miércoles, 1 de junio de 2016

Revista N.º 67 - ESPACIO DEL POETA


         Revista  N.º 67 -  ESPACIO DEL POETA
                           
                             REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA
                                                                                  
                                                                                          Junio  2016
        





                         Pablo Picasso                                       Paisaje mediterráneo

















Ocaso en Termas de Reyes

                                         



 Entre cerros esmeraldas y ocres,
tajos plateados acuchillan el imponente valle pedregoso.
El sol vibra.
Su esbelto esqueleto hace equilibrio en la cúspide del cerro milenario.
Con lentitud penetra su cima, perdiéndose en sus entrañas.
Póstumos brillos tiñen el poniente.
Transitamos julio.
Sin embargo, el destiempo de una primavera cálida me adormece.
El ocaso apenas enfría la tarde abrigando el lugar con un manto de misterio.
En ese minuto esclarecido, creo en Dios.
Él me persuade de mi pequeñez.
Mi corazón, tantas veces dudoso, lo invoca.
El día extingue su final, sin premura, con ritmo perezoso.
Un simbólico tañido de campana se esparce en la tibia brisa.
La grandeza de esa naturaleza sabia templa mi espíritu.
Ha llegado la hora de amansar los sueños.
Enlazar tenazmente lo que me hace feliz.
Mellar la espada contra los sucesos que retrasan mis propósitos.
Demorarme como en un abrazo, en los soplos luminosos.
Ya aprendí que son sólo destellos fugitivos.
En este instante justo y necesario,
señales palmarias se han cruzado en mi camino.
No estoy distraída.
Las percibo.





Ada Gil-Rosario-Argentina









Aceptación de lo indecible







Cuando te llegue el tiempo
te irás sin ceremonia ni palabras.
No has de decir adiós a nadie pues hace mucho que tu existencia es,
más que vivir, una amorosa despedida.
De todos tus recuerdos recogiste los más castos
por hacerte más niño, ahora, que ya se inicia un interior
despojamiento,
para mejor sentir —dormir—
en el abrazo de aquélla que algunos llaman muerte.
No le ocultes tu sangre ni tu rostro.
Ni temas. Es su oficio.
Cuando llegue el momento, sal, recíbela en tu puerta; y dile
quedamente, en un susurro:
entra, amor, y reposa; te esperaba.









Amando Fernández-Guisa- Cuba






Magnetismo






Sostenida por las hojas
de las despedidas
Contempla alucinada
los vaivenes
No obstante, camina
Y en la cautela
los pies
Recorre
de la lucidez  en procura
el hechizo
Y es en la oscuridad del mar
donde se sumerge.







            Ana Romano-Buenos Aires- Argentina











Miedos y muerte




Se fue por el sendero
con el corazón sangrando,
casi desplomada,
al más allá.
...y volvió
como una nueva piedra
dentro de una mina.
Era una amatista.
Por las manos de un poeta
fue tallada.
Encontraron su belleza
a través de tanta luz.
Cuarzo transparente,
teñido por el oxígeno de manganeso.
Te llamabas Violeta
y así fue el bello color,
pero sufriste de amor...
con el último suspiro de tu vida.
El poeta lloró ...
por tu belleza y tu luz.
Y empezó a pensar
en los caminos ...
en la brisa ...
en los destinos ...
en la sonrisa ...
en los tormentos ...
en la tristeza ...
en los momentos ...
en tu belleza ...
en las antorchas ...
en los fríos ...
en las alcobas ...
en los gritos ...
y tú ...
callada ...
hablabas a través de tu luz
de corindón violado.


Antonio Monzonís Guillén-Valencia-España






También en el otoño, palpitan primaveras...





Te vislumbro lejano, distante
como farola que apaga a la media noche,
mas coincido con el farolero, pues se encenderá
al otro día…

Vagas errante en tu nicho de concreto,
pidiendo a la primavera, ramilletes de azahares
que va perlando tu frente…

A lo lejos se escucha el sonido de un “blues”,
tal vez te traen recuerdos de aquella prieta hermosa
con desnudada piel, abrillantaba espejos en el mar
de tus ojos…

Lontananza de abriles, suspiros de un presente.
Que no se apague tu lumbre!
Aun en el otoño, con corazón de sepias
el músculo palpita…

Y el alma amigo, el alma fluye como riachuelo
Sonriéndole a su antojo a la alborada...





