viernes, 1 de febrero de 2013

Revista N.º 27 - ESPACIO DEL POETA


Revista  N.º 27 -  ESPACIO DEL POETA
                           
                              REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA
                                                                                  
                                                                                             Febrero 2013





        







        








Agonía lenta

Sobre la tarde
rota del otoño,
viaja somnoliento
el último rayo de sol
del verano.

Es la tarde llorosa
de adiós,
la que espera
mi corazón desesperado.

Repleta de tristeza,
se despide la aurora
vestida con su traje
de ausencias

La oscuridad completa,
habita mi soledad sin tregua,
andando en silencios
de un adiós lejano

Innumerable palpitar
de un corazón que sangra
Verdades disfrazadas.

Habito la nostalgia
de días antiguos
y lloro la basura
de una etapa pueril

Agonía lenta.
La tarde preconiza
embozos de mentiras
como un niño torpe.



Charo Bustos Cruz- Sevilla-España






Allí en esos lugares


Allí en esos lugares
sin luz
donde sólo se dejan iluminar
por los labios
allí donde residen
sueños dentro del espacio
y se quema el silencio
allí donde las velas
se internan en el aire
por la lenta entrega
nacida en el deseo
allí donde se encuentran
la comunión
y la ofrenda
 será mi habitación.






Curro Sevilla-Alhóndiga-Guadalajara- España









Amor, de rama , en rama...



  
Amor, de rama en rama, de copa en copa,
los suspiros van brincando por el aire.
Tiemblan los chopos en la barriga del viento.
El frío cayó como las uvas

maduradas por las virtudes de la noche.
Antes de sucumbir entre tus brazos,
te mostré los vestigios de mi vieja herida:
roja, ardiente, como una sandía al sol abierta.

Allí habita la sangre caliente,
redimida por la humedad de mis labios
cuando me prendo a tu boca irreverente.

¿No sé por qué te amo? e incluso, ¿No sé desde cuándo?
Sólo sé que mi herida trabaja incesante,
como la semilla del durazno duplicándose en la tierra.






José Rodolfo Espasa Muñoz- Benidorm- Alicante-España








Apoyada en el abismo del tejado



  
Apoyada en el abismo del tejado
toco el fondo del universo
y el vértigo, se precipita
por una escalera de caracol.

Giran las palabras, los encantos
filosóficos, la magnitud
del ser…, destruyendo la conciencia
maldecida al espejo.

Ay mujer, qué fue de tu nombre
en el paraíso de la tierra firme.



  
Begoña M. Bermejo- Guadalajara- España









Bebo tus silencios voluptuosos



Bebo tus silencios voluptuosos
tu sal
tu azúcar liquida
tu agridulce sabor que me condena
a no poder vivir sin esa esencia.

Acaricio tu piel cada centímetro
me apodero del templo donde habitas
dejándote dormir bajo mis labios
que encallaron en ti sin resistencia.

Mi boca
te aspira la ansiedad
te decora de amores contenidos
te estremece en temblores que navegan
por la corriente roja del deseo.

Voy a reconocer todo tu cuerpo
tu cuello palpitante de gemidos
tus dunas coronadas de alelíes
tus brotes de impaciencia
en la plana llanura.

Y sé que jamás has de olvidarme
porque todo tu éxtasis
mi boca ha capturado.

Beatriz Ojeda-Montevideo- Uruguay





Casablanca

Entro a Casablanca con la incertidumbre de todos los días. Nunca sé que historia inédita podrá sorprenderme. Traspaso la puerta. Don Domingo ya no está para darme el primer saludo, nos ha dejado hace algunos meses; noto que lo extraño. El escenario, como siempre, luce impecable. Cada objeto está en el lugar establecido, nada cambia en ese territorio, todo permanece detenido y envuelto en un silencio perpetuo.

