domingo, 1 de abril de 2018

Revista nº 89 -Espacio del Poeta

Revista nº 89 -Espacio del Poeta

REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA

Abril 2018 



Chantal Hautesserre                                   Boceto








VERANO DEL 42





El 21 de diciembre del 42  amaneció plomizo. Su cielo carbonizado anunciaba una inminente lluvia.
El mundo estaba en guerra. El odio y las ansias de poder recorrían con furia las entrañas de los hombres. En la Argentina había paz, pero todos se sentían comprometidos con esa lucha larga y cruenta que vivían los europeos. Mucho más aún los inmigrantes, como mis abuelos y padres, hermanados férreamente, por lazos de amistad o parentesco, con los que la padecían.
Argentina abrió con generosidad sus puertas y tranqueras a los exilados europeos que apenas podían simular la tristeza infinita de saberse en un lugar que no era el propio, agobiados y doloridos de tanto extrañar.                             
En los titulares del diario “La Razón” de ese día se leían noticias espantosas”

“Han avanzado los rusos hacia Milervo”.
“Contraataques alemanes en Stalingrado”
“Los aliados preparan una de las mayores
ofensivas navales en el Mediterráneo”

Luchas, muertes, violencia… El hombre edificando su propia destrucción. Ese día, del inicio del verano del 42, mi madre dio a luz a su bebé, en el Hospital Durand, frente al parque  Centenario, en el tranquilo barrio porteño de Caballito.
Ese día el viento rugía furioso, la primavera se despedía sin anonimato. El recién nacido sería de Sagitario, signo de fuego y caballo de agua en el horóscopo chino.
Por el imponente ventanal de la sala de partos, mi madre podía divisar las ramas de los añosos árboles golpear con prepotencia los vidrios mientras  escuchaba complacida el rítmico sonido de la lluvia cayendo en oleadas trasparentes sobre los cristales.


De un redondo reloj de pared se escucharon seis herrumbrosas campanadas. Eran las seis en punto de la mañana.
Mi padre paseaba su inquietud y emoción  por los largos pasillos de mosaicos
blancos y negros, pitando un cigarrillo tras otro. Sin soltar su mano mi hermano preguntaba en su dulce media lengua de tres años: “¿Cuándo llega?”, “¿Está por llegar?”
Cuando la humedad ya se hacía insoportable, mi madre dio un doloroso y último pujo, atontada escuchó la voz de la partera de talla retacona y mirada firme que le anunció: “Es nena, y sus genitales vinieron cubiertos con el velo rosa”. Será una mujer fértil” sentenció sin titubeos. Mi madre estaba demasiado cansada y feliz para preguntarle qué era lo del velo rosa. Meses después develó el misterio, quería decir que su beba había nacido menstruando.
Me acomodaron sobre su pecho palpitante, me escudriñó con intensidad  y pensó convencida  que había parido a una mujer fuerte. Exhausta, empapada por la transpiración, me abrazó con fuerza y se adormeció rezando el Ave María. 
Las enfermeras terminaron de vestirme y nos llevaron a una sala repleta de parturientas y bebés quejosos. Los murmullos y llantos la despabilaron y fue en ese instante supremo que vio avanzar a sus dos hombres emocionados.
Los renegridos ojos de mi padre, enmarcados por tupidas cejas, se asomaban por debajo de un chambergo gris, puesto como al descuido, un poco ladeado en su cabeza morocha, al sacárselo lo apoyó sobre su pecho inclinándose para besarla en los labios. Fue en ese mágico instante que mi madre vio reflejado en los ojos morunos de su marido, el camino refulgente y prolongado, que recorrerían con compromiso y amor.
La tormenta comenzó a amainar. Un rayo de sol se coló tímido por el ventanal, iluminándolos con un brillo intenso.
  
Ada Gil- Argentina
















 Boqueando





El ombligo late
en la garganta
La radio opaca
los lazos

En los ángulos 
                       ángeles
y astilladas señales
ciñen
el envoltorio

Qué madura la muerte.


Ana Romano- Argentina





Raíces de la ausencia

Los ojos de la historia
salen de las ventanas
buscando la memoria,
semanas y semanas

No ignores esa ausencia,
zarpazo de la vida
naciendo cada día,
memoria redimida

En casa está la luna,
es luz que nos alumbra,
amor, más que ninguna
desmocha la palabra.

