Revista N.º 68
- ESPACIO DEL POETA
REVISTA
LITERARIA DE HABLA HISPANA
Julio
2016
Mirta Córdoba Limite de tiempo
Hundimiento
Cegó los
ajas de ellos, y endureció su corazón ...
Jn 12.40
Era el
instante para la salvación de mis otoños,
y como a todo
hombre me flaqueó la fe,
en ausencia
del viento destinado,
de la
temeridad con la que el árbol se sostiene.
Me previne de
la belleza,
y sus
melancolías pasajeras,
me previne de
la añoranza por los muros,
de los
dobleces del naufragio;
pero quedé sin
manos en la huida,
en la traición
del aire,
y estos roces
de trópico insular.
Partí, fiel al
insomnio,
a la ceguera
inevitable del poeta
y la
inutilidad de mi esperanza,
mi talismán
fue un corazón de perro,
un alma dócil
envenenada por su lealtad.
Era el
instante para la salvación de mis otoños,
presentí la
ceguera, el alambre invisible que asesinó mis ojos,
el tango que
en mi corazón se endurecía.
Como último
recuerdo el águila
dispuesta a
alimentarse con mis carnes,
la mariposa,
y su parto de
orugas en mi lengua.
Abel G Facundo- Cuba
Incandescencia
Fragmento
Camino, y en mi carne yace el recuerdo
Tu silueta es la amnesia de los sentidos:
no te veo, te siento, y te siento dentro, no fuera
Desde el sueño hasta la lucidez,
ruges nombrando imágenes,
luchas vistiéndolas con palabras.
Siniestro es tu deseo, lengua que saliva llamas oscuras
Te nombro por fin, te arropo de verbo
Nuevamente estas. Nuevamente te recuerdo
Flor de lucha: ábrete. La carne no está
Aldo Vicencio-Ciudad de México-México
Entre
olas de amor
Cual ola en mi alma se encrespa, la ansia
del amor en tus brazos, diluyéndome en fontana de caricias, en tanto de mi te
vas embriagando. En el almo coloquio de besos estremecidos en tus labios,
llevándome al olimpo de sueños, la delicia de sabernos amados. Cendal de sueños
titilan en tules, las horas fluyendo en tus brazos, con las tinieblas abriendo
las luces, en el tálamo de tus brazos amados. En mi ser que se va floreciendo,
al son de tu voz en mis labios, cantos tristes y alegres de vernos, entre el alba
en la arena amando. Con la noche plagada de estrellas, a las órdenes de todos
los astros, nuestras almas levitan en dos teas, ornando los cánticos de los
almos. En la noche nirvana de estrellas, la vigilia de amor fulgorado,
convertida en doradas estelas. es amor en el dolor abrevado. Cual aladas
palomas ya salen, de la rama de anhelos arraigados, pausadas formas tangibles
que yacen, en murmullos de tus tersas manos. En el albor la esperanza se alía,
abrazando impetuoso dos corazones, y entre besos tu vida y la mía, se cosen al
son de los acordes
Ana Arias Saavedra-Valencia-España
Máscara
Malgasta
el
asombro
el
compromiso
Desgarra
el
encono
el
sosiego
Enardecida
fustiga
la
ilusión del vínculo.
Ana Romano-Buenos Aires- Argentina
LA LOCURA DEL DESEO
Cuerdas de guitarra suenan,
primero con unos tientos,
luego, puntean las cuerdas
con quejíos y lamentos.
Siete gitanas bailando
con batas de crespón negro
y un gitano como un nardo
está esperando el momento.
El violín y la flauta,
la guitarra y el palmeo.
La faca golpea el suelo
embrujo del curandero
Siete gitanas bailando
con batas color morado,
y en esta noche de luna
la faca lanza destellos.
El gitano y la Candela
se chulean en la danza,
sus miradas son de fuego
como una llama que abrasa.
Siete gitanas que lloran
rompen con el sortilegio
cuatro manos que se tocan
y la locura en los labios.
La gitana va mirando
estremecerse al gitano
mientras él, le va rasgando
la bata con sus dos manos.
Antonio Monzonís Guillen-Valencia-España
Poema XII
¿Será acaso que el ocaso, me hará
pagar mis culpas?
cuando rumiando la dicha, llega la
desdicha a mis recuerdos
y la culpa se apodera, vistiendo de
negra seda
la ultima sonrisa de mi alma
adolorida, y mi vanidad pasajera.
¿Será que la muerte con su
mefistofélica mirada
atrapó con redes mi ultrajada
llamarada, con que mis ojos veían la paz sobre mi ventana?
y con sus dedos de cortesana,
acaricia mi cabello cada mañana para sentir sus fríos huesos en mi alma atolondrada.
Será pues, que mis días están
contados
y esta sensación que me desgarra,
el miedo a dejar mi amor por nada; de sentir la culpa golpeando mi cara,
de querer ver sus ojos y bajar la
mirada.
Será que la vida cada año desgrana,
y es con falsa falacia que nos llama a felicidades pasajeras, donde todo se
exagera
para después... volver a sentir las
penas cual si fuesen yagas.
O será que malgastando las remisas,
busque los brazos y caricias de quién falsamente me quería, y por esta vida
vana
mis culpas cargando llevo, para
pagar cada una de ellas
al final con mi entierro.