Siento que esa casa tan blanca, es una casa tomada. Como aquélla de Cortázar, donde los espíritus rondaban impunes y desafiantes jugando a las escondidas. Irene y su hermano los presentían, yo también. Me rozan, me espantan, me producen un miedo cerval e irreflexivo. Mi primera intención siempre es huir, luego razono, ella no se lo merece. Saludo a los que están sentados en el hall de entrada. Ya me conocen, soy parte de ese lugar, por eso quizás se esfuerzan en esbozar una sonrisa que, en algunos rostros, más que una sonrisa es una mueca triste. Están lacónicos, parcos, cuidando con sigilo su lugar, su pertenencia. Cada uno ubicado exactamente en el mismo sitio. Nadie se atreve a usurpar el lugar del otro. Un pacto tácito los amarra. Vigilan su espacio, su silla, su sillón, el lugar cercano a la ventana. Saben que, como algunos animales, deben marcar su territorio para sentirse dueños de una brizna del lugar. Se asemejan a estatuas, sus cuerpos disciplinados cobijándose de un ineludible invierno aunque sea primavera. Algunos aparecen mansamente detenidos en tiempos remotos, otros, cautivos en un presente incierto y dudoso, la mayoría, ahogados por recuerdos y cavilaciones.
Para llegar a vos, recorro el largo pasillo de baranda metálica, donde los que aún pueden, se aferran con gastadas fuerzas. Ese pasamano manoseado se ha convertido en un amigo protector. Ya han entendido que una caída representa, casi siempre, la partida definitiva.

Allí estás, en el lugar de siempre; figura entrañable, acurrucada, enclaustrada a perpetuidad a esa silla de ruedas donde tu cuerpo guerrea sus persistentes despeños. Tus manos inquietas se han convertido en pájaros alocados que garabatean formas extrañas en el aire espeso impregnado de olores acres. Olores agresivos que sepultan los de la vida. El jardín estalla en colores, sin embargo, nadie lo mira. Llego a tu lado; te siento minúscula, etérea, volátil. Acaricio tu cabeza bañada de luna; en mí se va anidando una dulzura mansa, rozo con mis dedos tu mejilla, recorro tu rostro descarnado, transparente. Estás escondida en un mundo de vanos intentos, ese mundo envuelto en espesas brumas donde quedo afuera y donde vos te envuelves en un silencio terco. Tus ojos sólo ven formas vagas. Me ilusiono pensando que me adviertes. Me miro en la entretela de esos ojos enmarañados, casi ciegos; están vacíos. Mi piel se eriza. Llevo muchos años luchando con fantasmas necios. Ellos están al acecho, me hostigan, me castigan, me obligan a verme proyectada en el vil menoscabo de la dependencia. Tengo mucho miedo. Con insolencia te han robado la magia; sin ella ya no puedes hacerme feliz con cosas pequeñas, casi invisibles, ni logras apretarme en un abrazo fuerte, reconfortante, ése, que añoro tanto. Estoy confundida ¿Qué mundo navegas en tan precaria nave? ¿Estoy en ella? Mi terquedad reclama que me percibas, aunque sólo sea en brillos efímeros. Que en tu esfuerzo cotidiano por convocar la memoria, me distingas. Lo necesito; quizás para no andar tan perdida en las brumas de esta vida.

Ya me voy, volveré mañana, no quiero inquietar tu universo, estás serena en él. Eso me alivia. Perfumo tu cuerpo. Busco tu frente con mi boca y allí trepa el susurro inesperado: te quiero mucho, mi mami. Un soplo de desconcierto me sacude, es sólo un instante. Tu confusión ya no me turba como otras tantas veces, ya no me debato en la duda de quién seré en cada uno de nuestros encuentros cotidianos. Pude al fin entender que, cada día, seré la que decidas. Mamá: ¿alguna vez, tu hija?
Desando el largo pasillo, bajo despacio los tres escalones, no me aferro a la baranda. Afirmo mis pies en la vereda, alzo la vista viendo aún, con fascinación, los jacarandás florecidos. Aspiro el aire perfumado. Una, dos, tres veces. Exhalo los fantasmas. Me ilumino.



