Revista N.º 11 -
ESPACIO DEL POETA
REVISTA
LITERARIA DE HABLA HISPANA
OCTUBRE 2011
Autor : Anónimo Titulo: Premios colegiales
Cesárea programada XII
Hay
diez millones de granos de arena
crujiendo
debajo de mis pies,
uno
por uno ardiendo,
diez
millones de pedazos de tierra
ínfimos,
inútiles,
anónimos,
aristas
mudas
sobre
las que camino.
Diminutos
bocados en la piel
arrastran
células muertas, sobras
nada,
arañan,
gritan, queman,
se
elevan con el viento y agrietan las pupilas,
diez
millones de fragmentos de mármol
aplastados
en una masa informe
que se
amolda,
rendida
y moribunda
al paso hacia delante innecesario.
Mayte Sánchez Sempere-Madrid -España
TRISTEZA
Tristeza,
Compañera de mis días.
Mares de sangre
bañan tu faz oscura
Gritos que del alma salen.
Silencios,
palabras vanas,
sin razones,
para oídos sordos.
De qué sirve gritar
si nadie oye.
Sordera colectiva,
consentida.
Si nadie ve.
Ceguera colectiva,
consentida.
Mas , yo sigo gritando,
quiero seguir gritando,
necesito seguir gritando,
aunque sólo el eco de mi voz
me conteste,
aunque corra el peligro
de morir gritando.
Porque morir gritando
significa,
morir buscando a Dios,
más tristeza,
más angustia,
más ceguera.
Descansa compañero,
No te rías de tus penas.
Negra suerte seguir viviendo
Mudos, sordos y ciegos
Para siempre.
Penas que bailan
en el negro asfalto,
penas añorantes
de otras penas.
Y esos mares de sangre
que te bañan
para limpiar tu alma
de miserias.
Grita tu dolor,
sigue gritando,
muere buscando a Dios.
¡Grita, grita, grita!…
Por favor.
Sigue gritando
Charo Bustos Cruz- Sevilla -España
UN VIEJO DEPORTE (1982)
Los
señores feudales
tras
arreglar sus dotes
y
caudales,
administrar
justicia con azotes
y
otros males,
entre
alianza y alianza
salían
por sus campos de labranza
a
cazar animales.
El
halcón en la mano
y
entre piernas el trote
de
un hermano,
con
la flecha extendían el azote
soberano
a
la liebre del ágil desatino,
al
dulce gamo, al zorro tan ladino,
casi
humano.
Pero
es cierto que ruedan
los
siglos, y aún así costumbres quedan
que
por sanas
conservan
condición de soberanas.
Y
nos dice la historia
que
el progreso ha soltado de la noria
al
caballo
y
ha erguido al siervo a su sitial de gloria,
como
un tallo
que
en orgulloso anhelo
puede
tocar –si puede- todo el cielo.
Yo
me callo
pues
no hallo
ni
verdad, ni mentira, ni recelo.
Pero
un poco de zorro y de ladino
pienso
a veces con ágil desatino
si
hoy en día
los
señores feudales
a
quienes no se nombra como tales,
a
porfía
no
salen de furiosa cacería
por
sus lares
montados
en sus pares,
los
idiotas
calzadores
de botas,
para
segar las rápidas orejas
o
entre rejas
acomodar
cabezas y almas rotas.
Y
si no es que al final de todo el cuento
con
ánimo jovial y noble intento,
ciertos
hombres
han
cambiado los nombres
de
las cosas
y
en palabras hermosas
la
servidumbre y el dolor pasado
han
disfrazado,
y
en lugar de animales,
su
deporte practican con iguales.
-Esta
idea se asoma en la maleza...
-¡Buena
pieza!
Un
flechazo
para
el hombre que busca atar un lazo
que
desate del yugo
a
su hermano en las garras del verdugo.
Costumbres
son costumbres: no me quejo.
No
me disgustaría morir viejo.
Por
Jorge Dágata-Balcarce- Argentina
Quiromancia
Miro mis manos
Busco en ellas
rayas de vida
y
tu estas en ellas
Líneas de muerte
mas… no puedo verte
De la vida se trata
y
en ella te busco
escarbando en los sueños
Espacios profundos
ideas que inflaman
que pueden ser ciertos
Manos juntas
que ruegan
Si todo esta en mi
¡Porqué no lo saco!
