Revista N.º 51
- ESPACIO DEL POETA
REVISTA
LITERARIA DE HABLA HISPANA
Febrero 2015
Alfredo. J. Gutiérrez Emergiendo
Yo quiero
Yo quiero, el instante
mismo en que perdí mis pasos...aligerar mi alma de peligros...y el momento
preciso de mis días.
Yo quiero, el sol que baña
mi mirada...que acompañen las flores mi camino...y que la luna sea mi destino.
Yo quiero, que no me falte la
memoria...para recordar aquellos años, que se fueron despacio...sin tregua y
sin demora...para llenar mis días de recuerdos.
Yo quiero, que no me falten las palabras...para cuando mis
ojos entristezcan la mirada...para cuando el olvido visite mi memoria...para
cuando no recuerde el beso dado...y mi sangre se hiele para siempre.
Yo quiero, que no me falte aquel amigo...presente en mis dias
y mis noches...para hablar de esos años que se fueron, despacio...y sin apuros.
Yo quiero, que no me falten las estrellas...cuando la
oscuridad se haga presente...y seguir su huella iluminada...aún presentes en mi
alma viva...!!!
Alejandra Leal Gana. Chile
Cautivo
Se sacude inquieto
aletea
Aun agobiado
se rebela
Mientras lo acordonan
en el intento de
aplastarlo
chilla
hiende
rasguña
Dispuesto
a salir (se)
además gime.
Ana
Romano- Buenos Aires- Argentina
Los
Girasoles
Cuando
canto en la ventana
por
la mañana,
veo
los girasoles
y
el placer cierra mis ojos.
Por
eso canto
porque
el fruto floreció.
No
son antojos
los
besos que el me dio,
porque
brillaba la luna
y
así, su amor me entregó.
Y
pienso en los girasoles
con
alegría sentida,
porque
ya no había sol
y
en mi cuerpo amaneció.
Antonio Monzonís Guillén- Valencia- España
Ojala
Ojala te lleven los pájaros
negros
que te hundan sus picos sin
misericordia...
y sientas como se te sale el alma
por cada desgraciado hueco...
Espero tengas la suerte, de lo
oscuro e incierto...
y amanezcas un día dudando si
vives o estas muerto...
Ojala los pájaros negros se posen
en tu corazón...
y sientas la opresión...y mires
el agujero de tu obcecación...
que te aleteen los insomnios...y
te pesen los ojos...
que te duela la mirada, cuando
veas los paisajes...
pero si nada de esto te pasa...
Ojala te lleven los pájaros
negros
Artesana
de versos, Mary Ramos-Barquisimeto- Venezuela
Palabras
Intento que las palabras
lleven un sonido peculiar:
un aumento de la voz muda
o un susurro ensordecedor.
Pero, no lo logro. Sólo,
se amontonan en el cerebro,
formando sudokus lingüísticos,
para resolverse en sopa de letras.
Y es que voy mucho al cine
donde no me dejan hablar.
Y si lo intento escribir,
la oscuridad me ciega.
Así que, he decidido
ir al teatro. Puede que allí,
entre sus luces, consiga un papel
para mis palabras.
Begoña M Bermejo- Guadalajara España
Nacer al
amor (Hacer el amor)
Las manos,
amanecidas de espera
se buscaban sin verse
se hallaban sin pausas.
En tu mirada
asomaban renuevos
de un amor distinto,
regados
con aquellas lágrimas
que escondía la historia.
Desde la punta de tu lengua
huyeron las palabras,
para ocultarse en la noche
que polarizaba los vidrios,
y al fin… tus labios
hablaron desde el beso,
sepultando mármoles
con intensidad
anhelante y profunda.