¿Será entonces que cometiendo
errores, busque en los amores el refugio que tanto anhelaba?
las manos delicadas que muy
hermosas me tocaban
y sus mil hechizos, llenos de
placeres y sensaciones vanas.
Comprendí muy tarde que nada vale
en esta vida mas que un cariño sincero, la mirada y el consuelo de una madre,
de un amigo verdadero
y de una mujer que te cobije en su
seno.
Llore por un tiempo que no regresa
por recordar siempre aquella queja
y no haber vivido... lo que pude a
su tiempo.
César
Curiel-México
Distraída
No se ha ido el
tiempo
de la lengua.
Se mantiene en
un silente
desdedecirse de horas
y pretéritos,
y se persigue, y se
alcanza
como una memoria
olvidadiza
que siempre supo que
vivir,
nunca pudo ser
alguna forma
distraída
de morir.
Distraída,
como si vivir
acallara las
tristezas,
con la disculpa de la
luz de las estrellas
de la mar y su sonido
o del amor.
Distraída, la
memoria,
siempre supo
que el tiempo,
nunca
tuvo algo que decir.
Concha González Alcazar-Guadalajara-España
Patria grande
Una mirada
retrospectiva sobre el pasado nos recuerda
que nuestra
página mejor fue escrita hace 200 años
cuando una recia
columna de hombres
y de voluntades
se puso en
marcha hacia sus grandes destinos.
Se cumplió un
milagro de fe y de valor.
El milagro de
mirar al nuevo sol que alboreaba sobre el mundo
anunciando
progreso y democracia, cuna y estirpe,
aurora y rotura
de cadenas.
Comenzó la
incógnita de los sueños.
Las
posibilidades de la esperanza.
Siempre entre
tropiezos e interrupciones,
conflictos y
armonías, enfrentamientos y acuerdos,
la vocación
federalista del pueblo.
Hombres con
imaginación y audacia.
Inmigrantes que
venían a realizarse según su propia capacidad
y no dependían
sino de sus fuerzas y su suerte.
Igualdad de
oportunidades para encarar, todos, su realización en la vida.
Democracia e
igualitarismo
dos caras de la
misma concepción.
Vectores
invariables de nuestra historia.
Toda sociedad
reclama, en algún momento,
remansarse en la
paz, en la fraternidad
en un plebiscito
cotidiano que se exprese
en el
reconocimiento de la validez del otro.
La sociedad es
un gran contenido de códigos, costumbres,
lenguajes y
gestos, mitos y realidades.
Hemos vivido en
estos doscientos años
momentos
tormentosos y etapas plácidas.
Siempre seguimos
adelante
dispuestos a
luchar, a dar, a apoyar.
Y aunque a veces
parezca que el fervor patriótico se apaga,
sigue encendido
en el fondo de todos
como aquel
lejano día en que nació la Patria,
como en ese otro
en que nació la libertad.
Como entonces,
los argentinos luchamos
con sentimientos
de grandeza,
con nuestros
laboriosos brazos,
con nuestra
inteligencia, con todo nuestro amor.
Y guiados
siempre por el deseo de libertad, de justicia y dignidad.
Para cumplir el
juramento de vivir coronados de gloria.
Para que sea
verdad la Patria grande
que soñaron los
varones y mujeres de antaño.
Para que
florezcan siempre, de nuevo,
las virtudes sin
par de nuestros padres.
Para que sean
eternos los laureles
que circundan
las sienes de la Patria.
Porque Patria es
ahora el trabajo honrado.
Y los hijos que
educamos para que la honren.....
Egle E. Frattoni
Romano. Rosario. Sta Fe. Argentina.
Entonces
Entonces,
volaré a esa paz
huída
y mi alma conmovida
me dirá que me salvé.
No me reclames,
ni mi cuerpo,
ni mi alma,
ni mi aliento.
Deja que vuele lento,
que olvidos y
ausencias
no tienen adiós.
No me salves, no.
Todos merecemos una
muerte digna,
¡yo quiero morir de
amor!
NO ME SALVES
Olvidos y ausencias
no tienen adiós.
Elsa Mabel
Campisciano-Argentina-Buenos Aires
Como un ala arrancada
que se desangra pluma a pluma
como catedrales purísimas en exceso
que levantan el viento del desdén
así es mi alma. Y por eso se aburren
los cuerpos cuando están conmigo.
Tengo un sonido diferente al de la
pasión
y en aras de la voz lo sacrifico
todo.
Nunca he hablado sin inspiración de
mis penas
sin el sentido de la felicidad que
ellas le dan.
No defiendo mi causa
sino aquella del más absoluto de
los besos
el que llega hasta el alma
traspasando la carne.
Y no es que mis cabellos sean
indiferentes al frío
de la proximidad de las valquirias
pero veo su boca como un mundo:
un abismo una bóveda celeste un
desfiladero...
Y en las ventanas veo sólo siluetas
que miran hacia simas infinitas.
y en los lechos barcos para partir
algún día.
Está tan distraído este verano
como si no tuviera tiempo
para ocuparse de sí mismo.
Rico en amantes moriré
y en sabores de manjares sabrosos.
También en escondidos miedos rico.
Conjugar verbo y carne en las
fronteras
del límite del cuerpo
es mi oficio: beneficio maleficio y
mapa.
Ezequías Blanco-España
Sentado en el banco de la plaza
Sentado en el banco de una plaza
espero que vuelvas.
