domingo, 1 de diciembre de 2013

Revista Nº 37- Espacio del Poeta


         Revista  N.º 37 -  ESPACIO DEL POETA
                           
                             REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA
                                                                                  
                                                                                   Diciembre 2013
        





        






ANATOMÍA DEL EDÉN

PARTE II






Recuerdo todavía el coloquio con aquel sabio social,
le escuchaba apuntando en mi cerebro sus parábolas,
no repartía peces ni panes, "ayuno de ignorancia y bufé de avenencia", con estas metáforas de un Lunes de Noviembre,
embutido en felpa, definiría a la astucia, o zorro, como cacareó un diputado.
Con gafas entornadas y cejas de par en par, me comentó de la protección de la mujer andaluza, ensalzando su misterio maternal.
Yo he visto esa aparición y no soy pastorcillo que moja hongos en leche. Latitud Fuentes Marin, por vuestra heráldica comienza el Sur, todo azabache entregáis al Guadalquivir, mirada de tornado al cotilla de ultramarinos,
de esa templanza va el monaguillo de Lucifer sin criadillas.



"¡Garra de vendaval!

¡Zarpazo del olivo!

Esa es tu caricia

cuando te muerden

la cintura...

conozco algunos perros

ladrando sin luna

y dentadura"


José Romero- Ciudad Real- España






Aun creo…



Uno al compás del otro, desnudos en el andar…sobre la cálida alfombra de arena…se van hundiendo mis pasos mas no en la arena y si, en la intrínseca memoria…como visor secuencial, una tras otra van surgiendo imágenes remotas desbordadas de matices…niñez en rosa, preñada de cariño paternal con olor a café  y menta…suspiros largos de añoranza.

Un prisma en movimiento de adolescencia, ilusiones…mariposas revoloteando mi ser. Pasan los años  con degrade de claroscuros pincelados por dos broches de oro…dos  pedacitos de mí!!

…interludio, donde me amaron, ame…falle o  me fallaron…y una pregunta, da círculos concéntricos…una y otra vez…en mis pensamientos
Acaso suena a escepticismo, si el  haber pasado, muchas lunas  sobre mi piel, esta estrella pierda su brillo y su fuente de inspiración?...iluso…querer sentir una mirada almibarada que acalora y vuelve rosa mis mejillas?...
Utopías…disfrutar una danza de dos, piel a piel y en un susurro quedo, temblar ante un “te amo”?

Quizás deliro, quizás sueño…o son realidades donde te vuelves ciego! Mas no, y otro no…la esperanza seguirá vertiendo su ánfora de sagrado bálsamo sobre mis sueños hasta volverlos ciertos…aun creo, aún sigo tejiendo una ilusión con el color del alba!





Carmen Guzmán Cedeño- Curmaná- Venezuela











BUENO PARA NADA




Ya cargado en años y cansado, se dormía sin querer en cualquier parte. Sus párpados simplemente se cerraban. Todos sus amigos sabían de antemano lo que le sucedía a  Tommy. Así que hoy no era un día distinto en su fantástica vida. Volvía a soñar. Ahí pegado en la borda del vapor, navegaba en su mente, sorbía el enérgico y puro aire del mar del ingenio que inundaba todos sus poros.  Había una cortés simpatía general por él.Todos observaban su dormitar y nadie se atrevía a despertarlo. Una fantástica y privilegiada mente no debía ser perturbada. Nosotros simplemente nos metimos en su sueño, así sin avisar. Aún se veía de niño, corriendo de aquí para allá. Su madre le tenía un gran amor, quizá como extranjera en un país difícil se apegó más a sus hijos. Una gran prole de la cual Tommy era el séptimo.
En su sueño se veía en la escuela. Tenía muchas ganas de aprender. Tomaba sus libros y un pequeño pizarrón. Un beso de su madre y listo…
El caso es que jamás se imaginó lo que sucedería aquel día en la misma. Un maestro intolerante y poco dado a las pláticas fue el actor que marcó para siempre la película de su vida. Por eso el sueño era repetitivo para el viejo Tommy, quien lo recordaba y su mente no hacía más que volver al pasado en cada descanso..., en cada sueño. 
Aquel día el pequeño Tommy regresó a casa llorando. No tenía más de ocho años cuando el maestro le dijo: “Eres un bueno para nada” y luego lo calificó como “estéril e improductivo”. Vaya noticia que fue para la madre. Una y otra vez se lo repetía. Estéril e improductivo.
Nancy, su madre no le dio mucho crédito, lo tomó del brazo y siguió con su educación personalmente.
Tommy recordaba en el sueño perfectamente cómo vendió diarios, verduras, mantequilla y moras en un tren. Y lo que más recordaba eran esas interminables horas que aprovechaba para leer uno que otro libro en una biblioteca pública. Como quiera que pasara gran parte de su vida en los trenes, empezó a trabajar en ellos, pero no por mucho tiempo. “Bueno para nada” fue despedido por desobedecer órdenes. Una vez más su carácter le trajo problemas.
El sueño repetitivo del Viejo Tommy iba y venía de las muchas veces en las que intentó hacer algo y no lo consiguió. Fueron muy pocas veces las que “Bueno para nada” logró su propósito.
El viejo sonreía dormido en su chaqueta negra perfectamente entallada. Todos lo miraban dormir justo cuando llegó el mayordomo, quién abriendo la inmensa puerta de roble contigua al recinto caminó hacia él y tocándole el hombro suavemente, lo despertó:
-        Sr. Edison, despierte lo aguarda el presidente.





 JUSTO ALDÚ/Julio Stoute.-Panamá






CABALLERO MISTERIOSO


Una belleza serena, varonil, asoma a la ventana del arte.

Como una milagrosa aparición, emerge de la mano de la artista;

con pulso suave y trazos firmes.

Un Adonis estático, iluminado con la luz de la inspiración

para deleite de ojos creativos.

Imagen de cabecera, gallardía,

símbolo de pasiones, fantasía.

Como un poema de Bécquer arrulla a su dama,

en un paseo romántico por el jardín de la calma.

Paraíso de placeres, ilusión de amor eterno;

paisaje de estanque y cisnes por senderos del Edén.

Caballero misterioso con romántica mirada,

cuerpo etéreo, imaginario, pensamientos de la nada.

enigmática belleza que me invita a soñar,

dulces sueños de romances, sueños dulces para amar.


Marga Utiel- Badajoz- España






CANDILEJAS DE LA NOCHE
Tus pensares,
pupilas de lo impensable,
pueden hacer
que el órgano de la vida
sueñe despierto.

Túnica externa del tiempo,
carros corriendo el espacio
con las velas encendidas
y sin antorchas teñidas.
Luna blanca
que va en su carro de plata,

nos arrullará en la noche
con presagios de lo ausente
y con luces indirectas,

solo con su resplandor
beberemos esos cuentos
que son cuentos del amor.

Y poder saborear
la penumbra del presente
en la noche intrascendente.

Faroles por todas partes
y el musgo que nos envuelve,

las rosas que nos acosan
y colores del ambiente.