...y pasan los inviernos
dejando los alientos
suaves pero tiernos,
ni largos los momentos.

No hay futuro sin color,
blancura de palomas.
Con hambre están cosidas
unidos los poemas.

Buscando voy cartones,
el hambre me ha cogido
¡Acaso! ¿Tú supones
que ya no te he querido?

Somos ramas del árbol
de un límite ignorado
y ya cerca del mármol
aliento ya mi mano.

Poetas que cantamos
belleza con el viento
y son significados
de amor y de tormento.

Suelo besan zapatos
desgarrando las tierras.
Duerme... vida de gatos
subiendo por las sierras.

Antonio Monzonís- España


Entre el jardín del amor




Acaríciame con tu dulzura,
esa que, a cántaros brota de tu piel,
abrázame con ternura,
aquella que ciñen tus tibias manos, a placer
roza mi cuerpo,
con la mitigante miel de tus besos
y recorre mis sentidos;
cual cristales diáfanos,
que miman lenta y estremecedoramente
las rosas y el clavel
Acaríciame,
cual mariposa que liba las flores,
vuela sobre una,
palpando sus pétalos
y arráncale la vida, con la aurora 
mientras contemplas el cielo que desboca
la inquietud de acacias sobre tu pecho
Perfuma campos con petunias rojas,
cantos de aves; que dichosas,
levanten olas de plenitud sobre el lecho
llenando de amor, los prados que deshojas.


Araceli García-México


Dulce es la espera


Dulce es la espera, si te confío a la brisa,
la que me roza y araña como tierna hiedra.
Oscuridad de  nocturnal ceguera
Con atisbos de  minúscula luz,
para esperarte en tus ojos.

Húmeda mi boca de melosa fruta
que en miel de panal, jugosa tu sorbas.

Canelas y mirtos han de abrir aromas 
Con pétalos de ambrosía, 
Cubriendo cada centímetro de mi piel
que se hirsuta al calor de tu llegada.

Dulce el delirio en mi desnudez de luna
que perlada gime la menguada espera.

Mientras una añeja rosa destila su vino
en fino riachuelo, regando
 cada huella y brotes de primavera
en aquella piel de otoño de inviernos  adeudados.

En esta espera que le confié a la brisa.

…Y si acaso te da por ser bruma…
Seré tu mar, por Dios!
Seré tu velero, seré la estela.
Seré la rosa de vientos hasta mi poniente
En esta espera que le confié a la brisa…

Carmen Guzman Cedeño-Venezuela

El poema que os presento


Mi alma enmudece serena,
se viste con luz rosada,
y por la alameda el trino
anuncia noche estrellada.
Y es su canto tan divino
que en silencio estoy sumida.
Escucho de mi corazón el latido
entre horizonte perdida,
he olvidado hasta el camino
que lleva a la mundana vida.
Perfora un rayo al olmo
y con ramas enardecido
ha calado a mi sentido
el oro sol desprendido.
No existe manera, ni modo
en ésta esfera celeste,
cuando perdida y ausente
a la belleza me preste.
Y como arpa entre cuerdas
que en acordes la mano adiestra,
me eleva al dorado templo
donde el alma se sustenta.
Con el mirar yo sustento
a mi cuerpo en templo sagrado,
que con gracia el ocaso a dado
este poema, que os presento.

Clotilde Roman-España


Hay días

De la antología “24 poetas tímidos”


Hay días que aunque el sol abrase mi piel
no me dejas verlo.
Te instalas en el motor,
bloqueas las hélices,
me corroes,
pintas de negro las pupilas de mis ojos.
Ocultas los juegos de mi infancia,
las risas,
los besos de mi madre.

Esos días tu saludo molesta,
las caricias duelen,
los besos más dulces saben a hiel
y lágrimas secas inundan nuestro lecho.
Mis bolsillos se cargan de plomo,
mi sombra me abandona,
el espejo me rechaza
y hasta los platos se suben de estantes.
Hay días que las hojas del calendario
pesan demasiado.

