viernes, 1 de enero de 2016

Revista N.º 62 - ESPACIO DEL POETA


         Revista  N.º 62 -  ESPACIO DEL POETA
                           
                             REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA
                                                                                  
                                                                                Diciembre  2016
        



FELIZ AÑO 2016


                        José Casanova Luján                Recepción en Palacio





            
A veces era un tálamo…







A veces era un tálamo siniestro,
la luna pavorosa, el terraplén
donde las manos nos sudaban de repente
al brincar al otro lado,
el musgo crecido sobre el hormigón de la baranda,
las espinas del limonero en los brazos
o a veces sólo el rostro que hizo el viento
al ondear la hierba en ambos lados del camino.

Él estaba en todas partes, como el polvo.

Las cosas emigraron con el tiempo,
esa herida del tapiz,
una mancha de madera en la pared
y el espejo roto de vergüenza.

Debí entonces aprender que para no perdernos
hay que abrazarnos al cuerpo de los que no están.








Adelaida Caballero- Monterrey México





                                                         1o.( introito)

Los manuscritos de la mente
aspiran
retórica intención
de poesía

poiesis en alusión
del canto

significan
esos ritmos lejanos
en acepción que aspira
sus elipsis
con ademán que exprese
lo que somos

gracia
que derrama
quizá
en desespero
las resonancias
de aquello
que sabemos

o hemos aprendido
escuchando
o leyendo
tantos
versos

cual
planta ornamental
en los jardines
de sus vivencias

énfasis
sustancia de ficciones
con su fuerte
ritmo
del triángulo
infimito


Alfredo Ocampo Zamorano- Colombia



Laberinto





Furioso
masculla
La bronca
avanza
trepa
se expande
La oscuridad
aturde
Adormece
el  acoso
el raciocinio
El pánico
vigila
Corre
La puerta
se abre.



Ana Romano- Buenos Aires- Argentina












Ola muerta

Volví,
 y bajé a tu lado,
tu sonrisa,
besé tus labios,
te llevé
sobre mi espalda.

Mis pies descalzos
hollaban
la arena de la playa.

Jugamos,
seguías sonriendo,
como yo.

Una ola muerta
rozó mis pies.

Sí,
no era un ser humano
era
la revolución de una elipse
alrededor de tu cuerpo.




Antonio Monzonís Guillén- Valencia-España







Me están calzando tus huellas….


Como me pisan tus huellas
aun cuando descalza camino sobre otras,
crujiendo cual hojas secas por la arena de la vida.
Como maderos quebrándose al salobre rompiente
aun así la ola lleva su aroma de cedro y hierro.
Inevitable seria que mis oídos no escucharan tus pasos
justo ahí donde mi sombra te alcanza, más en vano
intento bailar en la arena, bajo la luz de la luna,
en una flama de la hoguera  que no acalora mis sudores.
Añoro las tempestades que ventilaban estrellas
que avivaban fuego y alma…
trasunto siguen mis pasos,
sin tomar la mano a mi derecha esquiva de aquel
que su beso no aromo de especias
ni germino de gramas mi boca ausente…
si, al ausente
que me va pisando enojos.
Que me va calzando en algún recodo del tiempo…
donde en una siesta y al acecho cascabelea
un endemoniado antojo de ti, donde desdoblo
mi satinada espera...
ven, tómame del talle y ráptame de esta arena
a donde no pertenezco. Ni me pertenecen
antes que te reclamen otras huellas…otras sombras



Carmen Guzmán Cedeño-Cumana-Edo Sucre- Venezuela







La paciencia

... madre, ¿cuándo se muere Don Elías?. 
 _ Esta chica está tonta.- responde la madre agitando la cabeza en señal de disgusto por la estolidez de su curiosona y ocurrente hija.

La niña de nueve años de edad pregunta, sin atisbo de malicia, que para cuándo la muerte del señor cura, un hombre entrado en años pero sin ánimo ni aspecto alguno de querer encontrarse aún con nuestro señor.
La respuesta de la madre  deja a la pequeña con un mohín de disgusto a falta de explicaciones mayores, pues le habían contado que cuando  un cura fallecía, se le sentaba en un sillón de madera torneada,  al estilo del de los obispos, acicalado como para celebrar misa y con un misal entre las manos. Además, Encarnita, su hermana, su  prima y la hermana de su prima aseguraban que, después de tenerle durante tres días con sus noches impertérrito y en esa pose, habrían de romperle las piernas para poderlo enterrar como a todo el mundo, o sea, tumbado. 
Su madre, que lo sabía todo, a la fuerza tenía que saber de este asunto también, es decir, sobre la muerte de Don Elías;  para cuándo habría de ser y cómo y, ante todo, si ella tendría participación alguna en tal evento.

Y es que, lo de sujetar al aire lazos de raso blanco cosidos a la cajita blanca de muerto de algún niño de pecho y de no tan pecho camino del cementerio, acicalada con su mejor vestido, el pelo estirado hasta llorar de dolor,  con  fulgurantes zapatos de charol bien repulidos, herencia de su prima Charito, y marcando el paso de la comitiva fúnebre, era cosa importante y de enjundia, desde luego, mucho más aún para ella que siempre contaba con el honor de ser  de las que figuraba a la cabecera de la caja, pero tan habitual como que lloviera en primavera, nevara en invierno, o achicharrase de calor en agosto, mientras que lo del señor cura  nunca lo había visto  y sí Encarnita, su hermana, su prima y la hermana de su prima.

