Revista N.º 50 - ESPACIO DEL POETA
REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA
Enero 2015
Nora Corradetti N12
Demencia
Alarido
que
amputa
el
secreto
Y
en la tersura
llaga
¿Qué
otra cosa que el semblante
la
mueca
agrieta?
El
murmullo
acrecienta
las
pulsaciones
¿Y
quién
-confisca-
los
espasmos?
La
sábana
invisibiliza
el
bisturí.
Ana Romano- Buenos
Aires-Argentina
En el
mundo del niño
¡Madre!
¿Dónde
está el cielo?
En
la imagen de Dios
con
terciopelo.
¡Madre!
¿Qué
es el infierno?
Lo
que no piensa Dios,
porque
es más tierno
¡Madre!
¿Dónde
está el sol si es de noche?
En
la cama durmiendo,
como
anteanoche.
¿Y
la luna?
¡Madre!
En
la ventana.....
que
hay en el porche.
Antonio Monzonís Guillén- Valencia- España
A ti, poeta...
Déjame ser tan loca como cuerda…
Tienes un sueño de cantar en la
alameda.
Te vas cruzando las praderas
verde claro
con el morral de tus sones
afinados.
¡Viva la vida que te enseñó a
caminar!
Sin un aroma de cordura en tu
maleta
porque tú tienes el alma del
poeta
que siempre viaja con su mente a
otras esferas.
¡Viva la vida! ¡Viva la antorcha
peregrina!
Hay en tu alma mil pedazos de
conciencia
que se levantan en un grito de
protesta
porque son fotos desnutridas las
que llegan.
Dame tu lanza guerrero de lo
nuevo.
Déjame “ser” tan loca como cuerda
dime qué siente una estrella
destellando
y qué se escucha en el mar de los
lamentos.
Dime si el sol es un misterio o
un invento
y si la luna es la señora de los
cuentos.
Dime poeta qué se te ocurre
cuando vuelas
por la corriente del canal de los
que crean.
No me reproches por pedirte tanta
ciencia
es que a menudo te codicio la
excelencia
y la maestría que manifiestas en
tus versos
los que me alejan de este
infierno que ya apesta.
Cuando tu libro entre mis manos
parpadea
yo te bendigo por llevarme a otra
ribera
y allí me vuelvo un ser humano
que se vive
en las palabras con que arrobas
mi glorieta.
No dejes nunca de decirme en
cuatro versos
una compleja realidad una amorosa
historia
una dulce promesa de que hay flores
que aún subsisten en este mundo
ceniciento.
Estoy bebiendo del licor de tus
imágenes
y paladeo con fruición este
momento
donde me vuelvo una gaviota que
trasciende
con las ofrendas de tu verso
verdadero.
Beatriz Ojeda- Montevideo- Uruguay
Para que
me abraces
Para que me abraces
forjé diademas sobre tus
labios
tamicé mis cicatrices,
llegué con el corazón en la
mano
a caminar tu vereda,
cuando el otoño se vestía
de ocre.
Para que me mires
apagué el sol cuando nacía,
muchacha amanecer,
para mirar en lo profundo
de tus ojos
que sonreían sin atreverse
a condenar la intrepidez
y la urgencia de mis manos
Y me hundí en tu piel,
y te sumergiste en mis
hombros,
y besé tu boca
y besaste mi tiempo
y caminaste mis huellas
y corrí sobre tu cadencia
y descansé en tu cintura
y te dormiste en mi pecho
y grité amor con mi
silencio
mientras sonreías en
sueños…
Para que me encuentres
me disfracé de crepúsculo
acuné la primera estrella
que alumbró entre mis
dedos,
y te propuse caminar la vía
láctea
con la desnudez de tu alma
apacentándome…
Y grité amor con mi
silencio
mientras sonreías en
sueños…
Carlos Alberto Giménez- Ushuaia- Tierra de
Fuego- Argentina
Descalza
Descalza.... ... descalza camine ante el amananecer
prendida y suspendida por la luz de tu edén
me apropie de tus sueños, tus caricias me las robé
latí al ritmo de tu pecho y balié en ese cuarteto de
versos
muy pegadita a tu cuerpo.....
... me cubrí con tus palabras,
me fundí en la sabiduría de tu savia
deshoje tu canto regué tus raíces con una lagrima
llene cada recodo de mis entrañas con el fuego de tu
mirada
inmolando mi cuerpo de saladas nostalgias....
...todo a mi alrededor giraba, cautiva
a tu playa me arrastrabas
corales encarnados, en tu mar de esmeralda
vislumbra la ilusión de los sueños
se abría esa cajita de nácar y plata...
...descalza camine, por las realidades de tu ser
las emociones se perdían por cada poro de mi piel
cautiva en tu aliento mi mente se abandonaba,
en la dorada melodía que invadía mi madrugada
caminé por tu sueño descalza.......
