Revista N.º 33
- ESPACIO DEL POETA
REVISTA LITERARIA DE HABLA
HISPANA
Agosto 2013
Autor: Camille Pissarro
Aymará, la mujer de “Los Hornillos”
Recorría un sinuoso camino de
la norteña Jujuy, cuando un cartel me anuncia: “Los Hornillos, Posta
Histórica”. Me atraen los lugares donde se escribieron las páginas de nuestra
tradición. Me intereso por conocer el lugar, transito un corto trecho y, allí,
rodeadas de una precaria vegetación, irrumpen la posta y la capilla, reliquias
del antiguo camino al Alto Perú. Emergen vitales, níveas, dando una pincelada
luminosa a tantos tonos terrosos; el tiempo parece dormir custodiado por los
imponentes cerros de la Quebrada de Humahuaca.
Sé que estoy pisando el suelo
donde descansaron las huestes de Belgrano, Güemes, Castelli y tantos otros
héroes. El instante me conmueve.
Escudriño el horizonte
lejano, es entonces que la veo. Su figura parece tallada en ese atardecer
silente. Atraída, camino hacia ella, está cabizbaja, sentada sobre un trozo de
tronco carcomido. De pronto alza la vista, sus ojos cubiertos de abatidos
párpados e enhiestas pestañas me recorren sin sorpresa, como si mi presencia en
ese lugar, en esa infinita soledad, rodeada de cerros multicolores, fuera algo
natural. Sentí la firme sensación de que a esa mujer ya nada conseguiría conmoverla.
Alzando el brazo con levedad, hizo un mínimo gesto parecido a un saludo. Una
curiosa e intranquila atracción me acercó a ella. Nuestros ojos se encontraron.
La inquietud asomó a los míos, un cansancio visceral a los de ella.
La parquedad de la muchacha
amenazó el diálogo y un silencio elocuente ciñó el lugar. Mi saludo medroso la
cohibió aún más. Volvió a esconder los ojos, la mirada detenida en las rústicas
sandalias que calzaba, yo no me moví. Arrinconando mi presencia, murmuró: me
llamo Aymará. Y ese nombre, dicho con el tono inconfundible de su terruño,
sobrevoló el lugar envolviéndose en la calma del lugar. Cohibida, comenzó a
describirme su dura vida de pastora, tan árida como el suelo que habitaba, de
los días ausentes de emociones, del orgullo atávico por su tierra, del amor
rotundo por la Pachamama.
De pronto, como si portara
una pesada carga sobre sus hombros, se levantó y poco a poco, paso a paso, me
fue llevando hacia una rústica y precaria tapera, su refugio. Allí se detuvo y
señaló con una mano oscura y milenaria, una cruz luminosa, fantasmal. Musitando
dijo: aquí yacen mis muertos, todos mis muertos, mis abuelos, mis padres…, mi
hermano fue el último en irse. Cuando nombró a ese hermano, se perturbó y los
ojos oscuros, de abatidos párpados y enhiestas pestañas, lagrimearon sin pudor.
Dejó de mirarme y dándome la espalda se cuadró frente al camino que serpenteaba
desde la ladera del valle. Su mirar profundo, buscando, inquiriendo. Intuí que
esperaba a alguien.
Emocionada miré hacia las pircas
que contenían a sus cabras flacas. Me conmoví ante la certeza de la soledad
perenne que envolvía a Aymará, una mujer de edad incierta, que nunca había
podido o querido modificar su lineal destino.
Nos quedamos calladas, como
si las palabras hubieran iniciado una larga pausa. De pronto murmuró: sólo
anhelo estar en gracia con la Pachamama cuando la muerte venga a buscarme.
Estrujó las manos, cerró los ojos de mirada torva y en ese minuto inminente una
ráfaga solitaria entibió su rostro, una sonrisa tenue se abrochó a sus labios
y, esa cara, ajada por persistentes vientos, se iluminó. Vi como sus labios
rocosos se convertían en seda. Fue entonces que entendí, con certeza
irrefutable que Aymará, no teniendo nada, todo lo tenía.
Regresé a mi ciudad, a mi
hogar confortable, cómodo. Ella quedó allá, merodeando la posta, rodeada de sus
cabras lanudas, buceando entre valles y montañas, sacudida por los vientos de
la Puna; envuelta en soledad y silencio. La he invocado muchas veces, ella
habita mis recuerdos. Su mirada sumisa, propia de los pueblos postergados, me
penetra. Entonces, lloro.