Ada Gil-Rosario- Argentina





Casi sin pensarlo



Casi sin pensarlo
fugamos.
Cruzamos la frontera
Esperando encontrar

(detrás de líneas ilusorias)
cosa distinta a nuestro hoy perpetuo.
Viajamos sin límite
para escuchar en otras voces
las cosas que sabemos.
Para ver en otros ojos
miradas distintas.
Para mitigar nuestro frío
con otros soles.
Para respirar otros aires
de otros cielos.
Para mojar nuestro cuerpo
en aguas que no conocemos.
Para borrar con otros vinos
la memoria de nuestro tiempo.
¿Por qué creer
que otros ojos, vinos, vientos
aguas, soles, cielos,
voces, ares, cerros
serán algo que no conocemos?
¿Por qué creer que el fiero destino

queda en el lugar

donde partimos?





Cesar G, De Gerónimo-Balcarce- Argentina








Cuando






Cuando pueda procrearme en tu adyacencia sumisa,
e invoque tu denuedo en suplicas primarias,
habré logrado ser una parte de tu vida,
alternativa quizás, tal vez necesaria.

Cuando esparcido en tu vientre rendido por mis penas,
y abrumado de sueños que cabalgan ansias,
abriré un surco en el yermo de tu tierra,
entre la blanca y fría llovizna de la nada.

Ceñiré mi puño y con la mirada triste,
emprenderé un vuelo tácito a tierras lejanas,
arrastrando tu recuerdo, deshojándote el alma,
y en la muerte del día, tu cielo se volverá lagrima.

Cuando pueda quedarme, al reparo de tus besos,
encallado en tus corales salitrosos de tiempo,
habré logrado ser una parte precisa de tu eco,
habré logrado llegar a ti, en alma y cuerpo.




JORGE AMADO SERRANO- SUARDI – SANTA FE – ARGENTINA









De los caminos vacantes





De los caminos vacantes
el verso
se adentra cómodo en los más pintorescos
caminos puta alegre
caminos borrachera
caminos libertad para los gatos

quedan sin retratar
esposas de cuneta,
analgésicos para llevar el día,
viejas peluca con las cejas pintadas
y nostalgias de Cuba
en un barrio de nadie


y el verso se desliza
debajo de las muelas
semilla entre el escombro
suburbial y maldito
donde no hay ateneos ni vanguardias ni luces
y grita "soy de ellos".


En el parque,
paseando entre los perros,
el verso muerde la pierna de un anciano
"Te amo ahora
como te quise siempre"
(lápiz gastado sobre hoja de cuadros).


El poeta centrípeto despierta
con el verso pegado a las pestañas
y se lava la cara y se sube a la silla
y declama
"escuchadme
yo soy la poesía".


Una chica gitana sacude la melena
y el verso abandona la boca del poeta
para enredarse
ciego
en la ropa tendida.



Mayte Sánchez Sempere- Madrid- España







Doce lágrimas (Doce de octubre)




Doce lágrimas…
Trepan los cauces
de la historia
y anidan nuestro suelo.
Doce lágrimas
bañan con sal de mar
las costas del dolor,
un cormorán despliega
su vuelo rasante…
agonizando su libertad,
desde el bosque lindante
un arrayán,
un nudo de lenga,
sufren el ayer
y vuelan en su vuelo
con fecha de vencimiento.

Doce lágrimas…
Por el dolor
Por el avasallamiento
Por la esclavitud
Por el saqueo
Por el engaño
Por el vidrio espejado
Por el metal robado
Por el arcabuz
Por la espada
Por la cruz
Por la tierra
Por el ayer en libertad…

Doce lágrimas…
Por las eternas mentiras
Por los conquistadores
Por el destierro
Por la indiferencia
Por el desierto
Por el despojo
Por el abuso
Por las violaciones
Por el abandono
Por el fusil y el sable
Por los senos extirpados
Por las orejas…

Doce lágrimas
trepan por la historia,
se acercan dolidas
a mi conciencia,
a mi contrición
a mi grito de perdón…



Carlos Alberto Giménez-Ushuaia-Tierra de fuego- Argentina







  
Dos pasos menos a tu amor






DOS pasos menos a tu amor,
ir en reversa y sin mirar por el retrovisor,
 sin escala en el dolor.