Carmen
Leyre Quintana- Torrejón de Ardoz- Madrid- España
Anclando
esperanzas
A quien
despides...
....
por quien esperas??
Preguntas
vienen y van, mientras mis pies van hurgando la húmeda arena
crisol
de verano, escondrijo de artrópodos alfombra de algas!!
Ya no
más me oculto, ni de mis temores ,ni de tí...menos de todos...
Aquí
encallo mi barco. justo en el tímido beso que segundo a segundo le da el
mar
a la
arena..
El mar
se me convierte en tules y bufandas,
pretendiendo
que vuele y salga del mutismo... ese azul que vuela, ese azul rocío
me moja
la cara, despierta mi ensueño...
Viajo
tras la estela de una despedida, allá tras la bruma de blancas gaviotas
un amor
se ha ido...
Que me
traes olas?
Quizás
un navío me signe su norte y desde su alcázar aviste el aroma
de la
blanca novia vestida de bruma...me rescate en alas de nubes muy blancas...
En
brazos que apaguen soledades frías...que encienda fogatas con chispas de
ardores
de
presencias nuevas!!
...y así
envuelta en tules regalo del mar, mil suspiros de rocío para el que se fué...
...y
todo el embrujo guardado emergiendo entre anhelos del alma, para el que vino
entre olas,
surcando
mareas anclando esperanzas!!!
Carmen Guzmán Cedeño- Curmaná
– Venezuela
Epitafio
El día que todo
recobre su antiguo sentido,
el día que nada
parezca bastante importante,
el día que el
cielo grisáceo retruene sangrante
al punto
preciso de hacer un silencio temido...
Que venga el
recuerdo celeste del tiempo perdido,
que rápido
acuda a mis sienes de pulso cesante,
que clave bien
dentro sus uñas de punta cortante
y grabe en la
carne estas letras que luchan olvido:
no hay risa sin
llanto ni lágrima viva inservible,
caer fue empezar
a subir y ascender fue la roca
atada a un
pescuezo de nube pensada invencible.
Mas nada es en
vano, que el miedo sencillo a lo inerte
se muestra inútil
borrando la luz de mi boca
y aquello que
fui vivirá aún a pesar de mi muerte.
David Reverte López- Alicante- España
Corazón
arrancado
¿Serás real alguna vez?
le preguntó el hombre a la divinidad.
Sólo si tu corazón lo cree
le contestó ésta llevándose la mano al pecho.
Entonces el hombre se arrancó el corazón
y toda esperanza quedó perdida.
Diego Miró Quesada Mejía- Lima -Perú
Tú, espejo
Desnudo en la
noche ciega,
te toco
con la mudez
de un secreto
que sonríe a
tientas.
Y otras luces
me descubrirán
ante ti
como lo que
soy,
amor encriptado;
como lo que
serás,
lucero
abriendo los
ojos
de mi alma,
descifrando la
clave
en notas de
setiembre,
[despertando el
misterio,
petrificando la
magia
del diamantino
momento.]
Diego Santiago Cazzaniga- Rafaela- Santa
Fe- Argentina
Elegía para María Luz y su tigre de felpa
“Sano…¡Cómo
suena esto aquí! ¿Tiene sentido todavía?
Aquí
cada uno es como un elixir fresco
pero
no he visto a los que nos han de beber”
Rilke: Réquiem por la muerte de un niño
I
Mis
torpes manos acarician tu forma de tigre. De tigre bueno,
cuando
todas las mañanas pones frente a mis ojos,
una
mansa aurora de colores para jugar con mi alma.
Luego,
dibujas la luz, los árboles y sus pájaros
que
cantan libremente
cuando
tomas mi mano con amor temprano,
el
único amor posible para una nena casi muerta
que
sólo habla el idioma de su tigre.
Así
he aprendido muchas cosas:
A
contar nubes y estrellas,
a
pronunciar mi nombre y el de la noche;
y
disfrutar del sincero cariño de todos aquellos
que
día a día anticipan mi pequeño paraíso.
Tu
piel es como un libro
donde
leo un poema casi imperceptible
cuando
aran mis dedos, esparciendo la semilla
de
una alegría oculta entre sencillas lágrimas.
Yo
no puedo entender todo lo que haces, y es por eso
que
te amo en silencio, en mi inmovilidad perfecta,
mientras
tú me enseñas que esa aurora quieta,
es
el sutil puente entre mi salud y tu alegría;
entre
tu serenidad de tigre y mi resolución de niña
para
seguir amándote.
II
Hemos
creado nuestro propio cielo, nuestra tierra,
y
el mismo sueño que soñamos. Pero nuestros cuerpos
aún
tienen la rígida posición exacta que necesitan
quienes
han de acomodarlos,
y
mis ojos sin preguntas hace tiempo que entienden el lenguaje
de
aquella que ha de acompañarnos.
Soles
y planetas gravitan sobre nosotros, ¡y cuán leve es lo que sentimos
cuando
mis manos te acarician y hablan con el mismo silencio que mi alma,
aunque
un día nos separen y me beban como un elíxir fresco,
sin
saber que ambos fuimos una misma carne!
III
En
ese día seré librada de este peso,
de
mi cama, de mi silla, de mis ropas,
y
podrás decirle al ángel los secretos que tanto compartimos.
Pequeño
tigre, cuéntale nuestra historia
abrazado
a él, para que entienda
que
siempre habrá más bien que dolor en esta tierra,
y
aunque tarde mucho en comprenderte,
sé
que al fin entenderá, se alegrará y te amará
como
yo te he amado.
IV
¡De
cuántas auroras le hablarás cuando me vaya y deje
en
tu suave piel, el perfume de lo que fue mi vida!
Ezequiel
Feito- Balcarce Argentina
Amor… cómo quisiera…
Quisiera volar
muy lejos
y adelantarme
al destino
llevando hacia
mí tú camino
curándote
errores añejos.
Quisiera
tenerte una vida
y no prometer a
la ligera
regalando el
amor que me queda
deshaciendo en
ti cada herida.
Quisiera
habitar en tu mente
como la noche
descansa en tu sueño
como esa luz
que el alba desliza
por el árbol
cuando amanece.
Quisiera que
siempre tengas presente
que rezo por
ti, cuándo estas ausente
que conocerte
fue mi mejor momento
Y que contigo
descubrí… la perfección de mi tiempo.
Grissel
Canche Albornoz-Mérida- Yucatán- México.
El último crepúsculo
Dicen que es calmo
el lecho de la muerte.
Más nunca sabré la dirección de
mi último crepúsculo
ni la imprecisa noche a la que
habré de entregarme.
Ver morir a otros
descubre nuestra desnudez frente
al destino.
Como Casandra,
el hombre tiene la horrible
misión
de dar a luz el porvenir.
Cada cual lleva paciente
un cadáver con su nombre
y muere siempre el otro
su reverso imaginario.
¿ Quién puede como quería Rilke
construir su propia muerte ?
El peso de un cuerpo
tiene la densidad de una piedra
en la caída.
Lo sabe la mujer que va a parir,
o después de la cópula
cuando aún yace su amante sobre
ella.
Morir es un arte superior a la
muerte.
Lo supo el samuray
que cultivó esa extraña criatura
ante un capullo de cerezo.
Lo supo Mishima
pétalo derramado en su cuenco de
jade.
Ante la muerte
no hay virtud
y no hay medida.
Héctor Berenguer- Argentina
Así comenzó el olvido
Te
busqué en la leve soledad de un sueño,
en
el bosque callado de las libélulas,
en
la escarcha que se ríe del hielo,
en
la callada por respuesta.
Busqué
tus ojos y una isla al poniente
y
un barco que, a lo lejos,
arrullara
la voz del mar.
Busqué
una calle donde pronunciar tu nombre
y
una esquina donde besar tu nombre
y
unos labios donde verter tu nombre.
y
unos ojos donde reflejar tu nombre.
Te
busqué con la vehemencia del enamorado.
y
no hallé tu voz antigua:
ni
tus adjetivos desnudos sobre la cama,
ni
tu melancolía,
ni
tu casta pupila donde llora la quimera,
ni
tu nombre.
Así fue como comencé a olvidarte.
José Cercas- Cáceres- España
Si muero…
Si muero, acostúmbrate a vivir sin mí;
borra de tus sueños a mi rostro perdido y
deja que el tiempo guarde las cenizas de mis
labios,
en pequeños alcancías que juntos abriremos algún
día.
No te ocultes detrás de la incesante estatua,
construida con los párpados inflamados de
hastío,
y vaga por caminos que aún sueltan mi aroma
errante,
amarrando tu corazón a todo lo que existe...
¡espérame!:
en las grisáceas nubes de ruidosos silencios,
donde las bocas no suplican, ni piden, ni
lloran.
Allí, donde se dispersan las resinas del corazón
herido.
Si muero, acostúmbrate a vivir sin mí,
y besa mi boca de nieve con tanta fuerza,
que al llevarse mi muerte tu beso, yo jamás
halle olvido.
José Rodolfo Espasa Muñoz- Benidorm- Alicante-
Valencia
Tu alma y el
vacío
He visto tu alma herida, apagada,
en penumbras.
Tu corazón de rosa se ha dormido
Y espera.
Lejos
ladran los perros de la noche
el canto
de los grillos horada la nostalgia.
Tu alma
en
sombras.
Un rayo de luz viva la enceguece.
Es tarde y hace frío,
arriba en las alturas el día muere,
como tus ansias
muertas y enterradas.
¡Oh, quién fuera el que puede
desandar los caminos de la nada!
Duermes
Giras
Te mueves
Hay un silencio lleno de palabras
Y te alejas de todo lo vivido
Te vas
Tu alma ya pertenece al mundo
Como tu corazón de golondrina
que vuela en pos de un signo.
Herida….Vas herida
Gotas de sangre marcan tu camino
Tus pies
Sin alas
Arrastran tu condena
De no querer ser más…
De no sufrir
Mientras la vida
Te está esperando en una esquina
María
Ángela Itza- Chacabuco- Argentina
Cántame...
Canta,
para que el Sol te reconozca,
para
que el campo huela a primavera,
para
que en este huerto, en esta tierra
cada
pregunta tenga su respuesta.
Canta,
para que brillen las estrellas,
para
que la noche huela a esperanza,
para
que en este cielo, en mis sueños,
quede
grabado el rastro de tus huellas.
Canta,
para que tu luz sea eterna,
para
que el viento arrastre tus pesares,
para
que el rocío cubra tus temores
mientras
diriges tus pasos a mi senda.
Canta,
para saber que aún estás despierta,
que tu
alma huele a dulce primavera,
que
tus flores crecen junto a la vereda
del
sendero que, llega hasta tu puerta.
Canta,
cántame, al oído, poesía,
entona
un canto sembrado de esperanza
y, en
él, sentir tu dicha, tu alegría.
Marian. Martín Humanes- Villaluenga- Castilla la Mancha-
España
Deseos Marinos
Si en la arena, esperándote,
fuera esta tarde mi última tarde.
Recordaría tu piel húmeda,
mis contornos en letargo al sol.
Buscando tu torso desnudo
Mi mirada vehemente, ardería,
anidando en tus labios carnosos.
Si en la mar de mis venturas,
esta tarde fuera mi tarde última.
Me dejaría arrastrar por las espumosas
olas,
para que regresaras, a rescatarme.
Si no fuera prisionera de un destino
certero,
y el tiempo no se hubiera detenido al
olvido,
y mis miedos exactos, tornaran ausentes.
En esta tarde, aunque sea ya tarde,
una tarde última.
Me dejaría morir, disipándome.
A tus deseos marinos
Marisa Duque- Madrid-España
Sabor
nocturno
Voy interpretando la
noche...
En mi, profunda...
La siento extendida de
luz...
Me queda en la boca
Un fulguroso sabor a
estrellas…
La luna esta escondida...
Se arropo con el manto
nocturno...
No quiere la vean mis ojos…
Los luceros su ausencia
Festejan en luminoso
rutilar…
La noche exulta su frío...
Y su risueña brisa…
Se han ido mis angustias…
Me he quedado sola… de
dolores…
Bordean las flores el
abismo...
Corolas nocturnas que
sonríen
Entre el verdor que
espina...
Un aroma dulce anuncian
sus xerófilos frutos...
Me rodean las estrellas...
están arrullando a la luna
En un unísono titilar...
Que destella en los
ojos..._
Y miro escrutadora el cielo
Sábana umbrosa de la luna
Que me sonríe…Sin saberlo…
La alegría de nuevos sueños
Y me deja este sabor
nocturno…
Que se asemeja a los besos…
Mary Ramos- Barquisimeto-
Venezuela
Hoy haciendo
caso a mi pasado
Hoy haciendo caso a mi pasado
voy naciendo cosas que pensar
y recorro mis recuerdos olvidados
y olvido lo que está aun por
llegar...
Hoy, miro al frente y miro al
lado
voy, recorriendo aquel andar
siento que las horas van callando
y las horas me devuelven la
verdad...
Hoy... el camino se hace largo
y es ceniza la paloma de la
paz...
allá quedan esos sueños ya
soñados
que esta vida no permite vuelta
atrás...
Hoy las fronteras me han cegado
y estoy ciego de perversa
humanidad.
Me rebelo con mis miedos, mis
pecados
a ser algo que no sea mi
voluntad.
Hoy me indigno y me levanto
pongo en juego mi derecho a
gritar
el dolor de las heridas que he
sangrado
pues siempre estuve presto a
sangrar...
Hoy, como ayer, tiendo la mano
y dejo un espacio a negociar...
si no, seré ceniza y monte alado
águila de piedra aún por volar...
Pues puede que ya me hayan matado
y solo sea un espíritu fugaz...
que huye de este mundo
alborotado,
pues siempre fue más fiel la
soledad...
Miguel García Freijanes- Madrid- España
Al volver a
casa
Al volver a casa José, Silvia
dormía plácidamente su sueño y salió al jardín, alzó la mirada y vio la vida
con otro color, un color lleno e esperanza y cargado e optimismo, pensó en que
aquel bache por el que estaba pasando desaparecería, buscó una sonrisa para
llenar el resto del día y se perdió entre sus plantas.
Brinca la mañana, da saltos de
excitación pensando en que al llegar la tarde habrá culminado con su obra.
Habrá hecho crecer la esperanza de aquellos que desean que algo se cumpla, ese
algo que les hará más felices. La esperanza de aquellos que, velando por sus
hijos, quieren que la vida les sea menos adversa. Porque está mañana está
cargada de optimismo con esa claridad, con esa frescura, con ese color que nos
envuelve y nos presenta un mundo algo más amable.
Era un día claro, repleto de luz,
las calles tenían un olor muy especial. Una muralla hacía las veces de pared en
el hotel donde se había alojado Tomás. Desde la ventana podían adivinarse las
callejuelas de la judería, que con sus balcones cargados de flores, le
trasladaban a cualquier día de primavera. Era Otoño pero hacía una temperatura
propia de finales de Verano, el sol manejaba a su antojo los rayos, llenando de
claridad el ambiente. Ya se veían los primeros turistas dando vueltas,
intentando aprender y comprender la historia de esa fantástica ciudad que es
Córdoba. Al fondo se elevaba majestuosa la torre de la mezquita, minarete desde
el que se hacía la llamada a los fieles para la oración, haciendo sonar el
muecín. Esta torre da sombra a un patio repleto de naranjos en cuyo centro hay
una fuente, de agua limpia y fresca, que se utilizaba para las abluciones antes
de entrar a rezar a la mezquita. Al entrar el embrujo se adueña de ti,
perdiendo la mirada perdida en las columnas que la sustentan. En su centro
puede verse como, al sucumbir el poder musulmán, fue engullido por el
cristianismo. Hay una especie de catedral presidiendo esta joya de la arquitectura
califal. En un apartado podía observarse una capilla, que nos hace recordar la
mezcla de culturas, un ejemplo de convivencia entre musulmanes y cristianos
cuando estos presidían el califato.
Miguel
Urbano Perálvarez.- Córdoba- España
"Contemplando" Contemplo
caminando con calma
el
rayo del sol
naciente
entre ramas
el
alba se despierta
despidiendo
se de la noche
con
su follaje despeinado
perfumada
a roció
belleza
de color manzana
de
contraste a canela
de
espinas secas
atesoro
la temporada
con
placidez despierta
al
Adagio
que
deja la madurez
del
amor en el aire
de
sueños durmientes
caídos
en el vació
Contemplo
mientras
las aves
en
su canto de emigrar
llevan
plegarias en sus alas
para
que el fruto
sea
sembrado
con
mas fuerza en el jardín
del
sentir humano
al
umbral
de
su próxima primavera
espacio
de separación
que
se siente entre los dos
Contemplo
mientras
el señor viento
se
lleva el secreto
de
su renacer y morir
en
cada hoja
dejando
la huella
de
su amor escrita
en
la canción del tiempo
que
amando se muere
como
el día y su noche
abrigados
de la hoguera
de
su LUZ eterna
con
la esperanza
de
la gracia de lo divino
del
revivir de nuevo
Montserrat Pardo- NJ-USA
La vida
que he vivido.
La vida que he vivido, se reduce
a puertas cerradas y ventanas
destrozadas,
a casas sin más huéspedes
que la
soledad, la tristeza y el olvido,
a muertos que nacen
y vuelven a morir ante tal
desconcierto.
La vida que he vivido, se duerme
en las entrañas de un árbol seco,
en las manos destrozadas
de los hombres y mujeres
que cultivaron estos campos,
en los llantos de los niños que
no crecieron.
La vida que he vivido, se pierde
entre las hojas que arrastra el
viento,
entre las huellas que borra el
tiempo,
entre la pálida sonrisa
de lo que llega a su fin.
La vida que he vivido
se reduce, se duerme, se pierde
y yo dócil
me quedo sin
hacer nada.
Panolillo Díaz- Juncalillo de Gáldar-
España
La
remisión de la noche
La remisión de la noche se extiende mucho más del infinito,
una tenue luz se asoma envuelta en jirones de nieblas que
navega invisible por fronteras entre lo irreal y lo existente.
Sentada en la orilla del mar, voy visualizando recuerdos que llegan
despacio y cadenciosos, son imágenes de aquellos días de mi niñez
donde todo era felicidad.
De pronto observo a un hombre que se aproxima con una túnica
blanca, pero no lo reconozco hasta que está a pocos pasos de mí, observo
esa sonrisa tan tuya, esos ojos tan bondadosos; me levanto y te abrazo,
no quiero que se terminen esos instantes…nos sentamos y escucho tú voz, tan
nítida Papá-. Mi princesa de luz, mi niña querida-. Mis lagrimas resbalan
por mis mejillas, y tú me las enjugas - Mi niña no llores más por nadie vive tu
vida que es tuya- Papá porque te fuiste, sabes que me he encontrado muy sola-
siempre estoy contigo mi princesa. Te levantas y muy despacio desapareces.
Mis emociones se recomponen, y me despojo de todas las indumentarias
y me voy sumergiendo en el agua salada, siento como mi sangre se
revitaliza en aquellas horas indecisas, se barren todas mis inquietudes como
hojarascas secas. El mar y tu me habéis dado la Paz.
Pastora Herdugo-Málaga- España
Enaguas
de Celofán
.....enaguas
de celofán...
…cada vez
que te extraño
me transparento en el
cóncavo de los recuerdos…
en mi ventana…
en un sello de París…
y en el vértice azul
debajo del paraguas de nuestra despedida…
…cada vez
que te extraño…
me desnudo en la noche de
“ Blanco Satén” de una balada…
en el último diciembre que
guardé tu caricia en la maleta…
en el tatuaje de tu
beso…sobre mi blusa blanca...
…cada vez
que te extraño
me pinto encajes de
celofán en las enaguas…
me imagino mariposa de una
noche…
y ato ese lazo inmaculado
a mi cintura
que bendijo ese hemisferio
con tu sábana…
…cada vez
que te extraño…
es este domingo ingrato y
pluscuamperfecto de los abriles
sin respuestas en reglas
de tres simples académicas
cuando recorro los
rincones de la casa
…porque hace un año que te
fuiste…
…las lluvias no hicieron
que florezcan las retamas
…el árbol del
patio vivió en eterno otoño
…la luna quedó en esa fase
menguando dolorida
…en mi verada se borraron
tus pisadas
…la farola de la esquina
ya no se enciende
…mis caricias se consuelan
con tus camisas del armario…
…cómo duele esta
intemperie de tus manos...!!!
cada vez que por costumbre
mi alma transforma…
a la ternura en un campo
de amapolas pasionales
cada vez que yo te extraño
escondo mis tristezas...
en el nido de aquel
gorrión porteño y melancólico
....inventándome
otro tango
repetitivo...
cruel...
y sin piedades...
..................................………..porque
yo
te ando necesitando ¡!!
Pilar Ferrer- Ushuaia- Tierra de Fuego-
Argentina
La Engracia
Hacía frío, el cielo gris y las nubes negras
amenazaban con nevar como cada veinticuatro de diciembre.
Engracia bajó todas las persianas de su casa, se
aseguró de echar la doble cerradura a la puerta y, por último, descolgó el
teléfono. Suspiró al sentirse tranquila porque, así, ya nadie la perturbaría.
Sin embargo, las voces de dos vecinas en el rellano
de la escalera hicieron que Engracia pegara la oreja detrás de la puerta. Una
de ellas presumía de tener la mejor familia del mundo. Esa noche, como siempre,
la pasaría con sus hijos y nietos que vendrían cargados con un montón de
regalos para ella.
La otra vecina comentó que ella también lo pasaría
en familia —es lo normal en estas fechas —afirmó—. Sin embargo, la Engracia
lleva un montón de años aislándose cuando llega la navidad. Es tan orgullosa
—aseveró una de ellas—, que por no saludar se cruza de acera y si te la
encuentras en el ascensor agacha la cabeza.
—Yo así no podría vivir —corroboró la otra vecina—.
La Engracia es que siempre fue muy suya.
Cuando se hartó de escuchar a través de la puerta,
Engracia fue a su habitación y, del maletero del techo, cogió su vieja maleta y
la depositó en la cama. Luego, fue sacando por orden sus recuerdos: una caja de
cartón con las figuritas del belén y un montón de fotografías que esparció por
el lecho, eligiendo dos. Una de ellas era de color sepia con uno de los bordes
roto, en la que se la veía vestida de novia, sentada en el diván, con un ramo
de flores en las manos. A su lado, su marido, de pie, abrazándola. Recordó la
primera vez que Alfredo, su esposo, subió a casa para conocer a sus padres. Al
mirar la foto, le temblaron las piernas. Después la besó y la acarició con sus
dedos. Engracia escogió otra foto, del día en que su hijo se graduó de la
carrera, también la besó y acarició.
Para esa noche tan especial, se vistió con sus
mejores galas, los pendientes y el collar de perlas, herencia de su madre, y
durante largo rato estuvo manoseando una a una cada perla, sintiendo, así, la
presencia de su madre; por último, extendió en la cama el vestido negro, el de
los domingos.
Engracia acababa de cumplir ochenta y siete años,
era extremadamente delgada, de nariz prominente, aun seguía conservando la
misma vivacidad en sus ojos inmensamente azules, con el pelo blanco y ondulado,
recogido en un moño, y en las arrugas de su cara se reflejaban la serenidad que
solo el tiempo deja cuando has amado.
Pero aquel maldito día, que ojalá, no hubiera
existido en el calendario, y aquel desgraciado accidente en la carretera
hicieron que perdiera a su único hijo.
De no haber sido así, Engracia hoy sería abuela y
estaría rodeada de nietos. Unas lágrimas empezaron a brotar y de un manotazo se
las quitó.
Se miró en el espejo, se atusó el moño, cogió sus
recuerdos y se los llevó al salón.
En la mesa colocó un mantel bordado junto con dos
candelabros, uno enfrente del otro. A su derecha puso la fotografía de la boda
y a su mano izquierda la de la graduación de su hijo. Comprobó que a la lámpara
del salón no le faltase ninguna bombilla.
Fue al aparador y desempaquetó la cubertería, las
copas y los platos de porcelana blanca con el borde dorado. Era el único día
del año que sacaba la vajilla. Después, alineó las tres sillas. Solamente le
faltaba poner el nacimiento, cogió la caja del belén que seguía encima de la
cama. Se fijó que el Rey Melchor tenía rota la corona y, aunque le costó esfuerzo, consiguió pegarla.
En la cocina, el olor a pavo comenzaba a invadir la
casa. Tenía buen aspecto, dorado y brillante como a ellos les gustaba. Lo
depositó en la bandeja de plata, adornándolo con unas patatas pequeñas y un
manojo de hierbas aromáticas.
Por último, se puso el vestido de los domingos, le
quedaba bien y durante unos segundos estuvo contemplándose en el espejo.
Luego en el comedor, conectó el televisor y quitó
el volumen, puso el tocadiscos y eligió un disco de Beethoven. La imagen del
televisor se llenó de burbujas, apareció un inmenso cartel que ponía—: Brinde
con su familia y los amigos por una Feliz Navidad.
En ese instante, llamaron a la puerta. Engracia
miró por la mirilla, eran sus dos vecinas. Aunque intentó no oírlas fue tanta
la insistencia a timbrazos que no tuvo más remedio que abrir.
Una de ellas al verla comentó—: Mi hijo acaba de
llamar que están esquiando y no podrán venir —Alargó la mano y le entregó una
tarta de arándanos—. Está recién hecha, tenga cuidado al cogerla —afirmó.
La otra vecina agachó la cabeza y dijo—: Mi nuera,
ha llamado, dice que lo va a festejar con su familia —le ofreció una botella de
sidra.
Las dos vecinas al unísono, dijeron —: Para que no
se sienta tan sola, Engracia, hemos pensado que estaría bien que lo
celebrásemos juntas.
De buena gana les hubiera dado con la puerta en las
narices, pero se contuvo.
La Engracia encendió las velas, partió el pavo,
descorchó la botella de sidra y tres copas se elevaron brindando porque era la
navidad.
Madrid
- España - Pilar Serrano
Guardado en un cajón
Dulces tiempos que pasaron…
tiernos días recordados,
vividos con ilusión
por aquella ensoñación
que tu vida compartía.
Despertar en la mañana
después de un adormecer
agotado de caricias
en brazos de esa mujer.
Ser que todo lo puedes…
Pandora de la existencia
domadora de deseos…
que enardece las pasiones
disfrazada de inocencia.
Cuerpo, formas, maneras
liberadoras de pasión,
emanación de conductas
que
provocan confusión.
Amor ciego…
Generoso…
Entrega sin condición,
sin temor a despertarte
sabiendo que ya pasó…
que en el gran teatro del mundo
ese papel te tocó.
Mira siempre hacia delante
sin buscar la redención
sobre amores olvidados…
guardados en un cajón.
Rafael Serrano Ruiz- Madrid- España
Perdido
Pierdo mis ojos donde nadie los pierde;
en el fondo de tus ojos,
que obscuros como la penumbra,
que presagia la noche,
seducen en el misterio,
como esas sombras románticas,
que doblan la esquina y se esfuman.-
Me pierdo en tu mirada,
buscando el horizonte que oteas,
en esas tiras de color,
que adornan el cielo,
y se mezclan con las olas,
que dejan mensajes en clave de agua,
para que los enamorados,
al conquistar la arena,
se los lleven al corazón.-
Me pierdo en tus pasos,
que dejan huellas,
para que otros las caminen,
en ese eterno peregrinar a lo desconocido,
en pos de la vida,
de los sueños, de almas gemelas,
pasos que marca el tiempo,
que resisten la distancia,
que no las borra la arena que agita el viento,
Me pierdo en tus brazos,
cuando el universo se vuelve artista,
en los colores vírgenes,
que la historia revive,
y en esa sensación de tibia pérdida,
me hallas extraviado en medio de tu vida,
escribiendo versos,
con locos sueños de Neruda.-
Víctor Kartsch Brenh- Encarnación- Paraguay
Manuscritos
para tu piel
-Poema 9-
Hay recuerdos
que me aliviaban el corazón
y me absuelven la conciencia,
pese a ser culpable de los besos
que fueron cereza y fuego en una boca,
de los suspiros que hicieron brisa
una noche de mar y tibio viento,
de la locura que nubló razones
y desnudo deseos en la arena,
culpable de esa hambre que nos consumió
y nos hizo intensamente vulnerables,
de cada ola que nos hizo marea profunda,
de nuestros cuerpos desnudos bajo la luna.
Hay recuerdos
que no se van con el otoño,
vuelven en cada primavera a la punta de mi lengua,
culpable soy de escalar la colina de tus pechos,
de dibujar en tu espalda con mis dedos,
de aprender la geografía de tu piel solo con mis
labios,
de dejarte libremente romper tus ataduras,
de no impedir que yo fuera manantial para tu sed,
alimento para esa brasa que te quemaba el alma,
y volverte líquida solo con besos sin memoria.
Hay recuerdos
que permanecerán con las estrellas cada noche,
que rodarán desnudos como tú en mi bitácora
en cada luna nueva y en cada luna llena,
que serán dulce sabor en mis labios
cuando tus besos sean nostalgia y fruta,
que entre mis manos serán greda tibia
como el almíbar de tus pechos y tu boca,
que se meterán a mi cama como caricia,
y en cada verso que invisible venga de tu nombre
se harán poema intenso como tu locura
que fue tan mía como tu templo de tu cuerpo.
Hay recuerdos
que se me volverán a entregar,
desnudos y húmedos y sin límite,
como Tú bajo un cielo silencioso y estrellado
que se marcó a fuego en el calendario de mi vida...¡¡¡
Walter Robinson Pineda- Cepeda- Chile
Y hoy reza así…
Sé del
dolor, aunque le tengo miedo,
sé del
amor, aunque lo he repartido,
sé de la
luz, aunque le haya mentido,
sé del
temor, oculto tras mi credo,
¡Quiero
vivir! Tal grito es el remedo
de un
despertar a cuanto, acaso herido,
quiso
alcanzar aquel que no ha sabido
lograr
virtud tras lucha con denuedo.
¡A tanto
error hoy clama arrepentido!
Ayer
rasgó sin daga otras entrañas
creyendo
obrar razón, pues, constreñido
su hacer
fue por consejos y patrañas…
Y hoy
reza así: “A cuantos herí, pido
me tengan
compasión por mis hazañas”.
Xavier Coderch-Barcelona- España
LISTA DE AUTORES Enero
Autor
|
número
|
titulo
|
Ana Romano
|
50-1
|
Demencia
|
Antonio Monzonís Guillén
|
50-2
|
El mundo del niño
|
Beatriz Ojeda
|
50-3
|
A ti
|
Carlos Alberto Giménez
|
50-4
|
Para que me
abraces
|
Carmen Leyre Quintana
|
50-5
|
Descalza
|
Carmen Guzmán Cedeño
|
50-6
|
Anclando esperanzas
|
David Reverte López
|
50-7
|
Epitafio
|
Diego Quesada Mejía
|
50-8
|
Corazón arrancado
|
Diego Santiago Cazzaniga
|
50-9
|
Tú
|
Ezequiel Feito
|
50-10
|
Elegía para M.ª
Cruz y su tigre de felpa
|
Grissel Canche albornoz
|
50-11
|
Amor… cómo
quisiera
|
Héctor Berenguer
|
50-12
|
El último crepúsculo
|
José Cercas
|
50-13
|
Así comenzó el
olvido
|
José Rodolfo Espasa Muñoz
|
50-14
|
Si muero…
|
María Ángela Itza
|
50-15
|
Tu alma y el vacío
|
Marian Martín Humanes
|
50-16
|
Cántame
|
María Duquesa
|
50-17
|
Deseos marinos
|
Mary Ramos
|
50-18
|
Sabor nocturno
|
Miguel García Freijanes
|
50-19
|
Hoy haciendo caso a mi pasado
|
Miguel Urbano
|
50-20
|
Al volver a casa
|
Monserrat Pardo
|
50-21
|
“Contemplando”
|
Panolillo Díaz
|
50-22
|
La vida que he vivido
|
Pastora Herdugo
|
50-23
|
La remisión de la noche
|
Pilar Ferrer
|
50-24
|
Enaguas
|
Pilar Serrano
|
50-25
|
Navidad 2014
|
Rafael Serrano Ruiz
|
50-26
|
Guardado en un cajón
|
Víctor Kartsch
|
50-27
|
Perdido
|
Walter Robinson Pineda
|
50-28
|
Manuscritos para tu piel
|
Xavier Coderch
|
50-29
|
Bendito quien retoma la esperanza
|
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