Un suspiro
estremeció tus raíces…
y fuiste mujer,
desde los poros
hasta el alma,
y fuiste la hembra
que rompió las cadenas…
Como una luna sangrante
fuiste dejando en mi boca
tus besos de lluvia
Carlos Alberto Giménez –Ushuaia-Tierra de Fuego-
Argentina
Puntos cardenales
Tu saliva es la espuma
que siento incipiente,
tu mirada una estampa
cosida en el celo,
tus orejas dos plumas
tentando a los dientes,
tus caricias, la trampa
tenaz de mi anhelo.
Como el norte y el este
y el sur y el oeste,
como brújula cierta
de tiempos y tramos
señalando celestes
de penas ausentes,
en mi noche desierta
te busco y te amo.
David
Reverte López- Alicante - España
Centro de estrés
Van las hojas consumiéndose en el tiempo,
van los hombres tomando el tranvía
que los llevará
a su labor diaria en el centro de la
ciudad,
a aquel centro donde todo es cambio
continuo,
donde todo es noticia de última hora
y donde el estrés del día a día
habita en el cuerpo
Diego Miró Quesada Mejía- Lima- Perú
Renacimiento
Escribo
el epitafio:
Te pertenecen
las ausencias,
los silencios,
las pausas y
los egoísmos.
E indagarás en
tus propias
cavernas,
aún cuando
toda luz se
haya apagado.
Diego Santiago Cazzaniga-Rafaela- Santa
Fe -Argentina
Rebeldía
Borrarme de la tierra
es pretensión inútil.
Me niego a ser
un gusano más del césped
o un trozo de carbón ardiente,
repleto cráneo de aserrín.
No soy polvo que vuelve al polvo
ni inútil obituario en los periódicos.
Soy más fuerte que las células nefastas
que se reproducen a diario.
Soy agua que arrasa los caminos,
turbulencia de duna en el desierto.
Conmigo no podrá la muerte.
Egle Frattoni Romano- Rosario- Santa Fe-
Argentina
El
Mago del Martillo
En las inmediaciones del club
"Sportivo Balcarce" se encuentra la herrería artística "El Mago
del Martillo". Su dueño, Don Gavilán, es verdaderamente un artista y un
mago con el martillo, al cual maneja con precisión de cincel. Habitúan este
establecimiento personajes varios como el Chuleta Martinez y el Turco Alcoyana;
individuos que usufructúan de la charla amena del Mago, así también como de su
yerba secada al sol.
Gavilán es capaz de engendrar
cualquier elemento férreo valiéndose sólo de fragua, hierro y martillo. Una
calurosa mañana balcarceña, el Mago del Martillo estaba en plena faena:
sostenía un perfil con el pie, martillaba con la derecha y soldaba con la zurda
mientras sostenía la pieza en posición con los dientes. Mientras tanto,
Alcoyana intentaba conseguir el más fino hilo de agua visto jamás, para
acertarle al mate alejando cada vez más la pava del blanco. De este modo
-sostiene Alcoyana- en el camino al reservorio, el agua toma de la esencia del
lugar y por ello es importante incrementar este intercambio.
Gavilán, un poco molesto por la
asimetría de las actividades, le espeta: -Escúcheme Alcoyana, ¿Cómo puede ser
que usted esté siempre perdiendo el tiempo? -Mire -contesta Alcoyana- puede ser
que yo pierda el tiempo, pero me parece que aquí nadie lo encuentra. Sin cortar
el fino chorrito lo ultimó: -Además, amigo Gavilán, voy a revelarle un secreto:
el tiempo murió.
-Puta madre Alcoyana, déme un mate
que me electrolicé la lengua con la eléctrica. Puagfh! este mate es un asco, no
ve que tirando el agua así se lava!!!
-Permítame disentir en esto Gavilán; el sabor de la infusión no se debe a la técnica utilizada sino a que esta yerba tiene más de una semana de uso; su estado es inexorablemente tenue. Ahora, volviendo a sus dichos previos, advierto en ellos una contradicción, o tal vez -con un poco más de suerte- una paradoja: Usted dice que yo pierdo el tiempo, pero a mi me sobra; mientras que usted, que declara aprovecharlo, jamás tiene un minuto. Siéntese tranquilo Gavilán, vamos a tomar unos mates a ver que asalta nuestra mente.