Carmen Guzmán Cedeño-Cumana-Edo Sucre-Venezuela








 A ti poesía


A ti, poesía
A ti que doblegas el arco de los guerreros, el hierro se funde con tus versos
y surge la nostalgia en diva.
Tú que remontas los lugares en veloces sueños,
cabalgas a pecho abierto
las llanuras haciendo
de la tristeza alegría, dando color al cuadro por medio de voces
y al poeta cual artista
sumes en hiriente melancolía.
Tú que meces las palabras
en redondillas, cubriendo con gala cualquier algarabía, de frases selectas, rítmicas y sencillas.
Tú que me tientas cada día
y a la noche secuestras
para traer inspiración de cada negra orilla, a las estrellas bajas para ver su luz que brilla...
a ti, bella y seductora poesía.
Tú que hablas de mares y amores y un sinfín de historias
que hacen de mi alma
la más sencilla.
!Por ti ho poesía!
por la palabra que sale
y brota del corazón herido,
del que pierde su latido
y lo plasma en tinta... dejándolo como una sublime... y bella poesía.





 César Curiel- Durango- México









París


La  noche malva
olía
            a granizo incierto.
            después, vidrios rotos
            Entendí
que debía irme.

Quise llevarme  mi pueblo,
entre el Paraná y el Uruguay,
poder dejar todo
 atrás. 

En la mirada
cada roca
y el cielo, 
su caminar hondo en el río.
Gualeguay,
hoyos de vizcachas,
nidadas de teros,
el maguey onduloso
que  observaba vigía.

No pude dejar esa tierra
la retuve en mí,
la escondí  del riesgo
del olvido.

             Alguna mañana
 me encuentra
 un zumbido de alas,

 lo empujo lejos

pero sigue conmigo,  
en este helado París,
            desconfiado e  inerte
            en el silencio,
            hasta el regreso.




 Diana Luz Bravi –Rosario-Argentina 









La lógica es eternamente obscena






La lógica es eternamente obscena
y ebria e impotente. Aquí no sirve.
La mañana ha estado en su apogeo
y yo quiero sin embargo el oscurecimiento
-aclaración y transfiguración...-
Lo milagroso tanto como lo monstruoso
en palabras que nunca diré ni escucharé.
Cuando el alma se retira del cuerpo
y me devuelve rotos
los lados débiles de la sensibilidad
el dolor en paciencia se derrite
y mi sangre más antigua que yo
olvida que traición es paradigma.
Asalta entonces el terror de las noches
perpetuamente amenazantes
de los eternos culpables sin ninguna culpa.
Mas yo sé que la vida cotidiana
-también el pensamiento-
pone en el alma el máximo relieve
me llama a la existencia al goce
al relincho de todos los sentidos
al desorden de la sinceridad...
En la isla donde hemos nacido
todos son como nosotros pero a mí me salva
tu imagen elevada por la firmeza de mi fe.

Ezequías Blanco-Zamora-España 








Del amor y del tiempo









Cuando amamos,
un mes es como un día,
un año es como un día,
diez, veinte, treinta años
son como un día.
El tiempo se invierte sólo cuando lo que amamos muere
y nuestro corazón es entonces
el depósito donde se va oxidando
un tiempo que no existe                                               
       






 Ezequiel Feito-Buenos Aires-Argentina


















"¡Es posible!"







Nos reclama, nos exige
el fulgor del horizonte
elevar un mundo libre,
una unión de corazones.
Quedan tantas mezquindades,
queda tanta iniquidad,
desde tiempos ancestrales...
...que aún hoy nos niegan paz.
Nos reclama, nos exige
cada río y cada bosque,
cada especie que se extingue;
nos increpa,...¡por ser viles!
Nos reclaman por ser tantos
y no hacer lo suficiente
en favor de un mundo sano,
por la unión de tantos seres...
Nos reclama este planeta
elevar un mundo libre,
con respeto y con simpleza.
Con justicia,...¡es posible!!!