El espejo impenetrable
lleno de luz nos absorbe
y ya vienen los fantasmas
con máscaras venecianas
al carnaval de la vida
y una sonrisa que miente
en la noche que no acaba.


Antonio Monzonís Guillén._Valencia- España






Caos literario…



Como frase suelta, un eslabón perdido de palabras huecas, ya sin sentido…y estas comas que no entienden mi larga espera y los signos de interrogación que se me plantan soberanos en mi cabeza y los paréntesis abrigando este silencio abrumador…
Y luego, estos puntos suspensivos resbalando como perlas de un collar que se me rompe…
Y este punto que no sé si es definitivo o si prosigue la historia de no sé qué, de no sé quién ni sé de dónde.
Qué adjetivos pondré al caos que me aprieta las líneas de un texto como nudo en la garganta, cómo susurrarle al viento sin la rima de una ráfaga de versos y entonces, ¡no puedo evitarlo!, llora mi exclamación con signos de admiración en mis adentros… ¡mira que he hecho!, destrozar el lenguaje con un caos que no entiendo:
La mayúscula se me declara en baja auto estima y la minúscula más ínfima que ninguna, luego, esta sangría recortándome el espacio de una frase que se me niega a morir…
Dime, ¿qué se puede esperar de una esdrújula, de una grave y una aguda no elegidas a conciencia del sentimiento que les abruma?…
Y este acento que me perturba las letras endebles e inmaduras, cómo cerrar este caos con que me reclaman las letras su inconsistencia, su atadura…yo no soy amo y señor de sus lamentos, se me colgaron de la soga de un triste pensamiento y se fugaron de mí, dolidas, ásperas y etéreas…aún no sé si hay algo que rescatar de todo esto, si acaso, la palabra “etcétera”…como un caos interminable o fugaz…en que llegue la inspiración de otra manera…



Lorett Vaz Tor-México







 Cercanía




Aun más que ausente:
mira
desfigurado
Pregunta
Absorto
niega
Huye:
la realidad
persigue.







Ana Romano.-Buenos Aires- Argentina






Como espiando


desde el prisma de mi hombro,
sigo esperando
el "algún día" prometido.
Algún día seremos ...
algún día estaremos...
algún día volveremos.
Como espiando el pasado,
veo cómo huellas de renuevos
se apacientan,
cómo la sangre de los ancestros
abona el suelo
para que no muera la semilla,
para que el ganado tenga pasto,
para que el trigo sea dorado
y los lupinos de colores.
Algún día...
Martín Fierro dejará de ser
una estatuilla
para observar nuestra conducta.
Algún día...
Don Segundo Sombra
alumbrará desde sus páginas,
Santo Vega descolgará
la guitarra del crucero del pozo
para cantarnos una zamba
y nosotros...
dejaremos de mirar
hacia afuera.
Para que se cumpla
el "algún día"
en que seremos argentinos
desde la verdad hasta la raíz...

Carlos Alberto  Giménez- Ushuaia-Tierra de fuego-Argentina.







Cómo hacer para explicarte esta visión?





 Cómo hacer para que entiendas lo que ve mi corazón? si es mas fuerte que la intensidad del viento en un tornado destructor... Cómo poder dibujarte lo que enseña el cristalino espejo de la vida a mi alma adormecida? Cómo, si es privilegio de mi esencia de rubí poder ver esos ojos de esmeralda!!! Si son mis manos de piel blanca, las que reciben aquella perla azul y dorada... Si es la tibieza de mi voz la que dice Gracias!!! Cómo poder explicarte si ni yo se a donde viajo, si no reconozco el lugar en donde tu caminar ha despertado, si aunque estoy ahí paralizada frente al telón de lo mágico, no logro comprender en totalidad, el marfil de aquella catedral... Cómo hacer que tus ojos marrones puedan ver en mi interior, y que los sonidos de los violines también descansen melodías marinas en tu poción de amor... Cómo, dime cómo!!! si el lagrimal del ángel parece encerrarme en su mirar, y no puedo ver mas que la explosión de sentimientos, que arrancan de raíz y con determinación, todas aquellas canciones que solo hablan de dolor, y depositan en mi frente dulces tonadas de sol... Cómo poder explicarte, lo que ve mi corazón, cuando me siento en silencio frente al espejo de aquella dimensión, donde son los ángeles quienes te vistan entregándote una flor... Cómo compartir contigo, esta dulce sensación!!!! y que seas parte infinita del regalo del Amor... Cómo!!! Dime como!!!! La luz que titila en la habitación, ha dejado una huella dentro del abanico de perlas que dejé caer en el costado de la vieja conclusión, de que somos parte de una sola esencia. Somos seres unidos bajo un solo Dios... Cómo poder explicarte, lo que ve mi corazón, cuando tus ojos marrones descansan los colores del día, tranquilamente tras el cristal y el neón... Cómo!! Dime cómo!!!



 Cristina  Guerrero-Chile






Poema a los hombres marginados del Perú





Vocero que el altavoz utiliza
para llamar a todo el ganado terrícola,
a ti te invoco para hacer una plegaria fugitiva:

deja que me vaya del Perú,
deja que me vaya a los lindares de España
o la tierra del Chapulín Colorado,
a otro territorio donde el blanco se coma al indio,
donde el mestizo se coma al indio,
donde el blanco se coma al mestizo,

deja que me vaya mas no me dejes aquí,
en el Perú,
donde verte sufrir, compatriota,
es un amargo suspiro
para el mayor amante de tu tierra,

soy un hereje en su propio albergue,
un extranjero en su propia tierra degradada
que consume a sus hermanos de sangre,

soy de élite,
un extranjero en su propia tierra,
un indigente que conoce la Lima de Miraflores
y el golf de San Isidro
mas lleva la yaga
que consume a su patria apaleada,

un hombre que habita en el Perú
mas vive de Arguedas
y robustece de Pachamanca,

un hombre que habita en el Perú
mas creció con los ojos abiertos,
con esos mismos ojos
que escucharon al vecino decir:
“eres un cholo de mierda”,

¡ay!, palabras dolorosas para el hombre
que suda en tu mismo rebaño,
que come del mismo pescado
que sirven en el ceviche,
que consume de la misma bandera
que alzan en los estadios de fútbol,

¡ay!, palabras dolorosas para el marginado,
para ese hombre de rostro andino,
para ese hombre que se mira al espejo y sufre,
para ese hombre que se reconoce en el espejo y sufre,
para ese hombre que miran y escupen por la calle,
haciéndolo sufrir de amargura y de dolor,
como lo hicieron los mismos chilenos
la noche en que se llevaron el Huáscar,

¡ay!, palabras dolorosas para el marginado,
para el propio peruano que comparte tu tierra,
para el mismo ganado de la roja y blanca bandera,

¡ay!, palabras dolorosas
 para el hombre consumido y degradado,
para ese amargo camarada
que duerme en albergue de madera,
para ese mismo camarada
que monta caballitos de totora
o pesca lo poco que da el mar,

¡ay!, palabras dolorosas para el indio,
para el mestizo,
para el burro, así le llaman allí en Asia,

¡ay!, palabras dolorosas
para el mendrugo que pide limosna,
para el hombre que pide limosna,
para el pobre diablo, así le llaman en Lima,
que pide limosna,

¡ay!, para el peruano pobre
y consumido de mi tierra peruana,
para el desgraciado, golpeado e iracundo,
de la alberca peruana,
ese mismo que escupen en la esquina
mientras lleva una valija desahuciada y vacía,
valija que los centavos desprecian a la deriva.