Ada Gil-Rosario- Argentina
AUSTRAL
El cachetazo
se desprendió impaciente
y sacudió
Se tiñó de penumbras
la lozanía
y así rememoró
El sol
atenuó el resplandor
Los pájaros
esfumaron los trinos
La brisa
en el cuerpo
¿Y el pavor?
Gotas perladas
salpicaron
La alarma
despertó al hospital.
Ana Romano- Buenos Aires- Argentina
LLUVIA TRISTE
Millones de frías
agujas
se descuelgan de
grises nubarrones.
Las gotas que
antes cayeron
como hechizadas
bailarinas
giran, danzan.
Levantan sus
brazos transparentes
y reciben a las
que siguen.
Es la lluvia
triste,
Somos dos
y
estamos solos.
Ana Unhold-La Plata – Buenos Aires- Argentina
Laguna de espejos rotos
Laguna de espejos rotos
entre los marcos dorados
y el fuego de las entrañas
subía..........,.....
hasta el cielo muy oscuro.
Los desesperados muerden
la madera de una barca
que huye............
de las llamas del infierno.
Son ya, las almas llevadas
por el barquero Caronte.
Flotan los cuerpos desnudos,
ya sin alma..............
con el veneno en su cuerpo
y sus heridas abiertas.
Espíritus ciegos..........
..........gargantas sedientas
y crueles labios.
Infierno dantesco..........
poema sagrado.
Así se llama ese río......
que le llaman principal
y era el que recorría
todo ese mundo inferior.
Se transportaban las almas
de los que ya estaban muertos.
Era la laguna Estigia.
Autor Antonio Monzonís Guillén- Valencia- España
YA NO
DUELE EL CORAZON
Ya no duele el corazón
ya no pide tu licor.
Esta noche entre mis pasos
los recuerdos se destierran.
Corbata de papel se tiñe en mi pechera
expulsando la sangre de tu yo
que encubierta entre mis plazas
pretendía cegarme eternamente.
Consecuente con el brillo de la luna
mis rodillas temblequean
liberado de los sueños
que me ataron al pasado.
Una copa de ginebra me agasaja
excitando mi garganta liberada
Me presenta unos ojos peregrinos
seduciendo otra vez esta vereda
inesperada muestra bondadosa
de la vida que hasta a veces
es milagrosa.
Beatriz Ojeda-Montevideo- Uruguay
VOY…
Voy…
al acecho de tu sombra,
naufragando destiempos,
lenga de otoño,
en tus ojos de exilio.
Voy…
alentando la huella
que dejó en la sábana
tu espalda de mimbre,
tu beso de niebla.
Voy…
desdichando nostalgias,
esperando tu mano,
tu grito de brújula
que oriente mi ocaso
Voy…
entallando esperanzas,
como un viejo lupino
que mira a la luna
parir estrellas
Voy…
no quiero quedarme…
prefiero la cuenca
que atesora el rocío,
a esta espera,
turbal algodonado,
con sabor a escarcha…
Carlos Alberto Giménez- Ushuaia-Tierra de
Fuego- Argentina
Uno al
compás del otro
Uno al compás del otro, desnudos en el
andar…sobre la cálida alfombra de arena…se van hundiendo mis pasos mas no en la
arena y si, en la intrínseca memoria…como visor secuencial, una tras otra van
surgiendo imágenes remotas desbordadas de matices…niñez en rosa, preñada de
cariño paternal con olor a café y menta…suspiros largos de añoranza.
Un prisma en movimiento de adolescencia,
ilusiones…mariposas revoloteando mi ser. Pasan los años con degrade de
claroscuros pincelados por dos broches de oro…dos pedacitos de mí!!
…interludio, donde me amaron, ame…falle o me
fallaron…y una pregunta, da círculos concéntricos…una y otra vez…en mis
pensamientos
Acaso suena a escepticismo, si el haber pasado,
muchas lunas sobre mi piel, esta estrella pierda su brillo y su fuente de
inspiración?...iluso…querer sentir una mirada almibarada que acalora y vuelve
rosa mis mejillas?...
Utopías…disfrutar una danza de dos, piel a piel
y en un susurro quedo, temblar ante un “te amo”?
Quizás deliro, quizás
sueño…o son realidades donde te vuelves ciego! Mas no, y otro no…la esperanza
seguirá vertiendo su ánfora de sagrado bálsamo sobre mis sueños hasta volverlos
ciertos…aun creo, aún sigo tejiendo una ilusión con el color del alba!
Carmen Guzmán Cedeño-Curmaná-Venezuela
Un día cualquiera
Sevilla.
Son las ocho de la noche
De un día cualquiera de julio,
El sol se resiste a marcharse
Y el calor es asfixiante.
La noche amenaza
Con un insomnio de fuego en vela.
Los españolitos de a pie
Pasean su juventud por las calles
Huyendo del calor y la asfixia.
No quiero que mis versos me delaten,
Tampoco que me acepten
Como yo me acepto,
He de seguir viviendo como soy,
Ese es mi dilema y mi presente.
Basta de vivir a ciegas
Sin un pasado prendido en una lágrima,
Hay aún motivos para seguir viviendo
En un pasado que se adorna con flores
De un futuro.
Así soy yo.
¡¡así sigo siendo yo y mis
circunstancias!!
Charo Bustos Cruz- Sevilla- España
ESTA
NOCHE
Esta noche, me ido a pasear
entre las nubes del cielo. He estado volando por todo Madrid, pero
particularmente por mi barrio, Cuatro Caminos. Mi barrio... ¿qué he sentido al verle?
Tristeza, nostalgia de una pasado que ha quedado demasiado lejos, muy lejos.
Durante unos instantes he bajado al suelo, al suelo que aún tiene mis pisadas
de niña, que el paso del tiempo no ha borrado ni borrará. Aquella niña rubia de
ojos azules, alegre como ninguna pese a los muchos avatares vividos. He mirado
a la fachada de mi casa, la que me vio nacer justo al terminar la guerra de
España. Por más que lo he intentado no he conseguido ver las cortinas de mi
abuela que vivió en el primer piso, con unos balcones llenos de flores de todos
los colores mientras ella vestía de riguroso luto por la muerte de once hijos
de los veinticuatro que tuvo. No, no voy a contar una milonga de que todo
estaba igual que cuando me marché a Alemania. No, ya nada es igual. Calle
solitaria sin un niño jugando. Balcones cerrados a cal y canto vete tu a saber
porqué. No, mi barrio ha perdido la alegría. Ni unas flores en los balcones,
nada, nada, nada. Todo está en silencio. Ha perdido la alegría de un bendito
vecindario.
Conchita Hernández santos-Madrid-España
CENICIENTA
No
pretendo llamar
a
tu puerta cerrada,
ni
besar tus labios secos
donde
no germinan
palabras.
No
deseo acampar
en
tu mirada si
al
albor de tus
lágrimas
no se lava
la
desdicha.
Renovada
es la ilusión
que
te espeja al alba
como
el sueño que
irrumpe
en la noche
sin
carrozas,
sin
magia,
donde
vienes
harapienta
y descalza,
consumida
en tu ego,
buscando
en el abrazo
del
tiempo
al
príncipe que no cuenta
el
cuento,
al
callado mendigo
que
sopla tus cenizas,
que
te da pan y agua.
Diego Santiago
Cazzaniga-Rafaela- Santa Fe-
Argentina
Noche de insomnio
Me desperté bajo
un coro de cálidos oboes
cuyas notas
retumbaban más allá de mi ventana.
La luna
destilaba cierto
aceite pálido
que ungía mi cabeza,
y en mi almohada
quemaba el
incienso de un sueño blando.
Inquieta lentitud
de paredes vacías
y de espejos que
me observan casi a diario.
Hay un ángel, el
del sueño, detenido
frente al demonio
consciente de lo estático.
Furioso, el
viento, corre enloquecido
como una nave
fantasma en un mar calmo
donde floto con
mi cama, con mis muebles,
con ventanas que
disuelven mi pieza en átomos.
En el breve, casi
breve instante en que la mente
con su infierno
musical va estallando
enloquecida, ya
sin forma
hasta el mágico
portal de mi pasado.
Es mi carne, peso
inútil que navega
con sus ojos por
la noche perforados.
Ezequiel Feito-Buenos
Aires- Argentina
NUESTROS VERDES ( a
Entre Ríos)
Escapa por todos los poros de tu bendito suelo, que es mío,
el
limo ancestral, y profundo, hecho madera y pigmento
con
los brazos extendidos a la tibieza y la luz.