Mientras que a lo lejos, el sol bendice
los últimos rincones de la tierra
y las hojas de los árboles se juntan
para hablar con las estrellas.
Los harapos del viento se esconden
en los nidos vacíos y sólo queda
un caos de luz que a lo lejos
en las últimas nubes se refleja.
Pero yo, sentado en este banco
espero simplemente que tú vuelvas:
que el crepúsculo, que ahora es un gigante,
traiga en sus manos tu presencia
y que la noche no lleve de antemano
la razón de aquel que tanto espera.
¡Qué feliz será cuando tú vuelvas
y tomados de la mano como niños
caminemos como siempre, enamorados,
bajo la luna nueva!
Ezequiel Feito- Buenos Aires-Argentina
"Otras manos,
otros hijos"
Tantos sueños que olvidamos
con soberbia y mezquindad,
los precisan los hermanos
del planeta, y de verdad...
Todo lo que derrochamos,
todo lo que destruimos,
lo precisan otras manos,
lo precisan otros hijos...
Tantos logros mal usados
y al servicio de unos pocos,
comprobamos que le sirven
a tiranos y mafiosos.
Todo lo que derrochamos,
todo lo que destruimos,
hoy lo piden otras manos,
hoy lo piden otros hijos...
Todo lo que no sembramos
y lo que no construimos,
¡ lo precisarán tus manos,
lo precisarán tus hijos!
Todo clama en nuestras ansias;
¡nuevos días brillarán
cuando alcemos la esperanza,
compartiendo unión y pan!!!
Fernando Adrián Zapata-
Argentina
Qué me dices
Qué me dices si no espero a que
lleguen las heridas
y recojo tus besos en la memoria de
un libro
donde siempre recuerdes el fulgor
de la belleza
y la dicha que tuvieron nuestras
almas gemelas.
Qué me dices si no espero a que
lleguen los celos
y redacto los versos de un certero
poema
donde siempre nos hable de la
hermosa armonía
que reinaba en nosotros de mañana a
la noche.
Qué me dices si no espero a que
lleguen las quejas
y anoto tus te quieros con palabras
hermosas,
y escribo mis requiebros exaltando
el deseo
que creció con la fuerza de quien
todo lo espera.
Qué me dices si le canto a tus
tiernas caricias
antes de que llegue el taciturno
desapego
y rememoro en la letra los melosos
abrazos
que nos dimos henchidos en todos
los encuentros.
Qué me dices si no espero a que
llegue el olvido
y plasmo toda nuestra historia en
una novela
donde nunca aparezca ni el dolor ni
la pena
y donde siempre brille nuestro amor
infinito.
Qué me dices si no espero a que
lleguen las heridas
y recito las bondades de este amor
que comienza.
Di, ¿Qué me dices?
Fernando
Sánchez Mayo- Córdoba-España
Raíces
Mayas
Entre árboles de
flamboyán y albarradas blancas de piedra caliza, descubrí tu tierna sonrisa,
dijiste, “hola”, y en tu inocente mirar cautivabas con transparencia lo
desconocido, tu manita apretaba una granada desgajada que gustoso saboreabas, y
sus semillas rojas te habían manchado la cara. Mi insistente mirada te obligó
apenado a ocultarte tras aquel madero de bojon que sostenía tu choza de paja,
de pronto, a tu lado se asomó un manojo de pelos con hocico blanco, luego unas
largas y puntiagudas orejas, jajaja… era tu mascota... un perro flaco y
desnutrido quien daría su vida por la tuya.
¡Benito! te llamó tu
madre, y corriste presuroso junto a ella, quien sonriente jalaba agua de un
profundo pozo, y te lavó la cara, aunque tus pies y tus sandalias seguían cubiertas
de tierra.
Aquel cuadro cargado
de inocencia me acarició la vida.
Antes de mi regreso a
casa, admiré las filas de henequén que en sus verdor espinoso, sostenían
orgullosos los rayos anaranjados de la tarde, las mestizas arrastraban sus
banquillos de madera para reunirse a la entrada de sus chozas, los niños salían
corriendo al aplauso del panadero quien llevaba su globo lleno de gran variedad
de pan dulce, y barras de francés caliente.
No pude resistirme y
me compré una dona azucarada, me senté a disfrutarla mientras observaba la vida
felizmente humilde que ahí se respiraba, y luego, aquellos ojos llenos de
ternura aparecieron de nuevo.
Ya con la panza llena
de tanto comer pan, Benito jugaba a las canicas con sus amigos, reían y
disputaban la cantidad obtenida, tenían esa libertad contagiosa que solo se
vive en la infancia, esa libertad que desconoce la ambición, porque al crecer,
la inocencia se adormece entre los juguetes que dejamos olvidados.
Rumbo a casa, en la
oscuridad más espesa del camino, miré hacia arriba, fue una sensación hermosa,
el paisaje nocturno en su esplendor me cubría, me sensibilizaban tantas
estrellas tapizando la oscuridad, como aquella tarde entre mis raíces mayas, y
los dulces ojos de Benito, que me llenaron de paz.
Grissel
Canche Albornoz.-Yucatán-México
Viaje solitario
Atrapo la semilla de
los kilómetros
como fruto que no se
conoce.
Viajo olvidado y
olvidando rostros,
sin saludos de un
idioma que no conozco.
Duele acordarse de que
hay un regreso
después de esta calma
de paseante por un
mundo
sin periódicos
José
Javier Martínez Palacin- Madrid- España
Amor, amor, huyamos…
Amor, amor, huyamos de
la tierra sombría.