TRES segundos ya perdidos sin salida,
sin tu olvido,
hacer hincapié en tus amoríos
en tu pasado y el mío

CUATRO pasajeros besos
y ni contar los escasos momentos
que estuvimos por perdernos
en un mar de lamentos.

CINCO lagunas de llanto
sentenciaron nuestro dulce encanto
y quedó la desilusión
en algo dramático. 




Justo Aldú- Panamá










El balcón




Lo mismo que en tu balcón
me quitaste tú las penas,
yo te di mi corazón
y la sangre de mis venas,

y de testigo, la luna
en las sombras de la noche,
con las rosas y los lirios
con los lirios y las rosas,

me enamoré en tu balcón
y quiero volver a ver
en ese cuerpo moreno

la pasión que me entregaste,
tus uñas en mis espaldas
mientras cerraba los ojos.





Antonio Monzonís Guillén- Valencia- España









El hombre ciego y el joven

   


El hombre con su bastón blanco trataba de cruzar la calle, pero no notaba a nadie cerca de él.
__ ¿ Lo ayudo señor ?.   
     Sorprendido respondió:
__ Como no muchacho, muchas gracias.
     Recordó entonces cuando él era joven y ni siquiera podía reconocer a una persona, no podía distinguir si era joven, viejo, si estaba alegre o triste. Porque andaba por ese entonces con todas las ínfulas que le daba la Juventud. ¡ Qué tristeza y sobre todo bronca, mucha bronca le daba !. En cambio ahora, solo con los olores o el tono de voz sabía quién le estaba dirigiendo la palabra. Enseguida se había dado cuenta que el que le habló era un muchacho joven, muy joven.
    Ya en la otra orilla se separaron en direcciones opuestas.
__ Suerte vas a tener en tu vida chiquilín, gracias por tu amabilidad.
     Con apenas un gruñido imperceptible el joven siguió su camino, girando de vez en cuando la cabeza par ver al hombre ciego que con seguridad y guiado por su bastón, se distanciaba a buen ritmo de él.

__ Mamá, mamá hoy estábamos jugando a la pelota y yo dejé que el rusito tirara un penal para que el gol se lo dieran a él pobre; los demás siempre lo cargan porque es gordo y usa anteojos. Estaba recontento y hasta me dio un abrazo con lágrimas en los ojos.
   
     Hoy hiciste tu obra de bien diaria hijo, le susurró su madre desde el cielo.  
    Una lágrima resbaló por sus mejillas. No sabía el por qué, pero en ese momento, se había acordado de su madre que ya no estaba y de aquel episodio de la infancia que tanto lo había marcado, porque desde ese momento él y el rusito fueron inseparables hasta que el destino quiso llevárselo igual que a su mamá.
    Seguramente los dos lo estarían espiando en algunas nubes traviesas que surcaban el cielo en ese día de sol que ahora  parecía brillar más fuerte, y entibiarle el alma con una suave caricia.





Ana María Hernáez –Mar de Plata- Argentina  








  

El valle de los huesos secos




 I

Estoy vencido, no puedo contemplarme;
 ni tengo sombra ni recuerdo en este valle
 de huesos secos.
 Sin un espasmo de cordura
 soy llevado por todas las tormentas
 y agitado por los pensamientos más banales.
¿Qué podré decir de mí cuando mis palabras
son polvo seco?
Polvo seco en mis mandíbulas atadas por la hierba.
¿Quién amará  ahora nuestra imagen corrompida
que juega en los charcos dejados por el agua?
¿Quién tendrá piedad de lo que queda de nosotros
para redimir esta vanidad, el egoísmo de éste sólo cadáver
entre miles de huesos que han pasado de lo humano 

¿ a lo grotesco?



II
Aquí vivo, donde la niebla es asesinada
por las rápidas cuchilladas del sol
donde existe una sutil penumbra
que no es cielo, ni tierra ni agua.


Cada día tejo mi telaraña
como queriendo capturar al sol esquivo
y devorar su luz para renacer mi carne,
para poder resucitar las fuentes claras de mis ojos
y dar mi corazón a los hambrientos.



