Revista N.º 71
- ESPACIO DEL POETA
REVISTA
LITERARIA DE HABLA HISPANA
Monumento a Cervantes - Martínez Zapatero y Coullaut Varela
El Linyera
Nunca supo
porqué la casa de su amigo se fue abarrotando de tan variados y disímiles
objetos. Los muchachos de la barra los llamaban despectivamente “cachivaches”.
Creo que adquirió la pasión por juntar cosas un atardecer lluvioso,
desapacible. Sí, ahora lo recuerdo bien, todo empezó esa tarde, cuando él
cruzaba la Placita López. Debajo de un banco, percibió un brillo fugitivo,
justo al lado de la calesita. Pensó que sería algún juguete, purpurina barata,
o alguna otra bagatela, ésas que logran hacer felices a los niños. Iba a
seguir, pero no, un impulso optimista lo acercó al lugar. Tomó asiento en el
banco de maderitas lustrosas y comenzó a observar el objeto brilloso con
penetrante atención. Lo desconcertó el hallazgo, era un pequeño puñal, con
prensil plateado. ¿Qué haría ese objeto, asociado al tajo, sangre, duelo
criollo, en esa apacible plazoleta, justo al lado de una calesita, enredando su
chispeo con las risas infantiles? Lo tomó, miró con sigilo a ambos lados y
hacia atrás, estaba seguro que la persona que lo había perdido, regresaría a
buscarlo. Era muy bello. Esperó dos horas, nunca pudo explicarse esa rara
obsesión de esperar semejante cantidad de tiempo a una persona anónima, ajena a
su vida. Habíamos quedado en encontrarnos alrededor de las diecinueve, recuerdo
que llegó tarde y quisquilloso. Comenzó a hablar sin parar. Me contó todo con
lujo de detalles. Que se había quedado como clavado en el banco, que su cuerpo
no respondía a los mandatos de su mente, que estaba invadido por una terquedad
turbadora, pasmosa, sorprendente, que esas dos horas insólitas se habían
deslizado como un suspiro y que al comprobar que nadie venía a buscar el arma, guardó
el puñal y se fue caminando hacia mi casa. Cuando me mostró el arma blanca,
quedé deslumbrado, era una pieza soberbia.
A la mañana siguiente me llamó por teléfono. Agitado me preguntó:
¿compraste el diario? Bueno, dale, apurate, leé las noticias policiales,
después hablamos. Tomé el diario, lo hojeé, sorprendido y nervioso leí el
copete de una noticia: “Extraño crimen en la Plaza López, una mujer murió
apuñalada. Se estima que estaba sentada en un banco, cuando alguien, desde
atrás le asestó un profundo tajo en la garganta. Así lo determinaron las
pericias forenses. No se presentó ningún testigo y el arma no fue hallada”.
Quedé sacudido. Enseguida le hablé, le pregunté que iba a hacer. Sereno me
contestó: “Te soy franco, en un principio, pero sólo por unos instantes, me
sentí partícipe del asesinato, pero poco a poco la intranquilidad fue cediendo
y me serené. Yo no vi manchas de sangre, el puñal estaba sucio sólo de arena y
barro. Con seguridad nadie lo advirtió semienterrado debajo del asiento. Pensé
en llevarlo a la comisaría, a lo mejor el arma daba una pista del asesino.
Luego recapacité, no, mejor no. Las huellas dactilares, si las hubiera tenido,
ya habían desaparecido, porque ni bien llegué a mi casa lo lustré con limpia
metal hasta dejarlo resplandeciente. Recapacité, si voy quizás sospechen de mí,
mejor me quedo y no pienso más en el asunto. La mujer ya está muerta y al
asesino que lo busque la policía, para eso les pagan, para que cumplan con su
deber”
Sí, ahora lo recuerdo bien, fue desde ese
día en que se convirtió en un obsesivo buscador de objetos. Siempre repetía lo
mismo: “El que busca encuentra”. Y vaya si encontró, desde cosas banales a
piezas de arte. Sí, halló de todo, y los fue acumulando en su casa de dos
ambientes estrechos. Una lámpara como la de Aladino, a la que frotaba tanto que
parecía de oro puro; un candelabro judío, macizo, compacto, como sus
tradiciones; un jarrón cuarteado, con un asa ausente, que reconstruyó con la
habilidad del mejor de los artesanos; una escupidera enlozada de color beige,
que le hacía recordar a la de su padre, siempre acomodada como un florero
debajo de la cama, a la que recordaba con asco porque había tropezado con ella
muchas veces armando un chiquero en el dormitorio. Esa escupidera le hacía
pensar en la vagancia del viejo, porque el baño estaba justo al lado de la
habitación y al utensilio siempre lo tenía que lavar su madre. Siempre le pasa
lo mismo, cuando los pensamientos vuelan hacia su infancia, se pierde en ellos.
Al padre también le gustaba juntar chirimbolos, pero realmente no tenían la
prosapia de los suyos. Sólo juntaba basura. Como ellos vivían en la misma
cuadra, yo frecuentaba la casa. Muchas veces nos íbamos al fondo a curiosear
los trastos que el viejo alineaba en un estante desvencijado por el peso, en la
pieza del fondo.
El paso de los días, de los años,
convirtió la casa de mi amigo en un receptáculo donde convivían un montón de
piezas a las que las emparentaba una extraña noción de magia, estilo, linaje, y
que se fueron acomodando aleatoriamente en la vivienda. Cuando llenó el hall,
fue acumulándolas en el dormitorio. A veces se le hacía difícil circular por la
casa con tanto amontonamiento, eso no le importaba, él se sentía millonario,
dueño acaudalado, poseedor de un gran tesoro. Al principio podía encontrarse
cierto cuidado en la ubicación de las piezas, en general caótica, pero con una
vaga noción de estética. La cantidad fue borrando esa sensación y todo aparecía
como compactado en un friso único. Me contaba que cada noche, al acostarse, se
quedaba extasiado mirando la decoración, hasta quedarse dormido. Muchas veces
pensé que se estaba volviendo loco.