Diego Miró Quesada-Lima-Perú







CUANDO MARINA CAMINA




Cuando Marina camina
la tierra sonríe y calla.
Tiene en su andar un peligro que deja al fuego turbado.
Es su meneo una alondra que canta por la mañana
y despierta mil pasiones
cuando el viento le levanta su falda de gasa blanca
y sus piernas bronce y oro esparcen goces avaros
en el alma de los hombres
que inspirados por su andar exaltan la voz del ansia.
Cómo no ver la mañana con ojos de desenfreno
cómo no ser imprudentes
si las caderas se mueven como la brisa del alba
y la tarde se enamora de la noche que regala
estrellitas de colores para alumbrarla en su paso.
Qué importa si el cielo acecha
si la luna se desmaya
y la lluvia no desata sus lágrimas postergadas
Si está Marina en la calle
el mundo es una fogata
y todo gira y retoza con su cadera ondulante
El viento
carnal y astuto corre detrás del aroma
de esa mujer que despierta
pasiones y sobresaltos
delirios fiebre y quimeras
con sólo pasear la calle.

Beatriz Ojeda-Montevideo- Uruguay






Depresión.





Mi otoño…

Cubre en silencio tu mar
Y corren los días con sus horas
Tratando de darme vida.

Ya nadie me reconoce,

Solo el ave que se atraviesa
Ha encontrado mi reflejo
En la sal de mi sollozo.
¿Cómo navegar en tus aguas
Si el invierno endurece mi alma?

Déjame atravesar el calor 

de tu imaginable destino,

No me dejes sumergida 

Donde la luz pierde la vida
Invéntale un color
Al transparente atardecer … de mi ser




( GRISSEL ) Canche Albornoz D. R. Mérida- Yucatán- México






......deudas atrasadas........



“Usted me debe... Me debe las horas de sueño que no he podido conciliar, y exijo que me pague haciendo lo que en medio del insomnio, con usted he imaginado.” (anónimo)



…y tantas otras cosas …

que mis días se quedaron…sin esa magia sutil

…de lo cotidiano…

Y Usted…

que me conoce tanto

sabe a ciencia cierta que iré a cobrarlas…

una a una…y sin descaros…!!!



Usted me debe:

las calles solitarias…

las sombras de mi lado…

las madrugadas denudas de hartazgos…

…y entre otras tantas…

cuatrocientos mil abrazos…



Usted me debe:

la esquina de la casa sin su mano…

la almohada sin su retrato…

la cocina de música silenciada…

el espejo del baño sin el beso…

la puerta ausente de visita…

…y entre otras cosas…

mi espalda acostumbrada a sus caricias.



Usted me debe:

la lluvia tibia que sosiega…

el sol dorado de la escarcha…

el perfume de su piel morena…

ese hombro donde yo me recostaba…

…y entre otras cosas…

mi alma extraña cuando Usted la desnudaba…



Usted me debe:

………..las flores tiradas por el suelo

con mis encajes dibujando ese camino hacia la Gloria…

bailándonos de piel y de locura…

parafraseando a la magia y al encanto…



Usted :

…me debe tantas cosas…

y antes que termine el año

……….. iré a cobrarlas ¡!!


Pilar Ferrer-Ushuaia- Tierra de Fuego- Argentina








El esqueleto del laboratorio

                                                                                          A María Victoria                                                                       

Que yo recuerde nunca fuimos presentados
pero tu estabas allí, tan firme, como ausente
de todo movimiento,
con tus ojos mirando la nada, tus brazos extremadamente secos
y tus descarnadas manos que invitaban
a saludarte involuntariamente.


Aquí nada te falta,
ni la tardía caricia de una mujer que siempre pasa
ni expresivas sonrisas
que puedas festejar;
o la paz, la tranquilidad y cierta quietud morosa
quizás muy parecida al más allá.
De vez en cuando, una música
alegra el insípido ambiente donde vives sin vivir
donde oyes sin oír, donde descansas sin descansar,
donde todos son tus ojos sin que tu veas, donde otros ríen
con  tus inexistentes labios.
Donde eres el centro de atención  sin que nadie sepa tu nombre
ni tu rostro.

A veces, cuando por azar estoy  presente,
y alguno que otro cruel adolescente o profano adulto
bromea contigo por su miedo ante la muerte, me pregunto
si quizás estará riéndose de su padre muerto
o de una abuela arrebatada tempranamente por aquella
que aunque nadie se de cuenta
festeja la broma desde el otro lado.

Quizás sea la mano que toma
la misma que lo acarició cuando era niño o lo salvó de estar
como él ahora.
Quizás las mandíbulas donde ponen el gastado cigarrillo,
sean aquellas que sostenían un labio que besaba.
O escriban el seco cráneo
de aquel que les enseñó a escribir su nombre por vez primera.
O simplemente sea alguien que nació, vivió y murió
como todos los que estamos alrededor de él,
y que algún día
también podamos disfrutar del alto destino
de enseñar a los vivos el extraño misterio de la muerte:
De pie, secos, sin voz ni palabra alguna
dentro de un seco laboratorio.

Ezequiel Feito-Buenos Aires- Argentina








Historia de un árbol






Sonó la campana de clase, cogí mi mochila y salí corriendo. Mi abuelito iba a buscarme a la puerta del colegio. Me gustaba que fuese mi abuelo, siempre me contaba alguna historia de camino a casa.

Allí estaba esperándome, me abracé a el y le dí un beso. De camino a casa, pasábamos por una urbanización que tenía unas casas preciosas y siempre me quedaba mirando una de ellas. Era enorme, o por lo menos a mi me lo parecía, podía ser debido; a mi pequeño tamaño de por entonces. Tenía los muros de granito rosáceo. Los vecinos de por allí decían; que el granito lo trajeron expresamente de la sierra de la pedriza, en Madrid, que es rica en este tipo roca. La casa estaba rodeada por unos tupidos arbustos que le daban frescor a todo el cercado de la casa, junto a sus bien cuidados jardines y una piscina que poseía una preciosa cascada. En la entrada tenia una puerta de forja, de una altura considerable. Una casa majestuosa.

