Revista Nº 96 -Espacio del Poeta
REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA
Diciembre 2018
David Alfaro Sequeiros
Bordes
Ampollas en el antifaz
¿y en los bolsillos?
Menguantes lunas
estrangulan la baranda
Antenas en los pijamas
y en las zapatillas
Pies descalzos sacrifican
el galope de los ángeles
El pastillero sincroniza
las migajas y en los pliegues
de la cara fragmentos
Es estrangulada o estrangula
la baranda.
Ana Romano-Argentina
El cajón
Abrió el cajón del pan para esconderse en ese local de almacén justo que ese día que estaba cerrado. Los otros niños se ocultaron cada cual en un lugar escogido al azar. Pero al entrar al cajón del pan pensando que todo era fácil como los lugares de los demás niños, vivió una odisea terrible debido a que en el cajón había unas historias de fantasmas que devoraban no solo el pan que estaba en una canasta sino que devoraban niños que cayeran allí.
Además de esos fantasmas encontró unos duendes que le condujeron a un túnel que le transportó a un pasadizo que llevaba a otro lugar como un bosque inmenso con árboles gigantescos, víboras, serpientes y otros animales, lleno de monstruos jamás imaginados para tan poca edad.
Había elefantes con cuernos que les caía una baba grande y espesa que todo lo que tuviera a su paso lo mojaba pegándolo como ahorcando a sus presas, leones gigantes rugientes de cuatro pares de patas y con dos alas que con tan solo moverlas golpeaba a su presa.
Y de pronto como en un abrir y cerrar de ojos entre monstruos que iban apareciendo que emitían llamaradas y otros lanzando flechas de hierro con puntas de vidrio. Unos en peleas devoraban a otros más ingenuos y débiles. Casi cayendo en la boca gigante del monstruo de las tiniebla, apareció alguien que abrió la caja del pan porque eran tantos los gritos emitidos por ella que ubicaron el sitio donde se encontraba. Realmente una pesadilla que jamás olvidará de esos monstruos que nunca hubiera visto de no haber caído en ese lugar de escondite.
Ana María MANUEL ROSA
De San Rafael, Mendoza (Argentina)
¿Eruditos o falsos poetas?
Eruditos o falsos poetas?
Que no tiene estructuras
mi poesía.
Ni lleva besos diseñados.
No la lleno de símbolos
qué nunca dicen nada.
La dejo volar
al compás de mí alma.
No la lleno de símbolos
qué nunca dicen nada.
La dejo volar
al compás de mí alma.
Qué mis versos vuelan
libres,
aunque muchos eruditos
le quieran lavar
la cara.
Y le pongan a mis letras
un traje sofisticado,
de colores sin palabras.
Corregidores endiosados,
lo ajeno es su bocado.
Se alimentan
de los mares que van
moviendo otras manos.
Ídolos que sin serlo
se suben a los altares.
Mi poesía
no es una clase magistral
de lengua.
Ni imitó a Neruda o Buesa.
Le ruego
profesor de reglas
no me leas.
Soy una mariposa
qué escribe sobre las rosas,
respirando amor
o dejando caer
una lágrima
mientras vuela.
Porqué cuando escribo
mi corazón me lleva
a ponerle a mí silencio
estrellas.
Abstengase licenciado
de corregir mis poemas,
no busco su complacencia,
me es indiferente
su retórica y su métrica.
Ana Ocaña-España
En lo apacible de la sed
En lo apacible de la sed
donde la roca magna exhuma el pecho,
la hegemonía de la voz
acerca el paso a la indolencia rota,
y donde ha de cegar la claridad exhausta
esta ausente primavera negra,
de nieve herida en lágrimas,
de toses aguerridas,
en cada rostro su estela cuajada,
en cada vidrio la ilusoria mente,
que importa si hablamos de poemas,
de eneros tristes
y valijas mal guardadas,
hay que resistir los mismos viajes,
ir y volver sobre el fuego,
el verso es viento
y la palabra lluvia.
esta ausente primavera negra,
de nieve herida en lágrimas,
de toses aguerridas,
en cada rostro su estela cuajada,
en cada vidrio la ilusoria mente,
que importa si hablamos de poemas,
de eneros tristes
y valijas mal guardadas,
hay que resistir los mismos viajes,
ir y volver sobre el fuego,
el verso es viento
y la palabra lluvia.