Sus escépticos amigos, amantes de la mesa
del café, pegada a la vidriera, donde la discusión por un gol de algún equipo
favorito, era interrumpida por el paso de las formas de una mujer, sin
demasiadas exigencias de armonía, comenzaron a llamarlo “El linyera”. Desde
entonces él no los invitó más a su casa. Manifestaba que no lo entendían, que
él estaba construyendo su propia Torre de Babel, y que como la mítica
construida en la región de Senaar, ésta también transmitía un mensaje divino.
Sabía que a la otra un pueblo unido la había construido para luego abandonarla,
pero a él no le iba a pasar lo mismo, la construiría hasta el final. Y así
siguió su vida, acumulando objetos alucinantes. Cuando no encontraba nada, para
él era un día perdido. Le aconsejé consultar con un psicólogo, porque lo que a
él le pasaba era una enfermedad llamada “linyerismo”, padecida generalmente por
personas de edad avanzada. Le conté la historia de Juan. Cuando su vieja murió
y fueron a limpiar la casa, se encontraron con un sinfín de bolsas repletas de
envoltorios de caramelos, corchos, tapitas de gaseosas, cáscaras de miles de
naranjas, cientos de huesitos de pollo, un verdadero revoltijo y en ese caos,
había convivido compartiendo la abultada maraña con ratas y cucarachas. Los
médicos le habían dicho que la senilidad a veces viene acompañada del linyerismo.
Traté de convencerlo y le dije con cierta dureza: “No podés seguir así,
arrinconado entre objetos, aislado de tus amigos, tenés cincuenta años, si
seguís así a los sesenta tu famosa Torre de Babel se te cae encima y te
sepulta. Eso lo impresionó, se quedó pensativo, luego me contestó con
convencimiento: “¿Cómo el ser supremo podría cometer semejante acción? No,
imposible amigo, vos nunca entendiste los mandatos divinos”. En ese momento
comprendí que estaba chiflado.
Se fue alejando de sus viejos afectos y a
mí sólo me veía de vez en cuando. Se la pasaba del trabajo a la casa, y de la
casa al trabajo, argumentando que era obediente a las palabras del General.
Caminaba con un andar detectivesco, avizorando, escudriñando, recolectando
objetos que se convertían en acompañantes fieles. Comprendí que para él, esa maraña
confusa era su mejor compañía. Nosotros nos habíamos convertido en recuerdos
remotos.
El día 24 de enero una noticia apareció
en el diario “La Capital”. Se anunciaba un extraño hecho: “Un señor de apellido
Miranda, al no tener noticias de su mejor amigo se dirigió a su casa sita en la
calle Maipú al 2300, tocó el timbre con insistencia, al no obtener
contestación, sondeó el picaporte, comprobando que la puerta cedía. Expresó que
el lugar, atestado de objetos diversos, no le permitían la entrada, que
corriendo algunos objetos, con gran dificultad y sorteando obstáculos, se
dirigió hacia la puerta del dormitorio de su amigo, que la misma estaba
entornada, que lo llamó con fuerza, que nadie le contestó, que no pudo entrar
porque la puerta estaba atascada, que asomó la cabeza, que vio una gran
cantidad de cosas esparcidas por todos lados, como si un efecto dominó las
hubiera hecho caer, formando una gran torre, que un olor rancio lo mareó,
entonces se dirigió a la comisaría más cercana a denunciar el hecho”
Yo, José Miranda, avisé a la policía y
ayudé a buscar infructuosamente el cuerpo de mi amigo. En la calle se fueron
acumulando sus valiosos cacharros, de él ni noticias, se esfumó, se lo tragó la
tierra. Más de seis meses lo buscó la policía, luego abandonaron el caso. Otra
desaparición misteriosa en los anales de la justicia. Legué a pensar que quizás
habría llegado al cielo trepando por su torre de Babel o que al derrumbarse la
montaña empinada y no permitirle entrar a su propia casa, enloquecido huyó.
Necesito que esto se aclare, no puedo vivir con esta incógnita. Mientras tanto
y en busca de su rastro, he comenzado a recorrer las calles, hocicando la
presencia de objetos emparentados con una extraña noción de magia, estilo y
linaje. Los llevo a mi casa. Los voy acomodando aleatoriamente en el hall.
Ada Gil-Rosario- Argentina
La astilla
No se sabe a ciencia cierta, si primero sucedió el accidente de
la astilla o debutaba su pasión por la pintura, ningún adelanto de la medicina
fue capaz de curar ese mal que le aquejaba cada noche, atrayendo un inevitable
desvelo que lo llevaba frente a sus lienzos en los cuales descargaba furiosas
pinceladas con acrílicos grises, aceituna y negros la magnitud del sufrimiento.
Afuera... en la galería donde sus cuadros eran expuestos
aumentaba su fama por la crudeza manifiesta, incluso sus obras estaban siendo
reconocidas fuera del país.
Pero la astilla cada vez punzaba con mayor fuerza, atravesando
su calma, calvario que en el día le impedía moverse libremente y por las noches
no acertada a encontrar la posición que le permita descansar, dolor de fuego,
ardor que atraviesa los huesos rompiendo la paz, el deseo por la vida, abriendo
paso al inexorable túnel de la locura.