Ya dice su padre que los curas viven mucho y bien, con lo que el asunto de la espera es casi un hecho. Di tú que Don Elías ya tiene el pelo blanco del todo,  una cojera artrítica severa, así como una tos silbante de tanto fumar tabaco de liar, que semeja  la sirena de la azucarera, con lo que  mucho más tiempo, de seguro,  no habrá de durar.
Cuestión de paciencia.



Concha González- La Bañeza- España








Los partos de la bestia

       



 Asistir a “Los Partos de la Bestia”, de Silvia Delgado ha sido un gozo, una alegría de júbilo cual llamarada rojinegra que levanta la leña seca al quemarse. Una composición visceral y rabiosa con diez partos, a cual más doloroso, a cada uno de los cuales sigue un mismo estribillo de esperanza, expresando que no se han desvanecido los “sueños de ojala”, pues es algo con que se cuenta en este nuestro devenir diario amordazado, a pesar de que las goteras del mal y el crimen institucionalizados caven la piedra.
        Estos “partos” viñeteados por las ilustraciones del genial Kalvellido, cual cenefa de colgadura, dosel, le dan al verbo y la palabra propiedad y honores para poder pisar nuestra propia sombra, a las duras y las maduras de un sin vivir, sin tener miedos y “no callar”, a pesar de que la Poesía haya perdido el habla porque al Poeta le han arrancado la lengua o se la quieren arrancar, haciéndole inquisición.
        He movido y pasado las 126 hojas con detenimiento e interés. He roto con Silvia todos los “poemas de liturgia inútil”, que son “pesebre” de todos los Asnos que nos gobiernan y dominan; Asnos aprendidos en cátedras de Rebuznos galoneados, sometidos a una religión que ha secuestrado la dignidad del Ser humano.
        Que la Historia está hecha por criminales asesinos a sueldo y un dios genocida devorador de cadáveres, es la pura Verdad. “Que la Tierra está sembrada de crímenes”. “Que la señora Violencia mata despacio, sin dejar huellas”, nos dice ella. “Y el poder, ¡ay el poder¡ tifus de la Historia”. Y, ellos, los lobos, “oscuros lobos sin lámparas”, iluminados tan sólo por su sed de venganza contra el hombre o mujer que piensa, que habla, o contra el joven que acusa.
        “Que paren el Mundo, que me apeo”, era un eslogan de Mayo del 68 en París. “Vivimos la miseria del espectáculo”, decía Guy Debord. La alienación, la comodidad fetichista, el fascismo y latrocinio institucionalizados conforman el ser y no ser de los estados. Nuestra sociedad nació de un parto contra natura a golpes con la punta del pie, que me hacen recordar a los activistas libertarios.
        Este siglo es “El siglo de las pocas luces, de las muchas sombras”, nos dice Silvia, “acusando al presidente y sus ministros de masturbar los intereses financieros de los amos”. La miseria y sus tinieblas son las dos únicas estaciones del ser humano.  Los días de futuro gozo se pierden en las falsas y embusteras emociones impuestas por el capital, como ya nos adelantara Dominique Karamazov en su “Pobreza del Feminismo”, y la misma Rosa Luxemburg.
        “Los partos de la Bestia” es un catecismo revolucionario que hay que leer, porque nos hace más humanos. Es un escrito o poema rabioso contra los Onagros que nos gobiernan y dominan y, también, reprensión severa a quienes dormitamos o acunamos el sueño de los injustos.

        La rabia que nos transmite esta Poesía nos hace más libres.




Daniel De Cullá -Burgos-España







De “Detrás de la puerta” Cuentos, mujeres y artificios





Mi consultorio es el número cinco. Tiene una puerta de madera muy lustrosa donde una lámina de acrílico con letras azules destaca mi nombre, Clara, seguido de mi glamoroso apellido francés. También guarda las huellas de la gente que entra y sale  diario. Me gusta. Las manos quedan allí, sobre mi nombre, sobre mi, señales olvidadas. Aparecen grandes y apretadas en la parte superior o pequeñas y esparcidas cerca del suelo, juegan y empujan, adultos, niños. Son manos ajenas o queridas, esas huellas inmóviles desafían la impermanencia. Mis manos también se funden en la madera desde hace muchos años, las reconozco, como una cazadora les dirijo a diario mi empeñosa atención. Cada imagen borrosa, vislumbrada, como una duplicación de mí, el envés de Clara. Mi relación es íntima con ellas, antigua paradójica, ¿dónde esta la realidad?
Tengo una biblioteca con sólo dos estantes que guardan unos pocos libros viejos que alguien olvidó. Me divierte, es la vieja colección “Lo sé todo”, algunos volúmenes. Mitos y leyendas. Afrodita. Hércules rescatando a Deyanira del rapto del centauro Neso. Zeus el gran burlador, transformado en lluvia de oreo para fecundar a Danae, en toro para Europa, en cisne para Leda. La Ilíada y la odisea en clave juvenil. Y siempre y más Afrodita, la bella, la estremecedora.
Trabajo en el hospital desde hace más de veinticinco años. Las mañanas y las tardes de mi vida transcurren detrás de la puerta de los dedos estampados, ocres.( Hay mucho espacio en nuestras manos, mucho por llenar).








