lunes, 1 de agosto de 2022

Revista nº 108 -Espacio del Poeta

Revista nº 108 -Espacio del Poeta

2º epoca

REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA


Agosto  2022





Lino Enea Spilimbergo



Kalliópê 

De “Calíope desnuda”

Ha ingresado al Bar 

después que yo 

Tarde como siempre 


Desarropada

se confunde

entre fragmentos de vapor 

debilitado 


La acerco con mis ojos 

y le señalo los cafés 

que esperan 


Me recrimina el gusto 

por el sabor amargo 

y yo

su presencia pasajera 

e incorpórea 


Me conoce demasiado 

Sabe de mi melancolía 

cuando arrecia el viento

y de las noches desordenadas 

cuando él y yo

nos bebíamos el cielo 


Yo le envidio su destino mítico 

ella

solo para complacerme

halaga unos versos leves 

y mi cabellera 


Todo lo sabe 

Que caminé el mundo sabe

y que dormí herida

en el borde 

también lo sabe 


Me enoja cuando su aire fresco 

enfría el café en segundos 

como ahora 


Pero a cambio

suelta un medio círculo de luna 

para que yo lo cuelgue

una de estas noches 


Aunque ella lo niegue 

nos necesitamos 


Desea oírme rogar

sin vos no soy nada

Y yo

poseerla en toda su altivez 

desnuda 

y transparente 


Adriana Trecco- Neuquén Argentina 

Empecé a buscarla… 


Empecé a buscarla 

llevando en mis pies

la certeza de encontrarla. 

He buscado  esa palabra

solo necesito aquella

he guardado montañas

que no caben en todas

las gavetas de mi alma. 

En mil páginas

en las hojas sagradas

en la bitácora de caminantes. 

Hay palabras por doquier

extensas, cortas, vanas

insensatas.

Son tantas

pero no la necesaria,

dijeron que existe

solamente una. 

Es un pez dorado

que siempre se escabulle de mis manos.

Alguien que por favor me diga

dónde puedo encontrarla. 


Alexandra Brito-Perú







ELOGIO DEL OLVIDO 

Llegó una vez un alma ante el creador y dijo:

- Señor, quiero hace mucho volver a mi ropaje 

de carne vulnerable y emprender otro viaje 

por las tierras del mundo...Extraño el regocijo 


de todos los deleites que tuvo en el pasado

mi ser de carne y hueso, mi barro de criatura. 

Quiero otra vez mi forma, mi cuerpo, mi estatura; 

quiero sentir mi sangre, amar y ser amada. 


Dios observó al espíritu. Quizá su sentimiento 

fue de benevolencia frente a la rebeldía,

pues dijo dulcemente: -“Hace mucho que sabía 

cuál era tu deseo. El alma es como el viento 


que ignora cuándo nace y va sin saber dónde. 

Quieres vivir de nuevo, pero ¿es que aquí no vives? 

El alto soplo eterno que junto a mí recibes

es la dicha perfecta; ya nada se te esconde, 


ya nada se te niega. En esta paz fecunda

ya todo fue pensado y para siempre escrito.

Esto es el fin, lo inmenso, lo infinito.

No hay alba como esta alba, ni noche más profunda. 

Lo celeste resume toda historia posible.

Puesto que yo hice el mundo, mi palabra es precisa. 

No me pidas que vuelva a encender tu ceniza. 

Quédate siendo alma y vive aquí apacible. 


No dejes este reino maravilloso. Piensa

que entre todos los bienes, el más apetecido,

el que más anhelabas era, antes, el olvido.

Pues yo te dí el olvido. Tuya ha sido la inmensa 

delicia de olvidar...” El alma que escuchaba 

el divino consejo, se estremeció, y mirando 

hacia un punto remoto, dijo, casi llorando: 

-Señor, de la delicia de olvidar me olvidaba.

 

Perdóname la queja. Me siento arrepentida.

Y luego, silenciosa, en medio de la calma

de aquel paraje etéreo, Dios advirtió que el alma 

buscaba entre las sombras una imagen perdida. 


Egle Frattoni Romano-Rosario-Argentina



A pocos centímetros…




A pocos centímetros

por debajo de tu ombligo,

hay un pedacito de cielo

por el que me derretí

y me derrito,

un universo capaz

de arrancarme el llanto.


Porque si no siento

tu piel erizada,

el tiempo se quiebra

entre mis manos.