Consuelo de la Torre.- España


Silencio, dueño y señor



No contemplo más que el burbujear 
de la mar sin olas caracola en mi puño.
Escribo en el silencio de la voz
que callada subsiste en la templanza
de una lluvia empalagosa a medio llegar,
cae floja, débil, tímida.
No asombra el chapoteo de zapatos
que parloteando con el asfalto, caminan.
Ellos no necesitan cielo misterio universo.
Mentira, en la Tierra, la arena
es negra y azul, hormiga y océano
como mi despertar cuando te llama
y tú respondes.
Te lo digo a ti que me escuchas.


Consuelo Jimenez-España






Palabras para vivir…9

“Las calles están allí
insinuando lentas melancolías
después que la tarde se regresa del faro
y se detiene meditabunda frente al espejo
donde aún con todos sus reflejos
pernoctan tus lágrimas de MUJER…
Es que esos lienzos humedecidos
rodando por tu fiel rostro
no tallado para el adiós
hablan sin alaridos de un velero
que soltó sus amarras
sin detenerse a pensar
en la serenidad del oleaje…
Al dejarte allí a la deriva
aquel catador transeúnte
con unos plagiados poemas en sus bolsillos
pensó que al secarse los ramos de flores
también se esfumarían sus mensajes…
Dejó entrever que no sabía
que los febreros atados a tu fémina alma
son designios de los misales para vivir
apretujando bajo rosarios de fidelidad
los cántaros del amor
aprehendido de los mesías…
Tú que sí conoces
el estar anclada en los presagios
libera de nuevo tu bolso rojo
y sin temor a los parpadeos
ensaya salir a cenar después del Teatro…
Una diosa en la calle sintiéndose única
anuncia mejor el olor a primavera
y no le hace falta ir al buzón”

Dalmiro Duran-Venezuela


Se abre el cuaderno…



Se abre el cuaderno
y susurro a la pluma
y despierto al cursor
ese que dicta pretextos
para evadir agonías…

Cierro los ojos
y soporto el silencio
y le grito al vacío
ese que aguarda paciente
para comerme completo…

Borro a los monstruos
y maltrato la almohada
y acaricio reflejos
esos que traen tu recuerdo
para volver a reír…

Canto en las sombras
y le platico al dolor
y propongo más nostalgia
esa que me une contigo
para enfrentar el vivir…

Yo hago esto, cada noche,
para que vuelvas…

Dan Leal-Mexico








 Anticipación







El sueño
precede a la mirada

el caminar
ondulante del gato
anticipa  la sonrisa
del niño

la  ilusión del artista
prevalece al anhelo,
rebasa la euforia
del logro

los cálices profundos
de la azucena,  
atrapados por la lengua del colibrí
desbordan  el cuidado
del jardinero

 el sueño
 precede  los hallazgos



Diana Luz Bravi Torras -Rosario-Argentina



Palabras de luz 



En oro y plata fundidos
se visten de luz -tu luz,
mi luz- los campos de la infancia.
De requiebros y silencios
se hacen noche y alba los ojos
como una promesa, sí, como
una oración de estrellas
y dulzura entre los labios.
Como lo que quiso ser y no fue,
como lo que tú en mí eres
y en las páginas de un libro deja
palabras apenas pronunciadas, luz.
Palabras de luz, palabras.


 Esteban Cabrejas Martín- España










 Año 31


¿Por qué rehacer mi vida? ¿No tengo
derecho a enterrarme con mi amada?
¿Quién otra me amará? Yo vengo
de tener el alma muy gastada.

Cuando todos me dejaron, ella vino,
y del suelo la elevó para limpiarla;
ahora que no está, ¿qué más me espera
que volver al barro donde estaba?

Ella me encontró cuando nadie
siquiera me buscaba;
ahora que no está, ¿qué más me espera
que volver a donde estaba?

Generosa fue conmigo, me dio todas
las riquezas de su alma;
ahora que no está, ¿qué más me espera
que volver a mendigar ceniza y paja?

Ha muerto. ¿Tiene sentido
el seguir viviendo? No. Nada
podrá reemplazar la bondad de aquella
que todo dio por mí porque me amaba


Ezequiel Feito- Argentina


El mensaje de la vida

Del libro “ tiempo de amapolas.”


