Revista N.º 16 -
ESPACIO DEL POETA
REVISTA
LITERARIA DE HABLA HISPANA
Marzo 2012
SECUENCIA
Desnudos
ante
el viento
los
cuerpos
Desnudos
flamean
en
el fuego
Desnudos
junto
al río
encandilado
Desnudos
frente
al espejo
estallan
Desnudos
se
detienen
al
llegar
a
la cima.
Ana Romano-Buenos Aires-
Argentina
Eva
El paraíso
crujía entre magentas y cinabrios. Se irisaban sin fin los horizontes.
Lilith lo había
abandonado. Adán aún dormía.
Le prometí otra
compañera -decía el monólogo de dios- Duerme.
Es el momento.
Entonces nací.
Él fue el único que allí estaba.
Su risa me miró
desde el silencio.
Fue solo verbo.
Lilí Muñoz Obeid- Victoria- Argentina
Ser Poeta
He decidido abandonar
el instante del pensamiento
para ser expresión,
he decidido tomar la mano del Creador
que me ofrenda belleza
para agradecerle en salmos,
he decidido ser voz,
ser paisaje,
ser cénit,
ser fulgor,
ser hospitalidad,
ser abrigo,
ser canción de cuna,
ser melodía
He decidido abandonar el silencio,
aquellos viejos gestos sin voces,
he decidido ser palabra
hilvanando sentires,
desde mi ser,
desde mis horas vacías,
desde mi plenilunio,
desde la alborada,
desde las pinceladas que adornan mis montañas
en las puestas de sol,
desde la bahía eterna donde el mar
se hace caricia para ondear la orilla,
desde un Olivia impoluto
desde Cinco Hermanos silentes,
desde mi particularidad,
desde la tierra a la bruma,
desde el agua a la escarcha,
desde la antorcha a la canoa,
desde mi nave de verbos,
desde los retales de mis propias palabras,
desde la pronunciación,
desde tu fruta celebrada en frases atinadas,
desde el gen,
desde mi amanecer,
desde mi origen,
desde un siemprenunca,
he decidido…
ser poeta.
Carlos Alberto Giménez- Ushuaia-Tierra de
fuego- Argentina
Si Acaso…
Si acaso me encontrara,
recibiera un golpe en punta de
repente,
un tajo de libertad...
El aire se llenaría de gritos puros
y alegraría mi corazón desesperado,
desatando los nudos del dolor.
Ah!
Los espacios abiertos a los rayos de
sol,
a las gotas de sangre salpicada en
agua clara,
nudo de sombras,
yugo de ira.
¡Ay, corazón que galopa en el
silencio,
traspasa la edad de la crecida
y huye del río del dolor!
Rosario
Bustos Cruz-Sevilla-España 14/01/2012
Olvido
El olvido
llega lentamente. Uno se cree abandonado, pero llega. El olvido llega como
llegan las tardes cuando empieza a llover. La lluvia llega y el alma se
expande, cuanto más se expande el alma el olvido encuentra más espacio vacío y
se prodiga. Espaciosa se hace el alma, mojada y fría, pero espaciosa. Como la
lluvia, empieza con un golpeteo que es música de tanto golpear, como la lluvia repica escondido en el
hueco de cuencos silbadores, y sacude y eriza la piel. La música se brinda y sería bueno detenerla para detener el tiempo del olvido y gozar. Pero
sigue impasible, unas veces lenta, otras empujada por un viento del sur, pero
impasible. Y el agua se abre paso, como las lágrimas cuando resbalan. Se siente
que lento se derrama el olvido, pero implacable. Tiempo del olvido, real tiempo
cierto. Es el espacio del día que nos detiene en el papel, y es ancha la
extensión de las hojas. Uno mira los charcos sudorosos, las arboledas
escanciadas, saciadas, y se siente cada vez más cerca del olvido. Y el olvido
llega, hace un cauce profundo en el centro del alma. Lo hace de a poco, tan
lento que hasta las palabras sobran y sorprenden. Y llega el sabor dulce del
agua que se abre paso.