Viajemos por la vasta
red del universo,
a buscar los alegres
planetas diminutos,
habitados por claveles
purpurados de rubéola.
Allí, los saleros y
los azules manteles,
nos abrirán pequeños
mares derramados por las mesas.
Allí, seremos espigas
coronadas por la aurora,
o quizás, ruiseñores
volando del cielo al día.
No habrá vara que
toque nuestros rostros con malicia;
andaremos desnudos por
caminos sin señales;
nada ni nadie socavará
nuestra dicha.
Y al llegar la noche,
sosegados por los dones del abrazo,
pasearemos por las
islas de perennes primaveras:
gobernadas por jazmines,
que no saben de espadas ni trabajos.
José Rodolfo Espasa-Benidorm-España
Padre
Tembladeral
de manos enjutas
sobre mi rostro.
Interrogantes fijos...
Sin respuestas.
Mutilado diciembre,
arrebata
el recipiente
desbordado
de frutas mieles.
En el rojo trepidar
del corazón
se empobrece la fe por
un instante.
Famélica
desando alimentos arrasados.
¡Grita la vida sus
verdades!
Vuelves...siempre
vuelves
en la lírica.
En nombres
pronunciados.
En la espuma del mar
que te trajo.
¡Inmigrante italiano!
Lucía
Giaquinto - Victoria- Entre Ríos – Argentina
Para
piano y orquesta n.º 3, en Do menor
Op37 L. V. Beethoven
Una susurrante voz femenina
advierte:
“Los amables espectadores se
servirán apagar sus celulares y se recuerda que está prohibido tomar fotos o
grabar el programa sin autorización. La Dirección del teatro les desea una
feliz velada. Gracias”
Las luces se van apagando
lentamente hasta quedar encendidos únicamente los focos del escenario donde se
halla dispuesta la numerosa orquesta y los intérpretes perdidos en sus
pensamientos y el devaneo del afinado. Se avecina un gran desafío.
El primer violín la encuadra
dando “el tono” básico del concierto. Es la proverbial señal de que el
espectáculo habrá de comenzar de un momento a otro. Se aguarda con expectación
la entrada del Director de orquesta y la concertista invitada.
Parte del público aprovecha para
toser con circunspección y alivianarse de la vestimenta molesta. También se
dispone a cerrar la boca ( para muchos cuesta…pero se puede)como dictan las
normas del voto de silencio. implícito en este tipo de espectáculos de arte
mayor.
El silencio es la nota primordial
que aporta la concurrencia; cuando la última del colectivo musical cierra a la
perfección, entrambas se sacramentaliza una burbuja de sensaciones que
generalmente, tras uno o dos segundos de rumorosa expectativa explota en un
aplauso cerrado.
El lapso de tiempo de esas palmas
constituye a ciencia cierta el veredicto más genuino.
En tanto éste se prolongue sin
cesar la concertista y el director cumplirán con el amoroso rito de hacer mutis
y entrar nuevamente a escena para acentuarlo, si es posible, cuando la emoción
ha desbordado la ilusión de una noche inolvidable de concierto.
La enorme sala estaba repleta en
el área de las galerías convencionales, más la platea y los palcos avant-
scène. Los conciertos de la Filarmónica de Montevideo concitan mucho público.
Si a eso se agrega el acierto en la elección de los artistas internacionales
invitados, el éxito de taquilla queda asegurado.
En mi opinión, y tratándose de
Beethoven, puede que predomine la curiosidad del melómano por comprobar una y
otra vez la fortaleza del único fenómeno que conoce la historia de la humanidad
que desafía en un “cabeza a cabeza” al tiempo.
En lo personal no me puedo mover
del asiento. Hay momentos en que lloro discretamente. Mis movimientos se
reducen apenas a un golpeteo leve de la punta de los dedos sobre las rodillas
acompañando un cierre perfecto con la orquesta tirada a todo gas; o la
quejumbre, imprevista y grávida de las cuerdas que en Beethoven anticipan un
momento arrollador.
Desde un costado del escenario
hace irrupción una señora de edad, que apenas puede arrastrar los pies. Tomada
amablemente en una de sus manos por el Director, traslada su humanidad (cuatro
o cinco metros y con muchas dificultades) hasta el gran piano de cola que la
aguarda. Relativamente obesa y con un traje negro, largo y brillante de
lucecitas, escotado sin maldad sobre el pecho y la espalda, saluda al público
que la victorea tomada de un ángulo del instrumento. Baja levemente la cabeza y
con la otra mano ofrece su corazón.
Como muchas personas de su edad
la han peinado sobriamente conformando sobre su cabeza un delicado nidito de
hornero que complementado con dos pendientes de gran diámetro agregaban a la
figura (con sus buenos años) un toque de ternura de abuela que toca el piano.
Pero es una impresión falsa.
Quien no la conozca como concertista puede desilusionarse prosaicamente con las
apariencias, pero como se dice…en la cancha se ven los pingos”.
La orquesta nos introduce en esa
música bestial por unos minutos. Ella no hace nada, excepto arreglar su
compostura sobre el banquito, regular la distancia respecto a los pedales;
flexionar los dedos y como impulsados por resortes, rescata y elonga los
brazos.