Andrés Lazcano García-Argentina
Noche de Noviembre
¿De dónde viene el nubarrón
con sus sacos negros de llanto?"
(Pablo Neruda)
(Pablo Neruda)
Noche de Noviembre
Que feo silencio se oye afuera.
La húmeda oscurana huele a miedo.
Ronda el aire olor a cárcel.
Llora el jardín la noche triste.
La nada de la bulla crece.
La angustia con temor palpita.
El terror de la maldad se palpa.
El dolor de la crueldad se intuye
Piar de pájaros ausente
Sigilo de sapos que intimida.
Oscura lentitud del viento que estremece
Todo calla, nada suena, el terror camina.
Negrura de cielo conmovida.
Alma de miedo estremecida.
Marchitado azul que duele.
Gris pesadumbre el corazón resiste.
¡Ay! Triste noche de noviembre.
Siente el alma mucha pena.
No hay aromas de rosas y azucenas.
Gracias a Dios ¡no es noche eterna!
Aura Violeta Aldana Saraccini- Guatemala
Otoño
La tierra es un rehén en manos de las estaciones.
Leo la tierra y leo el aire.
Y la caligrafía de las estrellas.
Y la caligrafía de las estrellas.
He borrado la distancia estéril con las otras estaciones
y las volteretas de hojas azules y grises.
Largo fue el verano!
Que ponga su sombra a los árboles , a las paredes y a los relojes de sol también .
Y que suelte los vientos por los valles.
¿ Por qué echar de menos un sol eterno
si nos hemos comprometido
con la claridad divina ?
Los rayos de luz
se van quedando cautivos
con la preñez del silencio.
Deambulando por las calles
donde se voltean
las hojas de la melancolía .
Preparando para la siembra
las semillas del silencio eterno.
Caen las hojas marchitas.
Todos caemos aunque con
ademán de negación
a un sueño impuesto.
La mañana está calma.
Sin rumores.
Como para ofrecerse
a un dolor más tranquilo.
El alma en el aire anchuroso.
Perezosa se torna la tarde.
Sus deseos están en disyuntiva:
Sumergirse en la magia perenne de la noche.
Retroceder y ser luz de nuevo.
Los ecos de algunos cantos
rompen el silencio
con un funeral de plumas y arrastrando una rama de estrellas.
Pero va caminando hacia el día .
La tierra se queda agazapada,
en letargo.
Mezcla de morir y nacer
a mordiscos desgarrados.
Hay una pesadilla tibia que
deja algún secreto
en el abismo.
Y los jazmines negros
se evaporan .
La sementera
empapada de nostalgia
ha tratado de inventar
nuevas flores.
Las rosas por dentro,
pétalo contra pétalo
descansan.
Los pájaros conversan al viento,
y éste se da cuenta de
por qué
estoy vinculada a lo eterno...
Ahora,
más taciturna
la nube de las lágrimas
vuela arrastrada por alondras
que cantan un Aria
con los sollozos más hondos
del violín del Otoño.
Tiembla el olmo.
Se estremece el sauce.
El horizonte bordea los setos
Y se evade.
Carmela Linares.-España
Déjame explorarte
Déjame explorarte hasta tus cimientos,
Tal como hiedra trepar tus ramajes
Sorber el mana salobre de tu pecho.
Navegarte en ese mar tempestuoso
que derriba barcos,
que inunda faros.
…Pero también es el puerto
más seguro para enfilar mi proa
y fondearse en su orilla ave.
Con sigilo de gacela caminar
hasta tu carne viva,
hasta tus poros mansos…
Ser el reflejo en el espejo de tus ojos.
¡Tuya, mío, mío, suya!
Con la punta de mis dedos
Recorrerte a ciegas, trazando
Surcos hasta alcanzar la gloria.
Deslizarme entre senderos
de luna para cobijarme en
en tu costado en penumbras
y tu flama en esta aurora
sea la taza de café,
que me calienta el cuerpo,
que me arome el alma…
…Y en el espejo de tus ojos
fiel reflejo por siempre
¡Tuya, mío, mío suya!