¿Cual es el poder
del que puede hacerlo?
Quiero vivirte
Sentirte
Llorarte
Crearte en mi cielo
Perderte en mi infierno
Rafael Serrano Ruiz-Madrid-España
12-7-2011
Sedimento
Vacía
y en el centro
Salpico
Circula
la ira
en el hueco
Asombro
entre llagas
Giro
a la pena
Flota.
Ana Romano-Buenos Aires-Argentina
Silencio
Silencio…
Silencio cómplice y empático...
¡¡ Cuánto habla,
cuánto dice,
cuánto cuenta,
cuánto sueña....!!
No sólo las estrellas hablan.
Dialoga tu corazón.
Tu alma sensible
y sedienta
de amor y ternura...¡Silencio...!
¡Shsssssssssssssssss!
Es el silencio del alma
Nieves M.ª Merino Guerra.-
Las Palmas de Gran Canaria.-
España
20-06-2011
De Repente
De repente ayer eras tú
hablándome
llegaste de la nada, de otro
mundo, de otra tierra,
y sin saber por qué me
cautivaste; algo de ti hubo
tu sinceridad, tu foto junto al
mar, tu sonrisa nostálgica;
algo de ti removió mis
entrañas, despertó en mis ansias
algo dormido, una nueva
inquietud, no se qué nombre tendrá.
De repente, me dije la vida
quiere darme una oportunidad
aunque ahora hay mares y
montañas que nos separan;
¡qué importa el tiempo! nada es
casual, te lo dije,
podemos escribir una
historia entre poemas y cartas,
de repente, el amor puede
estar a la vuelta de la esquina.
Yo sé que estás aquí como si el
destino hablara
con versos, con palabras, ó tal
vez sea mi imaginación,
ó tal vez desvaríe ó tenga
alucinaciones
y de repente esté forjando falsas
ilusiones.
Algo de ti llegó hasta mi
alma, un no se qué...
como una brisa nueva, como un
perfume de jazmines,
como una melodía que sembró esta
incertidumbre
de querer saber que podrás
ser, en mi vida hoy y mañana;
si habrá un después…
Algo de tu ternura, hizo palpitar
en mi piel
el deseo de saber cómo serán tus
besos, cómo sería estar contigo;
sólo sé que sin pensarlo correría
hasta tus brazos
para calmar estas locas ansias de
mujer otoñal y solitaria.
No me hagas caso… soy yo la que
habla sin parar,
la que quiere encontrarte sin tú
haberme buscado,
la que se está confesando… Si
algo nacerá, si algo nos espera
ni tú ni yo lo sabemos; nos resta
por ahora este instante, este minuto
Solo queda por ahora, soñar…
M.ª José Acuña
Belaustegui-Curmaná-Venezuela
Cómo me duele la vida..
la vida prestada
en casas ajenas
cuando el turbal
y el invierno
ocultan la mirada de rapiña
del chimango hombre,
chimango familia
con pichones en vuelo.
Cómo me duele la condena
que mi espíritu
sin derechos humanos
juzga y sojuzga
Cómo me duele la nevizca
que esconde al que vigila
que intrépido especula
que los niños especiales
(Esos de gestos vacilantes
de pasos trémulos
de palabras a medias
de almas gigantes)
no vengan ese día
para avasallar su salario
de corazones origamis
Cómo me duele la estática
que no me permite
expresar mi condena
de cacerola diaria
al chimango
que intrusó la casa
de los niños.
Cómo me duelen
los derechos humanos
que deshumanizan
que desprotegen
a las víctimas
Y me duele…
mi condena estática
mi escasez de versos
que atrapa mi grito
mientras Maná
plena melodía expresa
¿dónde jugarán los niños?
En fin…
me duele el dolor
de los sin palabras
de los que no votan,
mientras mis dedos
emulando un lejano Cristo
garabatean en la arena:
Carlos Alberto
Giménez- Ushuaia- Tierra de Fuego- Argentina
DESPEDIDA
En memoria de un amigo
(sept.2009)
Todo cambió para siempre
la tarde se hizo noche
y eterna agonía fue,
tañen guitarra y pandero
aquí no hay brindis ni fiesta.
Los corros ensimismados
en su propia algarabía
rienda suelta dan al festejo
cual esperpénticas sombras
en medio de los lamentos
confundidos con el frío.