Imprevistamente los tensa sobre
sus muslos y a una señal de Director se elevan triunfal y elegantemente dos
palomas acosadas por un gato sediento de sangre, se posan sutilmente sobre el
teclado y comienza la fiesta para los sentidos.
Es otra persona la que ejecuta,
no es la abuela amorosa. Sorpresa general.
Es un monstruo prodigioso que con
sus artes caseros lo disimula muy bien. Cada tecla cumple con su papel a la
perfección al punto que ya nadie se acuerda de la que pasa o lo que le aguarda
fuera del teatro.
La vida es ese momento de enorme
sufrimiento que cada nota depara y el piano subraya.
Una existencia, la del autor,
enmarañada y huérfana de apoyos entrañables que de algún modo lograsen
amortiguar la absoluta orfandad sentimental del descollante intérprete; la que
lo dominó toda su vida y al cabo lo castigó soberanamente con un sordera
progresiva que lo obligó a componer con el oído pegado al teclado.
Todos vimos con horror una manos
huesudas surgidas desde el fondo de los abismos atrapando una, diez, cien
doncellas perdidas para siempre en oquedades de espanto. Sin poder hacer nada
contemplamos azorados a la mujer que no soportando más los alaridos de dolor de
su hombre se le abalanza y tapa su boca con sus pechos hasta oírlo exhalar el
último suspiro.
Vimos al verdugo afilando su
hacha y el efecto de una granada de fragmentación sobre la mamá y el niño que
corren despavoridos sin comprender.
El amor, el amor salvaje y ciego
que entumece los cuerpos escarnecidos por el garfio inclemente del sexo
desatado. La pena, la codicia, el incontenible y feroz ataque de las olas
contra el acantilado imbatible. Tullidos en procesión, leprosos sin esperanza,
todo…todo.
La concertista, en éxtasis
evidente, azuzaba la orquesta con sus brazos subrayando el esfuerzo descomunal
del Director para que llegase clara y certeramente a los oídos del auditorio el
paisaje yerto y de renovación constante de la vida atormentada, que se eleva de
sus cenizas una y otra vez en el intento de imponerse a la muerte. Intento vano
pero que encuentra en Beethoven la inclaudicable reencarnación de ese deseo
fatuo.
Escribo todo esto absolutamente
anonadado, enajenado por horas mágicas que se confunden en mi alma como las
huellas de mis pies descalzos atravesando la gélida llanura rumbo al fondo de
la noche.
Luis Alberto Gontade
Orsini-Montevideo- Uruguay
Cuerpo
de la amada
Cuerpo que se abre,
se desgrana,
es agua mansa,
humo,
brisa...
Y la savia verde
danza en su cadera.
Se fuga por los ojos
asidos de recuerdos.
Cuerpo a merced de
unos labios,
unas manos,
infinito..
Resguardado ante la
maldad del mundo.
Mabel
Quijano-Colombia
Toda una vida se nos
pasó
Toda una vida se nos pasó
se nos fue casi sin
pensarlo,
sin creer que el tiempo
no regresaría;
éramos jóvenes,
inmaduros, sobre todo yo;
que sólo soñaba con
tonterías,
que aún no sabía nada
del amor.
Apenas probé tus besos,
apenas nos conocimos
cuando un día el
destino cambió la historia...
Quedamos tan lejos uno
del otro
tú pensando si yo
alguna vez volvería,
yo me quedé
recordándote en silencio...
tú volviste nuevamente
a tu vida,
yo quedé sumida en las
sombras...
Ahora el tiempo irónico
nos volvió a juntar
nos cruzaron los cables
del destino
y ahí estabas, frente a
mí, mirándome,
incrédulo, pero con tus
mismos ojos
como dos soles negros
asombrados
de verme parada junto a
ti
Qué puedo decirte, ni
mi corazón lo sabe
que no somos los de
antes, yo lo sé;
algo más viejos, pero
con una ilusión,
un sueño inconcluso que
nos crece...
Un deseo que está en
tus ojos y en los míos,
que quiere salirse por
los poros de la piel,
que promete ser una
vieja revancha
por ese tiempo que no
aprovechamos
y que dejamos escapar
de nuestras manos.
Qué puedo decirte, que
soy tan feliz,
de sentirme a tu lado
segura, querida, protegida,
y yo quisiera ser lo
mismo para ti
Es lo que tenemos
ahora, el volvernos a querer,
despacito, sin prisa,
sin condiciones;
es el tiempo que la
vida nos regaló,
todo lo demás podrá
decirlo Dios....
María
José Acuña- Curmaná – Venezuela
Tu voz ausente
Sé ,que habría de hallarme en tu
regazo,
imperecedero en mi sentir, a mi
reminiscencia.
Mi refugio indemne.
Más no eran tiempos indulgentes.
Hablaban de tu tez morena , negro
cabello, ojos miel.
Tu partida temprana, dejó mi niñez
solitaria,
las zarpas malévolas de tu sino
,predestinando al mío.
Urdiéndote, te adivino.
Acaso, poseías una silueta
espigada,
delicados tus suspiros, como
frágil porcelanas.
Había sutileza en tu aroma , aromas
de canela.
Serían recias tus manos,
alongados tus dedos.
Son recuerdos ajados.
Me aferro en tu carencia, me
instigan a olvidarte,
no es mi deseo. No, no quiero.
A mi vera tus breves años, de
soslayo a tu lado.
Pero juiciosa en tus esencias ,
esencia de mujer,
me confiaste al amparo, de quien más
amabas.