Quisiera volar a ese tejado azul
ese techo lleno de estrellas,
y elevarme a la cima de mis sueños.
Acariciar la piel que no alcanzo
y con mis manos blancas
detener el plomo de las armas,
sembrar tu campo de trigo
y volver a sentir en mi alma
el olor a pan recién tostado.
Volar hacia ti, débil gorrión
y enseñarte tus alas jaspeadas
alejar de tu nido la sangre
y dejar huellas de carmín
sobre besos y encuentros.
 A veces, vuelo hacia el mundo
y otras salto la tapia de piedra
donde mis sueños ilusos
esperan la llegada de una paloma
y en su pico, el mensaje de la vida.


Isabel Garrido-España




En la espera 



En la antagónica soledad que deja el tiempo,
mientras mi corazón por ti se desespera;
veo varar mi amor como un velero,
que contra viento y la marea no iza velas.
No quiero sufragar los sentimientos, 
ni conturbar mi alma tan sincera;
con la impasible oscuridad que da la noche,
ni con la pobre lumbre de una hoguera.
Puedo exceptuar la brillantes de alguna estrella,
y consentir que se sienta ser doncella;
si en el exiguo tiempo de mi vida,
y la afición a ella tú no llegas.
Compungido partiré yo de éste mundo,
con el falaz pensamiento que me ciega;
es no saber si yo he de encontrarte,
en el contiguo lugar donde yo fuera.
Cuantiosa seria mi alegría, 
ileso el corazón se sentiría;
si al encontrarnos llegas tú hasta mis brazos,
y desprender tu vestido hecho de seda.

José Miguel ( Chemiguel ) Pérez Amézquita- Puerto Rico




Yo sé que aún corren sueños por tus venas…
A la memoria de la poetisa María Ofelia Reimundo.



Yo sé que aún corren sueños por tus venas,
cruzadas de anhelos y quemantes melancolías.
Pálidas estrellas, quizás un rostro lejano.
¡Ay río que besa la ribera de tu alma y huye!
Sueñas que tus manos duermen en sus manos.
A veces, sientes un dolor biliar, frío, hacia abajo.
Es que su voz temblorosa y líquida,
te arrastra sobre olas de reverberantes silencios.
Tu mirada se estanca en su cuerpo nocturno, y
como aspas de un molino abandonado,
resuenan en la noche tus pequeños pies descalzos.
¡Desnuda! ¡Eres desnuda! Y loca vas gritando 
su nombre bajo el árbol de la lluvia.
Y allí, María Ofelia, en ese sueño,
nacen de pronto, tu paz y tu paloma


José Rodolfo Espasa-Argentina









Otro pan



A los pies de la cama
hay un pájaro tibio
todavía latiendo.
No me muevo por miedo.
Está a mitad de sangre y de saliva
las alas y las plumas
y el pico apenas.
Es frágil el corazón de los pájaros,
pero trata de no morirse mientras miro.
Las alas y las plumas
y el pico apenas
y después además un ojo.
Sé bien que es una ofrenda,
que solamente para mí mordieron esa carne
antes entera,
pero aprieto los párpados y espero.

Mi gata al fondo de la escena en el pasillo
se lava clara igual que siempre. 


Leonora González Capria-Buenos Aires-Argentina




Dejaré un poema sobre tu cintura    

 Del  poemario “Siento un soneto de amor” 






Dejaré un poema sobre tu cintura
que te hable y te cuente lo que siento,
que te duerma y acaricie, te dé aliento,
y sea un fiel aliado de tu alma pura.
Dejaré en tu boca un verso, criatura,
que te enseñe el amor y el sentimiento
de un corazón, honesto como el viento,
que no se debilita y sin fisuras.
Posaré a tus pies toda mi poesía
dejando mi pecho al descubierto,
te entregaré mi alma, vida mía.
Que el poeta sin musa nada es, cierto,
lo que soy te debo, mi sol, mi alegría
pues llegaste a mí cuando estaba muerto.
Manuel Díaz García- España
Se escapa mi aliento
Se escapa mi aliento
y choca contra el vidrio
escurre mi lágrima
hasta tu cuerpo tibio.
Me envuelvo en tus brazos
buscando tu abrigo
acuno mi cuerpo
cansado y dolido.
Espero inmóvil
gozando en tu nido
se corta mi aliento
exhalo un suspiro.
Sujetas mis manos
me hablas al oído
rozando mi boca
robas un gemido.
Preludio de arpegios
tus ojos en los míos
inerte contemplas,
mudo, sorprendido…
Flor del capullo
que ha florecido
sucumbe agotado
tu cuerpo en el mío.