Mientras la carne yerta reposa
irisada de agonía,
grotescos rituales
festinan la anochecida
cual surrealista imagen
en espera del adiós definitivo.
Nadie oye el oficio de difuntos
el jolgorio sigue
entre brindis y alegría
más carga en solitario empeño
las cobijas y las penas
sintiendo que ante sus pies
no hay tierra que le sostiene.
Meditando con la noche
espera en ávido afán
que despunte un nuevo día
para recuperar la sombra
que perdió aquella tarde.
Camina por última vez
esos sinuosos caminos
sus empedrados pasos
quieren desandar lo andado
de ese final de fiesta, de velorio.
Todo cambio y para siempre,
entre la sombra y la luz
treinta fueron los difuntos
y treinta los enterrados.
Victoria
Gonzáles Badani-Santiago de Chile
Basado en una obra de Juan J Saer
Ahora estoy sentada serenamente en un sillón del comedor frente al ventanal
que da al jardín posterior de la casa. Comienza el verano, la luz purpurada del
atardecer ha inmovilizado el ambiente.
Embriagada por él me descubro incorpórea, sublime. -Estoy sentada
serena, dije, ¿estoy? Esta placidez se fisura, el silencio y
la calma se quebrantan cuando el hechizo del regador comienza a fluir
en círculo, con su movimiento
implacable. Gira de derecha a izquierda. Se detiene; luego rueda en
sentido contrario. Esta oscilación grácil, cristalina, me envuelve en sendas
que enlazan recuerdos, en aquel hecho que he vivido hace muchos años. Hoy esas
evocaciones son viejos óleos, grises y rugosos. ¿Son? Ahora, mi piel se estimula, trayendo a mi memoria con toda
nitidez, aquella tarde negra que cambiaría mi existencia para siempre.
En el comedor hay un mueble con puertas
de espejo color humo, si vuelvo el rostro, veo la
sombra de mi sobrino Julián, desnudo,
reflejándose en el vidrio. Es
extraño porque rara vez deja la puerta de su habitación abierta. Habrá salido
de bañarse, y apresuradamente ingresó al vestidor.
Distingo su buen físico: blanco, ancho de
espalda y piernas fuertes. Se coloca la ropa interior, clara y limpia, el
pantalón vaquero gris y la camisa azul que abrocha prolijamente. Mis ojos se
han detenido en su reflejo en el espejo, indiscretos. Ahora se está mirando el rostro, coloca sobre él una colonia para después de afeitarse que ha
tomado del frasco. Está pulcro, perfumado. Lo observo, lo aprecio, avivo mis
sentidos. Me descubro excitada. ¡No, no es posible! ¿Qué me ocurre? Nunca albergué esas emociones. Por aquel. Por ese miserable,
monstruoso.
Mi hermana Josefina ha salido a hacer compras, andará mirando
las vidrieras, deleitándose con la nueva moda, por esas calles alborotadas del
centro. Caminará con pausa, en medio de la muchedumbre; eso creo, tal vez hoy,
las sendas estén despobladas, en este ocaso purpúreo y caluroso.
Aquel hombre ¿hombre? No se parecía en
nada a Julián (supongo) Hasta hoy siento su piel rústica y el olor a vino,
rancio, intolerable. El resto de él (sus brazos y piernas) se me han
desdibujado con el tiempo. Sin embargo el olor. . .el dolor. . .
Mis manos descienden hasta mis piernas.
Hubo un día en que pude sentir en ellas el fluir sanguíneo y humillante; eso fue cuando “ese hombre” (algún
bárbaro) me tumbó en un lugar oscuro del parque por donde yo caminaba, hurgó entre mi falda, y yo sentí como
si me hincasen un puñal en el vientre,
oí una bandada de pájaros que echó a volar dando graznidos. Cuando
reaccioné, él se había ido, mi sangre se deslizaba entre mis piernas. Yo clamaba asistencia; lastimada,
desesperada. Desde entonces odié a
todos los hombres.
Han pasado años desde ese atropello
nefasto, no obstante a través de ellos he tenido cambios, porque una cambia a
pesar de las arbitrariedades, se rehace, busca su núcleo. No hay más llantos,
es pasado. Ahora se ha convertido en recuerdo.