Por consejo de un colega fue a visitar como último recurso a un
extraño curandero étnico. Con sabiduría milenaria, brebajes y menjurjes
herbolarios puso punto final al mal del atormentado pintor.
Fueron muchos días de celebración por su nuevo estado, largas
noches de juerga, risotadas y proyectos para una nueva y opulenta vida.
La octava noche cuando se disponía a dormir con la serenidad que
tanto había anhelado se levantó de un sobresalto, se paró frente a un lienzo,
hizo trazos congruentes, tan normales, totalmente armoniosos, inexpresivos,
ausentes de tragedia, sus manos no atinaban a plasmar con nitidez la perfecta
desgracia.
Sentado al borde de su cama lloró inconsolablemente por el gran
error de haberse liberado del fragmento de la espina que nutría su inspiración.
Alexandra Brito-Perú
El amor … escrito
en mi alma
En el fugaz tiempo apasionado,
vibrante, rapaz, coloso y recio.
Se revelan perdidas y expirando
mis ruegos de huellas en silencio.
Perdida en multiusas sensaciones,
en abismantes deseos del saber,
idolatran sentidos de pasiones,
consumiendo en dos cuerpos su poder.
En rebeldía arrebata los abismos,
los rincones desiertos de mi ser.
Los cuales se llenan de orgasmos
culminando mi centro de placer.
Dando forma y esculpiendo al amor,
en un triunfo su verdad.
Saciando y derritiéndome en calor,
declarándome en testigo…libertad.
Disimulando su condena grabada.
se canjea, propaga y anuncia
paraísos inolvidables a su llegada.
Del cual el amor en susurros se pronuncia.
Suplanto mis palabras por tus besos,
saciando la sed por los suspiros,
Cual túnel del amor nacen versos
acelerando el palpitar de los latidos.
Las caricias se convierten en rimas,
salpicando los poros de mi piel en tinta,
cual tu mirada en poesías intimas,
penetran a mi alma …. Escrita.
Alicia Climent Navarro-Elche- Alicante-España
Frío,
tibio, caliente
Extiendo mis manos muy frías
y te regalo un poema.
Con gotas de lluvia del invierno pasado
y copos de nieve traídos del Himalaya.
Caen como cuentas de vidrio
los fríos adioses, los mudos desprecios.
Poema tan frío como las húmedas sábanas
de quien duerme solo.
Abro mis manos muy tibias
y te regalo un poema.
Como el primer rayo de sol en la mañana.
Como las crujientes hojas del otoño.
Tibio como el dorado y fragante pan del desayuno
que mi madre con sus manos amorosas me brindaba.
Tibio como rodar de a dos en los trigales maduros,
como morder los duraznos de sol y de miel.
Tibio como los amables recuerdos,
como el primer beso, la primera lágrima.
La dulce nostalgia que anida en el pecho
por las cosas bellas que ya no tendremos.
Abro mis manos calientes
Y de doy un poema.
Con el ardor de los amores nuevos,
de las terrazas al sol en los veranos.
Con el calor y sudor en la pelea
como las arenas que te queman y te abrasan.
En fin, mi poema como el arco iris,
es de todos los colores,
y es frío, tibio o caliente
según lo precises.
Ana Unhold-La
plata- Buenos Aires-Argentina
La laguna de las almas
Laguna de espejos rotos
entre los marcos dorados
y el fuego de las entrañas
subía..........,.....
hasta el cielo muy oscuro.
Los desesperados muerden
la madera de una barca
que huye............
de las llamas del infierno.
Son ya, las almas llevadas
por el barquero Caronte.
Flotan los cuerpos desnudos,
ya sin alma..............
con el veneno en su cuerpo
y sus heridas abiertas.
Espíritus ciegos..........
..........gargantas sedientas
y crueles labios.
Infierno dantesco..........
poema sagrado.
Así se llama ese río......
que le llaman principal
y era el que recorría
todo ese mundo inferior.
Se transportaban las almas
de los que ya estaban muertos.
Era la laguna Estigia.
Antonio Monzonís Guillén- Valencia- España
Te has ido a transitar silencios nuevos
Te has ido a transitar silencios nuevos
a perfumarte de glicinas y sahumerios de delirio.
Te has ido dejando entrelazada entre las hojas
una presencia inalterable de tu esencia
Allí estás noche a noche entre dos mundos
y en mi alma transportas mariposas vespertinas
que jamás desertarán del alma mía
Serás en mis jornadas un emblema de fortuna.
Beatriz
Ojeda-Montevideo Uruguay
En la oquedad del risco
Me asomo hasta el risco
Con
denodada emoción
La
tarde pincelaba una buena aventura…
Y como fugaz artrópodo
Te escondes en tu madriguera.
Casi desvestida en impúdica espera
El satinado traje de rojo escarlata
Develo
la piel con el sol dormido
en la
espalda
y el deseo despierto en el roció del lirio…
Despertó
el afán de enfundarme de viril aroma,
en una
noche de luna donde la
cicatrizada herida,
cubierta de algas se asomó en un ansiado susurro.
Un
retozar de quimeras en la calidez de tu aliento,
en el calor de tu piel …
Vana fue la espera, sigue tu sendero
Cúbrete de arenas en la oquedad del risco…
…En
la oscuridad de tu perpetuo inquilino …
..El miedo…
Quizás,
nunca fuiste alga,
Tal vez un resquicio de sal en mi orilla.
Carmen Guzmán Cedeño-Cumana-Edo Sucre-Venezuela
Neologismo 77 Verso libre
¿ Me
pregunto si hay algo más bello
que la pureza
nítida de tu mirada,
cuando tus
pupilas húmedas centellean
el
cristalino azul de cielos y aguas ?
La
sinfonía de todos los mares
no caben
en mi poema de palabras
porque
abarcan un universo de estrellas
cuando tus
ojos derraman en lágrimas.
Me llevan
a la cima de la cumbre
cuando me
miras, extasiada y cautivada
me agita
un celeste mar de espumas
que anega
hasta el fondo de mi alma.
El gemido
de mi voz hecho verso
es eco que
muere entre tus pestañas
y aviva el
rescoldo de mi corazón frío
cuando posas
en mi cuerpo tu mirada.
Clotilde Román-Gerona- España
Arcilla
Boinas de corderoy en la vereda,
patio de rondas,
el viento se lleva la tiza de la rayuela
Adentro,
el aula y un mantra
de voces desconocidas
A veces
el pulso olvida
las manos inseparables,
la arcilla de los años primeros.
Antes que las palabras
estaba ese amigo
Diana Luz Bravi- Rosario- Argentina
Mujer gozando su desnudez
Ha dejado su temor junto al último café,
ahora goza mi presencia:
las piernas recogidas, el pelo cansado, distinta.
Los discos moviéndose en la madrugada
y la penumbra de estas costas vacías
permiten un espacio para el deslumbramiento.
Está sentada sobre el piso y mira sin palabras
la esperma que deja en los mosaicos la vela de la fortuna.
Escucha una canción de ángeles.
Goza en su cuerpo mi presencia.
La limpieza de su cutis y la lentitud del mar
me ofrecen en el espejo manchado
la otra cara de la luna.
Edel
Morales-Cuba
Infancia
Mi infancia
fue una casa que nunca
tuvo llave
dos patios con
mejillas de naranjas
mamón y mandarinas
paredes de ladrillos
sin maquillaje
y una música de tardes
muy soleadas.
Había una ingenuidad
de autitos chocadores
un miedo de montaña
rusa
una alegría de hamacas
voladoras.
Aquel cielo de cantos
y de vuelos
ya no pertenece al
mundo.
Tampoco aquellos
árboles
- candelabros
encendidos de sol-
ni aquella luna que
cortaba la vida
en rebanadas.
Ese espacio de latas
agujereadas
y noches de estrellas
hundidas en los charcos
Se
deshizo en el aire.
Egle Frattoni-Rosario-Argentina
Lo importante
Vacía está la noche, ya se han ido
el sol, la luna y las estrellas,
el viento, las casas, los jardines,
la calle, la música y las bestias.
Todo lo que existe lo devoró la
sombra,
la sombra más oscura, la que jamás
recuerda.
Pero tú y yo no estamos en la noche,
porque hay fuego en nuestro altar, y
en él la Ofrenda..
Ezequiel Feito-Buenos Aires-Argentina
Aromas de mi pasado
Aromas de mi pasado han marcado mi alma
Recuerdos perdidos con aroma a calma
Imágenes fugaces que dan vida a mi pasado
Lagrimas de amores que ya se han terminado
Y ahora todo huele a tu cuerpo
No hay mas aromas que respire en este momento
Porque hasta tus caricias llevan tu aroma de mujer
Eterna, encantadora, como no te he de querer
Que el viento me traiga aromas de la noche
Magia blanca y poemas al derroche
Al apagarse mi luz sabré que todo esta terminado
Menos tu inmenso amor y los aromas de mi pasado.
Francisco Caballero
Romo-México
Me sabes
No
estoy sola…
Murmuré
entre mi sonrisa fascinada
Tu
interpretabas un sentir, suspirabas
La
sala destilaba el dolor de aquellas notas.
Acariciabas
esas teclas que por ti lloraban
Suave,
dulcemente desterrabas tus heridas
Y
sentí empañarse de mi rostro la mirada
Esa
tenue tarde que en tatuajes despedía.
Adentrada
en tu melodioso poema
te
elegí como mi versión preferida
Sabías
estremecerme sin tocarme
Como
a la flor, su fragancia exquisita.
Hoy
mi vida se desliza entre tus dedos
Tu
concierto de nostalgia besa mi alma
Puedo
percibirte aún sin saber tu nombre
Porque
tú me sabes, y porque ya te quiero.
Grissel Canche Albornoz- Yucatán- México
Tu belleza
Tu tienes esa
belleza,
que deslumbra a ojos
cerrados,
que conmueve cada
fibra,
cada latido de mi
universo abstracto,
de esa belleza que
sopla la luna,
que es acertijo y
misterio,
sombra y luz en la
misma blusa,
laberinto y
reencuentro,
alfa y omega,
en mi cronómetro a
destiempo.
Tuya la belleza,
que trasnocha
desnuda,
en el vaivén de mi
pecho,
que desarticula las
premisas,
donde se erizan mis
deseos.
Tu belleza y tú,
unidas por un cuerpo,
una sonrisa,
un hola con sabor a
gloria,
una conversación tan
perfecta,
que me asusta,
me emociona,
hasta estallar a fuego
lento,
entre galaxias que
destellan,
tus ojos de
firmamento.
Y aunque lejos,
tu belleza es
cautiverio,
coñac y un pecado
fermentado,
agua triste
derritiéndose por dentro,
un soplo de verbos,
que me unen a tu
belleza,
y yo solo soy un
cuerpo.
Iván Salas - México
Y TE PIENSO
Hoy me dio vergüenza ver mis facciones de lobo
en el espejo de una lata
pero no había otra cosa
que reflejara en su febril inocencia
mi contumaz deseo.
Y te pienso
Como tótem arraigado de mi infancia
luego diosa irrespetada por miradas
que en mi vida
rodeada de inexplicables acciones
comprendí extranjera.
Y pienso
como orate del destino
que en su pasajera cordura
navega con sus verbos tus poemas
conspirando quizá contra el olvido
alargando en perspectiva aquella tarde.
Aguazal de sentimientos.
En el cristal de tus ojos, te pienso
soy granito de tus cuencas, fiel a ti.
Mi amor en roca esculpido
La noche en mí se abre para adentro
me encierra dejando en libertad el sigilo
y con pensamientos
navego en los colores de tu ermita
no solo en lo verde de la vida
también en los tonos ciertos
hermosos en sus anuncios de quermés
así descubro el arco iris
antes de llegar al final
Ay del que cuida su futuro
y no ha vivido el ahora,
tal vez no viva el después.
Antes de llegar han pasado noticias.
Por eso te pienso
Justo Aldú-Panamá
Se escapa mi aliento
Se
escapa mi aliento
y
choca contra el vidrio
escurre
mi lágrima
hasta
tu cuerpo tibio.
Me
envuelvo en tus brazos
buscando
tu abrigo
acuno
mi cuerpo
cansado
y dolido.
Espero
inmóvil
gozando
en tu nido
se
corta mi aliento
exhalo
un suspiro.
Sujetas
mis manos
me
hablas al oído
rozando
mi boca
robas
un gemido.
Preludio
de arpegios
tus
ojos en los míos
inerte
contemplas,
mudo,
sorprendido…
Flor
del capullo
que
ha florecido
sucumbe
agotado
tu
cuerpo en el mío.
Marcela H Toro- Ushuaia-Tierra de fuego- Argentina
No se si alguna vez
No sé si alguna vez
te
sentí diferente,
los
árboles siempre
me
supieron a tus brazos,
si
los pájaros nunca fueron más
hermosos
que tus sueños,
si yo
siempre fui tuyo
desde
mi corazón de niño.
No sé si alguna vez fui rey
si el
sol nunca se detuvo,
tantas
veces gane como perdi
y
nunca supe como,
si tu
rostro me condujo a escribir poemas,
si nunca estuve acorde mas
bien enredado,
el
tiempo, la vida y la muerte
desde
antes me saben igual.
Marcelo
Roberto Galán Capel-Argentina
Amante
Mi cuerpo no es mi cuerpo si tu
mano lo toca,
Si tus ojos horadan mis
pensamientos todos
Soy guitarra, soy arpa que repite
tu toque,
Soy mujer y paloma si tu abrazo
me ampara.
Te siento como un río que recorre
mi cauce…
Te hundes en mí igual que una
caricia…
Mi centro de mujer se estremece y
se calla
Porque bebe en silencio de tu
copa colmada
Te vas por mis espacios ocultos y secretos
Y dibujas tu estela de poeta…. y
tu nombre
Es caricia en el alma y en el
cuerpo es un beso
Sabes lo que me gusta oír y me lo
rezas
Al oído del alma donde están tus
palabras
Que despiertan anhelos antiguos, olvidados
Te atas con el hilo de mi vida ,
en mi cuerpo
Donde estarás atado hasta que lo
decidas.
María Itza- Argentina
POESÍA ...
¿Qué es poesía?
Es amor
¿Qué es amor?
Es poesía.
Es canto de ruiseñor,
son versos en sinfonía,
es tu voz cuando
susurra
y se torna melodía.
Es la hierba en su esplendor
que crece fuerte y
erguida,
es perfume de una flor
al amanecer del día.
¿Qué es poesía?
Es soñar.
¿Qué es soñar?
Es fantasía.
La ternura de tus ojos,
el perfil de tu mirada,
cuando me hablas en
silencio
con tus palabras
calladas.
Es el pájaro que vuela,
libre, sin ataduras,
el otoño que despoja
al árbol sus
vestiduras.
Marian Martín Humanes-Villaluenga-Castilla La Mancha-España
Amistad
Interés supremo por lo puramente desinteresado. Palabra que
requiere de un otro para, al fin, poder ser pronunciada. Una vez pronunciada
quizá no requiera de nuevas pronunciaciones. Se encuentra uno en medio de ella.
Se encuentra uno en medio de otro. Pacto de proximidad y de distancias. Dícese
de aquello que cuando existe, es inviolable e inolvidable. Puede ser que nunca
se violente. Pero también puede, a veces, olvidarse. Lamentablemente. Se sabe
cuando culmina. Se ignora su comienzo: “éramos amigos y no lo sabíamos”,
escribió Maurice Blanchot. En la amistad habrá, ante todo, un ánimo permanente
de perdón y un deseo cada vez más sereno de totalidad. Perdón por todo, para
todo, ya desde la primera conversación. Totalidad infinita, interrumpida apenas
cuando alguien, algo, irrumpe como lo ajeno, la extrañeza de aquello que no
cabe en la amistad. Una conversación con palabras, sin palabras. Manifestación
extrema del estar, no admite cognición ni sobreposición ni autoridad. La
amistad es esa relación esencial donde ‘conocer’ no es apenas una opción entre
varias, sino la voluntad misma de renunciar a conocer, interpretar, traducir,
explicar. La renuncia es una abdicación de principio. No a la pretensión de
conocer en qué consiste la conmovedora reunión entre dos seres o a la supuesta
naturaleza de alguno de ellos. Desconocer para reconocer sin explicitar.
Ausencia de adulación y de pronunciación de adjetivos que interpelan, acusan,
manchan, infaman. Desconocer como hospitalidad, para que el juzgar no tome
lugar, no ocupe el lugar de la amistad: “Tenemos que renunciar a conocer a
aquellos a quienes nos liga algo esencial; quiero decir que tenemos que
acogerlos en la relación con lo desconocido en donde ellos a su vez nos acogen
también, en nuestra lejanía. La amistad, esta relación sin dependencia, sin episodio,
y en donde entra sin embargo toda la simplicidad de la vida, pasa por el
reconocimiento de la extrañeza común que no nos permite hablar de nuestros
amigos, sino tan sólo hablarles, no hacer de ellos un tema de conversación (o
de artículos), sino el juego del entendimiento en el que, al hablarnos,
aquéllos reservan, incluso en la mayor familiaridad, la distancia infinita,
esta separación fundamental a partir de la cual aquello que separa se convierte
en relación”. Dos siempre extraños, independientes, situados en una lejanía
inmedible pero claramente trazada, que no confunden lo extraño con la
extrañeza, ni la extrañeza con lo extranjero, ni lo extranjero con amenaza. Dos
extraños que intercambian lo que no tienen y lo que tienen y dejan sin valor de
mercancía y de trueque aquello que comparten. La amistad rehúye al tema de la
amistad, al día de la amistad, a la celebración demasiado expresiva de la
amistad, al anuncio desmesurado de la amistad. Juego de entendimiento porque
hay distancia, espacio, en cada uno hubo y habrá cada uno. Sin embargo la línea
o la frontera o la separación entre dos en vez de dividir, aúna. En vez de
alejar hasta volver intocables los cuerpos y las percepciones, reúne, crea un
entre-lugar de silencios y palabras. Familiaridad y lejanía dispuestas en un
único término, en una sola pronunciación. La amistad es relación porque, en el
no-conocer y en la distancia, crea el espacio de las cosas que pueden ocurrir.
Todo es posible de acontecer. Hay un intervalo que contiene, atesora, nunca
encierra. Ese intervalo es de acciones –leer, hablar, jugar, imaginar, pensar,
mirar, sentir, padecer, callar- pero no de disponibilidad de uno sobre el otro.
No hay otro a disposición. Hay disposición de ese intervalo, de ese espacio, de
esa conversación: “(…) es el intervalo, el puro intervalo que, de mí a ese otro
que es un amigo, mide todo lo que hay entre nosotros, la interrupción de ser
que no me autoriza jamás a disponer de él, ni de mi saber de él (aunque sea
para alabarlo) y que, lejos de impedir toda comunicación, nos pone en relación
al uno con el otro en la diferencia y a veces en el silencio de la palabra”. La
amistad de la infancia es animalidad común, todo está en la escena, el mundo se
retira. Es objeto concreto y es cotidianeidad y sueños. La amistad adolescente
toma, quizá, la forma de ‘Narciso y Goldmundo’ de Herman Hesse –las vidas
posibles, la separación provisoria, la distancia máxima, la travesía, la
memoria incesante-. La amistad adulta tiene un aire a ‘El último encuentro’ de
Sandor Marai –la pregunta que permanece, el misterio que no cesa hasta el
último día de nuestros días, la respuesta que, siempre, puede esperar-. En
todas las edades la amistad tiene un valor incontable, no se cuenta, no hay
cantidades. Se transfigura de amistad en amistad y la afección presente en cada
una de ellas jamás se suma y jamás se resta. Es por ello que la voz presente en
uno deviene de innúmeras voces de otros. Ya no importa de quién. Ya no importa
cómo. Extraña sensación de un cuerpo que acompaña, una compañía sin condición
que, aún ausente en el presente, suele permanecer a los lados.
AMISTAD (1):
(Del lat. *amicĭtas, -ātis, por amicitĭa, amistad). Afecto personal, puro y
desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
Merced, favor. Afinidad, conexión entre cosas. Pacto amistoso entre dos o más
personas. Deseo o gana de algo. Personas con las que se tiene amistad.
AMISTAD
(2):
"¿Qué hacemos nosotros y quiénes somos? Somos, en primer lugar, como
amigos, amigos de la soledad, y os llamamos para compartir lo que no se
comparte, la soledad. Amigos completamente diferentes, amigos inaccesibles,
amigos solos, en tanto que incomparables y sin medida común, sin reciprocidad,
sin igualdad. Sin horizonte, sin reconocimiento, pues. Sin parentesco, sin
proximidad. ¿Sin verdad? Esperemos. ¿Qué verdad para una amistad sin
proximidad, sin presencia, pues, sin semejanza, sin atracción, quizá incluso
sin preferencia significativa y razonable? ¿Cómo es posible una amistad así, a no
ser figuradamente? ¿Por qué seguir llamando a eso "amistad", si no es
por abuso del lenguaje y la corrupción de una traición semántica? ¿Cómo
podríamos no sólo ser amigos de la soledad, amigos de nacimiento, amigos
juramentados, amigos celosos de la soledad, sino incluso invitaros a formar
parte de esta singular comunidad? ¿Cuántos somos? ¿Cuenta eso? ¿Y cómo
calcular?" (Jacques Derrida, ‘Políticas de la amistad’).
AMISTAD (3):
“Convivieron con naturalidad desde el primer momento, como gemelos en el útero
de su madre. Para ello no tuvieron que hacer ningún ‘pacto de amistad’, como
suelen hacer los muchachos de su edad, cuando organizan solemnes ritos
ridículos, llenos de pasión exagerada, al aparecer la primera pasión en ellos
—de una forma inconsciente y desfigurada—, al pretender por primera vez
apropiarse del cuerpo y del alma del otro, sacándole del mundo para poseerlo en
exclusiva. Esto y sólo esto es el sentido del amor y de la amistad. La amistad
entre los dos muchachos era tan seria y tan callada como cualquier sentimiento
importante que dura toda una vida” (Sandor Marai, ‘El último encuentro’).
Mariana Siciliano
Un
amor que cayó del cielo
Esa mañana
de septiembre el cielo estaba tan azul como los jazmines que rodeaban las
ventanas de la casa de campo.
El
aire límpido y fresco se respiraba en todos los rincones. Nada haría presagiar
un día diferente de mates a la sombra del ombú, juegos con flores y hermanos a
la hora de la siesta.
De
pronto, algo inesperado rompió bruscamente ese bu- cólico y cotidiano
despertar.
Todos
miramos hacia la dirección desde donde provenía el sonido ensordecedor; detrás de
la nube de polvo se dibujó un avión bi plaza y de él bajaba aturdido y algo
enfurecido un piloto alto y apuesto, que observaba el ala rota del aparato.
Una
brisa extraña, recorrió la mirada de la niña de vesti - do floreado y grandes
ojos azules, el piloto no podía dejar de mirarla, aun cuando el ceño fruncido
de su rostro demostra- ba el enojo por la situación.
Reparó
el ala averiada y partió raudo a sus tierras.
Un
suceso semejante fue de boca en boca. Todo Camilo Aldao habló de ello.
El tiempo
pasó, implacable, así como los jazmines del cielo perdieron sus flores, lo
suficiente para que Marta, la niña de los ojos azules, cumpliera 18 años. Ese
día llegó una carta.
101
Era
del piloto, de nombre Modesto, quien con suma ca- ballerosidad se presentaba, y
la pedía en matrimonio, dicien- do que jamás había olvidado esa mirada y esa
tarde de in- fortunios tan deseados. Fue el comienzo de un amor que afor-
tunadamente cayó del cielo.
El amor
cubrió los tiempos y los días y fueron felices, como en los cuentos, aun
cuando hoy Marta tiene casi un siglo y Modesto ya no vuela con ella.
Lejos
de las preocupaciones cotidianas con su ¿alzheimer? a cuestas. Sólo relata
esta historia, en su corazón y en su mente, sólo hay espacio para el amor.
Patricia Cuaranta-Rosario-Argentina
No se si quedarme…
…no se si quedarme en el bar de la esquina
o como jazmines trepando la farola…
cada vez…
pesan más las despedidas
cada vez…
cuestan más los peajes de abrazos contenidos
y …
cuánto pesan las maletas de partidas !!
…no se si amarrarme a tu costado tan desprotegido
o si llevarte atado al equipaje sin aquellas aduanas…
cada vez…
quiero ser tu diástole en ese cóncavo de multiplicaciones
cada vez…
tu metáfora en las noches de lunas envueltas de tanto insomnios
y…
que estos sures que distancian
…sean sures
prometidos de esperanzas…!!
Pilar Ferrer- Ushuaia-Tierra de Fuego-
Argentina
La noche que pintan
negra
Llegará la noche que pintan negra
y le dicen albea para las almas nobles
en cuyo despertar,
en ese lugar de
no se sabe donde,
entre vapores de incertidumbre,
cara a cara con la verdad,
al fin comprenderé
lo mucho que nos habíamos querido.
Rafael Serrano Ruiz- Madrid-España
La gente juzga…
Hoy mi pluma se
enfurece..
cuando discrepo..
con este cotidiano
tema..
que se vive cada día.
La mayoría de la
gente..
se alimenta
juzgando..
hiriendo la vida de
muchos..
condenándolos con su
lengua.
Ni ellos
interiormente se conocen..
y se creen con
derecho..
de juzgar al
prójimo..
es más fácil para
muchos..
juzgar a medio
mundo..
y no juzgarse ellos.
Esos que juzgan fácilmente..
corrijan se el alma
primero..
asuman no señalar
más..
pues ni saben el
propio dolor..
que cargue al que
acusan.
En este camino
terrenal..
todos errores hemos
cometido..
nadie nació sin
ellos..
así que antes de
juzgar..
lávate ésa boca..
y no señales nunca
más. –
Sandra Romero- Uruguay
& México
Si decir que te amo…
Si decir que te amo,
es canto,
este mundo ha de ser sinfonía,
de esas que delicadas
se cuelan,
del umbral de tus
ojos,
cuando tibia la
noche,
al alma sus encantos
regala.-
Si decir que te amo,
es batalla y guerra,
este mundo ha de ser
campo minado,
en el cual las
palabras dulces y seductoras,
en sus matices
románticos estallan,
cuan si fueran
granadas,
talladas en
ramilletes de rosas rojas,
para que el corazón,
su sangre en roja
sensación,
al universo de poemas
ofrende.-
Si decir que te amo,
es signo de
redención,
éste loco poeta,
redimido y
conquistado,
así como el mar por
las olas,
ha de dormir sus
sueños ardientes,
en la tibia y cándida
arena,
que de los versos se
nutre,
pues si decir que te
amo es verso,
tú has de ser poema
lírico y encendido,
que a cada instante,
a las letras se
transporta,
en la misteriosa
magia,
que el amor inspira.
Víctor Kartsch-Encarnación Paraguay
La
tarde
“Vivan los locos que
inventaron el amor”
Horacio Ferrer
No fue la magia del febril verano
ni la embriaguez de las horas encantadas
que desde Baco a todos nos provoca
en instantes de romántica experiencia.
Que exorcismo en busca de aventuras
enajenó la tranquila tarde de febrero
y entre sueños fatuos endilgada
transformó la tarde en un asombro.
Aún recuerdo ese primer encuentro
entre bromas y nervios controlados
el fuego de tu voz y tu mirada
marcaron las aristas del deseo.
Y trepé por los andamios del ensueño
en delirio fugaz de adolescente.
Y te sigo, te reclamo y te evoco
adelanto febril el calendario
soñando tu aroma inconfundible
y de tu aliento sentir de nuevo
ese suspiro de amor que me regalas
y consumir de tu boca entonces
el dulzor ardiente de tu entrega.
Victoria Gonzáles Badani-Santiago de Chile-Chile
A frutas huele tu alma
Cuando
escribo
poemas
en tus pechos
tengo
mis manos
perfumadas
a naranjas.
Cuando
en la tarde
beso
tu roja boca
tengo
mis labios
con
sabor a cerezas maduras.
Cuando
a medianoche
tu
piel es mi piel
tengo
mis sentidos
con
aroma de castañas.
Cuando
para ti
he
sido alimento y trigal
tengo
suspiros perfumados
al
oro dulce de las piñas.
Cuando
tu desnudez
en
mis manos es harina y gredal
tengo
mis manos impregnadas
a
tu alma de manzana.
Cuando
tú eres el verbo
que
vivo y conjugo
tengo
mi sangre
con
el sabor de las sandias.
Cuando
tú eres Mujer
en
mis brazos mineros
tengo
en el lagar de mi corazón
el
sabor de tus uvas.
Porque
cuando yo te Amo,
Mujer,
como te amo,
Mi
alma simple y sencilla
huele
a las frutas de tu propia alma.
Walter Pineda- Chile
A la
bella en la ducha
Liviana
silueta en la mampara
evoca
entre rumores esa danza
que en
goces bajo perlas mansa avanza
hacia
quien contemplando se descara…
¡Nieblina
de cristal que oculta cara,
turgencias
y apetitos cuando avanza
por entre
el tibio manto, en la confianza
de
aquella intimidad que se ocultara!
Pupilas
ardorosas, sin templanza
quisieran
exprimir cual almazara
de cada
gesto tuyo la esperanza
de un
plácido surcar aquella jara
que cubre
tanta piel ebria de holganza
¡Bendito
ese cristal que ahora te ampara!
Xavier Coderch- Barcelona
España
índice de autores de
Espacio del Poeta octubre 2016
Nombre
|
1ºApellido
|
2ºApellido
|
titulo
|
Pais
|
nº
|
Orden
|
Pag
|
Ada
|
Gil
|
El linyera
|
Argentina
|
71
|
1
|
1
|
|
Alexandra
|
Brito
|
La astilla
|
Perú
|
71
|
2
|
2
|
|
Alicia
|
Climent
|
El amor escrito en mi alma
|
España
|
71
|
3
|
3
|
|
Ana
|
Unhold
|
Frío, tibio ,caliente
|
Argentina
|
71
|
4
|
4
|
|
Antonio
|
Monzonís
|
Guillen
|
La laguna de las almas
|
España
|
71
|
5
|
5
|
Beatriz
|
Ojeda
|
Te has ido a transitar silencios
...
|
Uruguay
|
71
|
6
|
6
|
|
Carmen
|
Guzmán
|
Cedeño
|
En la oquedad del risco
|
Venezuela
|
71
|
7
|
7
|
Clotilde
|
Román
|
Neologismo 77
|
España
|
71
|
8
|
8
|
|
Diana luz
|
Bravi
|
Arcilla
|
Argentina
|
71
|
9
|
9
|
|
Edel
|
Morales
|
Mujer gozando su desnudez
|
Cuba
|
71
|
10
|
10
|
|
Egle
|
Frattoni
|
Infancia
|
Argentina
|
71
|
11
|
11
|
|
Ezequiel
|
Feito
|
Lo importante
|
Argentina
|
71
|
12
|
12
|
|
Francisco
|
Caballero
|
Aromas de mi pasado
|
México
|
71
|
13
|
13
|
|
Grissel
|
Canche
|
Albornoz
|
Me sabes
|
México
|
71
|
14
|
14
|
Iván
|
Salas
|
Tu belleza
|
México
|
71
|
15
|
15
|
|
Justo
|
Aldo
|
Y te pienso
|
Panamá
|
71
|
16
|
16
|
|
Marcela H
|
Toro
|
Se escapa mi aliento
|
Argentina
|
71
|
17
|
17
|
|
Marcelo .R
|
Galán
|
Papel
|
No se si alguna vez
|
Argentina
|
71
|
18
|
18
|
María
|
Itza
|
Amante
|
Argentina
|
71
|
19
|
19
|
|
Marian
|
Martín
|
Humanes
|
Poesía
|
España
|
71
|
20
|
20
|
Mariana
|
Siciliano
|
Amistad
|
71
|
21
|
21
|
||
Patricia
|
Cuarenta
|
Un amor que cayó del cielo
|
Argentina
|
71
|
22
|
23
|
|
Pilar
|
Ferrer
|
No se si quedarme en el bar…
|
Argentina
|
71
|
23
|
24
|
|
Rafael
|
Serrano
|
Ruiz
|
La noche que pinta negra
|
España
|
71
|
24
|
25
|
Sandra
|
Romero
|
La gente juzga
|
Uruguay
|
71
|
25
|
26
|
|
Víctor
|
Kartsch
|
Brenh
|
Si decir que te amo…
|
Paraguay
|
71
|
26
|
27
|
Victoria
|
G
|
Baldini
|
La tarde
|
Chile
|
71
|
27
|
28
|
Walter
|
Pineda
|
A frutas huele tu alma
|
Chile
|
71
|
28
|
29
|
|
Xavier
|
Coderch
|
A la bella en la ducha
|
España
|
71
|
29
|
30
|
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