Miré a mi abuelo y le pregunté:
-Abuelo, ¿por qué existiendo casas tan bonitas y tan grandes como estas, nosotros vivimos en un piso pequeño, donde casi no entramos? -Ay, mi querida nietecita, el dueño de esta casa tiene mucho dinero porque cuando era como tú estudio mucho y ahora es médico, y eso le proporciona mucho dinero
-Abuelito, yo voy a estudiar mucho, y seré médico para tener una casita igual o mejor que esta
-Querida, tú debes estudiar y ser lo que mas te guste de mayor. Si tu decisión es ser médico, adelante, pero si eres médico es para ser medico no para tener una gran casa.
-Abuelito, claro que si algún día soy medico será para ser medico, no entiendo lo que me quieres decir
Mi abuelo me cogió de la mano, me sonrió y me dijo:
- ¿Recuerdas el árbol que hay junto al río debajo de casa?
- Si
-Pues cuando lleguemos a casa, nos vamos a sentar en un banco de los que hay al lado y te voy a contar su historia
Le di la mano a mi abuelo y no hablamos mas durante todo el camino, cuando llegamos al árbol nos sentamos en un banco y comenzó a contarme una su historia:
-Aquí, donde ahora ves tantas viviendas, antes había un bosque muy frondoso con árboles milenarios iguales que este. Decían que era un bosque encantado, y que sus árboles hablaban y se movían de lugar
Un día un vino a esta zona un arquitecto, varios constructores e ingenieros de caminos y decidieron que el bosque debía ser talado para construir viviendas.
Los árboles que oyeron a estos hombres, se reunieron y decidieron impedir que eso ocurriese.
Empezaron a llegar obreros junto a máquinas, sierras, hachas, excavadoras, etc., y dieron comienzo a las obras para talar los árboles. Los trabajadores ignoraban la inteligencia de esos árboles y cuando fueron a cortar el primer árbol, vieron que era imposible, que los árboles se habían juntado tanto que aunque cortaran el árbol, no caería. Para que ello fuese posible tendrían que cortar todos a la vez. El arquitecto, los constructores y los ingenieros de caminos, quedaron sorprendidos, ya que cuando estuvieron viendo el terreno, los árboles, no estaban tan unidos. Tuvieron que pensar en otra forma de actuar, trajeron otras maquinas más destructivas, logrando al fin comenzar su cometido. Durante todo el trabajo, de desertar la zona, hubo varios accidentes, donde incluso se llegaron a perder vidas, pues los árboles siempre hacían lo imposible para que no fueran cortados. Al mismo tiempo que talaban, se construían edificios, tiendas, etc., hasta que un día llegaron al final del bosque donde sólo quedaban los árboles de la vereda del río, que pasa por aquí. Entonces el arquitecto junto con los constructores y el ingeniero de caminos decidieron que esos árboles no se talaran. Porque quedaban bien y daban un aspecto elegante a la zona. Pero los árboles que había en ese momento, estaban indignados por lo que estaban viendo. Sus hermanos habían sido cortados y convertidos en muebles, por lo que decidieron que tenían que vengar sus muertes y pensaron que la mejor manera de hacerlo era sacando sus raíces y derribando todo lo construido. Pero un árbol les dijo:
-No, no hagáis eso, si lo hacéis acabaréis como nuestros hermanos
Contestaron los otros árboles:
- Somos árboles inteligentes y les enseñaremos que igual que a nosotros nos destruyen nosotros a ellos también. Tenemos que vengar la muerte de nuestros hermanos, de algo tiene que servir que ellos hayan luchado. Si no hacemos nada, ellos habrán ganado.
Por lo que dijo el otro árbol.
- Que poseamos inteligencia no significa que la mal utilicemos, y sacando nuestras raíces, no servirá, nada mas que para ser cortados, por lo que nuestra inteligencia desaparecerá.
Los árboles no quisieron escuchar al árbol y durante la noche sacaron sus raíces y destruyeron los edificios que había.
A la mañana siguiente sólo había un amasijo de hierros y cemento, donde las raíces se veían por doquier.
Los dueños de las casas, estaban muy furiosos y llamaron al constructor para que pusiese una solución de inmediato. Cuando vieron la catástrofe causada por los árboles se decidió que debían ser cortados, y dicho y hecho.
Cuando se dirigían a cortar el último árbol, una voz se escucho entre la gente y dijo:
-¡NO, no cortéis ese árbol!
Todos los que estaban allí entonces, se quedaron mirando al hombre y le dijeron; que si estaba loco. Que como no iban a cortar el árbol
Y el les contesto:
-Yo también he sido victima de esta catástrofe, pero este árbol, no ha sacado sus raíces, no es ningún peligro para las viviendas.
El constructor dijo:
-Éste árbol ahora no ha sacado las raíces pero quien dice que no lo haga mas adelante.
-Éste árbol no quiere ser cortado, y si hubiese querido sacar las raíces ya lo hubiese hecho, dijo el hombre
-No entiendo, dijo el constructor
-Este árbol ha demostrado su inteligencia, cuando se han cortado los otros árboles el ha estirado sus raíces a lo largo del río, sujetando las paredes. Si cortamos este árbol, las raíces se pudrirán y el río se desbordará inundando todo. Por lo que no se podrá construir nada aquí, pues el firme de la tierra, ya no será seguro.
Y contesto el ingeniero junto con el constructor
-Pero eso no significa que el no las quite de las paredes del río y las saque fuera para destruir todo
Por lo que replicó el hombre
-Éste árbol quiere vivir, si quita las raíces del río también morirá, pues la fuerza del río acabara con él.
Ya convencidos, aunque con dudas, el árbol no se cortó.
Como ves querida nietecita, el árbol aún sigue aquí, su inteligencia le salvó.
Impresionada por la historia que me contó mi abuelo.
Le hice una promesa:
Abuelito, he comprendido tu historia, y prometo que si un día soy médico, será para ser médico, no para tener una gran casa.





Begoña M. Bermejo- Guadalajara- España










HOMBRE

Hombre de espalda franca,
derroca la muralla,

engendra
embriones fértiles.

Préndete,
arde sin infiernos,
lluvia, árbol,
océano sin costas,
enciéndete.

 Viento y estrellas,
 bajo la aurora
 desangran.
Y allá entre los valles,

 ilumina
 el templo que nos deshace.
 Barro de volcán
 en la soledad que te enoja,

arde.

con la pasión de la queja,
incinérate,
ceniza de cielo
quema,
arde.

Adentro están las semillas
Lame la lava,
lava
las sombras calientes.

Con el recuerdo,
del ronquido ronco
cántale a mi voz enardecida
y vive ardor
sin nombre.

Para vivir muriendo con el hombre,
lava la lava
y despojado de miserias,
engendra pájaros y
ríos eternos.


Stella Maris Sandoval-San Lorenzo- Santa Fe- Argentina








LA CASA DE ARENA








Gusto a sal en la boca,
principio y fin de todas las cosas.

Cuando el verano termine
el viento me tallará como a una duna.

Mi arrepentimiento es no terminar a tiempo
y que mis deseos permanezcan más allá de mi mismo.

Anoche tuve un extraño sueño...
Podía ver pasar la vida,
como se da la mano o la espalda.

Las cosas cambian su sentido y con ellas se detiene lo previsto.

Sé que hay otro mar e irrumpe ensueños su larga travesía,
piedra horadada que recoges lo que el cielo desprecia.

Vulnerable es el hombre nacido al amparo de su luz.