III
¿De qué te sirve esta vida, hombre de paja;
hombre seco, que tejes tu telaraña en tus secos huesos
mientras devoras el polvo de tus palabras?
Vano es en ti todo pensamiento, aún el más piadoso
No te fatigues y duerme con tu sombra como abrigo
 y espera. No está lejos aquel que debe redimirnos


                                                  Ezequiel Feito-Buenos Aires- Argentina









Embrujo



Desliza los dedos
hambriento
Acaricia
sinuoso
lo vulnerable
El abrazo
sorprende
Y es la entrega
la que
se precipita
La guitarra
suena.


Ana Romano-Buenos Aires -Argentina








Guardé algunos rayos de sol

Guardé algunos rayos de sol como a sabiendas
para ir a verte en las estaciones de tu invierno
junté las flores de la pasada primavera
para pintar con poesía nuestro encuentro.
algunas rosas…
quizás jazmines…
pero muchas madre selvas
para que perfumen tu hemisferio
de todos aquellos olivares de mis cuentos.

Y en una caja que habla de recuerdos
juntaré los aromas:
de tiempos
de palabras
de brindis
de almas. …
como todas las escritas en nuestras cartas
elegí esta madera noble,
que alguna vez cobijó el vino
y el brindis de los tiempos.

Será un viaje desde atrás de mis montañas
con soles escondidos
y azúcar de nieve blanca…
hasta tus calles mojadas por las lluvias
…o quizás en la playa en una noche de luna plateada.
desde esos tiempos prometiéndonos aquel abrazo
ó desde esta orilla de vuelos de gaviotas
hasta tu norte de poesías y azahares de naranjos.

Se de Hidalgos Caballeros de los cuentos de mi infancia
entonces seré Dama de sombreros y de arte
…de sombreros que guardarán las penas
como vos …
Maestro me enseñaste.

Solo llevo los placeres que me habitan
para vivir en las enjundias del mundo
que me regalaste
ó quizás alguna feria de mantones en Manila
para colocarme esa rosa en mis cabellos
ó a los lugares visitado en los sueños y el encanto.

Quiero agradecerte que estés en magia del camino
en la grandeza de lo noble y la belleza
…en las bendiciones grito, amigo
…por la gracia de haberte conocido!!!

Pilar Ferrer- Ushuaia- Tierra de Fuego- Argentina











Habrá ritos de luna

Habrá ritos de luna
cada noche
cada luna creciente entre crecientes.

Manos de fuego fluyen mapas crípticos
y entre juegos concéntricos
el lenguaje asaeta las arterias.


Habrá ritos de luna porque llegues.
Luces de faro desgarrarán peñascos.
El viento del verano alcanzará fumatas.
No más niños morenos con costillas marcadas
ni mujeres ni hombres desgastados de esperas.

Tan extraño
es pensarte sin la voz de tu cuerpo
dialogar
sin apenas
tus yemas por las vértebras.

Habrá ritos de luna
memorias de prostíbulo
remolinos
porque el glaciar se rinda
y la pequeña caricia nos arrope.




Lilí Muñoz    Neuquén   Argentina








La poesía






La poesía es locura,
entre manos temblorosas
van durmiendo las horas
de sueños y aventuras.
De imágenes invisibles,
de figuras intangibles
que sólo el poeta es dueño,
de lo inalcanzable,
que nada más en pensamientos
versánicos son viables.
La poesía es fantasma
que acecha en las sombras,
el silencio es la rama
que se mueve y derrama,
hojas secas en la alfombra,
Esa alfombra que viaja
espacios siderales,
que descarga en mentes terrenales,
los sueños y esperanzas
de todos los mortales.
Todo es imaginario,
todo es deseo frustrado
pero aún así el poeta
en la poesía intenta
realizar proezas y milagros.
Es la poesía la Diosa
que domina lo incierto,
es la poesía la reina
de utopistas que sueñan,
utopías que alzan vuelo...
Pero tiene la belleza en flor,
tiene candidez de amor
colorea la inspiración,
a veces compite con el alba,
con la luna, el sol y su savia
entre mieles endulza el corazón.