Carmen Guzman Cedeño-Venezuela
La mujer-esfera
La mujer-esfera no se enreda entre el vello
de ningún varón; recorre su espalda,
acaricia su piel, bordea sus labios,
juega con sus manos
y cada mañana no busca en sus dedos el impulso.
La mujer-esfera se peina como el erizo,
se viste como el fruto del castaño,
se siente libre y comienza a rodar.
Tropieza con las patas de los sillones,
se atranca en la alfombra
y sale al circuito.
Juega con el perro en el jardín,
esquiva los árboles
y huye del picoteo de los pájaros
para rodar calle arriba.
La mujer-esfera no lleva tacones
ni camina erguida;
marca el cielo con los pies,
pega los ojos al asfalto,
suelta el lastre, quita el freno y rueda.
Chelo de la Torre -España
Balada nocturna
Mi mirar, en tarde traspuesta,
el astro sol me quiere decir:
que la noche viene dispuesta
para en tus brazos morir.
para en tus brazos morir.
Tu cuerpo es.. todo brasa
y no existe mejor castigo
que la hoguera que me abrasa
cuando en tu cuerpo me abrigo.
Tus ojos forjaron la llave
que abren a mis dos retinas,
abierto tu mirar al enclave
donde a los míos fascinas.
Delirio que me estremece
cuando mi boca es besada
y mi carne tiembla y fenece
entre tu llama inflamada.
Dame todo lo que encierra
la fortaleza de tu sentir
que yo te brindo la guerra
donde puedas combatir.
Mueran todos los ocasos
con mil soles en reyerta
que mientras tenga tus brazos
estoy por tu sol cubierta.
De tu noche, es mi mañana,
y de tu beso, mi desayunar,
cuando me lo das con gana...
vuelve la noche a empezar.
Clotilde Roman-España
Yo quería escribir un poema
Mi poema esta noche sedujo al frío
en la misma sombra del fuego.
Las yemas no respondían,
el verso era imagen secuestrada
en la frente de una poeta esquiva de abrigo.
Regresé volví a escribir con la musa
adormilada en el jadeo del respiro.
Me esperaba la calidez de blancas paredes,
pequeña estancia cobijo perfilado
en el brillo de un tesoro cincelado
en el beso de tu boca,
labios ya templados, dulces.
el verso era imagen secuestrada
en la frente de una poeta esquiva de abrigo.
Regresé volví a escribir con la musa
adormilada en el jadeo del respiro.
Me esperaba la calidez de blancas paredes,
pequeña estancia cobijo perfilado
en el brillo de un tesoro cincelado
en el beso de tu boca,
labios ya templados, dulces.
Consuelo Jimenez-España
Una carta
Si hiciera un rito
de la escritura
en el último bar de un corazón
en el rincón más hondo del asfalto
Una carta
puede envolverte
atraparte dentro
hacerse necesaria, imprescindible
Bajo tu almohada
entre las hojas de tu agenda
como un reloj
Camino hacia el correo
repaso precisa, nombre , dirección
Y desplegada en trazos
hecha un ovillo
voy
Diana Luz Bravi-Argentina
Cuando crezcas hijo,
Cuando crezcas hijo,
cuando ya no seas
este pedacito
pequeñito mio,
tan solo te pido
que lleves contigo,
lo que yo y tu padre
te hemos ofrecido,
lo mejor de cada uno
de nosotros mismos
Cuando crezcas hijo,
y veas que la vida
es un largo y a veces
difícil camino,
que sean tus pasos
seguros, medidos,
que el vivir a prisa
es tiempo perdido.
No busques lo fácil,
él es el camino
de algo muy feo
que llaman delito.
Cuando crezcas hijo,
cuando hayas vivido
del gozo y la pena
tu hayas sabido,
no te sientas solo,
ni estés confundido.
Porque aquí estaremos
esperando Hijo
María Cristina Cordido-Argentina
Mi delirio, mi contento
La leve catadura en los bordes
del sol de otoño.
La ruin mirada
con que la noche asoma.
O las palabras cosidas
al oído que se aleja, se aleja.
