
descubrí un caldo mágico…
para extrañarte menos…
pero…
ya no quiero respuestas de
puntos suspensivos…
sé que debo continuar
con el hábito…
con esta idea…
con la costumbre…
de balancearme hasta que
caigan las flores del vestido
y decirte…
no me olvides ¡!!
Porque…
ya estoy habituada...
acostumbrada…
...y me invento una idea
cuando quiero
encaramarme de nuevo en tus
caricias…
de arena y playa…
solo tengo que llamar al
sueño…
y con el pelo suelto…
y vestida con la
transparencia de mi alma
...hago de este amor…
la historia interminable…
En mi cama tengo tu pañuelo
cosido a mi almohada
en un canasto…que vestí de
nidos…
la colección de alas…
y entre una revista, que
dice:
“Decoración de Casas”…
están todas tus cartas…
Porque quiero amarte
sin presagios…
sin ser lógica…como aspiro
….así, al revés de
todo……..aún te amo.
Pilar Ferrer –Ushuaia-Tierra de
Fuego-Argentina
Errante en mi cárcel de asfalto
Errante
en su cárcel de asfalto
vive renacer la vida
con
calores que perlan su frente.
Sonidos
calidos surcan el espacio
llevando dulces vivencias
de
pasadas primaveras.
Recuerdos
llenos de ti, de ellos,
de
ambos….
recuerdos
pasados, perdidos…
momentos
a veces ignorados
en
la vorágine del tiempo
y
que ahora llegan plenos.
Suspiros
de un presente cansado.
Dilema
de un momento,
de
una vida…
vivir
el renacer ardiente
en
un corazón de otoño…
o
luchar por el presente.
Rafael Serrano Ruiz –Madrid-España
Amor y poesía: eres tú.
Es ver tus
ojos de mirar profundo,
son tus
palabras al rozar mi oído,
es sentirte
quitándote el vestido,
es habitar tu
cuerpo vagabundo.
No puedo
imaginar en este mundo,
mayor placer,
mi amor, que aquel vivido
las pocas
noches nuestras que he podido
gozar tu
eternidad en un segundo.
Contemplar tu
figura es adorarte,
acariciar tu
piel enloquecer,
y sentirme en
la gloria es el besarte.
Hoy he tenido
un sueño y no dormía,
compartía tu
vida y tu querer,
uniendo, en
ti, amor y poesía.
Ricardo Fernández Estebab-Barcelona- España
Amaneciendo
La luz es
un libro de salmos
que abre
sus páginas
invocando
el nuevo día
Abre y
toca la desnudez
de las
sombras y objetos
que
despiertan sin memoria.
La luz
que en su cantar devora
las cosas
hace apenas dormidas:
un
guante, un sarape, una promesa…
un vacío
de sombras
que ha
enterrado el olvido.
Bajo los
pasos de la aurora
Que le
quita vendas a mi herida
todo
es fiesta.
Por los
almácigos
por las semillas
en las
paredes
por la
cocina
En las
promesas del nuevo día.
El sol es
una naranja
que se
abre en gajos de vida
esa vida
con sabor a esperanza
que
agridulce danza en la pupila.
Por la
tarde la tierra de luz se moja
Y cede el
paso a una niña
llena
de travesuras y risas
que al
correr las repartía.
La luz se
fue haciendo madura
su voz
con cárdeno acento
se colgó
de aquella nube
y
perdurando en la ternura
me
prometió volver mañana
con su
risa de alborada
con sus
salmos y alabanzas
con su
atril de sinfonías.
Roberto Xuchiti Pérez-“Poeta Índigo” Puebla- México
Sensaciones
Los noctámbulos acomodan el chambergo,
y sus negras sombras,
se deslizan bajo la lluvia,
como si flotaran,
bajo tenue halo de luz,
que se disputa el espacio por iluminar.-
Sus pasos no parecen pasos,
y sus sombras solo espectros,
más aun así,
entre tú y yo,
los poemas fluyen intensos,
en la magia del abrazo,
y de los besos profundos y dulces,
tú te apretujas contra mi pecho,
y nos hacemos uno,
en esa sublime sensación de amar,
sin importar ni duendes ni sombras.-
La lluvia se hace intensa,
las gotas, el suelo golpean,
dejando cristales rotos,
que el tiempo cubrirá,
con el manto de silencio,
más tú suspiras,
dejas aliento agitado en mi rostro,
y los versos estallan,
más allá del silencio,
en un beso intenso y delicado.-
Víctor Kartsch-Paraguay
Quisiera creer…
Quisiera
no creer… ¡Pero no puedo!
Hay
algo en mi interior que vivo y siento,
necesidad
de Amor y el sentimiento
de
esta armonía y paz a que no accedo…
Un
devenir regido por el credo
de
solo la bondad como sustento,
sin
dolor, ni maldad, sin sufrimiento,
en
que en su infinitud no quepa el miedo.
Anhelo
de obtener conocimiento
de
aquello que transcienda tanto enredo
y
cambie en esperanza mi lamento,
pues
mi falta de Fe solo es remedo
entre
el Todo o la Nada e igual me miento…
Quisiera
no creer… ¡Pero no puedo!
¡Oh
Dios, aunque te ignore te deseo!
Porque
no puedo más y creer quiero
y
aún que no crea en ti creer aún puedo…
Necesito
creer… Y ¡tengo miedo!
Xavier Coderch
Vives-Barcelona-España
Lista de autores Mayo
Autor
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número
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titulo
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Amanda
Reverón
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66-1
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La quietud
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Ana
Romano
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66-2
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Morada
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Antonio
Monzonís
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66-3
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Cuantas veces
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Beatriz
Ojeda
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66-4
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Llueve mi alma sus últimos jirones
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Begoña
Bermejo
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66-5
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Principios
dolorosos
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Carlos
Alberto Giménez
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66-6
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Se
durmió el guerrero
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Carmen
Guzmán Cedeño
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66-7
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Y
untare tus brazos de azafrán
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Concha
González
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66-8
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Aprendiendo del poder de las palabras
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Diana
Bravi
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66-9
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La
costurera
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Egle
Frattoni Romano
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66-10
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Madre
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Ezequiel
Feito
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66-11
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Tu y Beethoven a media noche
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Gonzalo
Suárez
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66-12
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Silencio
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Héctor
Berenguer
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66-13
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A caso callar
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Higorca
Gómez
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66-14
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Llanto
en la penumbra
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Jorge
Amado Serrano
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66-15
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Sentires
míos
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Juan
F. Santana Domínguez
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66-16
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El
coleccionista de sonrisas
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Juany
Rojas Castro
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66-17
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Espejismos
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Justo
Aldú
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66-18
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Invisible
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Mabel
Quijano
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66-19
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Hasta
cuando
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María
Gutiérrez
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66-20
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Eran
pobres
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Mary
Ramos
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66-21
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Camino
despacio
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Mavel
Zaves
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66-22
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Poema
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Paco
José González
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66-23
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Río
San Pedro
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Pilar
Ferrer
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66-24
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Dicen
que el amor
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Rafael
Serrano
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66-25
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Errante
en mi cárcel de asfalto
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Ricardo
Fernández Esteban
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66-26
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Amor
y poesía eres tu
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Roberto
Xuchiti Pérez
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66-27
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Amaneciendo
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Víctor
Kartsch
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66-28
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Sensaciones
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Xavier
Coderch Vives
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66-29
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Quisiera
creer
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