En este instante veo a través del vidrio
del comedor la sombra de Julián que apaga la luz de la lámpara de su
habitación, esa sombra es ahora, y el resto del ahora no es más que recuerdo.
Me saluda y se va lejos, muy lejos.
Mi tez color amarillenta
tiene huellas de los caminos que no recorrí, se confunden con el color de la
nostalgia gris.
Josefina debe estar por regresar; recorre el camino hacia casa
pesadamente con los bolsos de las compras; o tal vez no haya decidido aún qué adquirir, y lo dejará
para la semana próxima.
Es espantoso pensar que lo único visible y real no son más que sombras.
Pienso que en este momento hay cantidad de piedras en el arroyo que tanto
visité, que está calmo y tibio, pero eso no es ahora, sino recuerdo, tal vez en
este momento no haya ninguna piedra en el arroyo, ni esté tibio, siquiera.
Ha anochecido, transito por las sendas del jardín de la casa, por entre
los arbustos y azucenas. Cierro la manija del regador cegando el fluir del
agua. Escucho graznidos, una bandada de pájaros vuela a sus refugios,
regocijados por el día que culmina. Ingreso a la casa, mi sombra se proyecta,
se refleja en el vidrio del mueble del comedor; ahora veo mis arrugas, mis cabellos grises; me causan
gracia. ¿Gracia? dije.- ¿No será malestar? o ¿Regodeo?
Luego me daré una ducha, en tanto Josefina llegará y abrirá las puertas
para airear las habitaciones, porque corre el mes de diciembre. Yo no estoy
segura de que estos recuerdos que aparecen de la nada vuelvan en blanco y
negro, en el reflejo del espejo, o de que algún día retornen a tomar color. En
tal caso me opondré liviana y caprichosa.
Irma Sambuelli Serrano- Rosario-Santa Fe- Argentina
Tus
palabras
A
veces me adelanto a tus palabras,
como
si supiera aún lo que callas.
Una a
una las voy desgranando,
cual
gotas de racimo de lluvia enamorada.
A
veces, las aprietan mis manos,
porque
tus palabras: son más que esa suave música
que
oyen mis oídos, cuando te amo.
Trepan
por las paredes invisibles del aire;
se
arremolinan en mi alma como las hojas
oscuras
en las narices del viento;
se
quejan, se arrugan, se tuercen
como
las ramas, en el otoño de alambre.
Construyen
mi tristeza o mi alegría, con ladrillos
de
barro o de paloma.
Mujer:
yo escuché a veces tu voz muda,
cuando
apenas nacía en tus labios.
El día
viajando en el tren del verano.
Solos…
A
veces, tristes y lentos como un eclipse.
Entonces:
yo me inclino a tus palabras,
más
allá de la dicha o el engaño.
El
cielo. El cielo…
El mar
nos trae su voz soltera,
en
azules pergaminos de espumas.
La
luna hace rodar palabras
montadas
en caballos blancos.
¡Ay!
Yo vi a las gaviotas confundidas,
picoteando
a tus palabras en el trigal de tu boca.
Porque
después de todo: tus palabras son más que esa
suave
música que oyen mis oídos, cuando te amo.
José Rodolfo
Espasa Muñoz.-Valencia-España- R. P. I A-646-11
Objetos perdidos
Esquinas de
cartón
La calle, el
asombro
Subo y bajo
el
adoquín
Apolo
rojo y plata en
mi solapa
te perdí
Te busqué
Detuve la
clase,
vi un nubarrón
vestido de vos
Te oí
estirado en la tiza
Te supe metal
de media edad
Recorrí el
relieve poroso
¿Eras vos o mi
vértigo a la altura?
Emblema,
escudo altivo
Sin rubíes ni
rubor
Del salón a la
vereda
Sin diadema
Hoy es fondo
del ropero
Y cajones de
alcanfor
Apolo estudia,
Se pasea, me ve
Yo lo sé muy
bien
Diana Bravi Torras- Rosario-Santa
Fe- Argentina
Cuando te vayas
Cuando
te vayas, volverá el arroyo a ser arroyo,
y
la sierra dormirá bajo un largo cielo.
El
camino volverá a su aridez sin pausa,
y
todo será igual y seguirá siéndolo.
El
día y la noche serán tan sólo horas,
y
las aguas correrán sin más secretos.