De ella viviría sus arrullos , ella
calmarían mis llantos,
segaría malezas despejando las rutas,
rutas de mi vida.
Me mostraría tu presencia ,
difuminando tu lejanía.
Pronunciando, las palabras de tu
silencio,
Vitoreando, los sonidos de tu
voz .
Nunca ya , ausente en mí.
Nunca ya, tu voz ausente.
Marisa Duque-
Madrid-España
Ojala te lleven los pájaros negros
Ojala te
lleven los pájaros negros
Que te hundan
sus picos sin misericordia...
Y sientas
como se te sale el alma
por cada
desgraciado hueco...
Espero
tengas la suerte, de lo oscuro e incierto...
Y
amanezcas un día dudando si vives o estas muerto...
Ojala los
pájaros negros se posen en tu corazón...
Y sientas
la opresión...Y mires el agujero de tu obcecación...
Que te
aleteen los insomnios...Y te pesen los ojos...
Que te
duela la mirada, cuando veas los paisajes...
Pero si
nada de esto te pasa...
Ojala te
lleven los pájaros negros
Mary
Ramos - Barquisimeto-Venezuela
Sembré
Sembré sonidos en tierra fértil,
recogí melodiosos cantos.
Planté ecos en campo yermo,
recogí silencios.
Sembré tactos en tierra fértil,
recogí caricias.
Planté ternura en campo yermo,
recogí asperezas.
Sembré palabras en tierra
fértil,
recogí versos.
Planté verbos en campo yermo,
recogí páginas en blanco.
Sembré fuego en tierra fértil,
recogí pasiones.
Planté albores en terreno yermo,
recogí ocasos.
Mercedes
Ridocci- León – España
El camino se pierde en un recodo
El camino se pierde
en un recodo
que no atisba
horizontes más lejanos,
del fuego que
labramos codo a codo
sólo queda un calor
como de hermanos.
Yo te quise querer de
cualquier modo,
convertirte los
inviernos en veranos;
en mis manos estuvo
el amor todo
y todo se me ha ido
de las manos.
La rutina ha soplado
aquella llama,
Afrodita se ha
dormido en los laureles;
ya no prende la
chispa en nuestra cama.
Pongámosle cancelas
al pasado
y abramos nuestra
boca a nuevas mieles
que el cuento, tuyo y
mío, se ha acabado
Miguel
Ángel Bennasar Corrales- Palma de Mallorca-Islas Baleares-España
Ocurría antes
Él llega del campo
de arriar sus animales, lleno de sudor y rabia,
por lo que por su
cabeza pasa.
Ella, está
horneando pan para su familia.
Lavando los platos
con jabón blanco, confeccionando velas.
Mientras se corta
la leche, así darle forma a los blancos quesillos.
Venderlos en el pueblo,
Y ganarse unos
mangos.
Ella, está
consumida en sus muchas tareas.
Ayer cosechó maíz
en la maleta como pudo.
En tanto sus hijas
mayores,
batían la crema
para hacer un buen pan de manteca.
Y en voz baja
suplicaba al cielo, que le dé fuerzas en sus hábiles manos.
De calentar el
guiso para sus ochos gurises bien criados no se olvidaba.
Cada cual a su
tarea, en el puesto hay mucho trabajo.
No hay lugar para el lamento,
no hay lugar para
el descanso.
Él llega del campo,
lo consumen los celos, lo embrutece el arado.
Entra en la casa,
mira de reojo la cama.
Se para en su ira, da rienda suelta a su ego.
Su voz ronca
salta de su garganta.
Levanta su
mano,
sus niños ya saben
lo que pasa.
Ella aguanta y
aguanta…
Ella llora, y
repite como un rezo estas
palabras.
¡Son lágrimas de mis hijos no caerán al
suelo!
¡Son lágrimas de mis hijos no caerán al
suelo!
Mirta
Córdoba-Neuquén-Argentina
Llegó la hora
Llegó un momento
en la vida,
en el que entendí
que no era necesario
recordarlo todo
al pie de la letra,
que bastaban
los matices más importantes
para no tropezar
una y otra vez
con la mismas ideas caducas
que madurar era,
responsabilizarme de mis actos
para poder seguir mis pasos
por la senda de la evolución.
Llegó un momento
en la vida
en el que sentí,
que si cerraba mis ojos
y nublaba mi visión
podría ver la luz,
y entonces
de mis manos
brotaron caricias
a borbollones,
que fui regando
a diestro y siniestro
y, me embargó
una felicidad
que no podría explicar.
Llegó un momento
en la vida
en el que me percaté
que sólo si deja de ser
podría ser el que yo soy
y, nació en mi corazón
un amor tan puro
que no se podía expresar
y emanaba
por cada poro de mi piel
fundiéndose con todo
a su paso,
entonces,
Amé sin ataduras
mi libertad.
Panolillo Díaz- Islas
Canarias España
Un
paseo por el oncólogo
Un paseo por el
oncólogo..suele tener algún que otro bemol..ahora..que luego de decirte
perfecto!! esto está perfecto!!!...
Continúa la
observación...que es esto??...no me gusta mmm unas raras manchas en mi brazo
izquierdo pugnaban por salir de su muralla pelífera...urgente anda al dermatólogo
! esto es raro.