La lluvia se viste de olvido, llega
hasta el alma y le regala el vestido. Es lluvia el vestido que viste ahora el
cauce rumboso. Y allí lo deja y sigue desnuda, va en busca de otra alma. Y ya se siente la limpia, nueva piel. El
tiempo lluvia. El cauce ya está hecho y otra vez el cantar y la niñez juegan en
los charcos.
Inútil tratar del volver, es el manso regazo, es un ramo de cien calas desnudas sólo para uno, es la suavidad del interior del cáliz solitario.
Y si miramos hacia abajo vemos transcurrir el mar quieto. Bajo los pies pasan peces claros, algas brillantes, anémonas inquietas. Y ya no es posible regresar.
Inútil tratar del volver, es el manso regazo, es un ramo de cien calas desnudas sólo para uno, es la suavidad del interior del cáliz solitario.
Y si miramos hacia abajo vemos transcurrir el mar quieto. Bajo los pies pasan peces claros, algas brillantes, anémonas inquietas. Y ya no es posible regresar.
Diana Luz Bravi-Rosario-
Argentina
Puede
Devorarme El Sol Esta Mañana
Puede
devorarme el sol esta mañana.
Puede
recortar mis ojos vacíos
y
poner en ellos un azulado tiempo
sin
importancia e infinito.
Disolver
mi cuerpo en el aire
y
darlo de comida a los ávidos pájaros del cielo,
o
recortarme en pedazos y esconderlos en las nubes
para
llevarlos a cualquier parte de la tierra.
Puede
envolverme en su luz, de tal manera
que
desaparezca como si nunca hubiese existido
o
convertirme en sal y que en el agua
me
vaya disolviendo de la forma más lenta y aburrida.
Su
luz puede envejecerme, puede anestesiarme,
hacerme
ver como soy, y con ello encontrar la muerte.
Si,
la muerte, con sólo iluminarme
y
volver mi alma transparente.
Esa
alma que desea el regreso de la noche
para
caminar, huérfana, por las negras calles.
Por
eso amo el sol de la mañana.
Porque
en él tengo la oportunidad de que mi nombre
sea
borrado de todos los registros de la tierra
y
el caos y la sombra se ocupen de mi ausencia.
Ezequiel Feito-Buenos Aires- Argentina
Cuerpo
y Sombra
“Todos
los atardeceres la mujer se sienta en el patio de la casa. Si alguien la
acompañara vería como su cuerpo se vuelve transparente al compás de la sombra”
María Rosa Lojo
La mujer sonríe en la noche incipiente.
El viento zarandea a su ligero
cuerpo. Sospecha, espera. Su espíritu se hace magno y libre. Presiente. Una sombra como de relámpago
ingresa en ella, encendiendo la llama de lo bello. Sin ropas, abrazados en
ardiente silencio, palpándose, penetrando en honduras y cañadas, sus sombras
resplandecen por la luz del ocaso que las ha pintado color carmesí, reflejadas en el piso fogoso del patio.
Juntos derriban barreras y emociones, para entregarse al amor, y luego a la
paz. Cuando todo concluye la mujer ingresa al interior de la casa con su
secreto. Inexorablemente lleva consigo cuerpo, alma y sombra. Una misteriosa
felicidad ilumina su rostro. Puede sentir que se repetirán otros atardeceres. Regresará a sentarse en el
patio de la casa (refugio cautivante) donde el sol del atardecer encenderá sus
venas y su corazón, para entregarse serena, a la pasión de esa ráfaga
penetrante. Se otorgará cuanta fantasía desee, se asumirá en insolente,
apenada, desmesurada.
Quizá, piensa, este hecho ineludible la
llevará a verse reflejada en la bóveda celestial, o tal vez sea el atroz camino
hacia el infierno. Cierra los
ojos, y con piedad, espera.
Irma Sambuelli-Rosario- Santa Fe- Argentina
SI ALGÚN DIA TE VAS
Si
algún día te vas, te seguiré en silencio,
porque
seré tu sombra, tus huellas, tus miedos.
Escribiré
tu nombre, en las paginas del tiempo,
y
en la mirada de tus ojos, seré recuerdo.
Si
algún día te vas, floreceré a tu yermo,
entre
las matas verdes que huelen a fresco,
y
armoniosas estepas canturriaran al viento,
el
angélico y sutil el hechizo, de mis besos.
Si
algún día te vas, mi corazón seguirá latiendo,
enfebrecido
de amor y sin cauce como el eco,
arrasando
por doquier, al olvido, a lo incierto,
apelando
a la distancia, por tenerte de nuevo.
Si
algún día te vas, me has de llevar contigo,
amarrado a los filamentos, por donde se escapa el descuido,
y
alborotado tu ego, pedirá sentencia al destino,
que
en la sangre de tus venas, enrojecido yo, me vuelva río.
JORGE AMADO SERRANO SUARDI – SANTA FE - ARGENTINA
Cuando el Tiempo Insista
Cuando el tiempo insista con su rumor de espadas,
e inútil sea contrarrestar su canto.
Yo gritaré tu nombre, y el vino danzará en las bodegas,
y la tierra nos lanzará la llamarada azul del día.
Mantengamos viva la dulce absolución del sueño,
y el orden de nuestros quemantes anhelos,
seamos el matrimonio secreto del sol en la cara,
y la humedad de la noche practicándose en el trigo.
¡Que no se extinga el fuego de tus manos,
o el temblor leve y puro de tus labios,
que tu voz desmenuce los poderes del llanto!
hasta que el combate de tu sangre en la mía,
se apague como el pulso de un largo y misterioso río,
deslizando a nuestros besos, hacia un mar eterno.
José Rodolfo Espasa Muñoz-Benidorm-España
MI
UNIVERSO
¿Por qué te echo de menos, si no te
tengo?
¿Cómo podré respirar si tú eres mi
aliento?
No puedo escribir poemas si tú eres mis
versos.
Seré tu estrella o tu luna si tu eres mi
universo.
Dime que elixir me has dado que produce
esta locura;
que me eleva al infinito sin desear la
cordura,
y en mis adentros te alojas disipando mi
amargura.
La calidez de tu voz me acaricia con
dulzura.
Desear, soñar, amar, sintiendo sueños de
amor;
hiriendo en lo más profundo con dardos mi
corazón,
que reclama y proclama recuperar la
ilusión,
mirando en el infinito sentimientos de
pasión.
Te busqué en el cielo azul, buceando mar
adentro;
en oasis y jardines, paraísos y
desiertos.
¡Nadie me hablaba de ti! Con pesar y
sentimiento,
volví a mi rincón oscuro de tristezas y
lamentos.
En mi noche tenebrosa una luz me
iluminaba;
era mi sueño despierta, era la luz de mi
alma.
Mi sendero, mi refugio, devolviéndome la
calma;
Guiando mi caminar, de las tinieblas al
alba.
Esa de Ayer
Pensar en esos días, en ese tiempo
me devuelve a aquello que vivimos,
no lo puedo evitar... te vuelvo a
extrañar...
y obligo a mi memoria a recordar,
la primera vez que nos miramos,
cuando tus labios se abrieron
para confesar un te quiero.
¿Cómo olvidar esos días? ¿Tú podrías?
Pensar en ti me
hace casi llorar
de nostalgia, de tristeza,
¿quién dice que el pasado no vuelve?
si aquí te tengo otra vez, tú
preguntando por mí,
yo, destapando recuerdos que no han de
volver.
Porque si te confieso ahora, sin
tapujos
que en esta soledad desierta, en este
destierro,
en este desamor al que vivo condenada,
es tu recuerdo quien me vuelve a dar
vida.
Esa que fui ayer, esa que te amó,
se perdió dentro de mí, no volverá a
ser.
Mas al buscar tu foto, no puedo evitar
sentirme esa tonta romántica,
que enamoraste con un vals,
que con un beso me hacías volar a las
nubes.
...Fuimos ese amor prohibido, una
locura
que el destino separó por esas cosas
del azar,
o tal vez porque alguno de los dos se
alejó, que más da.
Hoy que regresas como si no te
hubieras ido,
me pareces el mismo de ayer, el que yo
amé,
guardando en ti, el mismo gran amor,
el que perdí.
Y yo, esa de ayer, que tampoco te
olvidó,
esa que guarda una mínima esperanza de
encontrarte,
de cerrar mis ojos otra vez, temblar
al recordarte...
y esperar con ansiedad ese beso que el
adiós no borró.
María José Acuña
Belaustegui- Curmaná- Venezuela
POEMAS ( Te Llamé Amor)
Te llamé amor
durante tanto tiempo
que olvidé
todos tus otros nombres,
los del reflejo que ves en los
cristales,
la mueca egoísta,
el miedo a seguir vivo.
Te llamé amor
por hábito y costumbre,
nombrándome a mi misma
amante,
paciente,
virtuosa
y al nombrarte creé mi propia
sombra,
el vestido de gala
con que quise adornarme.
Te llamé amor
como hubiera podido
llamarte árbol o piedra o naufragio
y te amé
con tus ramas partidas,
tu dureza y todas tus tempestades.
Te llamé amor
hasta que la garganta
se negó a pronunciar palabras con
espina
y fui nombrando
uno a uno tus nombres
hasta que amor quedó
pequeño,
desnudo
y sin caretas
Mayte Sánchez Sempere- Madrid -España
Calla , Corazón
Calla, corazón...
Que me pone alas
y ata a una cuerda
de eterno
suplicio.
Calla, corazón,
que me ahoga el llanto
y caigo al abismo
donde aflora el canto
dulce de sirenas
que engañan las
penas
y vuelvo al
infierno.
Calla, corazón.
Calla al sentimiento.
Y vuelva el sentido
de
supervivencia.
Calla corazón.
No hables de nuevo.
Me caigo al vacío
que roba mi
aliento
y es mi perdición.
Aunque sangre el alma,
por mucho que añore…
¡Calla, corazón!
NIEVES
M.ª MERINO GUERRA-GRAN CANARIA- ESPAÑA
Respuesta
A él no le quedó
más remedio que decirle,
cuando el orgullo cese
y el bisturí del silencio caiga como lluvia
sin abrigo
y la distancia se vuelva kilómetros de soledad acompañada,
quizás,
la humildad surja como chimenea ecológica
y tal vez así,
la plástica del recuerdo te recuerde
que no eras reina
y yo,
mucho menos,
súbdito.
Porque el amor es el rey de los que se
esfuerzan por amar
y no los seres que se imponen el amor
con evasivas, locura y desamor.
Daniel Alarcón Osorio- Guatemala
HOY ME SIENTO COLIBRÍ
HOY ME SIENTO COLIBRÍ,
ese que aunque sea de pequeño tamaño, tiene colores iridiscentes y vistosos,
ese cuyo vuelo es muy rápido, ese que no limita su espacio para hacerlo.
Me siento Colibrí ese
que se adapta a todos los hábitats, desde las selvas lluviosas tropicales,
hasta las regiones más áridas y desde el nivel del mar hasta el borde mismo de
las nieves perpetuas de los Andes…
Me siento Colibrí ese
que vuela en cualquier dirección, a la derecha, a la izquierda, arriba, abajo y
al revés, pero que pasa su mayor tiempo volando…volando…
Me siento Colibrí ese
que se detiene instantáneamente frente a una flor para introducir sin titubeos,
pero delicadamente, su pico en la corola mientras permanece en vuelo
absolutamente estático, así sin titubeos pero con firmeza, consciente de lo que
se quiere.
Hoy me siento como el
Colibrí que cuando es atacado por otro colibrí, se vuelve sobre la espalda,
retrocede velozmente y poco después recupera su posición normal de vuelo para
eludir la persecución del que se comportaba como dueño del arbusto, con la
inteligencia para eludir el conflicto pero no desistir de la meta, pues ya en
lugar seguro, se posa en otro arbusto.
Hoy me siento Colibrí
que se alimenta del néctar de las más hermosas flores, porque sabe que es el
único alimento que satisface la necesidad de energía que necesita para volar…
Hoy soy ese Colibrí que admite sus debilidades pero aprovecha sus fortalezas.
Hoy soy Colibrí que
vuela, colibrí que sueña…Colibrí que vive.
María Eugenia Leal –Cali- Colombia
Como
Hojas Secas
Sopores
de sueño
confunden
la mente
Pocos
quehaceres,
todo rutina
El gesto aburrido
inicio
de un tiempo
¿Tiempo
de que?
De
nada.
Pasar las horas,
los días,
viviendo recuerdos…
Infantiles risas:
lloros,
pataleos,
locas
carreras
¡Estaros
quietos!
¡Como
te pille!
Cállate
ya
Escucha
este cuento
Tan
solo débiles huellas
de
aquellas vivencias
como
hojas secas
en remolino eterno
del
tiempo implacable
Luminaria
de momentos
que
la vida se lleva
como
ráfagas de viento
Rafael Serrano Ruiz- Madrid-España9.2.2012
LOOKING FOR YOU
Miento cuando
digo que no te extraño;
parpadeo, y leo
algún método dialéctico de Marx,
y fumo, y me
invento un sistema métrico en el almanaque
que elimine los
años bisiestos.
He visto caer
el café, tostar el pan duro,
relojes con
cisnes luminiscentes,
y al que dice
ser dueño
de las motas de
luz del edén.
El amor no es
la hierba que crece en época de lluvias
es tu pecho
desnudo abrigando mi torso,
escuchar Claro
de Luna de Debussy,
pájaros sin
alas en las cosas que veo.
Begoña Martínez- Madrid-
España
Clara
Enfrentaba una brisa de claros rencores y
luego, llovían premisas. Calma, tiesa, casi dormida se entregaba a más y más
rendiciones, punzando el eje de las osadías.
Una trincheta que se deslizaba a marca
paso debajo de una yema, luego la falange desnuda sobre la perspectiva de sus
opuestos, a poco más, recorría la palma siniestra y encontraba cabida en un
ramillete rojizo-azulado; según Clara, ahí yacía espigada la trama de su vida.
El gemido particular que despedía su
turbulenta disfonía y una pupila dilatada junto a su compañera que acudía
adormecida, arrebatando las horas de incontinencia lagrimal, petrificando la
sal que empañaba la retina. Eran los párpados quienes enfrentaban la vigilia
mientras las agujas sufrían, ella oía, dilucidando notas, en el tenue sonido de
la herida, una penumbra que envolvía por completo sus ojos. La visión se le
perdía y luego retrocedía.
Una alusión al pasado le entraba casi
como un alfiler en la memoria aturdida, y sin reparar en detalles, su labio
inferior se invertía hasta tragar sigilosos, los comensales de arriba. No
alcanza a brotarle la voz (completa afonía), no distinguía un color azul de
otro rojo, ya en la ceguera repleta de púrpuras que recorrían suavemente la
tina y se fosilizaban en el fondo formando un círculo de sangre tibia. El goteo
se tornaba constante y desgastante, brillante y asonante, sólo la respiración
deseaba mantenerla unida al redentor, mas previo a la crucifixión se alejaba y,
pálpito a pálpito, se detenía. Ahora Clara balbucea claramente, librándose así,
del oprobio de la vida.
Eva Wendel-Rosario- Santa
Fe- Argentina
ESE HOMBRE
Ese hombre dedos de purpurina
entramado en mi rosa espinada
estigmatizado de distancia
me sugiere placer con sus labios carnosos
cuando la noche ha mordido
a la mágica luna dejándola en
cuarto menguante
mis fantasías como marionetas intergalácticas
llegan desde mis sombras
mezcladas de deseos, y creo tenerlo
entre mis muslos anudados
contraídos de impotencia sanguínea
amanso mi ansiedad descarrilada
con la esperanza de encontrarlo
en algún agujero sustancial
por alguna piedra corrida del destino
ese hombre escaramuza incongruente
aquilatado en mis hormonas
se ha instalado de ex-profeso
en mis neuronas seduciéndome
el oxígeno
obligándome a suspirar por sus abrazos
por trepar hasta sus montañas resbalosas
por tener el placer de sentirlo mío
en cada latido
quiero sentir la verdad de su presencia
tal, como él me lo dijo
quiero mezclar dimensiones
desde la prisión de la carne
hasta donde se aloja mi espíritu
estoy negada por el brillo de
mujer prohibida
brevedad de un orden instaurado
por altos ideales altruistas
en los que brindo con mis copas amargas
cada vez que renuncio a esos besos
en los que me reinvento y remonto
hasta el cielo de un maravilloso
paraíso perdido
no quiero llorar por lo que no ha sido
ese hombre osado muere en mis venas
somnolientas
vive en el ritual crepitante del día
espero sentirlo mío cuando lo
marque el universo definitivo
y mi tumba se cierre.....
sin que la habite el vacío.
Myriam Teresa Mena- Fray Luis Beltrán- Santa
Fe- Argentina.
FUE
EN UNA NOCHE DE MAYO
María
de la Taberna,
cuando
te besé en tu puerta
en
las perlas de tu boca,
y
vi tu cara,
de
manzana y de canela,
me
diste
la
sal y te hice girasoles.
Aquella
noche...
gozamos
con locura,
en
los juncos junto al río
y
oí el latir en tu vientre
que
para mi fue alegría
y
que para ti fue llanto,
mas
no cerraste los ojos.
Cuando
en lo alto,
la
luna...
iluminaba
el camino,
te
llevé, pero sin penas,
con
el vacío del rapto
huyendo
entre los olivares.
Tú
tenías quince abriles
y
yo no llegaba a veinte,
tú
me mirabas los ojos
y
yo miraba tus labios.
Yo
te abracé con mis brazos
y
tú me dabas tus pechos.
Fue
el amor,
fue
la locura,
fue
el delirio,
fue
el deseo,
fue
un “no se qué” del “te quiero
en
una noche de mayo.
A.
Monzonís
Guillen- Valencia – España
Lista de Autores
Autor
|
titulo
|
Ana
Romano
|
Secuencia
|
Lilí
Muñoz Obeid
|
Eva
|
Carlos
Alberto Giménez
|
Ser
Poeta
|
Charo
Bustos Cruz
|
Si
Acaso
|
Diana
Bravi
|
Olvido
|
Ezequiel
Feito
|
Puede
devorarme el sol esta mañana
|
Irma
Sambuelli
|
Cuerpo
y Sombra
|
J.
Amado Serrano
|
Si
Algún Día te Vas
|
José
Rodolfo Espasa
|
Cuando
el tiempo insista
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Marga
Utiel
|
Mi
Universo
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M.º
José Acuña
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Esa
de Ayer
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Mayte
Sánchez Sempere
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Poemas
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M.ª
Nieves
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Calla,
Corazón
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Daniel
Alarcón Osorio
|
Respuesta
|
M.ª
Eugenia Leal
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Hoy
me Siento Colibrí
|
Rafael
Serrano Ruiz
|
Como Hojas Secas
|
Begoña
M Bermejo
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Looking
For You
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Eva
Wendel
|
Clara
|
Myriam
Teresa Mena
|
Ese
Hombre
|
A.
Monzonís Guillen
|
Fue
en una noche de Mayo
|
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