El
paisaje volverá a ser el mismo,
y
todo será igual y seguirá siéndolo.
Seguirán
colmándose de polvo los caminos,
y
los pájaros trazarán un simple vuelo.
Secos,
sin luz, se volverán los bosques,
y
todo será igual y seguirá siéndolo.
¿Quien
se detendrá junto a los campos
a
dibujar con furia el paso del silencio?
Los
hombres pasarán borrando huellas,
y
todo será igual y seguirá siéndolo.
Grandes
señores, magos, reyes y princesas,
o
repetido pueblo:
Su
mundo volverá a ser previsible, y nada
espantará
sus sueños.
Todo
el arte se repetirá hasta el cansancio
y
hombres y animales seguirán viviendo.
La
tierra con su uniforme y tonta marcha,
y
su reloj perverso
buscará
olvidar todo aquel pasado.
Y
todo será igual y seguirá siéndolo.
Amor
mío, aunque todos
de
ti se olviden, yo no podré hacerlo:
En
una tierra lejana, cuyo nombre
está
más allá de la razón y el sueño,
en
el sereno altar de mi memoria
conmigo
estás en un lugar sin tiempo.
Ezequiel Feito-
Buenos Aires- Argentina
DESNUDOR
“…qué deshabitada /
mi
voz que no te nombra…”
Serafín Ricci
Más allá de la isla / se desnuda el
alba / y por
el cauce arrastra verdes y azules
espejando clarores y trinos.
Siembra brotes de luz / ante
el renovado desafío que / ya
desnudo
inaugural y sigiloso / se desliza
bajo mi puerta.
Pierden los espejos / sus velos y
se
desnudan los rincones / ante la
nitidez
de su mirada.
Al florecer el día / te desnudas el
alma / y por
la orilla húmeda del verano / mi
playa
resplandece
con el sabor de la vida.
Belkys Larcher de Tejeda-Coronda- Santa Fe-Argentina
(de su libro “Navegando los
miedos”, 2011)
ESCENAS
Amplio espacio mutilado de espanto.
Estallido que sesga
la quietud cotidiana
(no da tiempo al pensamiento).
La realización cobra vidas.
Y hay un fin y un comienzo.
Son las horas que parten...
Ulular de sirenas
cortan el aire.
Desbordantes sinrazones.
Enajenadas manos
aletean sobre la certeza
inmóvil...
Destrucción y pavor.
Alaridos mortales.
Impotencias... Lápidas y muros
vociferando horrores.
Epitafios: «Aquí yace...»
Se desangran números y letras
desde el mármol.
Y fluyen, sin detenimiento,
gotas demandantes de justiciero acto.
Es la guerra de siempre.
La de los andenes.
La de las torres gemelas.
La sin contra atacantes.
La sin refugiados.
La sin fronteras.
(Desde aquellas orillas... Y desde
éstas.)
"La guerra de ideas"
¿Comienzo de otras?
¿Fines...?
Lucía
Giaquinto-Rosario-Santa Fe-Argentina
LA MAR
Marinero
de noche...
cuando
vas por la mar...
¿Cómo
te guías?
¿Con
el canto sereno
...
de caracolas?
¿Del
olor de los vientos
...
de las mareas?
¿Del
sonido lejano
...que
traen las olas?
¿De
la luz de la luna,
...cara
bonita?
¿De
la estrella de Venus
...como
ninguna?
¿De
los astros brillantes
...
que van sin colas?
¿De
una fuerza que traspasan
...ojos
salvajes?
¿De
esa paz que refleja
...la
atmósfera celestial?
¿De
ese fresco olor de lluvia
...
después de una larga tarde?
¿De
la boca de tu amante?
¿De
la miel que dan sus labios
...
cuando un beso quiere darte?
Sabes
que tú, a ella le gustas,
porque
ella te lo ha dicho,
de
tu atractivo...
misterioso
y excitante,
la
belleza en tu mirada,
...sin
dolor,
,,,sin
ambición.
Detrás
de ti lo infinito,
hilo
divisando el horizonte,
estrella
que brilla siempre.
En
tu corazón...
hay
palmeras
...leones
y mariposas
volando
…
junto
a una vela encendida
esperando...
junto
al alma de su vida.