Allí fui!! , a las
dos horas estaba frente al dermatólogo.
contesté
su interrogatorio diciendo :sentí un ardor inexplicable..pensé que algún
insecto, me picó..luego era la sensación de un veneno inoculado que , quemaba ,
como una llama, tratando de salir al aire… Bueno me dice ..no hay dudas luego
de la mirada con la lupa y semejante descripción( algo exagerada)no caben
dudas: es un herpes frustros..frustrado ..no eclosionó...es decir no evolucionó.
Del tipo Zóster, ligado a la varicela o a la " culebrilla" ... Pregunto???y
su origen ... bueno baja de defensas, angustias , estrés.... me quedé
tranquila, nada fue demasiado.. ahora aún no paro de reírme...derroté todo eso
antes de que se expandiera..y vaya a saber en que se convertiría mi brazo
izquierdo ? cuando la cola y la cabeza de la culebra se juntaran.... dicen que
proviene de la pampa gringa...cuando en otras épocas , tendían las ropas al sol
sobre los trigales...pasaba la culebra dejaba el veneno...y luego se esparcía
por pieles incautas... Si llegabas a tiempo, la curandera de mi pueblo te
curaba con la pluma de algún pájaro y tinta china... Nunca se supo que
escribían..pero el milagro siempre fue cuestión de fe.
Patricia Cuaranta-
Rosario- Argentina
Camina despacio
camina despacio…
cansino,
ensimismado,
ajeno al inmenso pasar
de dolores y alegrías,
perfumes y sudores.
Quisiera escucharlos
compartir sus momentos…
no puede,
no sabe,
lo ha olvidado.
Sordo, indiferente al
mundo
camina despacio.
Camina despacio,
y en sus andares
algo le altera,
una falda al viento
revolotea.
Una mujer, un aroma,
un sentimiento…
por un instante
le da alegría.
La triste soledad,
sinfonía inacabada
de un tiempo olvidado,
de nuevo le embarga.
En la nostalgia de su
madurez
indiferente al mundo
camina despacio.
Rafael
Serrano Ruiz -Madrid-España
Espacio para soñar
Un espacio para soñar,
un espacio para amar,
para inundarte de versos la mañana,
y dejar que las olas,
la arena de la playa barran.-
Un espacio,
quizás unos instantes,
quizás la eternidad,
para inundarte de detalles,
cuando al sol sonrías,
y del cielo descolgar la última
estrella,
y dejarla varada en el fondo de tus
ojos,
en esa loca intención,
de vivir los poemas,
en claves de sinfonía.-
Espacios míos y tuyos,
en el horizonte de la vida,
en sueños de amor y color,
rojos de pasión,
sosegados en la paz,
Un espacio,
quizás unos instantes,
quizás la eternidad,
para inundarte de detalles,
Víctor Kartsch
Brenh-Encarnación- Paraguay
El sueño de
Dabriel:
Érase una
vez un muchachito de cuatro años, muy despierto para su edad, que tenía un gran
sueño: LEER!. Dabriel esperaba con ansias este milagro para poder leer todos
los cuentos del mundo. Su hermana, en cambio, sí sabía leer pero prefería pasar
el tiempo jugando.
Dabriel era
un niño bastante sensitivo y a su corta edad podía pensar como una persona
mayor. Todas las noches, antes de acostarse, le pedía a su hermana que le
leyera un libro. A ella le disgustaba la idea porque no le gustaba leer.
_Por favor
hermanita no seas así y léeme un cuento, le decía el chiquillo.
_Acaso no
me vez ocupada, le respondía indiferente.
Efectivamente
lo estaba. Debajo de su almohada escondía su DS de Nintendo y jugaba mientras
su madre veía televisión en la habitación contigua.
_¿Por qué
en vez de molestarme no juegas con tu muñeco del hombre Araña?
_Estoy
cansado de lo mismo. Spiderman sólo se trepa por las paredes y aquí no hay
nadie que él pueda salvar porque vivimos en un mundo ajeno a él -contestaba el
niño con su carita de angelito.
Su hermana
lo miraba pensando de dónde éste sacaba tantas ocurrencias. Dabriel era un niño
ingenioso, él era distinto a todos en su familia. Sin embargo, se entristecía
porque no sabía leer. Sí, qué tristeza porque él veía que su hermana sabía leer
y no lo hacía.
Cuando su
Titi llamaba le repetía a su hermana lo mismo: "Amaileen, tienes que leer todos
los días. Mira que la lectura y la escritura son hermanitas y una no puede
existir sin la otra. Además tu vocabulario se enriquece. En la escuela serás
una de las niñas más inteligentes, ya lo verás. Pero por sobre todo, podrás
imaginar otros mundos, conocer otras culturas y costumbres impresionantes.
Cuando descubras esa magia nunca te sentirás aburrida ni sola."
El pequeño
Dabriel escuchaba esas conversaciones por el altavoz del teléfono y
el pequeño comenzaba a soñar. Ahí recordó un libro que su Titi le leyó cuando
los visitó el verano pasado. "Lleva un libro en la Maleta", de
Virginia Read Escobal, la historia trata de una niña dominicana llamada Yaniris
que reside en España con sus padres y regresa de visita a su pueblo natal, y en
su maleta lleva consigo muchísimos libros para regalárselos a sus amiguitos
porque ellos no tienen que leer. Oh, ahora entiendo de donde a mi tía se le
ocurrió la idea de regalar cuentos, pensaba él. Y de hecho, qué mejor regalo
que un libro. Aunque los libros se rompan, las historietas quedan grabadas en
las mentes de los niños tan creativos como Dabriel.