Carmen Flores- España






  
La vio lenta



Están retorcidos los colores;
sobresaltan la mirada
morada… es su parada,
entre sus morados amores,
que son también moradores,
merodeando sus pisadas,
que merodean ya cansadas,
el tumulto de pobladores.



M.ª Alejandra Jiménez- Valencia- Venezuela







  
Me cansa la hipocresía






Me cansa la hipocresía,
el beso que ella dejó en el pómulo de mi aliento,
el verbo amar que apenas reconoce,
la pulcritud de dos cuerpos abrazados.


Me cansa la envidia, ¡triste señora!;
triste instrumento que necesita la voz y el coraje de otros,
para lanzarse desde las orillas de la mediocridad
y libar el beso que brota de la tierra.


Me cansa el puño cerrado para el golpe,
los pasadores de las puertas,
las cortinas con los ojos abiertos, el punto de mira.


Me cansa la mirada que no advierte,
la sonrisa que cae en saco roto,
buscando otra sonrisa
y otra manera de cosechar la patraña.


Me cansan las calles, sus luces opacas y tercas
que quieren iluminar las sombras de las esquinas,
los coches que rugen y no avanzan
y las manos extendidas a las consecuencia de la materia.

Me cansa que ella me mire y no me hable
y que de sus palabras surja el tiempo
y de ese tiempo, menos versos
y otro día sobre el día y otra vez mi pecho dolorido.


Me cansa que el perdón sea una muralla infranqueable,
un acantilado donde se estrella el vocabulario,
una playa donde no habitan
ni manos para la caricias, ni labios para el beso.
Todo me cansa cuando intento decir, amor mío, y oigo su eco distante
cuando en la profundidad del poema, extraigo el silencio.
Todo me cansa y ella, acaso, ya lo sabe.




José Cercas-Cáceres- España






Nosotros...yo, humanos


El vientre cálido nos expulsa al cosmos
y nos aventuramos a explorar la vida
con la fuerza del primer llanto.
Aferrándonos a la existencia
con la energía desgarradora del corte
que nos libera y lanza a los tiempos,
para beber todas las ansias
en el hambriento arrebato
que nos empuja hacia los pechos
que alimentan la urgencia de la vida,
en esa entrega absoluta
de madre y retoño.
Labranza de nueve lunas
estallando en un grito primero
mezclando el dolor y la dicha.
Madurada espera estrenando los brazos,
brazos que mecen suaves
brazos de trigales acunando las espigas,
espigas de pan y esperanzas
en el mar dorado que ondea
las extensiones de los dulces sueños.
Estrenando caricias de manos blandas
de manos sensibles, acunando
las tiernas promesas de la tierra,
repetidas...eternamente nuevas.


Nelda Lugrin- Concordia- Argentina






Peregrino de la vida



¿Que puede esperar,
peregrino de la vida,
cuando todo ha pasado?

Sólo queda esperar...
sin esperanza
La juventud se fue,
lo que le queda....
un cuerpo ajado

Siente por lo que es; pesar
y en su engaño...
como sí fuera el pasado
de nuevo volver a amar;
sentirse amado.

Que todo vuelva a empezar,
pero su tiempo ha pasado.
Quiere de nuevo gozar;
joven, fuerte, enamorado;
de la vida disfrutar

Soñando entre el gozar y el gozado,
el amar y el amado;
su cuerpo se siente
en la realidad del presente
preso del tiempo; encadenado,



Rafael Serrano Ruiz- Madrid- España









Por una mística senda





…por una mística senda seguí tu huella,
trémula a mis ojos abierta
fuego en los ojos, desgarro en la voz inquieta
arrasando el ser, atravesado con sutilezas flechas.

Dime me enseñas a caminar por ella…?¡

… se, el maestro que mis manos guía
en los momentos donde el ser se vacía
dando forma al amor y su profecía,
subyaga con tu presencia la armonía
y…en el misterio incoherente dame la vida…

Dime me enseñas a ser suspiro que consuela…?¡

…a su ritmo tejeré una alfombra de estrellas
vestiré tu mar, haré un lecho en tu arena
tu brisa apacible será el alfa y omega
de este cuerpo que en tu playa espera
fundirse en tu cálida presencia.