Diana Luz Bravi- Rosario-Argentina







 Canción de cuna para adultos


Muchos adultos se vuelven niños y es normal, pero es muy triste ver niños que se vuelven adultos.
Los que se quedaron en Balcarce, se quedaron completos con su "kit" de infancia y eso los ayuda a mantenerse niños por más tiempo. Se pueden encontrar con los juegos de la Plaza Guemes, con el balancín de la Plaza de la Cruz, con el dinosaurio de El Cruce y hasta se cruzan a menudo con algunos tipos que se parecen mucho a sus amigos de la escuela.
Los que emigraron, sólo se llevan recuerdos y los recuerdos mutan. Si estamos bien son maravillosos y nos ponen mejor aun; pero si andamos mal, se vuelven verdaderamente tristes: los juegos no funcionan, el pasto está crecido y nos pincharon la pelota con la lesna.
Aquellos que se alejaron del pueblo y de sus aguas vigorizantes, están más expuestos a la angustia. Esto, entre otras cosas, los vuelve presa fácil del insomnio y por eso el turco Alcoyana preparó para ellos "Canción de cuna para adultos". Transcribimos aquí algunos párrafos de esta obra:

Duerme viejito, duérmete ya,
aquello que has hecho,
hecho ya está.

Las frustraciones, vienen y van,
si estás desvelado,
se quedarán.

Duerme viejito, duérmete ya,
hiciste lo que pudiste
podes descansar.

Este intuitivo trovador sugirió, con la idea de su “canción de cuna para adultos”, una conexión del principio de la vida con su fin. Esto disparó en el gran investigador balcarceño Ulises Garsú, su obsesión por un tema de investigación que le ha llevado toda su vida. Como él bien describió: -La investigación de mi vida es mi vida, el experimento es mi transcurrir y el laboratorio mis lugares. He obtenido buenos resultados, a los cuales denomino “momentos felices” y otros que formaron parte de mi aprendizaje. Nunca obtuve malos resultados, ni resultados fallidos.

El tema es la vida. Mientras que muchos apenas viven, el Dr Garsú vive, disfruta, analiza, escribe y explica, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos aquellos que lo sobrevivan a quienes pueda ayudar.

Garsú sostiene que la vida es una espiral y que en el camino muchas veces pasamos muy cerca de donde estuvimos. A los bebés les cuesta dormir y a los viejos también. Los primeros usan pañales, los últimos también. Un déjà vu no es otra cosa que espiar en la vuelta de al lado.

Si tuvimos un gran amor, lo vamos a volver a encontrar, pero claro, tanto ella como el amor tendrán unos 20 o 30 años encima. A la inquietante compañerita de la secundaria, la encontraremos en esta vuelta como una cuarentona de mal genio, pero como cada punto se parece a su homólogo; así como no nos prestó atención en la primera tampoco lo hará en la segunda vuelta.

No es justo, pero sólo podemos esperar pequeños cambios en cada giro. Las bifurcaciones son muy escasas y por eso es importante empezar bien: generemos infancias felices si queremos adultos alegres y viejos plenos.

A esta conclusión llego Garsú desde el más férreo positivismo y acuerda con la psicología. Hagámosle caso.


Enrique Spinelli-Balcarce-Argentina







Campañas políticas y monos fulleros

“Se pusieron a jugar dos monos fulleros, tan hábiles jugadores que
debieron resignarse a jugar honradamente”
Del libro “Los animales hablan” De Álvaro Yunque





Una de las épocas más maravillosas de la vida de un hombre (o de una mujer), sin duda es cuando los políticos comienzan su campaña con miras a convencer a los votantes de que son ellos y no los otros quienes tienen la solución a todas las cosas que pasan en este país, y que esa solución pasa por la honestidad, la verdad, la transparencia, el saneamiento administrativo, tributario, laboral, la ética, el patriotismo, etc., además de ofrecer más seguridad, más puestos de trabajo o más salud.
La tradición indica que no deben olvidarse decir en su discurso, que se oponen sí o sí a las acciones o a la ideología (si la hay) del partido gobernante, excepción hecha del oficialismo, que, al igual que Gardel, cada vez gobierna mejor.
Es maravilloso ver que al menos en algo están todos de acuerdo: todos son buenos, todos la tiene clara, todos son capaces. Es más, si llegan –con nuestro voto, claro- a ser diputados, o senadores provinciales, o concejales; los municipios, las provincias y el país van a cambiar de tal forma que reíte de un Fidel o de un Chávez.
Estas campañas tienen también su parte cultural y pedagógica: cada uno busca para ilustrarnos o impactarnos más, uno o más dichos de un pensador o persona célebre -y por lejos más honesta que ellos- que en el pasado dejaron morir -como a Favaloro-, o comentarios de personajes que en el presente ocupan puestos importantes como el Papa. No es poca cosa.
Hoy por hoy, todos los slogans, todas las palabras empleadas, toda la propaganda realizada, todos los lugares comunes y frases hechas no ocultan que el infalible paraíso que la clase política muestra cuando está de campaña se trasformará en niebla una vez realizadas las elecciones. Hay un tácito acuerdo de que los verdaderos problemas de nuestro país nunca serán mencionados en las campañas electorales, ya que su solución –que es a muy largo plazo- demandaría un costo político enorme.
Como votantes, debemos dejarnos llevar más por nuestra memoria que por lo que dicen los candidatos; debemos aprender de una buena vez a dejar el partidismo de lado –porque los partidos políticos han muerto y los nombres que llevan, son nombres vacíos- y ver no cuán honestos son ellos, sino cuán honesto es nuestro voto. Más claramente: no pidamos honestidad a los políticos, pidámosla a los votantes. De una vez por todas debemos aprender a pensar en conjunto para que todos, como sociedad, estemos representados.
A pesar de los graciosos carteles y pasacalles que llaman más al humor que a la reflexión, como pueblo debemos estar felices de que haya campañas electorales; de que la democracia siga; de que el pueblo siga eligiendo a sus candidatos, porque llegará el día en que en las boletas van a estar los verdaderos dirigentes que la Nación tanto necesita y que hoy no tiene. Y hablo en plural, porque los mejores no van a estar en una sola boleta sino en varias y van a resignarse a jugar honradamente. ¿Me entienden?