Es lo invisible quien rige
el sutil gobierno de las cosas,
el pulso acelerado del silencio,
el ladrón que huye dejando
olvidado el botín en los sueños
que cada noche pueblan
mi ansiedad, mi delirio, mi contento.
con que la noche asoma.
O las palabras cosidas
al oído que se aleja, se aleja.
Es lo invisible quien rige
el sutil gobierno de las cosas,
el pulso acelerado del silencio,
el ladrón que huye dejando
olvidado el botín en los sueños
que cada noche pueblan
mi ansiedad, mi delirio, mi contento.
Esteban Cabrejas Martín-España
El otro
Pupilas voraces
El otro
es el yo
que lejos de mí
afloja su mano
en el momento
de la gracia.
La gloria está lejos
llena de imposibles
Etherline Mikëska-Argentina
Justicia Santa… ni el mar ya calla…
Un tropel de palabras
revolotean al alba,
las nubes rasgan
el silencio de la mañana
y los pájaros trinan
sobre un cielo de lágrimas.
Y la mar cobija las almas
como una madre santa,
los hombres y mujeres
se unen en clara plegaria.
Ya nadie olvida, ni calla,
un monumento de manos
cerradas pero en alto
lanzan una proclama,
ganarán la dura batalla,
que contra el silencio
y la injusticia ya libran
los justos de mi patria...
Ya ni las mujeres
ni los hombres callan,
tampoco el mar calla,
ruge y grita por justicia SANTA…
el silencio de la mañana
y los pájaros trinan
sobre un cielo de lágrimas.
Y la mar cobija las almas
como una madre santa,
los hombres y mujeres
se unen en clara plegaria.
Ya nadie olvida, ni calla,
un monumento de manos
cerradas pero en alto
lanzan una proclama,
ganarán la dura batalla,
que contra el silencio
y la injusticia ya libran
los justos de mi patria...
Ya ni las mujeres
ni los hombres callan,
tampoco el mar calla,
ruge y grita por justicia SANTA…
Evaristo Togni- Uruguay
Errantes y extranjeros
De vuelta del mar está el marinero,
de vuelta del monte está el cazador.
R. L. Stevenson
Hay una canción escondida en nuestros labios.
Una canción cuya belleza
nadie ha escuchado.
Es el canto del alegre peregrino que regresa
a su hogar, después de muchos años.
Es una canción que aprendemos casi sin saberlo
mientras erramos con un corazón prestado.
Extranjeros somos en la tierra
sin otra paga que la tierra misma
por donde caminamos.
Ni el sol ni la luna o las estrellas
guían nuestros pasos;
sólo aquella canción cuya belleza
vamos aprendiendo.
Mientras tanto
somos peregrinos que regresan
con una nueva y feliz canción en cada labio.
Ezequiel Feito-Argentina
Mi terco invierno
Mi terco invierno
infidelidad bondadosa.
Entre guiños robas los colores
pegados a las margaritas,
cubriendo al tímido arcén
y a las sudorosas rocas.
Oye…
serenidad de cristal,
en el suelo eres la copa
de vino contundente,
mi sed, mi fuego, infancia,
piel de servilleta
en la derramada gota.
Virginidad,
así te nombro,
en la ausencia del oído.
Aquí, donde brotan
simulacros de papel,
donde hundo mis dedos
ante la luna que se funde
hacía tu corteza
y a mi entumecido ser.
Grissel Canche Albornoz-México
Mirando el mar
A Antu, niño.
Las criaturas del mar son coloridas
y los misteriosos colores,
encierran defensas y venenos,
un color siempre define un espacio.
La vida vino de allí
y afuera es aire
y es la mariposa que copia la fragilidad de la flor
y la enamora.
todo se asocia y se ayuda.
Ellos son el día en la oscuridad de la creación,
gárgolas vivas en un oráculo de luz
que adivinan y discuten
la suerte del alba
desde lo profundo.
encierran defensas y venenos,
un color siempre define un espacio.
La vida vino de allí
y afuera es aire
y es la mariposa que copia la fragilidad de la flor
y la enamora.
todo se asocia y se ayuda.