-Gracias Turco, pero tengo que
entregar 14 rejas para mañana y recién voy por la segunda.
-Es una lástima Gavilán que el
tiempo no se pueda transferir. A mi me sobra, pero aunque se pudiera, jamás le
cedería ni un poco para que confeccione esas rejas. Gustoso si le daría todo el
que poseo para que termine la escultura de los angelitos, para la cual Ud.
nunca tiene tiempo.
El Mago se quedó un instante
pensando en silencio y arrancó: -Tiene razón Alcoyana, tome, compre un paquete
de yerba 0 Km que yo hoy me voy a dedicar a terminar los angelitos.
-Vamos todavía, vuelve el Mago del
Martillo! No sabe la alegría que me dá. Yo, que lo he visto con un cacho de
fierro mudo, bigornia y martillo engendrar cosas sublimes como "Diosa
terrenal", "Mari-posa Boreal" y "Calesita de la Plaza
Guemes", me revuelve el estómago verlo fabricar estas absurdas rejas.
A lo largo de ese día Gavilán
termina "Los Angelitos". La obra resultó verdaderamente bella y
conmovedora, pero tanto el Mago como Alcoyana se quedaron como vacíos,
contemplando la obra terminada luego de tanto tiempo en proceso. "Los
Angelitos" eran eternos hasta que el Mago los terminó. La vida de la obra
era el mientras tanto, el inconcluso, la incertidumbre del estado final. Hoy ya
es lo que será, y no queda lugar para la imaginación. El artista no se permitió
esta pérdida y sin dudar, con fragua y martillo convirtió a los angelitos en un
cúmulo de hierro con posibilidad de ser todo o ser nada: con posibilidad de
ser.
A partir de este día, los muchachos
prometieron no terminar nada de lo que empiezan. Muchas veces deben soportar
agobiantes presiones de sus mujeres y clientes, pero estoicamente cumplen con
esta promesa.
Enrique Spinelli- Balcarce- Buenos Aires- Argentina
Pasado, Presente, Futuro
Lo pasado, lo
presente, lo futuro
son las agujas
del perpetuo reloj,
y los
hombres(con hazañas e infortunios)
somos el vivo
tiempo del corazón...
...que palpita
sus derrotas y victorias
(porque la
vida pide más resplandor)
y prosigue en
sus caminos por más glorias
(porque la
sangre fluye...pese al dolor...
...del pasado,
del presente, del futuro...
...¡del
movimiento del perpetuo reloj!).
Y los
hombres(con hazañas e infortunios)
fuimos un
sueño que intentó ser mejor.
Fuimos un
sueño que jamás se logró,
¡pero
cambiamos,...con razón, fe y sudor!
Somos ya el
tiempo que podrá ser mejor:
¡Ya, sin más
vueltas!¡Ya, hacia un Gran Corazón!!!
Fernando Adrián Zapata- Concordia- Entre Ríos-
Argentina
Tía Doris
Entre nosotros.
la vida siempre fue
distante,
bajo este cielo
donde la cruz del sur
todo lo hace lo distancia.
Nosotros también fuimos
esquivos
de signos de amor
convencional.
Pero puedo verte
aun,
puedo imaginarte
despojada ya de todo
cambio.
Se que no hay orden
en las cosas posibles,
solo perviven signos
intangibles.
Islas secretas de lenguaje
deslumbrado
allí donde antes hubo voces
veneradas.
Tengo la dulce impresión de
haberte conocido,
en un cara a cara junto a
tu gran pedagogía
y nada más...
Uno se embriaga de esos
venenos que no matan
pero señalan la caducidad
del tiempo.
Hay una vieja fotografía
donde pareces Ingrid
Bergman,
inmaculada...
Junto a tu máquina de coser
en el fondo se ven los
viejos libros
entre pulcras ropas
ya olvidadas.
El limonero en flor,
señala que es próximo el
invierno...
Al fin que importa el
tiempo
cuando todo se cumple
y morir es solo un detalle
necesario
como pasar por delante
para decir adiós, nos
vemos,
hasta luego.
Héctor Berenguer- Rosario- Argentina
Lagrima
Me siento tan sola…
como una lágrima
como un pájaro que perdió su rumbo
como una piedra que hicieron rodar
como la espuma del mar en la arena.
Llegada a todo y a nada
sumergida en el mar
en la inmensidad de la noche
sola con todos
sola conmigo.
El pecho me oprime
mi boca no besa
mis manos no rozan
mis ojos perciben
mi alma a la deriva.
Mi corazón bulle
mi mente cuestiona
los sonidos me aturden
mi corazón herido
y no hay quien lo vea.
Todo fuera de mi alcance
como un sueño
como una quimera
como el ular del viento
como un beso furtivo.
Como el treno que asusta
o el relámpago que enceguece
las voces lejanas del jadeo
y el eco de mi alma que gime.
¡Cuanto te añoro!
Iael Vered.- Israel
Metrónomo
para lectores
Es probable que
nuestro lector sepa que el metrónomo es un aparato indicador del tempo o compás
de las composiciones musicales. Mediante su empleo un intérprete sabrá con
precisión cuál es la duración exacta de los compases, según la concibió el
compositor y la indicó para determinada partitura.
El
primero data de 1812 –wikipedia mediante- y gradualmente reemplazó, aunque no
del todo, a las indicaciones más difusas de una escala expresada en italiano
que comenzaba en el “grave”, “largo”, “larghetto”, “adagio” y así en velocidad
creciente hasta el “vivace”, “presto” y prestísimo”.
Al
margen de tecnicismos y opiniones muy especializadas de grandes compositores,
que no nos interesan aquí, resulta evidente que el mensaje estético de una
composición musical se ve alterado si lo es su tempo. Igual fraseo,
acompañamiento, armonía, etc., producen efectos disímiles al alterar la
velocidad de ejecución. Queda la anécdota que recorre generaciones: Beethoven,
el primero en utilizar indicaciones de metrónomo en sus partituras, allá en su
etapa más clásica, lo consideró después una abominación para la nueva música,
que concebía libre. Es una paradoja más que las obras del genial sordo
posteriores a la Tercera Sinfonía, “Heroica”, cuando la veta romántica
predomina en él sobre la clásica, se impriman aún con leyendas metronómicas. A
mi lado, me observa Ezequiel que en la Octava Sinfonía él mismo volvió a
incluirlas.
La
literatura, igual que la música, transcurre en el tiempo. Las palabras se
suceden unas a otras como las notas. Sin embargo, hasta donde sé, jamás se le
ocurrió a nadie incorporar a un texto alguna indicación de la velocidad con que
debe leerse, para respetar el sentido original. “Sentido”, utilizado en su significación más amplia, no
restringida únicamente a la comprensión lógica del contenido.
Hay
algunos supuestos detrás de esta ausencia de metrónomo para lectores.
Creo
que el más obvio es que la lectura, como la escritura, ignora al tiempo a pesar
de transcurrir en él. Al menos así se lo consideró durante milenios. Recién a
mediados del siglo pasado se idearon técnicas de lectura veloz, con aplicación
restringida a textos orientados a la mera información, que poco o nada tienen
que ver con la literatura.
Un
poco menos obvio, pero también reconocible, es el hecho de que quien escribe y
quien lee están ligados por un acuerdo tácito, más allá de que compartan o no
un espacio o una época común a ambos. Esta correspondencia que en grado sumo
logran las grandes obras, tiene que ver con el concepto de “sinfronismo”,
expuesto con tanta claridad entre nosotros por Raúl Castagnino, a partir de la
enunciación de Ortega y Gasset, que a su vez la tomó de Goethe. Al alcanzarse una resonancia armónica
entre el autor y el receptor, una vibración común que es enteramente
espiritual, la velocidad de lectura se regula per se, lo hacen las palabras con
otra dimensión a la de las notas musicales, sin requerir artilugios accesorios.
También
es válido apuntar que el buen lector está habituado a la relectura y que en ella seguramente ajustará el
tiempo que le demanda un párrafo, una página o una serie de ellas, con la
percepción previa de una primera recorrida de reconocimiento.
Pero
se puede ir un poco más lejos para enriquecer el tema. Hay textos –se me
representan muchas de las páginas de Alejo Carpentier- a los cuales una lectura
morosa restará el efecto de conjunto que procuró el autor, con abundancia de
notas coloridas y un exquisito movimiento interno con el que parodia la
realidad que está representando en palabras.
O la
vivacidad intrínseca de algunos textos, que demorados dicen algo bien distinto
de lo que se quiso expresar. Viene a mi memoria una ya famosa observación que
cierta vez hizo Saramago a un amigo. Éste le reprochaba que no podía comprender
determinada obra, y el autor le respondió, simplemente, “no la estás leyendo
bien”. En esa deficiencia de lectura me atrevo a incluir la velocidad con que
la había intentado.
En
el otro extremo, ¿cómo pretender una correcta apreciación de muchas páginas de
Borges, algunas tan breves como significativas, corriendo sobre las palabras?
En esos textos –e incluyo buena parte de su poesía- hay palabras con una
consistencia, un peso tal, que no hay forma adecuada de leer si no es
deteniéndose, volviendo al punto anterior, relacionando.
Para
avanzar un poco más: tal vez sí exista un “metrónomo” para lectores, aunque no
se materialice en un aparato mecánico o electrónico similar al de los músicos.
La época, el ambiente en que fue creada una obra, también imponen su tempo. Si
el lector conoce las circunstancias que rodearon a la creación –y el buen
lector suele tenerlas en cuenta-, ellas le brindarán una guía para la lectura
inteligente, para la que vale.
Jorge A. Dágata- Balcarce – Buenos Aires- Argentina
Han
Guardado Silencio…
Han guardado silencio, las
paginas vividas en aquel verano,
y le han permitido al
presente, un libre albedrío por sueños ganados,
me niego a nombrarte, a
pensarte cerca, pues en mi todo ha cambiado,
me entrego tan dulce, tan
frágil, tan vivo, en brazos del amor, en un futuro inmediato.
Jorge Amado Serrano –Suardi- Santa Fe -
Argentina
Puede que seas feliz cuando
olvides el mundo
Puede que seas feliz cuando olvides el mundo
que te proponen y cojas el barro en tus manos.
Solos, nosotros lo somos hasta la ensenada de Mónsul,
pareceríamos de tanta luz transparentes antorchas, la hoja
de un eucalipto, desde la varia de los genoveses.
Nunca descansas y dejas
la sensación de una espera en el amanecer
interminable del párpado
Avísales
cuando te alcancen, del sucio
barro ablandado en el agua de las caracolas,
de la quietud aterrada de los pararrayos los idus
con el azul encantarañublado de marzo,
de lo imposible del molde en las olas del mar.
Te dejarán sin pañal con el pie, por ahora descalzo:
El placer
libre de tu desnudez o el relámpago les golpeará desordenándoles.
José
cabrera Martos- Jaén- España
Amor,
amor, huyamos…
Amor, amor, huyamos de la
tierra sombría.
Viajemos por la vasta red
del universo,
a buscar los alegres
planetas diminutos,
habitados por claveles
purpurados de rubéola.
Allí, los saleros y los
azules manteles,
nos abrirán pequeños mares
derramados por las mesas.
Allí, seremos espigas
coronadas por la aurora,
o quizás, ruiseñores
volando del cielo al día.
No habrá vara que toque
nuestros rostros con malicia;
andaremos desnudos por
caminos sin señales;
nada ni nadie socavará
nuestra dicha.
Y al llegar la noche,
sosegados por los dones del abrazo,
pasearemos por las islas de
perennes primaveras:
gobernadas por jazmines,
que no saben de espadas ni trabajos.
José Rodolfo Espasa- Benidorm- Alicante- España
Navidad
Las campanas tañen
con sonido de voces especiales
Aldabas de raro metal
suenan
en las invisibles paredes laterales
Nuevo árbol nevado
motiva el inusual espacio
Brillan adornos multiformes
desde los azules y dorados.
Desbordándose
por la estructura artificial
de sus gajos.
Cintas mágicas bailotean,
abren puertas, suben escaleras,
se instalan en la Mesa Navideña
rodean las copas
y se hunden en el champagne.
Sobre la fantasía del vértice
se balancea la intangibilidad
del pasado... desmesura del tiempo
(Ese tiempo
que hoy atrapo entre mis manos)
Y en el predestinado instante
chocan los cristales de la vida
Tintinean los “Te amo”
¡Brindis por la existencia
del Amor en esta Navidad!
Lucia Giaquinto- Victoria- Entre Ríos-
Argentina
Compás
de espera
Mis sentimientos cautivos, en el foso del olvido, en espera del
indulto que me dé la libertad. Pero el olvido no llega, para perdonar mi pena
de no poderte olvidar.
Olvido de olvidar tu olvido; esa es la peor condena, amarrada
con cadenas de eslabones de dulzura, caricias, besos, ternura, soldados a fuego
vivo en un horno de pasiones, que el tiempo ni la distancia podrán
desencadenar.
Los senderos del camino con penumbras y con sombras; infinitos,
tortuosos, arrastrando las cadenas engarzadas en mi alma, cargadas con tu
recuerdo, y mendrugos de esperanza, que se van endureciendo en mi largo
caminar.
La tenue luz del recodo ilumina mi tristeza, que sonríe si a lo
lejos imagina tu silueta; con apuesta gallardía, paso firme, energía, voz de
calidez extrema, y una mirada tan limpia, que al fundirse con la mía, como en
aguas cristalinas, me devuelva aquella imagen que tú conociste un día.
Bendito día del encuentro, de ilusiones compartidas, promesas de
eternidad, de ser mi luz y mi guía, mi camino, mi esperanza, mi ilusión y mi
alegría; que languidece sin rumbo, sin metas y sin salida, en un limbo sin
final, esperando la partida.
Marga Utiel- Badajoz- España
Tu Amor.
Las hojas caen,
pierden su verde color,
mientras tu cuerpo
estremece mis ansías,
y tu boca es el refugio
de mis besos ,
y de tus ojos ya no
quiero huir.
Y huelo a ti,
y tu olor se impregna
en mi, es mi alimento.
y a tu sexo se acopla
mi sexo.
Amante mío,
puéblame los labios,
habítame, respírame,
en esas noches
de pálida luna ,
despobladas de estrellas,
quiero beber tu infierno,
y que este amor,
fluya por los huesos,
se haga sangre, saliva.
se haga día., silencios,
y palabras y versos.
María Isabel Campos
Quijano- Colombia
Larga ausencia
Larga se me va siendo esta espera
preguntándole al tiempo inexorable,
cuando es que vendrás o si vendrás
muriendo entre desesperanza y dudas
Larga se va volviendo esta ausencia
que cubro en mi lecho sin tu cuerpo
sedienta de tu amor y tu regreso
esperándote hasta el alba, despierta
Qué oscuro y vacío es tu silencio
oculto dentro del hilo del teléfono
sin tu voz, sin ecos que apaguen
el grito ahogado aquí en mi pecho
Sabrás acaso tu de otras ausencias?
de otros regresos, silencios y esperas?