Antonio Monzonís Guillen-Valencia-España
A LA MEMORIA DE CANDELA RODRIGUEZ
Te
busco en las sombras de mis temores,
en el
raciocinio abstracto de la incoherencia,
en los
fríos y húmedos pasadillos de los recuerdos,
en el
sinuoso y pérfido anden, de lo incierto.
Se
arrastra mi alma, se quiebra mi aliento,
y
delirio se vuelve el abrazarte de nuevo.
Mis
suplicas no llegan a su destino correcto,
y en
demencia rasguño figuras,…figuras sin cuerpos.
Yo
quiero la luz de mis días pasados,
y te
quiero a ti, jugando a mi lado,
plena
de inocencia, de animo exaltado,
y no
esta crueldad, que tu ausencia forzada, me ha dejado.
Te
busco en la sombras de mis temores,
vociferando
tu nombre, hoy yacido de flores.
Silencio
y silencio, ya no me respondes,
tus
alas han crecido, te has volado, tras del horizonte.
JORGE AMADO SERRANO-SUARDI – SANTA FE – ARGENTINA
NUESTRO
PROFESOR JUAN CARLOS
Con la venia de
vuecencia, deseo expresar con calma,
Alegaciones
extensas sin andarme por las ramas.
Había una vez un
grupo de presuntos, señoría.
-¿Presuntos de
qué?
-¡De artistas!
-¿Y eso es
delito, letrado?
-Depende del
abogado, y de las acusaciones; de las obras y los hechos, y del profesor
experto que corrija las acciones.
-¿No es delito
la osadía de plasmar con ironía en un limpio papel “guarro”?
-¿Y no es acaso
que un molde tan estático y tan frío se transforme en una obra a golpes con un
grafito?
- Continúe con
el tema, que tenemos para largo.
- He de decir
señoría, que el cabecilla del grupo es un tal señor Juan Carlos; que con su sabiduría dirige las fechorías
de este botín que le traigo.
A saber en los papeles
hay de todos los niveles. Unos con ricos adornos en los fondos de la orilla; todos color carbonilla: Niños,
señoras, adonis, angelitos o demonios, alazanes, peloncetes, Díscolos en
caballete; un Moisés, un toro manso, una acelga o un caballo.
Amparados en las
sombras que proyecta un haz de luz, dibujan con energía esperando día a día,
que el profesor con esmero les corrija…los floreros.
-
¡Señor fiscal ya estoy harto!
Veo que el señor
Juan Carlos, es un artista divino como la copa de un pino; que corrige a los
alumnos como si fueran sus hijos.
¡No se hable más
del tema! Absuelvo a todos los reos a falta de duras pruebas; y pongo de condición, que vuelvan el
año entrante y haremos la revisión.
Marga Utiel.-Badajoz-España
Clausura del curso 2004-2005(10-Junio-2005)
Esperanza
Livianos tártagos se
agrupan y enderezan su blanda nariz hacia el cielo, con ansias de aire limpio.
Desparramados espinillos se preparan lo mejor que pueden para sobrevivir,
resignados. Una plateada moneda seguidora, desde el cielo, apela a todo
su amor romántico de luna para acompañarlo, recodo tras recodo, prestándole un
poco de su brillo de ilusión al oscuro cauce.
Mientras, los sauces,
cada vez más preocupados se desangran en lágrimas sobre su cuerpo de andar
pausado y tratan, desde su llamativa estructura vegetal, de cubrir la vergüenza
de estar ¡tan sucio!
Lo miro, imagino sus
ojos entornados con el cansancio puesto en un rostro sin sonrisa, con una
esperanza que agoniza, en su cuerpo contaminado, enfermado, sin atractivos.
Algunas moreras
intentan, aún, fecundar sus márgenes en ofrenda callada, color de cuaresma, con
olor, todavía, a gurí, a pandorga, y a madreselva con mburucuyá.
Alrededor, la basura
que llama a los roedores y ahuyenta a los peces. La prolífera hierba enmarañada
que los animales rehúsan comer. Y la gente. La gente que, ahora, ya no lo
mira; ya no se inquieta; ya no se acerca. Ya no llora, como yo, cada vez que
los ojos obligan a mi rostro a girar hacia él... allí está, él. con su manzura
impotencia... mis labios murmuran una plegaria al Dueño de la Vida que premia a
los buenos y dará ¡yo lo sé! ¡yo lo veré! un giro angular a su
destino letal.