Ellos son el día en la oscuridad de la creación,
gárgolas vivas en un oráculo de luz
que adivinan y discuten
la suerte del alba
desde lo profundo.
Hector Berenguer-Argentina
Búscame al otro lado
Búscame al otro lado
en el espacio definido,
en la humedad de mi cuerpo.
Busca en mis muslos tu sed,
deja tu mano resbalar
en mi entrepierna
en mi penúltimo gemido.
Búscame en las extremidades
en cualquier terminación nerviosa,
regálame un jadeo
en la punta de los dedos.
Búscame en tu espalda
en las curvas de tu sexo
en el precipicio de tus manos,
búscame y dejemos que el juego
tenga un principio sin final.
Búscame en el giro inesperado
de tú boca en la mía
agitando tu aliento en mi nuca.
Búscame con ansia
presiona sobre ti mi cabeza,
déjame inmensa en tu caricia
y en la braveza de tu lengua.
Búscame y desnúdame despacio
deja resbalar mis tirantes de encaje
por tus manos temblorosas
delante de tu cuerpo excitado.
Búscame donde tú sabes.
en mi entrepierna
en mi penúltimo gemido.
Búscame en las extremidades
en cualquier terminación nerviosa,
regálame un jadeo
en la punta de los dedos.
Búscame en tu espalda
en las curvas de tu sexo
en el precipicio de tus manos,
búscame y dejemos que el juego
tenga un principio sin final.
Búscame en el giro inesperado
de tú boca en la mía
agitando tu aliento en mi nuca.
Búscame con ansia
presiona sobre ti mi cabeza,
déjame inmensa en tu caricia
y en la braveza de tu lengua.
Búscame y desnúdame despacio
deja resbalar mis tirantes de encaje
por tus manos temblorosas
delante de tu cuerpo excitado.
Búscame donde tú sabes.
Isabel Garrido-España
Nubes de Azufre
Nubes de azufre
han tintado con muerte
ojos humanos.
Vientos rabiosos
estremecen las hojas,
árbol desnudo.
estremecen las hojas,
árbol desnudo.
Anuncia inviernos
el ocre de los ríos,
aguas amargas.
Sobre la piedra
hace el tiempo un reflejo
imperceptible,
sobre su sombra
hace ampollas el tiempo,
desordenado.
José Gómez Mira-España
Ausencias
Somos de tiempos y de olas .
Ausencias .
Mareas nocturnas que traspasan los cielos .
Cielos que se miran en los espejos de las olas .
Somos una hora incierta , media hora ,
una botella descorchada , unas sábanas rotas ,
una despedida anticipada , un reproche ,
una cámara lenta , una letra desdibujada .
Vacíos .
Somos una libreta muda , una hora ,
café derramado en el bar de la esquina ,
prisas , un coche sin matrícula ,
cuerpos sin piel para vestirse .
Silencios .
Somos mareas deshaciendo las calles ,
carreras nocturnas en las pupilas ,
somos cuerpos rotos ,
uno pegado a otro .
Levedad .
Somos olas que se levantan sin ruido ,
segundos de nostalgia , invisibles ,
cuerpos tartamudos sin sexo ,
salitre que se derrama .
Ceguera .
El tiempo quema las olas ,
las aguas se rompen ,
los cuerpos cambian .
una botella descorchada , unas sábanas rotas ,
una despedida anticipada , un reproche ,
una cámara lenta , una letra desdibujada .
Vacíos .
Somos una libreta muda , una hora ,
café derramado en el bar de la esquina ,
prisas , un coche sin matrícula ,
cuerpos sin piel para vestirse .
Silencios .
Somos mareas deshaciendo las calles ,
carreras nocturnas en las pupilas ,
somos cuerpos rotos ,
uno pegado a otro .
Levedad .
Somos olas que se levantan sin ruido ,
segundos de nostalgia , invisibles ,
cuerpos tartamudos sin sexo ,
salitre que se derrama .
Ceguera .
El tiempo quema las olas ,
las aguas se rompen ,
los cuerpos cambian .
Magdalena Martin Fleitas- España
XIV
No llores más, corazón,
por el ayer amargo que nos causó dolor.
No llores más, corazón,
que viene el mañana como aire fresco
a refrescar nuestra alma.