Ezequiel Feito-Buenos Aires-Argentina





DEEl ojo abierto de la luz”







A la distancia de un átomo,
te sentí,
como morfina fina,

un día en que el aire llevaba
alas de azules mariposas
bajo los pies,
hirviendo
entre suspiros de acróbata enamorada
y abrazo largo de collar infinito.
No había orillas entre tú y yo,
ni islas que nos salvaran del naufragio,
sino el mismo horizonte anudado al tiempo,
amasando sueños
sobre el ojo abierto de la luz.
Navegamos juntos
al amparo de la cruz del sur
por el cristal eterno del universo,
bucaneros bajo un sol enfebrecido
en pos de la rosa de los vientos.
Después, llegó la calma,
el eje sobre el que gira el huracán
y desata el torrente de la lágrima,
llegó el tsunami del dolor,
dolor de cal rabiosa que roe el hueso
y te sumerge en extraños laberintos
por los que nunca se termina de andar.




Fernando Luis Pérez Poza-Pontevedra- España.








Cantos del Ayer- Canto 12





Yo fui aquel,
aquel que un día
tomó de ti,
el túnel ferviente de la imaginación
en el valle de los sentidos,
descifrando
el último paraje de tu cuerpo 
en el descenso
de un capullo inefable.


Y he ahí 
tu lengua mojada de gritos,
revela
la última fuga de tus besos.






Frank Pereira Hennessey-Barranquilla Colombia










Acompáñame Cioran

El pensamiento no es nunca inocente. Porque es implacable, porque es agresión, dice Émile M. Cioran en uno de los aforismos que conforman Del inconveniente de haber nacido.
La tan llevada y traída mordacidad de Cioran es trasunto de verdades propias de nuestra condición. Somos animales de guerra cuerpo a cuerpo; asestamos el golpe con el arma o la palabra porque la defensa de lo que consideramos territorio propio es irracional, desde la que maneja el macho (incluido el humano) en el momento del apareamiento hasta la que pretende defender, aun contra molinos de viento,   la creación artística o intelectual.
A pesar de mi carencia de brújula, sé que el golpe agazapado no existe. Por eso nunca podremos avizorar dónde anida la Poesía. Por mucho que la Academia o la crítica nos consagren, jamás descifraremos el código sagrado. Por mucho que los cantos de sirena den pábulo a nuestra vanidad, no dejaremos de ser sapos junto al estanque. Ignoro en qué código aprendimos a considerarnos dueños absolutos de la verdad. Hasta voces empinadas por encima del coro, caen en este infundio.
¿Quién sino Vicente Huidobro, autor de ritos nuevos y osadas peripecias, se convirtió, por obra y gracia del incienso y la ínfula, en una nave inabordable? ¿Por qué muchos de los que alcanzan a asir la sartén por el mango, se llenan de humo como chimeneas? ¿Cómo circula tanta moneda falsa en este mercado digno de mejor suerte?
La respuesta es simple: porque somos seres limitados y limitantes, en quienes el remanente pesa más que la decantación. Por otra parte, la evaluación poética depende en gran medida de oráculos coyunturales. Sé que si fuéramos más abiertos a la rosa del viento –que no de los vientos- la vida, necesitada de la efusión poética como del aire, transcurriría en luz.
Nadie termina de aprender y es cuando menos producto de un narcisismo decadente, considerarnos aptos para marcar el rumbo en esta expedición que se renueva con el sol.
Mi amigo Cioran dijo después de revolver trebejos en el desván de la memoria: Sólo conozco una visión que sea enteramente satisfactoria. La de Emily Dickinson cuando dice que en presencia de un verdadero poema se siente sobrecogida por un frío tal que tiene la impresión de que no habrá fuego alguno que pueda reanimarla. Conclusión: no es erudición, es sentimiento; no cabe aquí el almidonado aprendizaje retórico, sólo la esencia, tan personal e indefinible como el amor.
Hasta los renovadores del lenguaje despliegan con ufanía su cola de pavo real. La arrogancia que funge como compensadora de nuestra pequeñez, impide la convivencia pacífica. Más de una vez he salido corriendo ante el efluvio urticante de los sabios del momento. De ahí la distancia y hasta el caos que invaden esta torre de babel donde monologamos quienes tenemos la escritura como razón de vida.
Si no queremos o no podemos despojarnos de esta carnadura cactácea, deberíamos al menos intentarlo. Nadie usurpará nuestra parcela, de manera que la batalla librada contra el fantasma del otro, es un esfuerzo inútil.
La maroma del niño o del sabelotodo es peligrosa para el jugador. Por favor, un poco más de humildad cuando invadimos el territorio ajeno. La Academia, tan solemne y cuadrada, es impotente ante esta torre  que hierve con los astros más lejanos.