Y él volverá a ser
nuestro arroyo querido (una lluvia me dijo que ¡se puede!).Todos lo reverán, lo
reconocerán. Su camino se llenará de risas, sus márgenes de vida nueva y, sus
amadores, de secreta emoción.
Y yo podré morir en paz escuchando su cristalina canción y su húmedo murmullo
agradecido
Hilda González- Concordia – Entre
Ríos- Argentina
DON
SEBASTIAN
Don Sebastián es algo así como el amigo del barrio. El
abuelo, el tío o lo que haga falta. El siempre lo dice.
_Estoy para lo que necesiten mis vecinos, como soy solo es
un placer poder serles útil alguna vez, es devolverles la compañía que me dan
todos los días.
Este don Sebastián es un hombre de setenta largos,
ágil y de sonrisa amplia, dispuesto siempre a colaborar.
Es parte del barrio, hace muchos años que vive aquí. Vino
solo, compró una casa y desde entonces es parte de nosotros. Del barrio.
Era aún bastante joven al llegar pero estuvo siempre solo.
No recibe visitas o amigos excepto los del lugar, es consejero y confidente de
tantos problemas del vecindario que los hace suyos.
Alguna vez nombró a una esposa que tuvo y dos hijos pero
jamás contó sobre ellos, es asiduo del club del barrio donde todos se conocen,
comparten charlas, juegos de naipes y la destreza del billar, ese es su gran
pasatiempo.
_! Soy un especialista!
Dice esperando un contrincante capaz de intentar ganarle una
partida. Participa de la mesa de pool, pero lo de el está allá al fondo, en el
rincón, casi olvidada con su paño verde, una mesa de villar que parece
esperarlo cada día
_ Es más de mi tiempo.
Suele decir mientras ensaya sólo algún tiro magistral.
Para el es un arte.
Comparte las fiestas con las familias del barrio, pero es
cuidadoso a la hora de los brindis, bromea sobre lo malo de pasarse con las
burbujas.
_ Por ahí viene la nostalgia y se habla demás.
En el lugar tienen una antipatía parecida a la bronca por la
mujer que alguna vez nombró. Debe ser mala para haberlo abandonado siendo este
hombre tan sensible. La imaginan un poco una bruja malvada que vaya a saber lo
que habrá enseñado a los hijos, para que nunca vinieran a verlo, deben tener
también ellos sus sentimientos mezquinos, así se pierden este padre
envidiable y lo dejan en soledad.
Por los años que lleva viviendo en el barrio deben ser
grandes, talvez casados y lo privan hasta de los nietos, que podría darles amor
y disfrutarlos, odian a esa presunta malvada.
Tenía esposa, un hijo varón y una mujer, alguna vez en el
club entre ronda y ronda de copas con los amigos el alcohol lo ha puesto
nostálgico hasta hacerlo nombrar a esa familia perdida y se le escapó algún
comentario.
_Mi mujer era hermosa, nuestros hijos se le parecían cuando
pequeños, tienen ojos oscuros como ella _ ¡Que buenos niños!
_ Pero hace tanto tiempo que ya no se si los
reconocería.
Luego dándose cuenta que esta por hablar de un pasado
guardado celosamente, calla y se despide apresurado escapando temeroso de
soltar confesiones que nadie debe saber.
Muchos han querido conocer su pasado esperando darle alguna
palabra que lo conforte pero jamás quiso contar mas que esas pocas palabras
dichas alguna vez por descuido.
Esto hace que los vecinos tengan por él ese cariño protector
abriéndole las puertas de los hogares para resarcirlo en alguna manera de las
tristezas, aunque se lo ve siempre tan jovial, sin quejas de nada.
Es un ejemplo de vida dando siempre palabras de aliento
promoviendo acuerdos o pacificando con razonamiento.
Tiene aspecto provinciano y dichos de cada región para
contar cuentos de todo el país, fue viajante y conoce sus dichos y costumbres.
Los más osados de lengua cuentan de las infidelidades
cometidas por la mujer hasta abandonarlo llevándose a los hijos,
_ ¡Que ni de él deben ser!
Desde que vive en el barrio mas de una vez han querido
casarlo, le han presentado y se le han presentado ellas mismas distintas
candidatas con las cuales no superó de alguna salida, pero no hizo mas
compromiso. Quedando éstas desilusionadas después del desafío.