Los
subterráneos torrentes le dan textura a la vida
que
te inunda de color y oculta y muestra tu piso.
Hilos
plateados, nervios vivos en un mapa irregular
de
cerros (lomadas ), en donde, verde y agua, agua y verde
son
la constante copiosa, favor de la Creación.
Un
suspiro de placer se hace brisa que ondea
el
follaje y las pandorgas.
Humedales guardan vida que se enreda, fascinante,
en
murmullos, cantos, todos sones llenos de misterio…
¡Orgullo
del señor,
gozo
del hombre,
espacio
de la vida!…
La
luna que siempre está con esas nubes cambiantes
Sabe
de toda tu historia:
De
pueblos originarios, de gurisitos costeros,
caminos
blancos de arena, imperativas crecientes;
de
quien tira una semilla y cosecha con fruición,
de
una leyenda de amor que creciera en heroísmo,
del
que defiende la vida, la del pájaro y la flor.
Entre
Ríos vive, late; fecundidad, verde, agua,
una
energía incesante…
Todo
esto será recuerdo
contado
con emoción
si
es zona de sacrificio
con hidrofracturación
Hilda González—Concordia-
Entre Ríos
De "El inventario
del vacío verdadero"
De tanto consuelo que me has dado,
en las tardes solitarias sin abrigo,
de tanta ventana iluminada por el astro rey,
en la mañana cuando te busco entre las prisas,
de tanta tempestad en plena calma,
en la noche en la que te rebelas como revelando osadías,
quiero decirte que quizás seas la única loca,
(maravillosa insanía la tuya con una piel que de amor
transpira)
que cualquier hombre querría para siempre en su vida,
una tarde sin garúa y sin brisa, cuando dan ganas
de mandar todos los destino a un destino sin vuelta y sin
bienvenida,
porque no valen todos los atardeceres, sin tus ojos adormilados,
sin tus labios de mil olvidos y sin tu tacto que transmuta
poesías,
porque no vale nada la luna entre mis manos,
si no acaricio tu cabellera rebelde y briosa,
si no bendicen tu pasión mis ansias locas,
si no me cobijo entre tu noche y tu día,
para despertar solo en tus ojos, lleno de perezas,
enrollado entre los versos, o atrapado en un libro
que compartíamos de madrugada.
Amar, mi bien es quererte así,
tal como eres,
enfrentar la legión de demonios del mediodía,
que solemos dejar salir a asolear,
porque amarte es querer tu luz, tu sombra,
tu quietud y cualquiera de tus guerras.
HUGO DEL PORTAL—Perú
CERRARE
MIS OJOS
Cerrare mis ojos y en la penumbra aun tibia,
Atrapare los recuerdos que has dejado en mí,
Y echare a la suerte los incontables te quiero,
Eclipsare tu camino, detendré tu partir.
Me volveré un avieso si es preciso,
Un caudillo pedante sediento de tu amor,
Y entre las flores regadas con mis lágrimas
frías,
El infierno mismo, me ha de pedir perdón.
Nada ni nadie de mi, podrá quitarte,
Soy como el eco de tu viva voz,
Que en el relieve de las cosas simples,
Destella fuego o reaparece en luz.
Cerrare mis ojos y te besare en silencio,
Y ya no habrá espacio entre los dos,
Se quitara la idea la distancia inicua,
Se marchara lejos, dejándonos.
Se abrirá el cielo colosalmente,
Y esa paz deseada por nosotros llegara,
y en la penumbra aun tibia de tu recuerdo,
Te atrapare por siempre, por siempre jamás.
JORGE AMADO SERRANO-Suardi- Santa Fe- Argentina
Buscando
a mí destino
DEL ORDEN que todos procuramos,
sostener con el rigor de un parvulario.
Uno, ya no sigo.
Aquel, que pretende cambiar a mi destino.
Yo que elucubré mis decisiones
con la remota y austera absolución de Heráclito.
Yo que quise proyectar los círculos
de mi esquivo porvenir
con las escuadras y los compases de Euclides.
Trazando…, trazando…, moldeando, los geométricos pasos
que me conectaran con el mundo.
Hoy veo, no sin asombro, que la oculta esencia de mis actos ya
nació conmigo.
Habita desde hace tiempo en la secuencia
alegre o atroz de mi genoma, o en las tiranas cuerdas que un
dios inclemente las maquina a su antojo (he descubierto que pocos hombres se
eximen del azote de estos seres)
Ya no cifraré mi suerte en el dibujo banal de los catetos
o en el trazado de los oblicuos compases.