Otro libro
de cuentos que disfrutó mucho fue “La Comunión del Colibrí y la luna” de la
escritora venezolana Omira Bellizzio Poyer. En esta historia la luna resplandece
con un brillo especial por el amor que existe entre ella y el colibrí. Wow,
hasta tuvo la oportunidad de conocer a la autora porque es amiga de su Titi,
quien le autografió dicho cuento y el cual guarda con mucho recelo para algún
día leerle tan bella fabula a sus hijos. Dabriel, tan pequeñito, quería hacer
cosas fuera de este mundo como los astronautas para vivir en el espacio y en
sus momentos libres leer sobre los humanos en nuestro planeta tierra para así,
antes de dormir, imaginar historias en el firmamento rodeado de astros y
estrellas. En sus sueños su imaginación se engrandece cuando comenzaba a leer y
jamás se sentía aburrido porque un gran amigo siempre lo acompañaba: Un libro.
Cuando el
sol salió y abrió sus ojos estaba Titi al borde de su cama con un libro
colorido: una cartilla del abecedario con el que su Titi le enseñó como danzan
las letras y como se llegan a crear las primeras oraciones. Dabriel ya comenzó
a leer y en su mesita de noche muchos cuentos lo invitan a soñar.
Mini Rodríguez- Republica Dominicana.
Índice de autores Julio 2016
Nombre
|
1ºApellido
|
2ºApellido
|
titulo
|
Pais
|
nº
|
Ord
|
Pag
|
Abel
G
|
Facundo
|
hundimiento.
|
Cuba
|
68
|
1
|
2
|
|
Aldo
|
Vicencio
|
Incandescencia-Fragmento
|
México
|
68
|
2
|
3
|
|
Ana
|
Romano
|
Máscara
|
Argentina
|
68
|
3
|
4
|
|
Ana
María
|
Saavedra
|
ENTRE OLAS DE AMOR
|
España
|
68
|
4
|
5
|
|
Antonio
|
Monzonís
|
Guillen
|
LA
LOCURA DEL DESEO
|
España
|
68
|
5
|
6
|
cesar
|
Curiel
|
-Poema
XII
|
México
|
68
|
6
|
7
|
|
Concha
|
Fernández
|
Distraída
|
España
|
68
|
7
|
8
|
|
Egle
E
|
Frattoni
|
Romano
|
Patria Grande
|
Argentina
|
68
|
8
|
9
|
Elsa
|
Mabel
|
Campisciano
|
Entonces
|
Argentina
|
68
|
9
|
11
|
Ezequías
|
Blanco
|
Como
un ala arrancada
|
España
|
68
|
10
|
12
|
|
Ezequiel
|
Feito
|
Sentado
en el banco de una plaza.
|
Argentina
|
68
|
11
|
13
|
|
Fernando
|
Adrián
|
Zapata
|
Otras
manos
|
Argentina
|
68
|
12
|
14
|
Fernando
|
Sánchez
|
mayo
|
Que me dices
|
España
|
68
|
13
|
15
|
Grissel
|
Canche
|
Albornoz
|
Raíces Mayas
|
México
|
68
|
14
|
16
|
José
Javier
|
Martínez
|
Palacio
|
Viaje solitario
|
España
|
68
|
15
|
17
|
José
Rodolfo
|
Espasa
|
Muñoz
|
Amor
|
España
|
68
|
16
|
18
|
Lucia
|
Giaquinto
|
Padre
|
Argentina
|
68
|
17
|
19
|
|
Luis
Alberto
|
Orsini
|
Para piano y orquesta
|
Uruguay
|
68
|
18
|
20
|
|
Mabel
|
Quijano
|
Cuerpo de amada
|
Colombia
|
68
|
19
|
22
|
|
María
José
|
Acuña
|
Toda una vid se nos paso
|
Venezuela
|
68
|
20
|
23
|
|
Marisa
|
Duque
|
Tu voz ausente
|
España
|
68
|
21
|
24
|
|
Mary
|
Ramos
|
ojala te lleven los pájaros negros
|
Colombia
|
68
|
22
|
25
|
|
Mercedes
|
Ridocci
|
Sembré
|
España
|
68
|
23
|
26
|
|
Miguel
Ángel
|
Benasar
|
Colorín
|
España
|
68
|
24
|
27
|
|
Mirta
|
Córdoba
|
Ocurría antes
|
Argentina
|
68
|
25
|
28
|
|
Panolillo
|
Díaz
|
Llego la hora
|
España
|
68
|
26
|
29
|
|
Patricia
|
Cuaranta
|
Un
paseo por el oncólogo
|
Argentina
|
68
|
27
|
30
|
|
Rafael
|
Serrano
|
Ruiz
|
Camina despacio
|
España
|
68
|
28
|
31
|
Víctor
|
Kartsch
|
Brenh
|
Espacio para soñar
|
Paraguay
|
68
|
29
|
32
|
Yini
|
Rodríguez
|
El sueño de Dabriel
|
Rep Domi.
|
68
|
30
|
33
|
Desde estas líneas quiero felicitar a todos los escritores/as que con vuestras poesías, vuestras historias, hacen posible que podamos transportarnos, y vivamos vuestras emociones y sentimientos. Un abrazo. Feliz Verano.
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