Dime me enseñas la pasión y la fuerza?¡

… seré savia fresca que se ofrece
y en su pequeñez florece
entre crisálidas y hojas verdes,
siendo presencia de amor que mantiene
la noche de luz ardiente

Dime me enseñas a ser ese sueño
que se viste de realidades…..?¡

… yo solo te daré el permanente instante
de la dulce quietud de mi ser anhelante,
donde mis ojos expectantes se iluminan con solo pensarte
perdiéndome en los latidos que provocas
en mi “ guerrero” amante




Carmen Leyre- Torrejón de Ardoz- Madrid- España









Puzzle incompleto




Si mi vida fuese
un rompecabezas,
la re-armaría
dejando que sobren piezas.

Quien tenga la buena
voluntad de tomarlas,
no me las devuelva,
quédese con ellas
porque tal vez sean las
que le estén faltando
para acompañar
mi vuelo.





Diego Santiago Cazzaniaga.- Rafaela- Santa Fe- Argentina









Refresca mi memoria

Refresca mi memoria tu piel serena
destino donde mis manos crean
figuras de pasión con mis dedos alados
alzan sin pudor
planeando de veras
gaviotas del dulce mar de tu cuerpo paciente
sombras de sentimiento que trazan  mis yemas,
tu dermis es el mapa donde indaga mi destino
camino que peregrinan mis ojos claros
mirando a su antojo la vereda de mi sino
allí donde el caminar lento y seguro
abocando mi boca a su dulce abrigo
calor que sustenta mi alma sincera
imán de amor que atrae mi anhelo
sentimiento felino que ruge al oír tu nombre
sinfonía de palabras
concierto de la aurora
que perciben a todas horas
los oídos fieles a esta prodigiosa melodía
lugar donde mis labios pronuncian tu nombre mariano
jugando con tu aroma de esa piel fresca en nuestro lecho

Santiago Medina –Madrid- España









Se dice mucho


Se dice mucho, sin decir nada.
En una sonrisa, en un canto,
con una mano en ti apoyada,
sin decir nada, se dice tanto...

Aliviando con la mirada,
ayudando en el quebranto,
aunque la palabra sea callada,
sin decir nada, se dice tanto...

No amar de ningún modo,
impasible viendo un llanto,
indiferente, frío y sin decoro,
sin decir nada, se dice tanto...

Si la valía mides por el oro,
o de cobardía haces tu manto.
No hables. Ya dices de ti, todo.
Sin decir nada, dices tanto...


Maricarmen Olmos Martínez- España











Lista de Autores Febrero


Autor
titulo
Ada Gil
Casablanca
Ana María Hernáez
El hombre ciego y el joven
Ana Romano
Embrujo
A. Monzonís Guillen
El balcón
Beatriz Ojeda
Bebo tus silencios voluptuosos
Begoña M Bermejo
Apoyada en el abismo del tejado
Carlos Alberto Giménez
Doce lágrimas
Carmen Flores
La poesía
Carmen Leyre Quintana
Por una mística senda seguí tu huella
Cesar Gustavo de Jerónimo
Casi sin pensarlo
Charo Bustos Cruz
Agonía lenta
Curro Sevilla
Allí en esos lugares
Diego Santiago Cazzaniga
Puzzle completo
Ezequiel Feito
El valle de los huesos secos
Jorge Amado Serrano
Cuando
José Cercas
Me cansa la hipocresía
José Rodolfo Espasa
Amor, de rama, en rama
Justo Aldú
Dos pasos menos a tu amor
Lilí Muñoz
Habrá ritos de luna
 M.ª Alejandra Jiménez
La vio lenta
M.º Carmen Olmos Martínez
Se dice mucho
Mayte Sánchez Sempere
De los caminos vacantes
Nelda Lugrin
Nosotros
Pilar Ferrer
Guardé algunos rayos de sol
Santiago Medina
Refresca mi memoria
Rafael Serrano Ruiz
Peregrino de la vida




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