Lo que va a ser, bien pudo haber sido.
Las normas prefijadas carecen de sentido.
Lo demás, me tiene envuelto en una especie de asombro casi
necio, indiferente,… apenas vago.
José Rodolfo Espasa Muñoz-Benidorm- Alicante
ODISEA DE
QUIJANO
Yo iría
contigo
donde
nacieran las sílabas amarillas de tu canto,
todo
aquello,
te
guardaría para elevar el trigo sobre mi pecho
y
enseñarte mi frente,
para que
vieras mi cicatriz desnuda de contienda
en la paz
de tu silencio.
He visto
un
impulso de alumbramiento
entre el
quebrado oscurantismo,
en una
cámara de espejos que derrota la rabia
de una
evocación tenebrosa de mi vida,
aguijón y
espina atravesando, en su tentativa,
la
cáscara de un eclipse,
dejando
una intemperie de fruto fugaz.
José Romero-Ciudad Real -España
Y
colgué mis sombreros de paseos
Y colgué mis sombreros de paseos domingueros para que la brisa
de la tarde se lleve mis recuerdos de tí. El sonido de tu risa liada con la
mía, las palabras de amor, las promesas, los proyectos que no se concretaron…
los suspiros entre cada beso.
En fin, quizá, al volver a usarlos, la magia de la naturaleza
provoque que ya no queden vestigios de tu existencia en mi cabeza, pero creo
que será imposible que te borre de mi corazón... Tanto tiempo ya… Tantos
intentos… y nada.
Acaso no pueda. ¡Acaso no quiera! Qué más da.
No seremos felices para siempre, como en los cuentos de hadas;
aunque el resto de nuestro tiempo en esta orilla, vivamos amándonos en esta
infinita distancia.
Y en el silencio más profundo y en secreto, nos amemos
infinitamente, para siempre, siempre.
Marcela H. Toro- Ushuaia-Tierra de fuego- Argentina
AL CAER LA TARDE
Al caer la tarde, cúbreme con tu presencia.
Al abrigo del tiempo, despójalo de su túnica para mermar la distancia.
Alójame en tu regazo, cierra puertas y ventanas;
subida en la nube blanca acariciar las estrellas,
sabiendo que allá a lo lejos alguien las verá pasar.
Pedir al cielo que con su blanco manto lo inunde todo.
Poseer el talismán de mis ansias, rociando de perfume mis anhelos.
Escuchar los sonidos del silencio; divisar horizontes de deseo.
Esperar sin desánimo el futuro, que me lleve en sus alas al presente.
Esparcir de pétalos la andadura errante para levitar con su fragancia.
Ilusiones perdidas volved; un nuevo amanecer inunda el horizonte.
Irisados y tenues colores tornan a su paso la amargura.
Incienso para el espíritu, elevando las desgarradas almas.
Y en el centro cual nenúfar de hermosura divisado desde la cúpula,
y ataviado con sonrisas y ternura, he visto su resplandor pasar.
Al abrigo del tiempo, despójalo de su túnica para mermar la distancia.
Alójame en tu regazo, cierra puertas y ventanas;
subida en la nube blanca acariciar las estrellas,
sabiendo que allá a lo lejos alguien las verá pasar.
Pedir al cielo que con su blanco manto lo inunde todo.
Poseer el talismán de mis ansias, rociando de perfume mis anhelos.
Escuchar los sonidos del silencio; divisar horizontes de deseo.
Esperar sin desánimo el futuro, que me lleve en sus alas al presente.
Esparcir de pétalos la andadura errante para levitar con su fragancia.
Ilusiones perdidas volved; un nuevo amanecer inunda el horizonte.
Irisados y tenues colores tornan a su paso la amargura.
Incienso para el espíritu, elevando las desgarradas almas.
Y en el centro cual nenúfar de hermosura divisado desde la cúpula,
y ataviado con sonrisas y ternura, he visto su resplandor pasar.