Dame otra vez la mano, Cioran: Siempre tenemos la impresión de que podríamos hacer mejor lo que otros hacen. Desgraciadamente no tenemos el mismo sentimiento hacia lo que nosotros mismos hacemos.
Gloria Cepeda Vargas-Popayán Colombia







Lo que queda






El cuerpo me mira
y se lleva un cuerpo que no es.
Se lleva mi ausencia
 como si fuera su alma.
Lo que queda
también es parte de lo que se va.
Nada mira quien todo lo ve,
lo que no ve su frente
lo ve su espalda.

La poesía conoce tus lágrimas 

pero no las seca.
Lo que queda o nos deja 

es ir muriendo en otros.
La ausencia nunca se lleva nada de importancia…

Se lleva lo que dejó la vida.








Héctor Berenguer-Rosario-Argentina










El pimpollo
Poema de doble rima








Un pimpollito rosado lleno de vida y fulgor
representa aquel amor, que nació de las entrañas,
floreció cada mañana. Cada senda iluminó
porque germinó en los dos entre besos y palabras.
Nuestras almas que vibraban con acordes de pasión
engrosaban el ardor con el que fuimos unidos.
Tantas muestras de cariño. Tanto destino entregado.
Tantos sueños engendrados de este amor interminable.
Nuestro pimpollo lo sabe:… nada podrá separarnos.




Ingel Lazaret-Patagones-Argentina








Un Instante


Y ella.
Y el claroscuro
Y los sonidos del silencio
 Hay una luz impasible en el ambiente de cielo raso y paredes blancas, receptáculos con medicamentos, cables, botones. Compañeros de ese silencio suave.
De a poco muele y rehace mil veces lo mismo. Sucesos cabalgando sin cesar.
 El remoto llanto de un niño, una mano imprecisa, un árbol de hojas rojas, una brisa ondulada, unos ojos oscuros.

Se halla sobre el colchón de espuma con la mirada fija en el techo, con una mano roja apoyada sobre un costado de la camilla, y con la otra, blanca infinita, sostiene al corazón.
La urge abrir los párpados y descubrir. Correr el velo para examinar, en ese instante su verdad, la que lleva dentro, bajo el pecho.

Y la vida que llega como un torrente, castillos de arena. Y la vida que va, penosamente ultrajada. Y la indiferencia del nido vacío, y el sublime cansancio.
Nada la turba, nada la inquieta. El molino de su nostalgia gira como el eco de una canción.

La luz fría del ambiente multiplica su brillo. Modera su adiós y la blanca mano que sostiene al corazón cae cansada de sentimientos.
Nada la turba, nada la inquieta. Alza vuelo con una mueca de dolor y un halo de embeleso
Y  ella
Y el  claroscuro 

Y los sonidos del silencio.



Irma Sambuelli-Rosario- Santa Fe - Argentina






Gotán




Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.

Atención, atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus
manos.

Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.

Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté,
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.




Juan Gelman.-Buenos Aires-Argentina









Templo de las manos cruzadas


I

frío, glacial, exacto
se comprimen en aros de papel mis nervios
cantata de oboes
apuntando al nefasto
orden del estío
sinfonía de fuego
anulando la esencia sacra de las cosas



II


y
deliro
y violentos dragones
serpientes-cactus
me lanzan sus llamas
por el sendero del halcón
que posa su rapiña incólume en mis ojos
góticas columnas
punzan la fobia intratable del suicidio
e ingreso al templo
me dirijo al retrato oscuro del niño
ya estoy harto
mi nombre es Belcebú —¡oh Jesús!

y derramo mi semen
sobre su hermosura


III


el temor ha cesado
la luna conduce ahora mi mente
y me he tornado en la iguana
que cava su tumba en el delirio






Leo Zelada-Perú.






Amanece otra vez






Amanece otra vez.
El gris del cielo se filtra por mi ventana.
Espero…
No logro ver el sol.
Pero lo presiento.
Lo imagino brillando en otro cielo,

el que hoy no cobija a mi corazón deshabitado.

No lloro por vos,

no lloro por mí.
Lloro por el “nosotros”

que una vez conformamos
en el mismo tiempo y espacio.

En el mismo orden,
que conjugamos los verbos
amar, temer, y partir.



Marcela H. Toro-Ushuaia-Tierra de Fuego-Argentina







No todos tienen pancarta






La boca grande dice
________Derechos, para todos
y la pequeña añade
________los míos los primeros.

La boca grande clama
________Comida para todos
y la pequeña dice
________la mía, de tres platos.

La boca grande grita
________Despojen a los ricos,
________repartan sus fortunas,
la pequeña, segura, calcula el beneficio.

El mapa se despliega y un millón de bocas
resecas
desdentadas
hambrientas y sin fuerzas
suplican sin pancartas a la muerte
que no venga a buscarlas.

________Alguien
dice la boca grande
________debería hacer algo urgentemente.





Mayte Sánchez Sempere-Madrid- España











Sueño a orillas del Egeo






Soy ágil y bella amazona,
deidad en el uso del arco,
luna de nombre Atalanta.

A orillas del Egeo
alumbro la noche atávica.
Tenso el hilo en seno ausente,
y apunto la flecha hechizada al cruzado Minotauro.

Debatimos en amores
entre su ancho puñal y mi afinada ballesta,
entre sus bélicos brazos y mi pecho de valquiria,
entre sus piernas nervudas y mis muslos de heroína,
entre su lengua vacuna y mi viscosa laguna.



 Mercedes Ridocci -León España




No te diré…




No te diré, me callaré y no pensaré
Que la verdad es fiel
Y el mar está
Como el amor
En paz.

¿Como las olas y el firmamento
Van a hablar...?
Nunca estaré para mentir y no hablaré
En la oscuridad
Mientras el mar
Como el amor
Se va.
Y la marea ya va cayendo
A la eternidad...
A la eternidad.
No mentiré, pues siempre estoy
Vagando tras de ti.
Mi sombra está
Pegada al fin
Sin mas
A las huellas de tus pies sin pensarlo
Esa es la verdad...
Esa es la verdad.




Miguel García Freijanes-Madrid- España









Un viaje hacia tu olvido





Viajando en tren,
veo pasar por la ventanilla
en forma vertiginosa a tus ojos llenos
de verdes recuerdos.
Tu voz me sacude,
tal cual lo hace el viento
con aquellos pinos de frió invierno,
mientras tu boca se refleja en aquellos lagos
del camino saltando de aguas en aguas
como si fueran graciosos sapos al sol.

Nada de aquel paisaje me es raro...

al contrario todo lo conozco,

todo lo estaño.

Voy en viaje hacia tu olvido...

y sin embargo todo lo tuyo
lo vuelvo a encontrar en mi camino...

¿Que me esperara entonces en aquel
pueblo desconocido cuando en mi humilde
habitación desarme sobre la cama
a aquella valija repleta con tus recuerdos?.
Mis manos temblaran, dejare caer mis lagrimas...
y en aquel ropero de viejo roble de hotel,
los acomodare uno por uno muy prolijamente,

los perfumare y los dejare bien a mano
para cuando tenga ganas de usarlos
en el momento justo y necesario para no
caer hacia bajo.

Una sonrisa melancólica,

un largo suspiro empaña los vidrios...
“´ Te estañare tanto amor “...

“ Solo con el viaje en el tren del tiempo...

” Encontrare olvido “





Norberto Caruso-Buenos Aires.






¿De dónde vienes hoy corazón…






¿De dónde vienes hoy corazón,
tan cargado como una eñe triste
que mira con resignación su carga?

¿De dónde has sacado esa nostalgia
de vocales infantiles
oxidadas por el tiempo?

¿Acaso busca
en el abecedario incierto de la vida
la palabra futura
que te despierte y que te duerma
con la misma calidez?

No te engañes corazón,
la palabra que te ha de dar la vida,
no has de nombrarla tú.