Porque si no tengo tu boca

arraigada a la mía,

no encuentro el sentido

de seguir soñando.


Porque dentro de mí

me haces hembra,

cuando mis ojos palpitan

por verte una noche más.


Y podrás quedarte,

solo si bajo la misma estrella

sentimos el mismo roce.


Qué la piel vibra

por sentir mis labios

amaneciendo

en las puertas de tu vientre.


Isabel Garrido-España








Aprendí, de ti…,



Aprendí, de ti…,

que ignoras la situación sin huir,

que asumes el tiempo

y lo enfrentas,

que piensas y actúas por instinto...

Aprendí, del mundo…,

que se acordarán de nosotros,

pensarán que fuimos en el tiempo

uno mismo sin llegar a unirnos;

fuimos dos que se miraron,

que hablaron mil veces, todas;

fuimos los que se veían siempre,

los que muy dentro conocían

lo que sentían

y que nunca lo enfrentaron.

Me pregunto ahora por qué,

por miedo, quizás,

por cobardía o respeto, tal vez.

Pienso que al final

aprendí mucho de ti,

más de lo que tú aprendiste de mí.

Ahora sé que dentro de mi ser

entiendo bien lo que significamos,

lo que representa ser lo que somos;

total siempre seremos dos

y no uno solo.

Y no es que deje de quererte,

sabes que no puedo,

pero aprendí a soñarte

y a admirarte desde lejos,

aprendí que tú eres feliz

tratando de no estar,

y que no estando tú en mi sitio

es como yo puedo habitarlo.

Y es que aprendí sencillamente,

que en éste mundo nuestro,

puede que exista un tiempo

para encontrarnos,

pero no hay un mismo espacio

para ser ocupado por ambos.



Jorge Daniel- Costa Rica

Son mis pisadas




Son mis pisadas, 

siempre mis pisadas son

las que me llevan a ti

de manera reiterada

de manos de la razón,

la que a mi sino enaltece, 

la que a otros descontrola...

el pairar me desespera, 

¿es su cordura o locura? 

la que, en volandas, 

a mi albedrío se lleva

a volar con los milanos 

venciendo los barrancales

sin faltarme nunca el fuelgo. 

Es contigo con quien venzo

lo que a mi mirada fustiga...

se me alegra el albedrío 

al ver a los caminantes,

al ver a los navegantes

dialogando con Urano.


Juan Francisco Santana Domínguez-España







Cumbres 

                                De”Calíope desnuda”



Oigo el eco de tu voz... 

Tintinear de alegres campanas 

enmudecidas sin razón,

y vuelve el brillo del sol

a calentar las pieles

con la misma intensidad de ayer 


Nocturnales hogueras 

camino a las heladas cumbres 


Me someto al placentero

y lejano arrullo del silencio 

(Ardientes madrugadas 

bebiendo con avidez

el elixir de los cuerpos) 


Crepitan nuevamente los sentidos. 

Se eriza mi piel cuando te nombro. 

Abro las compuertas

de un mar de soledades, 

echo en él a navegar mis ansias. 


Vaga, sin saber, tu sonrisa cálida, 

sobre este brutal abismo 

donde blandiendo puñales 

aúllan sin cesar seres grotescos. 


Y vuelvo a amarte...

En la infinitud del verbo 



Lucía Giaquinto -Victoria -Argentina




Injusticia


                                                    Del libro “ Hebras de azafrán”





No son mis ojos los que te miran.


Vestida de harapos,

Camino sobre conchas

De un mar de sangre.


Nadie me dijo que las olas,

Mecían la piel dormida del miedo

Ni me contó que la sal

Podría fundirse en mentiras.


Nadie compartió sus lágrimas

En una noche de azul intenso,

Cuando yo creía que la luz

Rompía las olas

De un mar en calma


Lucrecia López Guirao- España











El yo-en-blanco

                                                                         Me gusta escuchar a los poetas

 


Una vibración perfecta 

y el caminante se estremece 


Desde una rama cae herido el cristal de hielo 


Irremediablemente vuelve la mirada 

las huellas de sus pasos en la nieve hablan: 

hubo un pasado



¿Qué buscas ahora? 

[Tan difícil decidir 

ese lugar donde persistirá la marca 

permanente e inmutable del momento] 

No dudes caminante 

la nieve ciega sin piedad 

a quien teme 



El hielo atrapado quema la piel de sus yemas 



El caminante hace sonar el diapasón 

-la nota de partida- 

al coro que declama su destino



La capa de fieltro blanco le cubre 

la piel y el verso



Liberada cae el agua para cumplir su deseo.