Cuando era niño solía susurrar exigente
el término del miedo,
ahora cuando llamen por mí, habré desaparecido.

Amo este día porque todo se pierde,
el estar aquí nada más que por nada,
cautivo y libre en un instante eterno.

Asumo esta vida extrañado
como si fuera de otro.

¿ Acaso no seré mi propia sombra ?





Héctor Berenguer-Argentina







La desidia

Tienes la cara cubierta de silencio,
las manos fundidas
limpiando un fango de años en la espera,
un dolor hecho sangre en la mirada,
un gemido callado que no sale
y se queda rezagado en las entrañas.

Hay alguien en cada esquina que no grita,
alguien que esconde lo que siente,
alguien acosando los momentos,
que lucha por vencer lo que no sabe,
que sabe de libertad y no la alcanza,
que pasea su impotencia por las calles
y no respira.

No,
no respira aunque se ahogue,
no respira.

La tierra se alarga interminable,
definitivamente muda sin matices,
oscura en su centro y sus extremos
y no llegamos nunca a recorrerla.

El cansancio nos hunde en la miseria y la
impotencia.
Y no llegamos,
no, no llegamos.
Porque las piernas se olvidan de dar el paso.
El paso definitivamente frenado en la desidia.


Charo Bustos Cruz-Sevilla- España







“LA MISMA HORA"

Sigue marcando las agujas
del pesado reloj de estación...
la misma hora,
en el preciso instante que las campanadas
y el silbato de la locomotora
anunciaron mi partida.
en ese largo tren,
subí mis esperanzas de niña
aferré mi exiguo pasado
a los lúgubres pasillos
amalgamados a tabaco
y madera reseca.
Con el pecho apretujado
y como en un suburbio de ilusiones,
me entregué a la aventura:
el tren de mis sueños
ya había partido,
me dejé acunar en su marcha acompasada
y en el letargo somnoliento de mi viaje
arraigué mi esencia de mujer a un pedazo de sur...
del andén,
ya había partido el tren.
Allá en aquella estación ferroviaria
de “Las Flores”,
las agujas del reloj sigue marcando...
“la misma hora”




Flamini Nora Liliana- Buenos Aires







LOS AMANTES DE LA MUGRE,



-Tienes que armarte de paciencia, Micaela- dijo el médico.
- Además, debes quitarte los apósitos y lavarlos con agua y jabón suave todos los días. No los empapes demasiado, procura secarlos con cuidado y trata de evitar que se formen fuelles.-continuó, mirándola con ternura.
- ¿Y cuando me seduzca la mirada de un hombre enamorado?-dijo melancólica, Micaela.
-Tu hermosura te librará de inquietudes - exclamó el médico.
-¡Miente! ¡Miente!- gritó Micaela.
A lo lejos el gran río color de león sacudía su lomo y derramaba su humedad sobre la piel de Buenos Aires.
Los ojos de Micaela parecían dos celosías azules enmarcadas por unas afiladas y simétricas cejas; su cabello caía suavemente sobre sus senos y de sus manos se desprendían efluvios de dulzura.
¿Qué hombre podría resistírsele?
El veinte de Febrero de 1942, Micaela, concurrió con sus padres (como de costumbre) a presenciar los carnavales porteños. Histórico evento, al que no le escatimaban críticas ciertos círculos intelectuales de la época.
“…una suerte de degradación de la comparsa…”, así se pronunciaban, cuando se referían a la murga, por ejemplo.
Las murgas adoptaban las características exclusivas de cada barrio. A pesar de que la crisis del año 30 afectó decididamente el brillo y la calidad de los carnavales; a partir de los años 40 se fueron transformando y, al desaparecer la mayoría de los instrumentos melódicos, fueron cediendo paso al voluminoso bombo y al rimbombante platillo de bronce.
El reloj marcaba las 10 de la noche, la garúa caía molesta y persistentemente.
Impasible, Micaela, contemplaba el desfile sentada en la primera fila.
A metros de allí se encontraba un niño bien (disfrazado de Marqués) que no le quitaba sus ojos de encima. Era alto, rubio, y tenía una boca increíblemente hermosa; sólo pretendía relacionarse con alguna joven de su edad. Como miembro de una distinguida familia porteña, consideraba al carnaval como una fiesta vulgar. El epíteto estaba justificado, por el sólo hecho de pertenecer a dicha clase social.
¡Qué otra opinión!... se podía esperar de alguien que frecuentaba los museos, los salones del Jockey Club y las veladas de gala del teatro Colón.
Mientras la multitud se entusiasmaba al paso de los malabaristas, lanzallamas, estandartes y artistas, Micaela lo buscaba con su mirada intentando entrelazar sus ojos con los suyos. Por momentos, se quitaba su antifaz veneciano de macramé rosa para llamar su atención. El mozo, al percibir su acción, exclamó como un suspiro:
-¡Mascarita, mascarita mía…!
Imprevistamente la garúa se transformó en lluvia. En consecuencia, los carnavales se suspendieron hasta el próximo domingo veintidós de Febrero.
Aprovechando el receso, durante la tarde del sábado, frecuentó algunas jugueterías de la ciudad para comprarle un regalo que pudiera comprar su afecto.
Se detuvo en la juguetería Colón, ubicada en Santa Fe y Talcahuano. Miró por la vidriera. ”Cien Pesos moneda Nacional”, decía el cartel debajo de un monito manicero (Gaspi), ocre sobre rojo y rojo sobre verde... ¡Fárrago! - exclamó, vio una muñeca China Dolls, vio una italiana Lady Lenci. ¡Bah…!-dijo disgustado.
El joven buscaba algo más, sin saber qué era ese algo más…de pronto descubrió una Shirley Temple, recién traída de EE.UU. cara, carísima (pensó).
-Después de todo no es mi novia, ¡Eh!- concluyó con desenfado.
Cuando las primeras sombras del crepúsculo se apearon sobre la ciudad, decidió regresar. En sus pies se le iba enredando… un fantasma de mujer.
La víspera del domingo se vio sumido en una gran inquietud.
-¿Por qué pienso?… porque pensar es comparar, ¿No?- monologó.
Y comparó, porque no podía no comparar y, además, tenía que calcular sus próximos pasos.
La aristocracia con la plebe, la ópera con la murga, el gallardo disfraz con el disfrazado, el altivo salón con algún lúgubre patio trasero de la ciudad de Buenos Aires.
Cotejó y contrastó todo en su balanza emocional: y, trabajado por su ego y la belleza de la joven, decidió volver.
Llegó a las nueve y cuarto de la noche; cruzó raudamente la Avenida de Mayo y, dirigiéndose al palco oficial, recorrió el lugar con su mirada, buscándola sin resultado. De repente…fue como si su alma le hubiera vuelto al cuerpo, porque la vio sentada, mimetizada entre la serpentina celeste y la gente. Llevaba, con elegancia, un fino vestido con escote en v de lamé azul y gasa brillante.
Buscando intimidad, se acercó y le hizo una seña para que se dirigiera al palco.
-¡No insista, caballero!- exclamó una mujer, sonrojándose.
Alguien le lanzó una mirada enlutada e intentó cerrarle el paso.
Impertérrito, como un caballo alazán que oteó a una sudorosa yegua castaña a pocas varas de distancia, continuó con su plan. Al ver que no se levantaba, intentó acercársele, aún más, abriéndose paso entre las sillas y las mesas con tanta torpeza que la derribó de su poltrona. Micaela se desplomó de cúbito dorsal,… sin piernas, sólo le afloraban dos muñones pequeños y amorcillados... enredados en su falda corta tipo enagua de color salmón. Era la imagen patética de la belleza y la tragedia expuesta al aire.
El joven elevó las mejillas, frunció su nariz, plegó sus párpados… y sintió compasión. Quiso ayudarla, pero vaciló. Su pasado obraba como una rémora…, incesante.
Si Micaela era apenas una mancha azul derramada entre las mesas, él era una sombra intentando justificar su culpa.
Entonces…
Recordó (no pudo impedirlo) unos ojos azules, detrás de una puerta cancel, en un caserío de Annecy, Francia; rememoró (no sin asco) el día en que sus amigos burláronse de un mendigo en Plaza Dorrego; trajo a su memoria la imperiosa pero dulce voz de su madre, enumerándole el decálogo del buen aristócrata; evocó un rito, dos rezos y una superstición que creía olvidada; reafirmó su rechazo visceral a los carnavales: pero reconoció el valor de la dádiva.
Unos instantes después…
El joven…se quebró, y eligió el escape a través de lo grotesco; dejándose arrastrar por los integrantes de una murga (apodados: “Los amantes de la mugre”)
Un murguero le acercó unos modestos platillos y lo animó a hacer bullicio.
Y mientras se cubría el rostro con su mascarilla de Marqués, granjeándose el aplauso rabioso de la multitud y el sarcasmo mordaz de sus amigos, comenzó trabajosamente (quiso negarse pero se lo impidieron) a tararear este deplorable estribillo popular:

“¡Somo somo lo mugrientos // del Barrio Municipal!
“¡Somo pobres pero honrados// y venimos a bailar!
“¡Somo somo lo mugrientos // del Barrio Municipal!
“¡Si no les gusta nuestro canto// a nosotro nos da igual!”


José Rodolfo Espasa Muñoz- Benidorm- Alicante- España








La noche antes


Sospecho
                (pero no estás)
Inquieta miro la hora
mil veces más
El sueño no cede
 debo
                     esperar
elegir siempre la tierra.
 Con tu voz.
desbordar la piel
mientras
el olor
de  papeles
de ayer
el desamor
de resistir y soltar.
Este ensayo del día
no alcanza
el recodo urgente
                    del abrazo.
el reloj me
inquieta
                y otra vez
sospecho
(pero no estás).
                   



                                          
Diana Bravi- Rosario- Santa Fe- Argentina                                     





MIS VERSOS


Mis versos que vivían bajo un sauce, han huido y, se han refugiado, bajo los pinos que dan calor a la frontera de los sueños.
Noche de vieja luna.
Cortina de sauces tristes inunda la vida ahora.
Camino callado, frío.
Entre jirones de nubes grises, como garzas reales, el amor voló al amanecer.
Las alas del deseo se paralizaron.
El amor dejó de ser nómada de los sueños.
Se llevó los silencios.
Y… los quemó.
Sus cenizas en playas del recuerdo se disolvieron en el mar del olvido.
Ya no hay más tiempo.
El sol duerme entre sombras grises, quieto, en todas los claros del bosque.
Los crepúsculos, huérfanos de felicidad, callan entre las rocas, para que sus silencios no sean rotos, y, su última luz petrificada, guarde en sus labios, recuerdos alegres.
La belleza se dibuja en el aire con hermosos rasgos. Y el alma resucita recordando pasiones prohibidas.
El amor muere alegre.



José Álvarez Arnal-Barbastro- Huesca- España










MUJER MUDA



Recuerdo su rostro temeroso. Su cabello
plomizo y sus ojos  interrogantes.
Detrás de ella las vías del tren. Sus lamentos
ya no me aterran, los atesoro.
N o sé de dónde venía ni a dónde iba.
En sueños vino, quizás a cuidarme,
quizás a despedirse.
Recordarla o soñarla. No importa
si  ya no está.
Si en esas vías entregó el alma. ¿ Habrá
tenido la oportunidad de darse cuenta?
Revuelvo cuando niño y allí está.
Sé que no se ha ido. Tan solo
se esconde detrás de algún vagón.



 HORACIO E. FRATTONI – Rosario- Argentina








MUSICA SUAVE EN LA DISTANCIA.-






Música suave,
como si fuera bálsamo para el alma,
cuando tú no estás,
y saberte en la distancia,
no hace más que anhelarte,
como solo se anhela ,
a quien bien se ama.-
Música suave, o silencio,
el silencio que marca los pasos,
como si el tiempo se agigantara,
mientras siento,
como mi mundo es tuyo,
únicamente tuyo,
aun en ausencia,
mientras los deseos concedidos ,
en el destello de las estrellas fugaces,
se hace sonrisa al anochecer,
Y siento profundo,
como las olas imaginarias,
me golpean el rostro,
con perfumes que al pasar,
te han sustraído,
en el tibio romance,
de una reina y sus dominios.-
Música suave, casi apagada,
que me lleva a rastras,
a cubrirme en la noche,
y más que en la noche,
a fugarme,
para que tú me abraces con intensidad,
aun sea con la débil sonrisa ,
que el horizonte pinta,
en los labios dulces y mágicos,
que sueñan amor,
en tiempos de hastío.-



 Víctor Kartsch- Encarnación -Paraguay                                             








Navidad



Pensé la navidad, 
a ésta la pensé distinta.
Vestiré mi árbol de luces 
radiantes.

Pondré una a una las estrellas de paz,
anidarán en él palomas blancas,
colgaré las campanas de la risa
para darle música de esperanza.

Las hojas...
las pondrán los niños olvidados,
para traerlos a compartir la mesa.

Sueño distinta esta navidad, sencilla,
con la sencillez de aquel pesebre
la emoción de aquella María
y con la bondad de aquel Jesús.





Nelda Lugrin-Concordia –Entre ríos - Argentina







PACIENCIA




Me diste la caja,
Pandora,
y te amuraste
al olvido.

Recojo tus desgracias
que engañan  como
 cirros al atardecer
y lloviéndolas dentro,
las vuelvo a encerrar.

[Sólo manos samaritanas
destaparán el buen secreto,
cuando perfume el loto,
cuando sea
el momento.]

Diego Santiago- Rafaela-Santa Fe- Argentina







Va cayendo la noche



Va cayendo la noche y no tengo tus besos
  y el silencio  va inundando el corazón
 de invierno,  envuelto en jirones de nieblas,
 esperando que tu barco arribe a mi puerto.
 Va cayendo la negra  noche  y el  crepúsculo
 va cubriendo el horizonte con velos negros,
 arrojando en el alma añoranzas y desvelos
 las miradas se pierden  y no tengo tus besos.


 Va cayendo la noche y una lluvia monótona
 purifica el cielo  y Morfeo me abraza
 con lazos de fuego, eres mío y te  beso.
Va cayendo la noche de estrellas y luceros
 y mis sueños son míos donde no hay fronteras
 ni anhelos, donde se cumplen todos mis deseos.



Pastora Herdugo- Málaga- España








Qué manera de pensarte…





Qué manera de pensarte mientras desvisto mi alma
Susurrando a mí conciencia el error de mi vida
Libre dejo el lamento, libre dejo mi cara de vergüenza
Añorando vivir de retorno en el tiempo

¿Quién disfraza una mirada? La coraza cubre todo menos eso
El luto interno que mantiene en velorio y vigilia la esperanza derrotada
Recuerdos te pasean por momentos que te  restriegan por la cara tu carencia
Cartas jugadas, sentencia lista, ya no se puede hacer nada

Ese arrepentimiento que será el peor castigo
Por los momentos una alianza con la evasión
Alianza de tiempo corto, al final la verdad siempre pesa más
No entiendo nada, solo te pienso de esta manera.


 Jorge Buendía- Cumaná- Venezuela









                                                       ROSARIO : un lugar en el mundo.

                                                                                                                                        de su libro “Pertenencia”,




Alguien dijo alguna vez: “Pobre de aquel que no sienta como un orgullo el instante en el cual su abuelo contempló la costa por primera vez con un puñado de angustia tapándole el corazón, con las manos vacías, aterido de soledad en la cubierta del barco…”
(…) Mi abuelo Sopranzo Frattoni, nacido en Ancona, Italia, tenía sólo once años cuando se embarcó, junto a su primo Pacífico (unos años mayor), ambos escondidos en las bodegas, de polizones. Durante la travesía pelaron centenares de papas y limpiaron utensilios de cocina, ya que quien los protegía era uno de los cocineros del barco, amigo de sus padres… (…).
Llegaron al país en 1896. En la escala inicial (Bs As), donde la mayor parte del contingente descendía, ellos decidieron continuar hacia el puerto de Rosario (…); jamás se arrepentirían de haber tomado esa decisión. Analfabetos, intuían que, si se separaban, era probable que no se volvieran a ver, como les pasó a muchos que al venir de Italia a Argentina perdían toda comunicación.
(…) Su adolescencia transcurrió cuidando y dando de beber a los bueyes en la laguna- lodazal de la plaza Santa Rosa (actual Plaza Sarmiento), bueyes que tiraban los carretones cargados con los productos cerealeros de la pampa gringa que llegaban al puerto para ser exportados, y otros que eran distribuidos a distintos mercados locales. Trabajaban también como troperos, transportando los productos de los quinteros que los requerían a todas horas, sin descanso.
Caminando sus calles empedradas o en el traqueteo de los tranvías a caballo o en distintos carruajes fueron conociendo lugares y paisajes; así la ciudad fue cada vez menos extraña.
Ahorrando día tras día (…) pudieron traer a los afectos entrañables tan lejanos: padres, hermanos y abuelos. La familia se instaló en lo que hoy es el departamento San Jerónimo: Puerto Gaboto, Gálvez, San Fabián… Comenzaron arrendando tierras ajenas por la falta de cumplimiento de las promesas hechas a los inmigrantes; éstos, después de varios años de cuotas o anualidades, conseguían obtener los títulos de propiedad. (…) Muchas veces la compra se hacía en forma grupal, entre hermanos y otros familiares. Luego, cada uno formaba su familia y se independizaba. Fue, entre otros, el caso de Sopranzo quien en Arocena conoció a María Juana Rebuffoni, hija de otro inmigrante italiano, y se casaron en Maciel el 25 de febrero de 1905; ella tenía dieciséis años; él, veintiuno.
(…) decidieron trasladarse a Monje, donde Sopranzo conoció y trabó amistad con el futuro fundador del Partido Demócrata Progresista y futuro senador, don Lisandro de la Torre, quien le vendió hectáreas de sus terrenos con amplia financiación, en agradecimiento, en parte, a la gran colaboración de Sopranzo a su campaña política. Ya por entonces, don Lisandro pregonaba la autonomía de los municipios, la abolición de los impuestos a los productos de la canasta básica y la imposición de un gravamen al latifundio, entre otros avances. Mi abuelo admiraba la forma magistral en que Lisandro de la Torre se batía en defensa de los intereses argentinos.
Instalados en Monje, con seis hijos de los dieciséis que habrían de tener, construyeron su casa con ladrillos hechos por ellos mismos, dirigidos por un constructor de apellido Pagura; una casa de habitaciones grandes, con amplias galerías y sótano donde almacenaban bordalesas de vino, quesos, facturas de cerdo y toda clase de dulces y mermeladas que provenían de los frutales de su quinta. Allí nacieron los otros hijos del matrimonio; entre ellos, mi padre.
(…) Rosario fue el punto de llegada y también el de partida de la vida de Sopranzo. Lugar de transición que, transcurridos los años, se convertiría , esta vez para mi padre, en su lugar en el mundo.
Todos ansiamos tener nuestro lugar en el mundo; algunos no se percatan de que ya están en él y siguen buscándolo. Otros lo hallan sin proponérselo. Y los más lo escogen según sus deseos o conveniencias.
Intuyo que mi padre eligió Rosario en busca de un punto de referencia, un lugar sólido desde donde rebobinar la película de su vida con la ilusión de verla de nuevo, volver sobre sus pasos, detenerse a evocar los mejores momentos de su infancia y su juventud. (…).
Se había alejado de su padre para aprender a vivir lejos de él. Supongo que imaginó que al volver a sus orígenes estarían más cerca que nunca uno del otro. Creo que vino a buscar el acercamiento, la pertenencia, la llave que necesitaba para llegar al final del camino. Eligió Rosario para sumergirse y nutrirse en su nostalgia, (…) Y volvió a llamar a todos los fantasmas de su lugar ausente… “Fantasmas” –como dijo Borges- quiere decir un lugar común y un sentido de continuidad con el pasado. (…) Volvió de la extensión de monte y cielo de mi Chaco a la hormigueante y vertiginosa realidad urbana del río marrón.
(…) No necesita viajar, él ya tiene aquí su mundo entero, y manifiesta, a su manera, que celebrar cada día que pasamos en el mundo es todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida…




 Egle Frattoni Romano-Rosario- Argentina
                                                                                               






Robo







Estaba enamorado. Se volvió ladrón, poeta y ladrón. Robó las palabras de tu poema. Quería seducirla. 
Borró tu nombre y él se vistió con la palabra de otro. 
Recibió la recompensa.
¿Pensaste amor a cuántos sedujiste?
Esa joven te besa sin saberlo. 





Lilí Muñoz- Neuquén- Argentina








Se nos va el tiempo




Nos queda poco tiempo amor, se va de prisa,
ese tiempo para amarnos,  recuperar los años perdidos,
no malgastemos las palabras en herirnos
si te quiero, si me quieres, ya está todo dicho.


Un día, un mes, un año, serán una eternidad
para esperarte, para juntar mis labios a tus labios
 respirar de tu aliento, del latido de tu corazón
no hagamos del tiempo un enemigo o un verdugo.


Se nos va el tiempo, y queda tanto por decirnos
pero lo que más me hace falta, lo que más necesito,
es el arrullo de tu voz, diciéndome al oído,
eso que de ti me enamora, tu gesto tierno.


Ese gesto que hoy siento perdido,  ¿te habré perdido?...
cómo hablarle a tu silencio, cómo decirte que te quiero
no hagamos de este tiempo un muro de hierro,
solo dime que me quieres, sólo eso, lo necesito.


Este tiempo se alarga, se alarga tu ausencia y la espera,
la espera del reencuentro, de abrazarnos otra vez,
de tomar juntos un café,  caminar de la mano,
 de darnos ese beso tan deseado, de amarnos…


 Hoy de ti no tengo nada más que silencio...
tu ternura ya no está, esas palabras que me derretían,
que me hacían sentir niña y  mujer  a la vez,
¿dónde fue todo eso? ¿Todo se lo llevó el viento?


No perdamos más tiempo amor, dejemos el orgullo,
pero sobre todo rompamos el silencio, hablemos…
el dolor de no verte, de no hablarte, es la muerte
déjame saber que aún tenemos tiempo….



María José acuña-Curmaná- Venezuela









Soñé que me amabas






Soñé que me amabas
en un sueño largo y profundo.

Tan real era, tan vívido
que todo mi entorno soñó conmigo.
Y tu conquista no escatimaba 

tiempo ni esfuerzo,

y toda yo fui tu propiedad
creyendo también que eras mi destino.

Soñé que me amabas
en un sueño claro y genuino.
Llegaste inesperadamente
y partiste el mismo día con el ocaso.
Y no fue la mirada
sino cómo nos miramos,
no fueron los besos
sino cómo nos besamos, 

y fue el éxtasis de habernos conocido
con la promesa de volver a encontrarnos.

Toda mi realidad se llenó de tu presencia, 

eras parte de mis días y mis noches,
pero lejos, tan lejos.

Soñé que me amabas…

Nos encontramos nuevamente,

y fue el clamor del deseo
entre la urgencia y la ternura,
el amor nos había invitado a
completarnos uno en el otro.

Y otra vez las distancias
equidistando de los sentimientos.
Incertidumbre…

Quería dormir, seguir soñando
que realmente me amabas 

y que te quedarías conmigo.

Ay, amor de instantes fugaces
durante tanto tiempo soñé que me amabas…

hasta que al fin, un día… desperté.

Marcela H. Toro-Ushuaia-Tierra de Fuego- Argentina








Un gato equivocado



Con un gato
enroscado entre las vértebras,
un gato equivocado y casi negro,
ensayo verticales imposibles
sobre una sola pierna.

Cara, tal vez, de acróbata ambulante,
oculto el miedo al suelo
que amenaza
con un contacto violento y poco
deseado. La pértiga reposa.

Volar
sería un remedio equivalente
a salir por la noche
sin sueño en las pestañas:
un triunfo pequeño cuando todo
es demasiado grande
para unos pies que acarician
el filo o lo plano o lo infinito.

Desde su hueco extraño en mi columna
el gato crece y devora el universo
y aún es pequeño
y todavía araña
y maúlla asustado y se equivoca.

Mayte Sánchez Sempere- Madrid- España
          






          
"Vestidura de arlequín"


Salta y baila
al tono de los días
en el escenario de la vida.
Para ocultar su pena,
lleva clavada
una cruz en su alma.
Sus ojos ya no brillan
como solían hacer.
Un día se llevaron
su rosa mas hermosa
dejándola sola
con el alma rota y
entonces, se recrea
donde la imaginación
la lleva:  bailar
vestida de arlequín
tratando de ignorar el sufrir.
Con sus ojos cerrados
divisa un infinito cielo azul
donde recrea su alma,
donde regresa al lugar
que la vio nacer
y el viento le canta.
Mueve el mundo y sonríe
por que son dos en uno
con diferente palpitar
al compás de la sinfonía
de un nuevo renacer
Montserrat Pardo N.J. – U S A  







Días de Otoño




Caen lentamente los días del otoño
como  se desprenden las hojas del árbol...
y pasan las interminables noches
entre intervalos de imágenes y negrura,
horas lentas...
plenas de despertares,
donde la búsqueda resulta inútil
por mucho que repita el gesto...
sábanas vacías...
frescor donde esperaba encontrar
tu apacible calidez...
Son cortos los días de otoño
y muy largas sus noches.
Dicen...
que a veces los sueños se realizan
si tal hecho es cierto...
¡cuando te podré encontrar!


Rafael serrano ruiz- Madrid- España           








                             Lista de Autores Diciembre

Autor
número
titulo
Nieves Merino Guerra
37- 1
Almas amantes
José Romero
37-2
Anatomía del Edén II
Carmen Guzmán Cedeño
37-3
Aun Creo…
Justo Aldú
37-4
Bueno para nada
Marga Utiel
37-5
Caballero misterioso
Antonio Monzonís Guillén
37-6
Candilejas de la noche
Lorett Vaz Tor
37-7
Caos literario
Ana Romano
37-8
Cercanía
Carlos Alberto Giménez
37-9
Como espiando
Cristina Guerrero
37-10
Como hacer para explicarte esta visión
Diego Miró Quesada
37-11
Poema a los hombres del Perú
Beatriz Ojeda
37-12
Cuando Marina camina
Canche Albornoz (Grissel)
37-13
Depresión
Pilar Ferrer
37-14
…Deudas atrasadas…
Ezequiel Feito
37-15
El esqueleto del laboratorio
Begoña . M.  Bermejo
37-16
Historia de un árbol
Stella Maris Sandoval
37-17
Hombre
Héctor Berenguer
37-18
La casa de arena
Charo Bustos Cruz
37-19
La desidia
Flamini Nora Liliana
37-20
La misma hora
José Rodolfo Espasa Muñoz
37-21
Los amantes de la mugre
Diana Bravi
37-22
Lan noche antes
José Álvarez Arnal
37-23
Mis versos
Horacio E Frattoni
37-24
Mujer muda
Víctor Kartsch
37-25
Música suave en la distancia
Nelda Lugrin
37-26
Navidad
Diego Santiago Cazzaniga
37-27
Paciencia
Pastora Herdugo
37-28
Va cayendo la noche
Jorge Buendía
37-29
Qué manera de pensarte
Egle Frattoni Romano
37-30
Rosario : Un lugar en el mundo
Lilí Muñoz
37-31
Robo
María José Acuña
37-32
Se nos va el tiempo
Marcela H Toro
37-33
Soñé que me amabas
Mayte Sánchez Sempere
37-34
Un gato equivocado
Monserrat Pardo
37-35
Vestidura de Arlequín
Rafael Serrano Ruiz
37-36
Días de Otoño