Todo lo que quise y quisiste
que nos dio vida,
que nos hizo ser felices,
terminó volviéndose contra nosotros,
en aquella hora eterna
cuando las estrellas se caían del cielo,
y los grillos mudos lloraban,
en aquella hora eterna
cuando las ganas de vivir eran frustradas
por los sentimientos podridos
y los sueños volaron con las aves del olvido,
en aquella hora eterna
cuando las ganas de luchar
soñolientas se durmieron
y la esperanza era una casa vieja y vacía.
No llores más, corazón,
pues todo eso quedó lejos
o tal vez no,
pero por Dios no llores más,
que me estás ahogando
Manuel Díaz García-España
Mar de olvido
En este mar de horas quietas,
de este tiempo sin regreso,
vestida de tristeza,
desnuda de tus manos
en este silencio que ahoga,
que oprime, que sofoca,
en este lugar vacío
donde todo es nada,
donde no hay sueños,
y la esperanza es cosa muerta
Rodeada de mí misma,
y una soledad mojada
En este palpitar sin corazón,
agonía que no me deja morir
En la oscuridad que oculta toda luz,
anegada de ausencias,
del pasado, de lágrimas
acurrucada en la arena
en el abismo del dolor
En este océano de penas,
de esperas moribundas,
en este lugar sin nombre,
donde no llega el sol,
ni ilumina la luna
donde todo acaba
mi corazón y yo
y este te amo sin decirlo
es lo que me queda
para recordarte
en este mar de olvido.
desnuda de tus manos
en este silencio que ahoga,
que oprime, que sofoca,
en este lugar vacío
donde todo es nada,
donde no hay sueños,
y la esperanza es cosa muerta
Rodeada de mí misma,
y una soledad mojada
En este palpitar sin corazón,
agonía que no me deja morir
En la oscuridad que oculta toda luz,
anegada de ausencias,
del pasado, de lágrimas
acurrucada en la arena
en el abismo del dolor
En este océano de penas,
de esperas moribundas,
en este lugar sin nombre,
donde no llega el sol,
ni ilumina la luna
donde todo acaba
mi corazón y yo
y este te amo sin decirlo
es lo que me queda
para recordarte
en este mar de olvido.
María José Acuña-Argentina
Te daré
Te daré a besar mis cicatrices,
clavos de olor serán para tus labios.
Navegaré tu estela,
apoyaré mis sueños
en el recodo de tus pasos vacilantes.
Te regalaré mis hombros temblorosos,
báculos de canela,
para tus pies cansados y andariegos.
Lameré los surcos y las sendas
que bordearán tus ojos extasiados.
Acariciaré tus manos frías
con las mías pequeñas y cansadas.
Removeré tu tierra,
sacudiré las ramas hasta despojarnos
de todas las hojas amarillas.
Podaremos tristezas
y floreceremos, amor,
como lo hace el dafne en el invierno.
Maribel Lacave- Canarias- España
Metafísica
Uni-verso de piedra y sal
Tal vez sólo seamos recuerdo,
ese instante fraccionado,
esa parcial mirada de la totalidad.
Tal vez somos, sombra proyectada
al infinito sin segundo de la eternidad.
Tal vez yo, sólo sea la voz
de un corazón borrado,
en el universo perdido.
Y entre ecos, sus travesuras
y sus abrazos quedaron junto al olvido
y ahora su tiempo sea el mío.
Tal vez somos, sombra proyectada
al infinito sin segundo de la eternidad.
Tal vez yo, sólo sea la voz
de un corazón borrado,
en el universo perdido.
Y entre ecos, sus travesuras
y sus abrazos quedaron junto al olvido
y ahora su tiempo sea el mío.
Marta Abella.-España
Batallas perdidas
Inevitables formas que se mueven a mi alrededor,
persuadido con ligerezas el espíritu titubea,
tiemblan los ánimos y las sensaciones invaden,
el viento traspasa y penetra en el pecho,
ahoga,
sucumbe sin defender,
expone la guarida flanqueada escrupulosamente,
dejando ver la debilidad que añora una mano que sostiene.