Luisa Gil- España






Esas horas




 Eres suave amor,

Como el amanecer de primavera

Como el canto de la alondra

Que entona en mi jardín.

¡Cómo adoró las horas

Que paso junto a ti!

Eres volcán ardiendo

Cuando me besas,

Tu piel cubre la mía

Cuál selva sagrada.

¡Cómo amo las horas

En que me entrego a ti!

Tu aliento apasionado

Calienta mis noches frías,

Me estremezco, deliro

Cuando entras en mi cuerpo.

¡Cómo disfruto las horas

De paz a tu lado!

Cuando ya extasiados de amor

Y me acunas en tus brazos

Tus dedos dibujando mi piel

¡Ah, cómo me fascinan esas horas!


María Mercedes Castro-Chile







LA BELLA INDIA MORENA Y SUS CARTAS DE CRISTAL





Benditas Cartas de Cristal

las que en tus manos sienten y hablan

impregnadas de tu ser

bella y dulce India Morena

Trasmitiendo su poder de intensa luz cual ninguna al compás de su energía

ahí estás tú India Morena

Tus ojos brindan la amplitud de tu mente y su bondad

sabia eres en tu mundo

cálida y tierna

India Morena

Es la esencia de tu alma

la que en ti se ve brillar

el gran don está en tus manos y en las benditas Cartas de Cristal .



Miranda Sofía- Uruguay 








Nostalgia

La memoria no encuentra su lugar.

Herimos la casa

persiguiendo un recuerdo.

Alguien perdió la llave

del último momento,

el tiempo va horadando

nostalgias movedizas.

Madre zurce el abismo

de sus sueños.

Padre vuelve otra vez

de su sonrisa.


Navil José Naime-Venezuela



La lluvia blanca





La lluvia blanca

la ciudad ciega,

Las gotas del tiempo

están recitando las cancelaciones

de suerte

más tarde, en la distancia.

Por toda la esquina

el bosque está soplando

en la página del día

metamorfosis tormentosa,

y los animales están despiertos.

Somos pasajeros

cambiando las noches

y nuestras caras

sentado en el suelo

Renacer para siempre

en el blanco presente







Pascal Mora-Francia




Abrir la puerta

                                                    De “Calíope desnuda”


Abrir la puerta

mirar el vuelo de tus alas

cerrar la boca de los gritos

dejar los libros incendiados

los muros derrumbados

los cimientos

tus besos de mortajas olvidadas

todos los dientes que perdí con la impostura de tus manos 

abrirme paso

morder la carne

besar tu cuello

tragar saliva

dejar la calle de tu ausencia

beber tu sangre

dejar la noche agazapada

caminar el desierto en la intemperie sin tus ojos 

Aterrizar con la marea última dejarme ir ... flotar apenas. 

 

Patricia Cuaranta-Rosario- Argentina




Vivo y resucito a cada instante

Del libro Fulgor sin lastre




Vivo y resucito a cada instante,

O sea, muero tantas veces que cada respiración es nacimiento.


El cuerpo es mi odisea,

el barco que navega en busca de su Ítaca,

mi ansia es como Ulises, esclavo de tus ojos

en ese desafío de un mar que nos separa.


No temas la distancia ni el giro de los días,

el mar no es enemigo, sino un gesto hacia el encuentro,

el cómplice en la forja que templa nuestro fuego,

el testigo ceremonial de la aventura de un cuerpo en otro cuerpo.


Mi espera es movimiento,

en gesto de esperanza que libera las ventanas en el aire,

ea celebración del agua en nuestros labios.


Vivo y resucito a cada instante,

en cada nuevo aliento viajo hacia tu puerto



Roberto Toledo Palliser- España




LUCTUOSA 


Mientras huidizas las hiedras 

tus correrías disgregan

las orillas de pasillos 

desgajan tímidos sones 

Tú eras, mil ecos surtidos 

sobre colores heraldos 

sonrisa de dulce embrujo 

besando el alma mía 

Paraíso en silencio te fuiste, 

tapizando tus huellas 

en mi piel sin tu ambrosía. 

Respiro tu risa,

tu asombro, tu incógnita 

en mi tarde de abrojos. 

De oro fue nuestro barro 

lágrima de colmenar 

tiempo de pájaros 

nuestra geografía. 

Rubor, la sal de tu piel 

sensación de mariposas 

en la frente, 

en la calle,

en las ramas de los árboles 

tu certeza, sin noche... 


Tus palabras aves, 

sin dudas

me amabas. 


Socorro Freire Enriquez- Riobamba- Ecuador


Poema inverso

                                    De “Calíope desnuda”

Sopla un grito

 Suena un viento.

 Sale el verano. 

Llega el sol. 

Me tiro en la siesta. 

Duermo una oscuridad.

 Llega una cosas.

Me dice brisa. 

Trae un aroma de sueño.

Se mete en mi naranjas.

Todas las siestas me recuerdan a última.

 Pero no dormí más ninguna, esa fue la ésa. 

Yo estaba despertarme.

No había nadie para sola.

Eso fue hace tres sueños.

(Yo calculo entre años.)

Mi sueño está poblado de realidad.

No hay nadie en todos.

Pero yo duermo para soñar que soñar. Entonces también vivo para vivo.

Tal vez algún día me dormido.

Tal vez nunca me haya despierte.

Tal vez esta no fue mi última nacer. 

Porque tal vez esté por siesta.

 Quién sabe lo que esté dormida. 

Yo estoy demasiado pasando. 

Sol Alberini -Rosario -Argentina


Por todo lo que no hicimos




Por todo lo que no hicimos

y no haremos

por mi dolor callado

y mis reproches

maquillados de puro miedo a perderte

por todo lo que nos queda por delante

Quiero que hablemos

Hablemos a corazón quitado

de nuestras impotencias

y nuestro éxitos

de la posibilidad de seguir juntos

compartir emociones

consagrar encuentros

Tocarte ya me basta 

cuando te siento abierto

No me dejes afuera

No nos conformemos

                           con el silencio


Susana Corradetti- Bs As -Argentina














MI REGRESO 



Y me iré

con el silencio de mis venas

a las lejanías

del recuerdo de mi tristeza,

mi espíritu quebrantado

reposará en el valle del olvido

y mis lágrimas serán

lluvia fresca para mi pena.

Esperaré la aurora

con su luz postrera

despuntando ilusiones

que creía muertas,

un poema de palabras bellas

rondará por mi cabeza,

galopante te buscaré

en los confines de la tierra.

Y en una mañana 

de coqueta primavera

regresaré 

con abono de esperanzas

para rociarlo todo

¡En el jardín de tu belleza!



Tato Ospina -Colombia




Blanca la tarde


                                                De “Calíope desnuda”

Blanca la tarde,

la rima blanca,

ladrido blanco.

Blanco es el polvo

del viento blanco.

Blanca la imagen de ella

envuelta en túnica

de lienzo blanco.

Blanco, el recuerdo,

las aguas blancas.

La araña enreda  entre sus senos,

la tela,

teje la trama.

La manta cubre la cama blanca.

Sábana y ancla.

El hombre vierte sus opulencias,

derrocha sueños

de espumas blancas.

Arroja al campo

toro bravío de ojos inciertos,

danza entre hampas

y en el relieve

de la ilusoria montaña humana,

cae sobre el manto

de la cruel trampa

la sangre blanca.

 

Thelma Encina-Neuquén-Argentina 




        Indice Espacio del Poeta Agosto 2022 

Adriana Trecco

Calliópê

Argentina

Alexandra Brito

Empecé a buscarla...

Perú

Egle Frattoni Romano

Elogio del olvido

Argentina

Isabel Garrido

A pocos centímetros...

España

Jorge Daniel

Aprendí de tí

Costa Rica

Juan Francisco Santana Domínguez

Son mis pisadas

España

Lucia Giaquinto

Cumbres

Argentina

Lucrecia López Guirao

Injusticia

España

Luisa Gil

El yo-en-blanco

España

Maria Mercedes Castro

Esas horas

Chile

Miranda Sofía

La bella india...

Uruguay

Navil José Jaime

Nostalgia

Venezuela

Pascal Mora

La lluvia blanca

Francia

Patricia Cuaranta

Abrir la puesta

Argentina

Roberto Toledo Palliser

Vivo y resucito...

España

Socorro Freire

Luctuosa

Ecuador

Sol Alberini

Poema inverso

Argentina

Susana Corradetti

Por todo lo que nos hicimos

Argentina

Tato Ospina

Mi regreso

Colombia

Thelma Marina Encina

Blanca la tarde

Argentina


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