Sabrás que me olvidaste y yo te espero?
Cómo me arranco del alma este despecho?
Nunca ha sido tan infinita una espera,
ni podrá haber jamás tan larga
ausencia
y aun así mi grito quiebra el silencio
El corazón desgarrado dice: Espéralo...
Aún mi amor pide otra esperanza,
aún sembraré otras esperas y regresos
Aún dejaré para ti mi puerta abierta
La larga ausencia no matará tu recuerdo
María José Acuña
Beláustegui. Curmaná –Venezuela
Acunados
entre sábanas de seda
Acunados entre sábanas
de seda
con la melodía que
envuelve,
Haciéndonos soñar....
A pesar de la tristeza
y desgarro de sus notas
en cada fibra del alma.
Mirando a la luna nueva
en noche oscura.
Cuajada.
Donde las estrellas
brillan más...
Los sueños se yerguen
hermosos o tristes...
Ilusiones bellas.
Quizás, pesadillas…
Y el silencio también calla.
Nieves M.ª Merino Guerra-
Gran Canaria- España
Vacío
No sé cómo vivir, nunca lo supe,
perdido en "mi mundo"
inteligible
navego por espacios intangibles,
y, soy fruta que la dicha escupe....
Mi mente es vacua, incomprensible,
lagrima que ninguna oquedad cubre,
torbellino que tiende al
desagrupe
de mi esencia:¡ conjunto destruible!.
Ya no espero caricias del destino,
sobrevivo sin mirar, ni reprochar
al "buen Dios" su extraño
desatino.
Ya no me causa dolor desesperar.
la esperanza huyó de aqueste sino,
ni en mi alma quedó sitio para amar.
Paco José González. Sevilla - España
Nunca te fuiste
(Hasta siempre compañera, descansa en paz)
El alba se
despierta en cálido paisaje
un sereno y
naciente albor se abre aterido
matizado en rojizo, de
encanto indefinido
óleo de
mezclados rubores, homenaje.
Mis pasos van sin rumbo
vagan, viendo el paraje
un arroyuelo
plácido, va bañándose fluido
el sol cruza los
cristales moviéndose y herido,
en el
perpendicular rayo claro, salvaje.
Una vasta belleza se le
rinde al sentido
Y tan grande no
existe, seductor, relajante
se abre lo idealizado al
embrujo translúcido.
En mágica
escalera de terciopelo y ante,
y tú Madre,
desciende, bésame mi sentido,
nunca te fuiste, vives
en mi más grande instante.
Pastora Herdugo Málaga-España
De tres en
tres
De tres en tres…
sueños que arrebatan,
reinventos de futuro,
Ilusiones de la
mente,
se presentan cada
noche.
De tres en tres…
golondrinas de la
vida,
mundos irreales
de lo que pudo ser,
lo real y lo
probable.
De tres en tres…
biblioteca de sucesos
donde encontrarte es
frecuente,
añorarte seguro
y una realidad
amarte.
Rafael
Serrano Ruiz – Madrid- España
Interludio
Deja que el estremecimiento del
latido
verifique pacientemente el pulso
el aliento de su proximidad.
Que oiga el golpe de la sangre
como un soliloquio de retornos.
Ante el derramamiento de esa luz
interior
busca la imperceptible visión
sacude el párpado. En ese sueño
saltan los sosiegos. Tus astros
se desbocan. La palabra es sólo un
equilibrio azul en medio de la tregua.
Se respira el abismo. Sientes que te
avasalla. Que rompes tus jadeantes
esperas.
Se llama corazón. Bebe las viñas del amor.
Un vuelo de libélulas ronda por sus
espacios.