Meditar no es suficiente ya para la defensa,
ganar o perder la batalla ha dejado en evidencia la estrategia no programada,
la duda descuidó un espacio por donde el viento entró sin ser detenido,
desenvainando la espada de plata.
Ahora el corazón queda a la espera de un certero movimiento,
que dejará fluir los sentimientos de antaño,
y las energías saldrán a luz.
Mibel García- México
Poema de rosas
Poemas de rosas,
con gotas de cristal,
que temblorosas de fresco,
en el rosedal se acurrucan,
escoltadas de enhiestas cohortes de espinas,
al verano tientan a ser conquistadas,
en ese juego de color y perfume,
en un adelanto de paraíso y cielo.-
Y tú en medio de ellas,
seduciendo a las rosas y al tiempo,
hija del viento y del misterio,
en el intenso parpadeo de la tarde.-
Son los poemas que nacen al amanecer,
presagiando la tarde,
en la fiesta de rumores y celeste,
sonrisa del alma,
que vuelve al ti,
una y otra vez,
así como los vientos del este,
como las olas,
que la arena eternamente besan.-
Poemas de rosas,
con gotas de cristal,
que temblorosas de fresco,
en el rosedal se acurrucan,
Y tú en medio de ellas,
seduciendo a las rosas y al tiempo,
hija del viento y del misterio,
en el intenso parpadeo de la tarde.-
Victor Kartsch-Paraguay
Indice de autores de Espacio del Poeta Diciembre 2018
Nombre | 1ºApellido | 2ºApellido | titulo | Pais | nº | Orden | Pag |
Ana | Romano | Bordes | Argentina | 96 | 1 | 2 | |
Ana María | Manuel | Rosa | El cajón | Argentina | 96 | 2 | 3 |
Ana Ocaña- | Ocaña | ¿Eruditos o falsos poetas? | España | 96 | 3 | 4 | |
Andrés | Lazcano | Garcìa | En lo apacible de la sed | Argentina | 96 | 4 | 5 |
Aura Violeta | Aldana | Saraccini | Noche de Noviembre | Guatemala | 96 | 5 | 6 |
Carmela | Linares | Otoño | España | 96 | 6 | 7 | |
Carmen | Guzman | Cedeño | Dejame explorarte | Venezuela | 96 | 7 | 9 |
Chelo | de la Torre | La mujer Esfera | España | 96 | 8 | 10 | |
Clotilde | Roman | BALADA NOCTURNA | España | 96 | 9 | 11 | |
Consuelo | Jiménez | Yo quería escribir un poema | España | 96 | 10 | 12 | |
Diana Luz | Bravi | Una carta . | Argentina | 96 | 11 | 13 | |
Cristina | Cordido | ¡Cuando crezcas hijo! | Argentina | 96 | 12 | 14 | |
Esteban | Cabrejas | Martín | Mi delirio, mi contento | España | 96 | 13 | 15 |
Etherline | Mikeska | Pupilas voraces-El otro | Argentina | 96 | 14 | 16 | |
Evaristo | Togni | Justicia santa…ni el mar ya calla… | Uruguay | 96 | 15 | 17 | |
Ezequiel | Feito | Errantes y extranjeros | Argentina | 96 | 16 | 18 | |
Grissel | Canche | Albornoz | Mi terco invierno | México | 96 | 17 | 19 |
Hector | Berenguer | Mirando el mar | Argentina | 96 | 18 | 20 | |
Isabel | Garrido | Búscame al otro lado | España | 96 | 19 | 21 | |
José | Gómez | Mira | Nubes de Azufre | España | 96 | 20 | 22 |
Magdalena | Martín | Fleitas | Ausencias | España | 96 | 21 | 23 |
Manuel | Díaz | García | XIV | España | 96 | 22 | 24 |
María José | Acuña | MAR DE OLVIDO | Argentina | 96 | 23 | 25 | |
Maribel | Lacave | Te daré | España | 96 | 24 | 26 | |
Marta | Abella | Metafísica | España | 96 | 25 | 27 | |
Mibel | García | Batallas perdidas | México | 96 | 26 | 28 | |
Victor | Kartsch | Poema de rosas | Paraguay | 96 | 27 | 29 |
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