Marcela Toro-Argentina


Poema


Tenía columnas que ningún techo sostenían,
gruesas puertas que a una pared daban,
escaleras que a ninguna parte conducían
y puentes que al otro lado no llegaban.

De un sótano en parvada salían volando
todas las mañanas golondrinas,
hasta que un día no regresaron,
quedando la construcción no concluida.

En el jardín miles de orquídeas murieron,
la ausencia de sus aladas amigas lloraban,
no sabían que a otras orquídeas prefirieron
y se secaron al no soportar la cruel helada.

En medio del bosque quedó ese castillo
en donde el ingenuo romanticismo,
por confundirlo con realismo mágico,
del engañoso surrealismo se enamoró.

Y cuentan los que lo conocen,
que podrá ya no haber orquídeas ni golondrinas,
pero en ese castillo en medio del bosque,
con la luna como madrina, "siempre habrá poesía".

María del Socorro Hernández González (Cocolibrí)-Monterrey, Nuevo León, México






Al origen



Esta noche no veré a la Luna.
Cruzará el cangrejo en trance.
Cegaré al perro que me cerca,
siendo “allá”, “también” y “antes”.
Y no veré a la Luna.
Ni oiré los cantares
de todas las sirenas
que inventaron mis amantes.
Esta noche dormiré desnuda
de convenciones sociales,
tales como que las damas
no celebran bacanales.
Esta noche observará la Luna
con telescopio los mares.
Y en sus montes tomará nota
de los vaivenes vitales.
Y amaneceré tranquila,
acunada por mis madres,
silbándome desde la arena
sus canciones ancestrales.

Maritza Castro Frias-Chile



La gruta verde

En la gruta profunda del ser, donde la verde luz de la esperanza siempre señala el camino, aquél poeta son alas de estrellas y cuna de luna continúa su andar descubriendo día a día en su vida el sentido...Pues conocerse a sí mismo es una tarea eterna. Si pensamos y creemos que el ser nunca muere, en continuo cambio, evolución y presencia...el sentido de su vida también será eterno. Mientras tanto, se va descubriendo en los espejos fractales de todos los que le conocen. Las imágenes que va dejando no son completas, pero todas son verdaderas, reales....y como un puzzle -también provisonal- todo es cambiante- va formando poco a poco la imagen interior del saber y conocer quién es...Especialmente en los espejos de las miradas de quienes más le aman. Conocen y sienten. Poco a poco...su mirada deja de ser tan centrada y penetra también en el ser de los otros. Solo conociendo---va comprendiendo---y sintiendo a los demás como en su propia piel, aprende y va conociéndose a si mismo. Nadie es nadie entre los humanos seres sin los otros que le sostienen.No debe ni puede seguir vagando ni volando solo por los mil mundos. Sabe que asi, sólo, se pierde, debilita, enferma...y muere. 
Es importante por encima de todo la pureza y la apertura de su corazón .Como un niño...sí...
Más....debe ser con la de un niño bueno. Casi recién nacido. Lactante.Con su inocencia, necesidad como nunca de ser alimentado, cuidado, protegido, recibiendo amor para aprender a darlo. Amado.
Aprendiendo dede que nace el poder de una sonrisa o una lágrima; su único lenguaje junto a los gestos y balbuceos…sus manitas que se alzan para que lo abracen. Sus miradas, alegres o tristes, si el ambiente que le rodea es o no es agradable, cariñoso, estable, equilibrado. Juega con los sueños. Juega con la vida. Juega con sus padres…y va descubriendo el mundo según los diferentes cristales de quien responde a sus incesantes preguntas en torrente cuando aprende a comunicarse.

El ser. Quiénes somos. – Interesante tarea eterna desde la infinitud y finitus de nuestro ente más profundo. Cambiante. Siempre en movimiento.Desde el magma base que lo sustenta, como a la Tierra…todo lo que surge en su capa superior.En toda la bioesfera. Somos con todos ellos y por ellos. Nunca superiores a ellos.Y como la mayoría de las especies, la humana también alza la vista a los cielos deslumbrados por la luna, el sol, las estrellas…Lluvia. Nieve, granizo, rayos, truenos y centellas. Arco iris ,áureas mantas de colores que juegan con el viento en movimiento a fantasmas en la noche.Seres que le alimentan. Otros –sin sentir-le dan cobijo. Otros mucho más inteligentes, fuertes, organizados…en un engranaje perfecto donde sin más reloj que el del sol ni más señales que el tiempo forman comunidades avanzadas, estructuradas. O como simples reinos dictatoriales o como en cofradías sociales donde todo unen sus específicos roles para vivir y sobrevivir. Poco a poco aprende. Su único don de supervivencia, siendo el más débil de los seres, es su capacidad de solidarizarse, compartir, trabajar unidos. Dar y recibir en un trueque constante de emociones, talentos, roles que va asumiendo según sus habilidades a cambio de cobijo, alimento. Y desde la primera piedra pulida que hizo saltar chispas y dominar poco a poco el fuego, seguir aprendiendo, mitad azar, mitad experiencia asumida de otros a seguir evolucionando. Observa.Aprende. Intenta. Fracasa. Comienza de nuevo. Busca ayuda. Se rodea de personas con sus mismos intereses…
…Se engríe y su vanidad le lleva a proclamarse rey de todos cuando en su debilidad física y mental, descubre que es capaz de matar con la misma piedra afilada que corta la hierba.Y asesina.
Enferma. Justifica. Excusa. Miente. Culpa. … No está exento de todo esto el poeta. No es superior. 
Forma parte del engranaje perfecto que lo sustenta y con el don de la palabra también—su especie no es la única- se comunica observando a sus pies , al frente y hacia arriba.Todo es mágico o terrible según como sean sus miedos, traumas o carencias.Sueña…como muchos otros. En sus sueños su imaginación le lleva a crear nuevos sueños y en su empeño los realiza. No crea. Recrea.
…Cada vez más se va alejándose de la gruta verde. La profundidad de su ser. O se encierra en ella cuando las circunstancias de su realidad le hieren. Algunos-los más sabios-se enfrentan a las adversidades tomando el control de sus vidas.Otros se hunden en su pena sin abrir los ojos. Esconden la cabeza como los avestruces. O se suman al letargo de los osos en un semi coma consciente. Dolientes, su hipersensibilidad les lleva a no sentir más que a si mismos cuando pierden el contacto.La gruta interior es inmensa.No tiene fondo. Sólo una luz verde-esperanza permanece ofreciéndole una salida y un camino. Es desde su libre albedrío que decide arriesgar o encerrarse.
Ser libre y vivir con todas las consecuencias, o hundirse en el muro de sus desdichas…Fantasea.
--
Nieves María Merino Guerra-España



“Viaje Interior”

Viajando hacia donde el tiempo no tiene límites, ni fronteras, llegué hasta aquella noche serena de agosto, cuando apenas un semi círculo dibujaba en el cielo un cuarto menguante, era una noche mágica, real fue así como unos ojos de miel iluminaron un horizonte de sueños…sueños que sellaron toda una vida juntos, a veces equidistantes en los extremos, pero siempre unidos en un mismo punto.
Sin siquiera darnos cuenta era el comienzo esa noche de luna cuarto menguante y miles, de lunas crecientes.
“Yo sueño mis pinturas y luego pinto mis sueños”, dijo Van Goch y a partir de allí yo también dibujé mis sueños y después… después, idolatré mi obra.
Viajando en ese túnel, pude apropiarme del tiempo hacerlo mío, así como en un celuloide me devolvió en espejo 39 años andados, 39 años caminando juntos… el mismo sendero, con altibajos, tropiezos, caídas y levantadas, pero siempre juntos a la par, construyendo castillos, edificando sueños, siempre juntos a la par.
Y en esa reconstrucción, donde anidaron los sueños, con auténtico amor estuvieron latiendo nuestros soles, nuestras hijas del alma, ahora… mirándolas en el tiempo, sin escalas, vemos a su lado floreciendo nuestra más pura y sublime descendencia, en ellos nos vemos reflejados, entre juegos y risas, entre llantos y nanas, entre cunas y arrorró, entre líos y picardías a nuestros hermosos nietitos, cuántas lunas amanecidas primero con ellas pasamos, hoy…hoy se repite la historia con los hijos de nuestras hijas.
Y así va quedando aquella casa grande donde anidamos los sueños, nuestro amor y esperanza, aquella casa enorme donde se sentía la fuerza de una familia muy grande, donde se respiraba calor de hogar, (desde los cimientos al techo), esa casa, inmensa ya está quedando vacía, porque es la ley de la vida, si acaso ya lo sabemos, pero mi casa gigante la que albergara mis hijas, a sus parejas y nietos…ya nos está quedando… cada día más grande.
Lo bueno y maravilloso de recorrer este viaje, es que el espejo sin sombras me devuelve cada pasaje, enseñándome que la vida…la vida tiene estas cosas, empezar en pareja, con arrumaco y deseos, con amanecidas, con ese derroche de juventud recorriendo nuestro interior, luego… en la construcción de un proyecto de vida, soñamos con una familia; así comienzan a llegar, a llenarnos de dicha, a sufrir muchas otras, a renacer los retoños, y cuando menos te lo esperas emprenden el vuelo, abandonando el nido para hacer el suyo propio y uno se queda con las manos tendidas, con caricias vacías, con llantos reprimidos, con esperas, con la mesa tendida y con un “chau mami, hasta la vuelta”.
Pero soy feliz, no me puedo quejar tengo a mi lado, al hombre que amo, a mis cuatro hijas y a mis tres nietecitos y una casa…una casa muy grande para llenarla de ruidos. 