(Panolillo Díaz) Manuel Díaz García.- Islas Canarias- España





Navidad



Comenzaba noviembre y siempre la familia se reunía en casa de los abuelos para concretar dónde se celebrarían las fiestas del Año Nuevo.
La familia estaba compuesta por Maruchi (la hija soltera), el matrimonio Inés Esteban, los abuelos y dos hijos pequeños.
La primera en aparecer en casa de los abuelos fue Maruchi que venía alegre y con ganas de contar lo que durante tantos años deseaba realizar. Fue entonces cuando sacó de su bolso un catálogo de viajes.
—Este año, dijo— , por qué no celebramos las fiestas fuera del planeta.
—¿Qué? —dijeron al unísono—. ¿Y dónde está eso?
El abuelo no pudo reprimirse y comentó
—: Esta chica está tan loca que se pasa de moderna.
—Si me concedéis unos minutos os lo explicaré, comenzó a leer.
Pase con los suyos estas Navidades en la Luna, a precio de lanzamiento.
Por 6712,50 euros por persona y si los niños tienen menos de 8 años van gratis.
Reciba 2016 con champán y uvas de la suerte. La aventura bien merece el precio.
Al terminar de leer, preguntó a la familia qué opinaban. A Los abuelos la idea les pareció descabellada, aunque admitieron que no les gustaría abandonar este planeta sin conocer la Luna.
A Inés y Esteban les hacía muchísima ilusión porque iban a celebrar su aniversario de boda y qué mejor que recordar su luna de miel en un viaje espacial.
La familia al completo decidió acercarse a la agencia para recibir más información.
Les atendió una señorita que fue detallándoles el viaje.
—La duración es de ocho días, cuatro para ir y tres para volver, con una estancia de un día en la Luna dónde recibirán al Año Nuevo, en el Hotel 5 Galaxias. Con la oferta les obsequiamos un traje espacial para cada uno de los miembros en dos tonos diferentes, naranja butano o azul cobalto, y de las tallas ni se preocupen que tenemos de todas, y, además les damos un casco a juego con el traje.
Decidieron apuntarse aceptando los inconvenientes que pudieran darse en el viaje.
Los críos estaban felices por ir a la Luna.
Llegó el día esperado y un pequeño autocar fue a buscarlos a la parada
convenida.
En la parte trasera del autobús había un cartel que decía:
Si desea conocer la Luna ni lo dude, apúntese en Viajes la Rápida.
El autobús los llevó a la estación situada en el pueblo de Roble Gordo.
Su alcalde y también sus paisanos, se negaban a cambiar el nombre del pueblo por algo más futurista.
A cada viajero que iba llegando le daban la escafandra y el casco, y elegían el color.
El comandante del transbordador y la tripulación les dieron la bienvenida indicándoles sus respectivos asientos, no sin antes aconsejar al grupo que se pusieran bien el casco para la insonorización de la nave. Una vez concluido, se oyó la voz del tripulante.
—Por favor, vamos a despegar, ruego que se aten los anclajes, pues por primera vez en sus vidas experimentarán la ingravidez en el espacio.
Cuando la nave llevaba diez minutos de vuelos, los pasajeros se encontraron desconcertados. La cabeza les daba tantas vueltas que parecían extras trabajando para la película Poltergeist.
Hasta que, por fin, la nave consiguió ponerse en posición horizontal, y el grupo comenzó a sentirse más tranquilo controlando la calma y el equilibrio.
Era la hora de las comidas y las azafatas recorrían los pasillos de la nave con un carrito lleno de sobres herméticamente cerrados a cada pasajero le iban preguntando qué le apetecía comer.
—Pueden escoger. Este sobre contiene sopa minestrone liofilizada y para tomarlo tendrán que absorber a través de una pajita. De segundo pueden elegir lo que les apetezca. La píldora de color azul es ternera en su jugo, la verde es lenguado y de postre tenemos yogur bífido activo con frambuesas. Por favor, estén atentos y no se confundan porque es de color rojo.
El desconcierto en el grupo de pasajeros fue general, pues nadie se aclaraba si la roja o la verde había que tomarla antes que la azul.
El abuelo ni se lo pensó dos veces, se metió las tres a la vez y que su estómago decidiese.
Las azafatas no paraban de dar explicaciones—, es la nueva cousine, insistían—, el primer día resulta un poco follón, pero no se apuren que enseguida se adaptarán.
Inés al terminar de comer le dijo a la abuela—. Esto es una maravilla, aquí no hace falta ni platos ni mantel y no como en la Tierra que menudo follón tendríamos para ver quien recoge la mesa.
La abuela también estaba de acuerdo, sobre todo, en el tiempo que se habría tirado en la cocina preparando la cena navideña.
Mientras los niños comían estuvieron entretenidos, pero el viaje se les iba haciendo aburrido, llevaban horas sin moverse. Pidieron permiso a sus padres para dar una vuelta por el pasillo. Al soltarse de los anclajes los chavales se elevaron por el techo como si fueran globos llenos de gas, dando patadas en el casco a uno de los viajeros.
—¡Niños! Bajad del techo inmediatamente, ¿no os dais cuenta que estáis molestando a este señor tan amable —dijo la abuela.
—Señora, respondió el amable señor—, ya sabemos lo que son los niños y más en estos sitios.
—Abuelo, ¿te vas a poner la camisa de leñador para las uvas?
—Dile a tu abuela de mi parte que si quiere saberlo que no utilice intermediarios.
La abuela respondió —, tengamos la fiesta en paz —cruzándose de brazos.
Maruchi pensaba que el viaje merecía la pena, sobre todo, porque les quedaba por ver lo mejor, el paseo espacial.
Transcurridos los cuatro días, los pasajeros fueron descendiendo de la nave hasta un elevador donde, en grupos de cinco, los metieron en cabinas que directamente iban a la recepción del Hotel 5 Galaxias. Sus instalaciones eran modernas y vanguardistas, dejando al grupo de viajeros embobados ante lo que veían.
Uno a uno fueron recogiendo su tarjeta magnética que correspondía a la habitación.
Claro que, si difícil fue mantener el equilibrio, aun lo fue más coger las maletas al vuelo y que no volaran al techo. Los abuelos eran incapaces de controlar el equilibrio y los equipajes.
Inés estaba deseando quedarse a solas, con Esteban, su marido, pero cuando vio que en la habitación no había camas, sino dos sacos suspendidos del techo, lo único que acertó a decir fue: “Cielito, vamos a parecer dos jamones ibéricos colgados”.
El grupo quedó reunido para ver desde la plataforma del hotel la prometida ciudad galáctica, recientemente inaugurada, donde reinaba el silencio más absoluto y la obscuridad más grande que nunca habían sentido.
Como por arte de magia, unos focos con una luz inmensa hicieron posible que la noche se convirtiera en mañana.
Se veían calles y empezaban a elevarse enormes edificios que con el tiempo estarían tan masificados como en la Tierra y, junto a las aceras comenzaban a crecer árboles que acababan de ser plantados.
Tan solo un minuto faltaba para dar las doce campanadas y la familia alzó los sobres de champán liofilizado para brindar.
La abuela no pudo reprimirse y afirmó, que tenía ganas de bajar a la Tierra, que estaba harta de tanta píldora y, además, del esfuerzo que le suponía no equivocarse de color. Añoraba lo bueno que estaba el turrón.
Los chavales pidieron permiso para llamar por el móvil. Echaban de menos a Puskis, su perro, se lo habían dejado a la vecina de enfrente porque no estaba permitido llevar animales en el viaje.
Al escuchar los ladridos, los chavales dijeron—. Si estuvieras aquí con nosotros no tendrías que esconderte detrás del sofá porque la abuela no ha hecho pavo; aquí Puskis, con unas píldoras has comido. Además ni siquiera podríamos sacarte al jardín porque echarías en falta tu árbol preferido.
Cuando tan solo quedaban unos segundos para entrar en la atmósfera y sentir de nuevo la gravedad, la nave espacial entró en contacto con la Tierra.
A través de la megafonía, el comandante del transbordador y la tripulación se despidieron de los pasajeros, deseándoles que el vuelo y la estancia en la Luna hubiesen sido agradables y placenteros.

                 Feliz Navidad







Pilar Serrano Rodríguez-Madrid-España








Seguir andando


En el caminar
mil dudas aparecen
ancladas en el pasado….

Rostros, hechos…
dichos y diretes
a veces rotos…
otras satisfechos.
Sueños e ilusiones
                fantasías y amores…
                que forjan una vida.