Simon
Zavala Guzmán-Guayaquil- Ecuador
Amo los gestos pequeños:
Amo los gestos pequeños y delicados,
pues ellos se parecen a ti;
en el mágico desliz del verso,
y en la fragancia del rosedal,
que describe filosofía profunda,
en el sencillo devenir de los instantes.-
Escribo en letras pequeñas,
pues ellas se cuelan con asiduidad,
entre el mundanal ruido,
para llegarte al alma,
así como lo hacen esas melodías infinitas,
que saben a dulzura nunca probada,
en labio alguno.-
Y esos atardeceres ,
en que Neruda se pasea en el horizonte de las
olas,
se hacen magia en medio del silencio,
como emulando poemas de amor,
y canciones desesperadas,
notas diminutas en papel,
que el tiempo ha marcado,
para que el compendio fuera perfecto,
Amo los gestos pequeños y delicados,
las letras y sinfonías misteriosas,
Amo a todas ellas,
porque ellas se parecen a ti.-
Víctor Kartsch Brenh- Encarnación -Paraguay
Ya no danzan tus ramas besando el aire
Ya no danzan tus ramas besando el
aire
ni tus hojas saludan el pastizal,
con sus garras feroces el
vendaval
te ha privado de a nadie ser ya
socaire…
Te admiró todo el bosque por tu
donaire
y acogiste a tu sombra por un
igual
tanto al más poderoso como al
trivial,
éstos que ahora te ignoran por tu
desgaire…
Viejo árbol caído ya eres
historia,
lluvias, tierra y gusanos te
absorberán
sin que nada te quede de aquella
gloria.
Que otros árboles nuevos se
alzarán
y si algo quedara de tu memoria
ni las nubes ni el cielo lo
escribirán…
Los que ayer te admiraban te
olvidarán
aunque también a ellos, sin más
victoria,
otros vientos y lluvias los
borrarán
Xavier Coderch Vives- Barcelona- España
Lista de autores Febrero
Autor
|
número
|
titulo
|
|
|
|
Alejandra
Leal Gana
|
51-1
|
Yo quiero
|
Ana
Romano
|
51-2
|
Cautivo
|
Antonio
Monzonís Guillén
|
51-3
|
Loa girasoles
|
Artesana
de versos
|
51-4
|
Ojala
|
Begoña.
M. Bermejo
|
51-5
|
Palabras
|
Carlos
Alberto Giménez
|
51-6
|
Nace
el amor
|
David
Reverte López
|
51-7
|
Puntos
cardenales
|
Diego
Quesada Mejía
|
51-8
|
Centro de estrés
|
Diego
Santiago Cazzaniga
|
51-9
|
Renacimiento
|
Egle
Frattoni Romano
|
51-10
|
Rebeldía
|
Enrique
Spinelli
|
51-11
|
El mago del martillo
|
Fernando
Adrián Zapata
|
51-12
|
Pasado,
presente, futuro
|
Héctor
Berenguer
|
51-13
|
Tía Doris
|
Iael
Vered
|
51-14
|
Lágrima
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Jorge
A D´Agata
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51-15
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Metrónomo
para lectores
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Jorge
Amado Serrano
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51-16
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Han
guardado silencio
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José
cabrera Martos
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51-17
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Puede
que seas feliz cuando…
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José
Rodolfo Espasa
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51-18
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Amor,
amor, huyamos
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Lucía
Giaquinto
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51-19
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Navidad
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Marga
Utiel
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51-20
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Compás
de espera
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María
Isabel Campos Quijano
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51-21
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Tu
amor
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María José Acuña Beláustegui
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51-22
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Larga
ausencia
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Nieves
M.ª Merino Guerra
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51-23
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Acunados
entre sábanas de seda
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Paco José González
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51-24
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Vacío
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Pastora
Edurgo
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51-25
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Nunca
te fuiste
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Rafael
Serrano Ruiz
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51-26
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De
tres en tres
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Simon
Zavala Guzmán
Víctor
Kartsch
Xavier
Coderch
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51-27
51-28
51-29
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Interludio
Amo los gestos pequeños
Ya no danzan tus ramas …
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