Nora Flamini.-Argentina



Mi secreto


Es usted la flor de mi tormento
y no debe señora ser así.
Es la flor… hermoso ornamento,
y no debe ser causante del sufrir.
Si supiera cuanto me desespera,
voy sufriendo al no tenerla en mí.
Anhelando vivo que esta espera…
termine a favor de mi vivir.
A diario me esperanzo, pues la veo
y suspira mi angustiado corazón.
Me lleno de nostalgia porque creo…
que se pierde cada día mi ambición.
No me prive de vivir mis alegrías.
Que percibo hallaré con su atención.
Le suplico que disculpe las porfías
que seguro le causan mi intención.
Ofrecerle hoy quiero mis respetos.
Por eso le envío en esta ocasión:
estas líneas que le dicen mi secreto.
¡Pues no puedo vivir ya sin su amor!
 Oscar Aristizabál Vega. - Colombia



Mientras te miro

Sentimientos que renacen
esperando tu presencia.
!Verte!
Sentirte a mi lado.
Ver tu llegada luciendo esos aires
tan tuyos, tan propios, tan míos.

Mientras me hablas,
mientras te miro,
mil ideas pueblan mi mente…
quiero sentirme querido

!Que culpa tengo yo de tal quimera¡
Lloro desesperado al no tenerte,
por no poder disfrutar de tu presencia,
por ese intenso dolor de lo imposible…
por tu falta de amor….
por no dejar de quererte.

Lloro porque el tiempo pasado 
siga latente…
porque te sepa querer como mereces,
por tus cálidas manos en mi frente,
por tus besos de amor… 
.

Un nuevo renacer
donde evitar los errores
de compartir el amor
que como un torrente,
destrozó nuestra vida
en el pasado …
y en el presente.

Rafael Serrano Ruiz- España

Primer movimiento 


Para el libro “Altar de desconciertos”
(a Delmira Agustina, solo de piano a cuatro manos)

Tus huesos de cal y pólvora
vienen ahora a sustituir la estatua
que pusiste en tus versos
de niña mala.
Tus huesos de pólvora y sal
hicieron un cisne con máscara de hombre
y al fin copulaste
en la noche de todos los ojos abiertos;
por allí pasas ahora, en cada silencio,
tentando la carne de los lobos
que solo aúllan el hálito podrido
de sus propias heredades.
Pero tus huesos también, agujereados,
están soñando la rima que buscabas
detrás de las compuertas
y de tu traje de poeta desgarrado.
Delmira, no subas esta escalinata
pisando las cenizas de tu propio fantasma,
cuestionando a la noche que cerró
todos los ojos, todos los pianos,
sobre las manos que amaban.