Marga Utiel- Badajoz- España
Dicen
dicen que caminaba el silencio
y que buscaba el vacío
en la planta de los pies
dicen que iba dibujando el paisaje
en su cuerpo y tatuaba con lengua
las agujas en su vientre
dicen que otoñaba en los ojos y el frío
se escurría desgarrando
el vestido oscuro de su boca
que gritaba con la voz en cueros
para ser escuchada en las orillas
que ataba su nombre en el tobillo
para no perderse en la eternidad
dicen que caminaba y sus pies
se perdieron
María Marta Donnet- Santa
Fe- Argentina
Tic - Tac
Giran las ruedas dentadas
que engranan
este sueño
____con el espacio
____que recorren mis pasos
y el movimiento inverso
de cada catalina
____avanza una
____retrocede la otra
hace latir la máquina
____historia
____y paso al frente
que dibuja la línea infinita
de las horas
y trenza las edades
en un cable tendido
bajo esta inmensa carpa...
funambulista,
amando en equilibrio,
abrazo este tic-tac
en el centro de todo:
eres tú la piel del reloj,
el tiempo detenido,
el pulso de la esfera
en que giran mis astros.
en que giran mis astros.
Mayte
Sánchez Sempere- Madrid- España
Deslindes
LVII
Tener o no tener...
ser o no ser...
no es ningún dilema,
no es ningún problema,
en soledad se sistematiza la ausencia,
no hay "no tengo",
no hay "no soy",
en soledad se "acepta todo y de todo"
no tener no pesa,
no ser no duele...
salvo si soy consciente de más,
y "me doy cuenta"...
y "me doy cuenta"...
Néstor Véliz Catalán -Guatemala
Tristeza en soledad
En soledad inmensa que encoge el corazón
anida aún la tristeza dando la mano al
dolor.
Nubes se tornan grises-Lágrimas del
Creador-
Áureas de media noche. Mantos de
terciopelo
van acunando al cielo -Es su lánguida
agonía-
Eterna espera del día en que quizá
amanezca
o sea fantasía de un amor que nunca
crezca.
Bajo un camino de estrellas esconden su
luz.
Queda presa la luna menguando en su
llanto
sin sol que la envuelva con su cálido
encanto.
Palabras que se lleva el viento. Solloza
la brisa
en lo más hondo de su alma sin sentir la
calma
de su cansado andar. Enamorada ahogó su
risa.
Golpea la realidad con dureza al amor
vencido
que no sabe leer las miradas. -Se siente
herido-
Drásticas-heladas-horas de sueño recién
parido.
Nieves M.ª
Merino Guerra –Gran Canaria- España
Te busco
Te busco…
en mi espejo nocturno
iluminado por la luna
que visita sin reparos y
sin avisos mi ventana
para encontrarte en el
borde justo del recuerdo
porque ahí te quedaste…como
abrazado.
Te busco…
en el bolsillo de mi
almohada, donde quedó tu alma…
viviendo entrelazado en el
aroma de mis días
y te encuentro dormido
cuando sueño con tu beso
arrodillado y curioso en el
botón de mi camisa.
Te busco…
debajo de las flores
marchitadas de mi sombrero
porque se que ahí te
encuentro enmarañado
entre tantas penas
silabeando
que-te-an-do-extra-ñan-do…!!
Te busco…
y…
te encuentro esta tarde en
mi cocina
como aquella vez…que tus
besos y la lluvia
perfumaban mi vestido…
entre caramelos de menta y
yerba-buena…
…te encuentro recordando
sin olvidos
entre la gente distraída de
la calle…
paseando bajo el paraguas
mirando las retamas
en mi desabrochada blusa de
nostalgias…
………………….porque sin verte…
………………….sin tocarte…
y más allá de tristezas
donde cantan mis palabras
………siempre
te amo
Pilar
Ferrer- Ushuaia-Tierra de fuego-Argentina
HOY
Hoy…
acosada de dudas y temores
se conforma de estar viva…
sin dolor,
sin ansiedad,
ni frío…
ni soledad.
Hoy…
ha recordando
el florecer del amor,
el perfume generado
por dos cuerpos
en contacto,
el Infinito,
excelso
instante..
en ofertorio de
excelsa entrega.
Hoy…
sentada ante el
velador
de un pequeño café,
en compañía de un croissant,
piensa que
nunca temió el
desamor
sino aquel a
quien amó.
Hoy…
mirando a
través de los cristales,
entre la nostalgia de recuerdos,
confirma curarse
del pasado,
mas, con el…
a pesar de todo,
sigue durmiendo
Rafael Serrano Ruiz-Madrid- España
Soneto de la
Iluminaria
Las estrellas caen sin apenas sentido
aureola de luces de la noche de verano
iluminaria presente de tiempo no en vano
haces que dan vida al cielo ennegrecido.
Montes de Toledo que miran agradecidos
montañas que tienden su manos
amores apenas correspondidos
jazmines de pasión eternamente ufanos.
Iluminaria que deslumbra al ojo cansado
crepúsculos de Hontanar de vil espera
recuerdos de amores del pasado.
Calle empedrada de adoquín ajado
pesaroso del caminar que esmera
vigoroso andar del fiel amado.
Santiago Medina Carrillo- Madrid- España
Bajo la lluvia
Llueve la
ruta de las aguas
y se
desprenden gotas de mi vida.
Llueve, y me
levanto despojada....
Florecen los
arrayanes a contraluz de los ojos
balbuceando
en las sombras
una
gota de agua me desafía.
La vida acontece, y esa gota me sangra...
Hay que saciar la sed del árbol desnudo
-dicen que tras la muerte
todo es levedad-
sin embargo, yo te deseo vivo
y ejecuto nubes, nubes en gotas...
Valoro tus gestos
derramados en gotas y en palabras.
Siempre serás, lo que eres para mi
un impredecible acontecimiento.
-Por cierto, comencé a envejecer
y el rocío aligera las huellas-
Taty Cascada- Santiago de
Chile
CONTEMPLACION
Contemplo el silencio del universo,
con la serenidad de quien sabe ,
que las historias profundas,
se escriben sin ruidos,
pues el ruido las opaca,
Navego tímido el río torrentoso,
de tu alma,
con las notas sublimes,
que deja el amor ardiente,
mientras el sol deja colores en el horizonte,
Y todo es silencio,
es paz,
ese instante mágico de éxtasis ,
en que la fusión de sueños y realidades,
estalla en un compendio de melodías suaves,
apenas perceptibles,
hijas de una caricia,
que se desliza tibia ,
sin herir pero de huellas profundas,
tan profundas,
que el corazón se agita, se estremece,
se hace prisionero de la magia de amar.-
Contemplo, el universo de tus ojos,
leves, dulces, frágiles al viento,
ventanas al misterio,
mientras el silencio estalla ,
en un compendio de melodías suaves,
apenas perceptibles,
un instante de éxtasis ,
que se resume en un beso.-
Víctor
Kartsch Brenh –Encarnación- Paraguay
Lista de Autores Agosto
Autor
|
número
|
titulo
|
Ada
Gil
|
33-1
|
Aymará, la mujer de los Hornillos
|
Ana
Romano
|
33-2
|
Austral
|
Ana
Unhold
|
33-3
|
Lluvia
triste
|
A.
Monzonís Guillén
|
33-4
|
Laguna
de espejos rotos
|
Beatriz
Ojeda
|
33-5
|
Ya no duele el corazón
|
Carlos
Alberto Giménez
|
33-6
|
Voy….
|
Carmen
Guzmán Cedeño
|
33-7
|
Uno al compás del otro
|
Charo
Bustos Cruz
|
33-8
|
Un día cualquiera
|
Conchita
Hernández Santos
|
33-9
|
Esta noche
|
Diego
Santiago Cazzaniga
|
33-10
|
Cenicienta
|
Ezequiel
Feito
|
33-11
|
Noche de insomnio
|
Hilda
González
|
33-12
|
Nuestros verdes ( a Entre Ríos)
|
Hugo
del portal
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33-13
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De tanto consuelo que me has dado
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Jorge
Amado Serrano
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33-14
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Cerraré mis ojos
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José
Rodolfo Espasa
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33-15
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Buscando
a mi destino
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José
Romero
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33-16
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Odisea
de Quijano
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Marcela
H Toro
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33-17
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Y colgué mis sombreros…
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Marga
Utiel
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33-18
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Al caer la tarde
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María
Marta Donnet
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33-19
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Dicen
que caminaba el silencio
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Mayte
Sánchez Sempere
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33-20
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Tic -Tac
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Néstor
Véliz Catalán
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33-21
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Deslindes LVII
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Nieves
Merino Guerra
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33-22
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Tristeza
en soledad
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Pilar
Ferrer
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33-23
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Te
busco
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Rafael Serrano Ruiz
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33-24
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Hoy
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Santiago
Medina
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33-25
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Soneto
de la luminaria
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Tatiana
Cascada
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33-26
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Bajo
la lluvia
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Víctor
Kartsch Brenh
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33-27
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Contemplación
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