Fernando Adrián Zapata-Concordia-Entre Ríos-Argentina






Cuando alguien se cruza




Qué bien sentir cómo la pasión que nos gobierna
siega y decapita de repente el alma inquieta
cuando un ignoto astro de luz cruza un instante
nuestro azaroso camino de trasiego y búsqueda.
Qué dicha percibir la alteración del latido
al ver un bello cuerpo que se acerca y confluye.
Qué gran favor nos presta esa faz al permitirnos
contemplar el campo de sus preciosos ojos.
El volátil afán del deseo se aposenta
y se entrega al aura de quien miramos y vemos
con un inagotable anhelo de posesión.
Qué extraño venial dolor advertir la violencia
de ese deseo llegar al galope pidiendo
el rapto de la excelsa destellante figura
que nos deslumbra con su soberbio resplandor.
Qué dulce decepción cuando al volver la cabeza
y detenernos a observar la esfinge que pasa
verificamos lo que perdemos para siempre.
Qué mal nos deja al momento la triste desdicha,
pero qué bien descubrir que aún seguimos vivos.







Fernando Sánchez Mayo-Córdoba-España







Realismo







De bruces sobre la fatigada mesa que todo soporta
Salpicabas con tu llanto el fino borde de color caoba
Apretabas los puños amenazando sucumbir en un descuido,
Y tu café…
Tu café temeroso se mecía desde el fondo a las orillas
desafiando al suspiro impuesto en el vaivén de tu cuerpo.
Ya corría media noche, la fragancia de los lirios sostenía
la alegría que tus dedos prodigaron un instante de caricia
Repetías y repetías aquel nombre desgastándolo en su eco.
¿Fue su culpa o fue la mía? desplazabas la pregunta...
Más la incógnita siempre sería una fisura, y por eso te dolía.
Y de pronto te enderezas, gritas, te sacudes sorprendida
Divergentes vuelan notas, plumas y espantadas las hormigas
Entre manchas de flores caídas, lágrimas y dolor se olvidan…
y esa taza de café…







Grissel Canche Albornoz- Yucatán-México









Grito hacia Roma







Manzanas levemente heridas
por finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
Peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren.
Y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparte el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elegantes.
No hay más que un millón de herreros.






Héctor Berenguer-Rosario-Argentina





Fragmento y olas







Un fragmento, sí.
Un árbol abierto en brazos paralelos.
Ventana traslúcida, la del ahora
y la anterior.

Voz de negro que ilumina.

Afuera el sol, adentro la luz
– lumbre y albur – que viene de lejos,
de otros puertos y otras llegadas,
de otras partidas y misterios,
de otros martirios y magisterios.

Su voz no es la suya; es las otras,
las de ayer, las de hace un instante
que estuvo, que pertenece, que ya no es.

Desde su resonancia de alfa y omega o Aleph
llega el relámpago a la pequeña nave
donde aprenden a leer los navegantes
de otros cielos, de otras pasturas y esferas,
los de las estrellas fugaces
– tan fugaces como una muerte temprana –
las coordenadas del tiempo y el espacio,
la velocidad de la luz,
que va a la par del pensamiento
en expansión
como el universo o las galaxias,
o la sabiduría de lo humano
más allá de la luz y su oscuro.

Éstos sabían al pie de la letra, o de la leche
de aurora, que también eran forasteros,
mas en otra arena, en otro paisaje.
Por eso medían el tiempo en el Libro
que les fue revelado en un lejano ayer,
o presente, el que algún día llegará a puerto:

sueño o quimera que aún persigue
al pensador, al que sueña, a la poeta herida.

Las categorías en el Libro de Horas
estaban enunciadas en letras divinas:
eran las palabras del Dios que se hacían verbo
o poema, historia rediviva a través de su voz
de médium o de oráculo moderno y arcano
o un Tiresias de estas modernas edades.

Las palabras y su evidencia son las que acompañan
–son el son, el sóngoro cosongo–
y no descuidan al maestre de aqueste barco
que camina desde hará tanto con su proa
hermosa rompiendo el horizonte incierto,
dirigiendo el Arca de sus Libros
a través de sus mares, penumbras y desafíos,
con maestría de naviero insigne





José Ben-Kotel-Osorno-Chile





Confesión







Yo señora, nací en el mes
donde se extinguen
las buenas intenciones y
se deshacen las cadenas
del pensamiento impuesto.
Vivo en la acción de las
embestidas, sin reconocer
silbidos, ni muros que me cerquen.
Incendio las descripciones
que me atan a ti
para que no te sientas segura.

Agotaré todas tus fuerzas
hasta que te acerques,
con la humildad de un caballo vencido.

Puede que te sorprendas
verme
leyendo.







José Javier Martínez Palacin-Madrid-España









Si yo tuviera alas




Si yo alas tuvieras,
¡Cuántas cosas haría!
Como una golondrina veraniega,
a tu estancia yo iría
como en aquellos tiempos que han pasado.

Si yo tuviera alas,
caminos abriría
que fuesen aún mejores que los mapas
y más tenues que todo día claro.
Y en un tornar de vagas
y quemantes melodías,
aun después de abrasado,
tus manos sentiría
que atónitas me abrazan
y me cuentan aquel viejo relato
de los sueños que pasan.

Entonces, simplemente,
tu vida reharía
y el curso de las cosas de tu mente
volvería a aquel año...
...si yo tuviera alas.





Luis Gonzaga Álvarez León-San Sebastian de los Reyes- Venezuela









Mudanza







Me inspira la tristeza,
me gusta estar ausente
de todos y de nadie.
Mis ojos siempre te han de reconocer,
tus ojos no me ven.
Camino en lo imposible
también en lo posible,
sobre todo cuando cierro los ojos.
( Anda ríe soy una soñadora, nada mas ).
Voy a mudar de mente,
de encuentros y retornos.








Mabel Quijano-Colombia









De ti








escucho el estremecimiento de un cuerpo
disipándose contra la máscara
esculpida en el sueño
arremete al osario
con mordeduras de luz
en geografía nocturnas
es el extraño que visita
hondas habitaciones
su temblor elige el juego
entre mi boca llena de lodo e insectos
y la mano acuciosa que persigue
el gesto en el sueño
de ti
el estremecimiento en la página
desolado puerto










María Aveiga del Pino- Lacatunga-Ecuador







"Solo dos palabras"
                                                                                                                 "Poema para una MADRE"


Bastan sólo dos palabras
para expresar lo que siento,

más no hallaría modo alguno
de mostrar mis sentimientos.
Dos palabras, sólo dos,
para decirte: "Te quiero",
para decirte: "Gracias"
por tus noches de desvelo.
Si tantas veces te herí,
si mi amor no te mostré,
no dudes de mi querer,
tal vez...no supe entender.
Tal vez no supe entender
tu sacrificio abnegado,
tantas noches sin dormir
sin esperar nada a cambio.
Porque eso es ser una MADRE,
y tú para mí eres bella,
y no hay rosas ni azucenas,
no hay estrellas,
no hay luceros,
que merezcan ser regalo
para quién me dió la vida,
quién me cuidó con celo,
quién me acunó tantas noches,
quién por mí desveló el sueño.
Y no he hallado presente
que merezca ser tu dueño.
Tan sólo esas palabras
grabadas en mi alma, a fuego.
Por eso quiero decirte:
Nunca olvides dos palabras,
Nunca olvides que:
"TE QUIERO".




Marian Martín Humanes-Villaluenga-Castilla-La mancha-España







Inevitablemente






Si pudiera cambiar de vida
como se cambia de acera
si pudiera...
 inevitablemente lo haría.
Si pudiera transgredir mis propios límites
más allá de la pátina del tiempo
y remontando mi propia diversidad
pudiera arrancarme una costilla
y volver a fabricarme
si pudiera...
inevitablemente lo haría.
Si pudiera dormir plácidamente
y envuelto en brumas oníricas
exhalara el último suspiro
si pudiera...
inevitablemente lo haría.









Mario Bronte-España







Desembarco






Y hoy,
O quizás, algún día,
Me iré contigo
Nos fundiremos en una sola mirada
Mis lágrimas caerán mar adentro 
Lejos de los albatros,
Cerca de las gaviotas
Se fundirán como perlas en el océano
Así encallará mi vida
Solo me quedarán las olas de tus recuerdos.

Me siento como un barco perdido.
Y llueve sobre mi corazón
Y otra vez el llanto de tristeza
Se apodera de este muelle sin barcos,
Estoy preso de esta  nostalgia infinita
Que se escapa, que es mitad retorno
Que es mitad despedida.

Mi niña de los ojos tristes
Mi niña, cuanto te amé,
He soñado con capturar tu mirada
He soñado con tu amor,
Como una estrella prisionera
Tu sonrisa se me escapa
Y sufro como un delfín solitario,
En esta inmensa mar.

Me abrazan tus eternos brazos
Mientras el calor corre por mi sangre
Tus ojos me miran con pasión,
Me asustas,
Me asusta tu misterio,
Mientras la luna sonríe,
Lejos del mar.
Junto a las estrellas
Más cerca del cielo.  




Miguel Gallardo-Chile








Bisiesto









Por alguna razón suceden las cosas le dijo con voz sensual y sonrió con tal amplitud  que sus labios abrazaron la luna.  Él la miró con ojos erizados e intentó navegar la corta distancia que los separaba. Se dejó llevar por la sensación de que esa boca fresca abriría una puerta más allá del deseo. Las crestas en rompiente no lograron distraerlos, se habían poseído desde la misma piel de la noche. Se abrigaron con el manto de los besos en la desnudez de la playa. Ese era el lugar,  astros y oráculo lo confirmaban. Se permitieron amar tantas veces como giraron las manecillas del reloj, luego él se durmió al calor de las musas en la más profunda poesía y ella se perdió donde el mar se une con el amanecer. Dicen que cada cuatro años el mar los vuelve a unir, al final de febrero.











Pablo Lautaro-Patagonia Argentina









Llegó la hora.
 Del poemario Versos alados.





Llegó la hora de volar solo,
y agradecido contigo, mi querido Maestro;
por los siglos de Amor, que me diste,

porque a pesar de mi ignorancia;

nunca perdiste la Fe en mí,
aún, ni cuando yo mismo la tenía.

Me diste tu mano,
en las tribulaciones que creí, exterminarían mi ser,

me animaste a seguir más allá,
cuando sentí; que ya era el mejor,
con tu aliento, impediste que mi ego aniquilara mi Ser Divino.

Y pude sentirte,

en las pirámides o en las catacumbas,
a orillas de ríos y mares;

entre montañas inexploradas y selvas vírgenes,

de guerras salvajes; te llevaste mi alma,

en campos de exterminio; también me recogiste,

cuando la ira y el odio revolvían mis entrañas;

Tú supiste darme tu sonrisa más amorosa,

nunca tuviste en cuenta mis reproches o dudas,
mis ansias o afanes de gloria;

y, cuando atravesé tu pecho con mi lanza,

me abrasaste con tu Amor más puro.

Tú, mi Amado Maestro;

que me guiaste por este milenario camino,

y que siempre confiaste en el día en que; seguiría solo,

me enseñaste que la Fe es; Creer Amorosamente en mí.










Panolillo Díaz-Islas Canarias-España









Tacones amarillos.




..hay días en que me pondría
unos tacones bien altos y amarillos,
y abriré las puertas...

esas que me gustan
de sinceridad
donde soy yo...

sin retazos y sin complicaciones
donde sueño y trepo la esperanza
más allá de los colores y estaciones...

porque hacen juego con tiempos de lluvias torrenciales...

según las cartas en mis premoniciones
......y otros...
me pondría
esas alas prestadas de mariposa nacarada
donde cada madrugada conjunta con distancias...
porque he aprendido
este último teorema
....que :
vos y yo en la enésima potencia
somos ese resultado exacto
entre la química y la locura
donde los puntos de lo cóncavo y convexo
hacen la exactitud de las geometrías....
porque con alas de mariposa malherida
calzaré tacones y sin melancolías
!! Como Dios manda...
en una despedida !!!

Pilar Ferrer-Ushuaia. Tierra de Fuego-Argentina








Tal vez



Llega la primera lluvia de Mayo,
esa que humedece tus cabellos
y ensalza la atrayente jugosidad,
la almibarada dulzura, de tus labios
en la neblina del día,
Y tu no llegas.


Viste la tierra sus mejore galas,
verdes y amarillos, pétalos y corolas
adornan su vestido con embriagador perfume…
renacer de vida y de esperanzas
y tu no llegas.

Sueños de caricias.
Despertar en tus labios
recorriendo profundas serranías.
Manos que descubren valles y riscos
entre  insinuantes transparencias
revelando una bandada de antojos intuidos.
En el aroma de tus especiados poros,
aunque mi piel no te sienta,
en el despertar de mis profundos deseos,
en la no existencia de la caricia…
te espero…
Y tu no llegas


Y la espera se alarga
Y la espera agoniza
Y tu no llegas.






Rafael Serrano Ruiz-Madrid-España








Cuando el día ya sea casi noche…






Cuando ya no recuerde ni el sabor de tus besos
ni el tacto de tu piel, amada mía,
cuando llegue ese día
de pensamiento fútil  y quebradizos huesos,

en que ya casi es noche y el futuro es presente,
si observas que te miro y mi mirada
se pierde por la nada
y mi rostro denota una expresión ausente,

te pido que te vayas, no quiero preguntarme
cómo se llama el ángel que me cuida
en lo que ya no es vida.
No me digas que no, déjame que me alarme

cuando puedo sufrir pensando lo que quiero,
que luego no sabré ni ser sincero.






Ricardo Fernández Esteban –Barcelona-España







Besos celulares



Manos de seda
Al tocar la vida
En órganos que funcionan.
Corazón de león
Al hincar un bisturí
O un aguja sobre la piel.
Mirada de águila
Escrutadora, impávida
Sin parpadeo posible.
Exigente trilogía
En la génesis del cirujano!
Manos que se mueven con
Precisión de cronómetro vital
Enguantadas de ternura
Jugueteando con torundas de algodón
Y ordenadas gasas
En coreografía de instrumentos,
Agujas enhebradas
Con hilos, sedas cat-guts
Nudo simple, doble nudo,
Puntada seguida,
Puntos sueltos
Tijeras, erinas, pinzas
Prolongando los dedos
En busca del órgano dañado,
Extirpación del inoportuno,
Campo operatorio limpio
Artística reconstrucción
Con pegamento de amor
Hace que se besen una
Mitad de célula con su homóloga
Que circulación sanguínea continúe
Murmullo de sueño tranquilo
Quietud de vísceras
En el fluir de la vida
Para terminar en la última sutura
Como rúbrica de muy buena letra
Cicatriz siempre indeleble
Cirugía profesión de artistas.


Rina Tapia de Guzmán- Cochabamba- Bolivia




La Palabra







Quede el sonido allí
que solo baje por la oscilante simetría del eco
que resbale por su propia ansiedad
por su delirio de ser voz.
Que mida la distancia entre la sílaba y la miel del verbo
que viaje por las sinuosidades de su aliento anterior.
Sólo así podrá ser.
Y cuando quiera estar en la pregunta
en el indescifrable cosmos del acento
que pase a ser cadencia
ritmo en la ascendente escala
rito en la musicalidad
y plenamente brote a la luz
como un susurro líquido
en la secuencia de las sensaciones.

Simon Zavala Guzmán-Guayaquil -Ecuador










POQUITO A POCO:







Poquito a poco,
cuan hálito surgido del misterio,
me rodeas,
como si fueras el viento,
la brisa, el tenue horizonte;
me envuelves,
me conquistas, me seduces,
te haces esencia en mi vida,
te fundes con mi alma,
me invades en el pensar,
y en el decir,
como si no te bastara ser musa,
te haces diosa,
pues el universo te sonríe,
en esa sonrisa única,
que solo Dios entiende.-

Y así eres;
conquistadora, seductora,
esencial en mi vida,
poema bonito,
que se desliza a través de la alcoba,
y deja aromas intensos en el lecho,
que juntos anhelamos.-

Así eres poema bonito,
que a cada instante, se filtra en mi vida.-








Víctor Kartsch Brenh-Encarnación-Paraguay






La lectura

“Las palabras abren puertas sobre el mar”
Rafael Alberti.
Una tarde tibia de otoño, paseaba, cámara en mano, captando cuanto habría de llamarme la atención.

Estoy de visita en la ciudad, a la que había llegado un par de días antes. Todo era nuevo, cercano, diferente y bello a la vez. Quería retener en la memoria y en la cámara, que cuidaba como a un pequeño tesoro, cada pedazo del momento actual, que me retrotraía a mis años de juventud y revivir, simplemente, historias que se quedaron plasmadas en mi memoria y mi sangre.

Me encuentro en pleno centro de Buenos Aires. Como cualquier capital del mundo, el bullicio es parte del entorno citadino. El deambular constante de sus gentes lo contribuye en gran medida, así como las ofertas, a viva voz, de los vendedores ambulantes, congregados en las calles más concurridas del sector. Complementan el panorama, las enormes vidrieras y cafés, de donde emana un exquisito aroma que invita a entrar. Recién admiraba la majestuosidad de la Casa de Gobierno y la plaza que determina el carácter emblemático y cívico del lugar.

 A poco andar, entrando la penumbra del atardecer, algo llama mi atención en un enorme portal. Se trata de una mujer de mediana edad, en un espacio resguardado por un pilar, en uno de sus lados, leyendo,  casi inmóvil, un libro que no alcancé a distinguir detalles. 

Era sin ninguna duda, una pordiosera. Estaba sentada, piernas cruzadas,  sobre una cantidad de trapos o cojines de colores, que la separaban varios centímetros del suelo. El pelo algo canoso y crecido, cuidadosamente recogido. Su aspecto, pulcro en general, contrastaba en algún grado, con el de las pertenencias sobre las que se encontraba.

Mi primer impulso fue fotografiarla. Me parecía medio surrealista la imagen de la mujer, cubierta apenas con unas ropas y algunos artículos domésticos que  pude apreciar, leyendo, absorta de todo movimiento o presencia a su alrededor. Levanté la cámara buscando el objetivo, pero no pude apretar el disparador.                                                                

Algo me pesaba en el alma, más que en las manos; la atmósfera que establecía su actitud, era de intimidad, pese a estar en la calle y a la vista de todo el que reparara en ese pequeño rincón del portal y, seguí caminando, pasé frente a ella un par de veces más, tan lentamente como mis ansias me lo permitían; volví sobre mis pasos otras, me alejé del lugar unas cuadras, para volver nuevamente, la mujer seguía en la misma actitud, ausente, inmersa en su lectura o en su mundo interior. Sólo un leve movimiento para cambiar de página, acusaba su presencia real. Hice un nuevo intento de captar aquella  imagen, que seguramente no volvería a ver, pero, no pude y abandoné el lugar, con un sabor agridulce en la boca. 


Victoria Gonzáles Badani-Santiago de Chile-Chile












índice de autores de Espacio del Poeta Junio 2016
Nombre
1º Apellido
2º Apellido
titulo
País
n.º
Orden
Pág.
Ada 
Gil

 Ocaso en Termas de Reyes
Argentina
67
1
2
Amando
Fernández

Aceptación de lo indecible
Cuba
67
2
3
Ana
Romano

Magnetismo
Argentina
67
3
4
Antonio
Monzonís
Guillen
Miedos y muerte
España
67
4
5
Carmen
Guzmán
Cedeño
También en el otoño palpitan primaveras
Venezuela
67
5
6
Cesar
Curiel

A ti poesía
México
67
6
7
Diana Luz 
Bravi

Paris
Argentina
67
7
8
Ezequías
Blanco

La lógica es eternamente obscena
España
67
8
9
Ezequiel
Feito

Del amor y del tiempo
Argentina
67
9
10
Fernando
Adrián
Zapata
Es posible
Argentina
67
10
11
Fernando
Sánchez
mayo
Cuando alguien se cruza
España
67
11
12
Grissel 
Canche
Albornoz
Realismo
México
67
12
13
Héctor 
Berenguer

Grito hacia Roma
Argentina
67
13
14
José
Ben
Kotel
Fragmento y olas
Chile
67
14
15
José Javier
Martínez
Palacin
Confesión
España
67
15
17
Luis Gonzaga
Álvarez
León
Si yo tuviera alas
Venezuela
67
16
18
Mabel 
Quijano

Mudanza
Colombia
67
17
19
María 
Aveiga
Del Pino
De Ti
Ecuador
67
18
20
Marian 
Martín
Humanes
Solo dos palabras
España
67
19
21
Mario 
Bronte

Inevitablemente
España
67
20
22
Miguel 
Gallardo

Desembarco
España
67
21
23
Pablo
Lautaro

Bisiesto
Argentina
67
22
24
Panolillo
Díaz

Llego la hora
España
67
23
25
Pilar
Ferrer

Tacones amarillos
Argentina
67
24
26
Rafael
Serrano
Ruiz
Tal vez
España
67
25
27
Ricardo 
Fernández
Esteban
Cuando el día ya sea casi de noche
España
67
26
28
Rina
Tapia
De Guzmán
Besos celulares
Bolivia
67
27
29
Simon
Zavala
Guzmán
La palabra
España
67
28
30
Victor
Kartsch
Brenh
Poquito a poco
Paraguay
67
29
31
Victoria
González
Badani
La lectura
Chile
67
30
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