Ronald Bonilla- Costa Rica





  IV



Hallé una grieta en mí
abre a un río negro de tinta
desagua en túneles oscuros
encuentro allí silencios estridentes
y un aleteo de pájaros que huyen
suelta  al viento mis palabras
Por la fisura salgo cuando quiero
a dejar rastros entintados
en paredes de papel




 Silvia Rodriguez-La Plata-Buenos Aires-Argentina



Oda a la mujer maltratada


Cómo se te ocurre mirarme con desprecio
Cómo podes  decirme que soy una tarada, 
Que no entiendo nada
Si ese es el precio de tu compañía
Ale,  a otro perro con ese hueso
¿Que me quedo sola?
Bueno, así será, 
Hasta encontrar  a quien me mire con ternura
Y piense… y me diga que soy inteligente
Por lo menos no tendré que pagar tu compañía
con mi cuerpo
con mi vida



Susana Corradetti- Argentina










Cenar con la vida 





Esta noche...
cenaras con la vida,
esa vida que te pasa silbando,
recitando fragmentos, dormida.
Esta noche...
será tu sueño el más romántico,
el protagonista viajero
que se ausentara sin prisa
Esta noche...
vaciaras de frío tu sonrisa
y serás la luna acariciada
por la luz del sol,
del nuevo día.
  

Marmara Gila Justicia- España






Una gota 

Una gota que cuelga del umbral,
y los destellos de luz,
que a la penumbra de muerte hieren,
se ha ido,
la llevaron los duendes a rastras,
para enterrarla en la planicie del horizonte,
con sus rumores y lúgubres sabores,
más aun así con ella se han ido,
los romances intensos que la noche ha encubierto.-
Una gota que cuelga de los sueños,
cristalina de amor,
seductora de rojo intenso,
que despierta en la rosa apasionada,
sin más pretensiones,
que seguir frágil,
más no menos señorial.-
Es tiempo de sol,
de algarabía, de gorjeos,
de versos engendrados,
cuando la noche aun suspiraba,
pues de versos y romances,
nadie mejor que la noche sabe.-
Una gota de cristal,
que del alma cuelga,
y en ella frágil, delicada y exquisita te reverberas;
el romance es así:
intenso cuando en él a cada instante revives.-  


Victor Kartsch-Paraguay         


Indice de autores de Espacio del Poeta Abril 2018





Nombre1ºApellido2ºApellidotituloPaisOrdenPag
Ada GilGil

Verano del 42Argentina
89
1
2
AnaRomano

BoqueandoArgentina
89
2
4
AntonioMonzonísGuillénRaices de la ausenciaEspaña
89
3
5
AraceliGarcía

Entre el jardín del amorMéxico
89
4
6
CarmenGuzmánCedeñoDulce es la esperaVenezuela
89
5
7
Clotilde Román

El poema que os presentoEspaña
89
6
8
Consuelode la Torre

Hay díasEspaña
89
7
9
ConsueloJimenez

Silencio, dueño y señorEspaña
89
8
10
DalmiroDuran

Palabras para vivir…9Venezuela
89
9
11
DanLeal

Se abre el cuadernoMéxico
89
10
12
Diana LuzBravi

AnticipaciónArgentina
89
11
13
EstebanCabrejas

Palabras de luzEspaña
89
12
14
EzequielFeito

Año 31Argentina
89
13
15
IsabelGarrido

El mensaje de la vidaEspaña
89
14
16
José MiguelPerezAmezquitaEn la esperaPuerto Rico
89
15
17
José Rodolfo EspasaMuñozYo se que aún corren sueños por tus venasArgentina
89
16
18
LeonoraGonzalezCapriaOtro panArgentina
89
17
19
ManuelDíazGarcíaDejaré un poema obre tu cinturaEspaña
89
18
20
MarcelaToro

Se escapa mi alientoArgentina
89
19
21
Maria del SocorroHernandezGonzalezPoemaMéxico
89
20
22
MaritzaCastroFriasAl origenChile
89
21
23
Nieves M.Merino

La gruta verdeEspaña
89
22
24
NoraFlamini

Viaje interiorArgentina
89
23
26
OscarAristizabal

Mi secretoColombia
89
24
27
Rafael Serrano

Mientras te miroEspaña
89
25
28
RonldBonilla

Primer movimientoCosta Rica
89
26
29
SilviaRodriguez

IVArgentina
89
27
30
SusanaCorradetti

A la mujer mantratadaArgentina
89
28
31
MarmaraGilaJusticiaCenar con la vidaEspaña
89
29
32
victorKartsch

Una gotaParaguay
89
30
34