Hay veces, la mayoría,
que lo banal prevalece…
llorar por nada,
una antipatía,
un conato de alegría…

Atrás quedó la juventud
con sus conatos de amores
de deseos…
de pasiones….
conquistas y revolcones…
cosa que no tiene edad
y alegra los corazones.

Poco de lo transcendental
es consuelo en el camino…
el amor de una mujer…
ver crecer unos hijos…
la fatiga de los nietos.

Querer vivir mucho mas,
encontrar lo que buscaste…
amar… lo que siempre
amaste,
y aunque se mira hacia tras…
se quiere seguir andando




Rafael Serrano Ruiz-Madrid-España









El niño de Belén


La noche oculta todos sus rumores
y la historia el hombre comienza a cambiar,
muy sigilosa en el horizonte,
una estrella con cola se empieza a elevar.

La intriga palpita en todo los Seres:
¿Cuál es su destino? ¿Adonde posará?
y sobre un establo cubierto de nieve,
detiene su marcha fulgente de paz.

El sollozo de un niño irrumpe la calma
y un coro de ángeles del cielo se oyó,
mientras los pastores llenos de alegría,
al “Mesías” reciben con gran devoción.

Al cometa siguieron los tres Reyes Magos
y con mirra e incienso quisieron adorar,
al rey de los cielos que ya ha nacido,
al abrigo de un establo, con toda humildad .

La antigua promesa hecha a los hombres,
ante la ignorancia; ¡Por fin se cumplió!
No es un niño cualquiera el que al mundo ha venido,
es el Hijo del Padre, es el Hijo de Dios-

El tiempo ha pasado y la luz de Belén,
a través de los siglos más brillante será.
El hombre y la ciencia a la espesa tiniebla,
con su fuerza aparente jamás vencerá.

¡Feliz Navidad! resuene en lo alto,
¡Feliz Navidad! repique en los cerros.
Feliz Navidad y que al niño Jesús,
lo lleves por siempre en tu corazón.





Sergio Bravi – Cruz Alta - Córdoba






Ofrenda









Hoy del rosedal,
las mejores rosas,
esas que son más rojas y apasionadas,
que se cubren en las espinas intensas,
esas a tus pies he de postrar,
para que ellas leves,
tú rostro han de iluminar,
en ese misterioso y natural juego,
en el que las cosas bellas,
rinden culto a la belleza.-
Hoy mis mejores letras,
del amplio espectro del decir,
a tu alma,
en dulces trovas he de rendir,
pues ni el mundo del decir,
ni el universo delicado del cantar,
juntos han de expresar,
la misteriosa intensidad,
que en loca majestuosidad,
al corazón seducen,
pues tú superas a cada una de ellas,
y a ellas todas juntas,
cuando al verte profundo a los ojos,
tú eres mucho más que amor apasionado.-


Víctor Kartsch Asunción Paraguay







Aprendan los escritores..





Aprendan los escritores..
Queriendo disfrazar las mariposas
con la rotundidad de la palabra
tomó el poeta aquel cincel que labra
la desnudez con pétalos de rosas…
Soplando, la Razón con ardorosas
tenazas pronunció “¡Abracadabra!”
y en un “plis-plás” al vate descalabra
las orlas de sus prendas fantasiosas.
Ya libres los insectos del engaño
volaron sin que nada su belleza
cubriera con versículos de apaño
y el bardo comprendió que fue torpeza
su intento de ocultar, pues hace daño,
soliviantando a la Naturaleza.

Aprendan al leer, los escritores
que la verdad ocultan con sus flores…






Xavier Coderch-Barcelona- España








Lista de autores Enero






Autor
número
titulo
Adelaida Caballero
62-1
A veces era un tálamo
Alfredo Ocampo Zamorano
62-2
1.0 introito
Ana Romano
62-3
Laberinto
Antonio Monzonís Guillén
62-4
Ola muerta
Carmen Guzmán Cedeño
62-5
Como me pisan tus huellas
Concha González
62-6
La paciencia
Daniel de Cullá
62-7
Los partos de la bestia
Diana Luz Bravi
62-8
DE “Detrás de la puerta”
Enrique Spinelli
62-9
Canción de cuna para adultos
Ezequiel Feito
62-10
Campañas políticas y monos fulleros
Fernando Luis Pérez Poza
62-11
El ojo abierto de la luz
Frank Pereira Hennessey
62-12
Cantos del ayer
Gloria Cepeda vargas
62-13
Acompáñame Cerian
Héctor Berenguer
62-14
Lo que queda
Ingel Lazaret
62-15
El pimpollo
Irma Sambuelli
62-16
Un instante
Juan Gelman
62-17
Gotan
Leo Zelada
62-18
Templo de las manos cruzadas
Marcela Toro
62-19
Amanece otra vez
Mayte Sánchez Sempere
62-20
No todos tienen pancarta
Mercedes Ridocci
62-21
Sueño a orillas del Egeo
Miguel García Freijanes
62-22
No te diré…
Noberto Caruso
62-23
Un viaje hacia tu olvido
Panolillo Díaz
62-24
¿De donde vienes hoy corazón…
Pilar Serrano Rodríguez
62-25
Navidad
Rafael Serrano Ruiz
62-26
Seguir andando
Sergio Bravi
62-27
El niño de Belén
Víctor Kartsch
62-28
Ofrenda
Xavier Coderch
62-29
Aprendan los escritores