Esto incrementó antipatías hacia la desconocida que lo habrá
hecho sufrir tanto como para no volver a creer.
Es buen jardinero, al frente de su casa siempre hay flores,
prolija y cuidada la comparte con una sola compañía, su gato Lolo, que en toda
su negrura le resalta llamativamente un ojo amarillo, el otro ojo es de color
marrón casi negro como su pelaje brillante.
Es el único para recibirlo y esperarlo, incondicional a su
amo. Parece entender cuando le habla respondiendo con tonos distintos al
maullar.
En esta noche de invierno con cielo oscuro, don
Sebastián demoró mas su regreso a la casa, como no queriendo llegar a su
soledad, hoy la compañía de su gato Lolo no le vasta, hay soledades mas
profundas para entristecerlo y no tiene prisa.
Se demoró hasta que el cantinero lo miró como despidiendo,
esperando que se fuera para poder cerrar terminando su tarea.
Don Sebastián se fue despacio, parece que el viento en la
espalda lo detiene en lugar de empujarlo ¿No sentirá el frío calando los
huesos? mientras camina despacio, haciendo tiempo.
Llega al portón, entra y se detiene a mitad de la vereda que
lo lleva a la puerta de su casa, observa las plantas como las agita el viento,
tiene pena de ver como las maltrata. Finalmente busca la llave en el bolsillo,
la mira como si no la conociera de memoria.
Se decide y camina los pasos faltantes, despacio introduce
la llave en la cerradura, la hace girar lentamente ignorando al gato que lo
reclama desde adentro como preguntando ¿Por qué tan tarde y sin apuro?
Ya adentro, lo levanta en brazos y se dirige al dormitorio,
deja el gato sobre la cama y abre el cajón de un mueble, saca de entre las
ropas una fotografía donde una joven bonita sonríe abrazando dos niños
pequeños, se sienta en la cama junto al gato, sus ojos están vacíos.
Acariciando la foto le pregunta.
_ ¿Como estas mi pequeña? ¿Recuperaste la alegría o tus ojos
están tan tristes como el día cuándo te abandoné por otra?
_ ¿Olvidaste mi mal carácter y mis enojos sin motivo? ¡Pasó
tanto tiempo! ¿Como están nuestros hijos, me has perdonado, viven siempre en la
misma casa? … ¡La nuestra!
_Tuve tanta vergüenza de mirarte a los ojos cuando yo
también conocí el abandono que no me animé a regresar.
_Ahora tengo vergüenza de mi cobardía y menos puedo hacerlo,
ya con mi vejez y achaques.
_ ¡Perdón mi pequeña, perdón mis hijos!
Dos lágrimas surcan las mejillas pálidas de este don
Sebastián desconocido, mientras con un suspiro lleva hasta el pecho cansado la
foto de aquella joven bonita que junto a sus hijos le sonríen y se reclina
lentamente junto a su gato negro.
Nelda del Carmen Lugrin- Concordia- Entre Ríos- Argentina
Lista de Autores
Autor
|
titulo
|
Mayte Sánchez Sempere
|
Cesárea Programada XII
|
Charo Bustos Cruz
|
Tristeza
|
Jorge Dágata
|
Un Viejo Deporte
|
Rafael Serrano
|
Quiromancia
|
Ana Romano
|
Sedimento
|
M.ª Nieves Merino
|
Silencio
|
M.ª José Acuña Belaustegui
|
De Repente
|
Carlos Alberto Giménez
|
Justicia ( Cómo me duele la vida)
|
Victoria González Badani
|
Despedida
|
Irma Sambuelli Serrano
|
Una Sombra en el Espejo
|
José Rodolfo Espasa
|
Tus Palabras
|
Diana Luz Bravi
|
Objetos Perdidos
|
Ezequiel Feito
|
Cuando te Vayas
|
Belkis Larcher de Tejada
|
Desnudor
|
Lucía Giaquinto
|
Escenas
|
A. Monzonís Guillen
|
La Mar
|
Jorge Amado Serrano
|
A la memoria de Candela
Rodríguez
|
Marga Utiel
|
Nuestro Profesor Juan
Carlos
|
Hilda
González
|
Esperanza
|
Nelda
del Carmen Lugrin
|
Don Sebastian
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario