lunes, 30 de noviembre de 2015

Revista N.º 61 - ESPACIO DEL POETA


         Revista  N.º 61 -  ESPACIO DEL POETA
                           
                             REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA
                                                                                  
                                                                                Diciembre  2015
        




                       Natividad                                     Nora Corradetti




Jabalina











Segrega
la fístula
encono
Vomita
el boquete
desprecio

Es apresado
el cuerpo
por las arterias
Secciona
el miedo
la rigidez
Vulnera
el balbuceo
la esperanza

Temerosa

del saqueo

gime.






Ana Romano- Buenos Aires- Argentina




La guadaña








Sombra
unida a mis pies,
acompañas mi cuerpo
y está desnudo.

Puedes
guardar tu guadaña.

Vamos
juntos por la vida
y algún día,
juntos por la muerte.

Las campanas de una torre
son un recuerdo sombrío,
momento de una evidencia.

Lejano mar
no adornes mi vida
en tormentoso momento
con olas
de espuma negra.


Ya no serás sombra,
serás yo,

mas sin guadaña
y ese yo,

serás tú
y mi sombra,
la parca con guadaña.







Antonio Monzonís Guillén. Valencia-España



Mi máscara desnuda










Mientras medito mi alegato
ante mi máscara desnuda
el mundo sigue andando 
sin confesiones valederas.

Sin otro sueño que lograr ofrendas
fingiendo ante mi misma
un mundo que desvía mis creencias
emplazo a la verdad en mi palestra.

Deseosa de mirarme en el espejo
con mi rostro sincero
encuentro que el camino que he elegido
está siendo poblado de mentiras.

Mentiras disimulos y antifaces
en cada contingencias que he vivido
montando una obra de oropeles
que alcance a ser vivida como cierta.

Y nada de lo visto me contenta
he sido descuidada en mi propuesta
 descifro las entrañas de los huecos
 destierro mi pantalla de apariencias.


Beatriz Ojeda Montevideo-Uruguay








           


Mudanza















He dicho adiós a la soledad incierta
que dejaron tus labios al fallarme,
ésta vez yo me alejo para siempre,
hoy traslado mi dicha junto al aire;

Y algún día volveré, mas no a tus brazos,
volveré a la fortuna de mis glorias,
regaré las gardenias de mi encanto,
y seré cual agobio en tu memoria.









Beatriz Vielman S. Alondra de Guatemala- Guatemala
















A donde ir















¿Para qué marcharse?
Una colmena oscura remienda
la sábana del silencio.
Aún queda vino, y fuego
en la hoguera.

Sólo es una especulación provisional
considerar el camino importante
si el vino y la noche se agotan.
¿Para qué marcharse? ¿a dónde ir?
¿Acaso se ha erradicado el llanto
en algún lugar?

Desde el quicio de la puerta
se ve la lluvia caer.







Begoña M. Bermejo- Guadalajara- España










y tras el crepúsculo se enfrió el café...


Puntual a la cita acudí presurosa

Cinco menos un cuarto, donde el sol
en el crepúsculo va quemando sus pavesas
Y palidece el horizonte tiñéndose de naranjas

.....

Y donde mis somnolientas
Pestañas se desplieguen en suspiro
de un aromado café, que nos sorbamos...
calientes como lumbre que en la boca,
al aire haga suspirar mientras se muerde los labios.
......


Que la humedad de este muelle, en tablones de bahía
Tu presencia haría cobijo si la marea se afana
en jugar entre mi falda.

..........

Ven y planea tu vuelo, mas no como alcatraz que en picada
Toma su presa y se eleva, si como el que se posa
como nicho entre mi pelo, y como nido te duermas
Y hagas en el tu reino…

.........

Y péndulan las olas, y mis ojos se duermen,
Y mi vestido gaviota...
Se humedece en su doblez,
como bruma por mi piel huyen furtivas las ganas
Y las frías manecillas del reloj de la espera me recuerdan
Que el café en mi boca se enfrió tras el crepúsculo…





Carmen Guzmán Cedeño-Curmaná Venezuela






Porqué
  







  …porqué será que mis letras te buscan
y sin medida a ti se entregan...?¡
porqué mi aire se impregna
de ese aroma que me subyuga, besando mi memoria
si apenas es un asomo de mi historia...?¡
acaso no sabes que mi ilusión anida en el horizonte
donde el sol mi amor esconde...?¡
...porqué tientas mi sentidos con tu gloria y poder
no sabes que cuando el mundo calla
nacen sublimes notas que dentro de mi estallan
deseando que seas la ola que acaricie mi playa...?¡
...dime porqué... con la caricia mas ingenua
te has colado en mis venas...?¡
      porqué... te siento en cada poro de mi piel
cautivada y dejándome querer…?!
dime porqué de tu semblante me lleno una y otra vez?!
porqué…clavado te llevo en mi rima y verso
y siento como acaricias mi cuerpo…?
…dime porqué espero que oigas este silencio
desde el crepúsculo de mi cielo
si sólo son olvidos de un ayer
en mi luz renacidos, y no se…porqué…?!





Carmen Leyre Quintana-Torrejón de Ardoz-Madrid-España


De “Leyla y el virtuoso”
Cuentos mujeres y artificios







Leyla me miraba con la sorpresa de encontrarme tan dormida, tenaz sobre la manta ocre. Alarmada tocó mi hombro. Me levanté de un salto, sentía una rueda en mi cabeza, pero de fuegos artificiales. Ella se dispuso a seguir la tirada. Yo la besé sin hablar, dejé en su mesa de vidrio el dinero convenido, a tropezones pasé a la sala de cuadros, miré con cariño al perrito por última vez, alcancé la puerta despintada del garaje y salí a la calle de la vereda rota.
Leyla se quedó en la pieza humedecida, prendió la lámpara china y las velas, prendió la cocina para hacer café y festejó con Fuelle y Arturo del mar, mientras reía orgullosa pensando en que, como siempre, una visita a sus cartas conseguiría el objetivo. El virtuoso pasaría el resto de sus noches solo, o no, ya no importaba, mientras yo corría cada vez más veloz hacia mi misma y mi pelo crecía y crecía.










Diana Luz Bravi- Rosario- Argentina



















Traición











Bribona la noche
Que se consume
En la última seca
De un camino de humo.

Graduación alcohólica
Sin título, sin nobleza
Y la sombra resbala del
Vacío trono del engaño.

Queja de amor fondeado
Que besa como Judas
Con labios de rosa
Y lengua de espina.

[Falaz cosecha
            Cuando otros pájaros
                             Comen las semillas.]









Diego Santiago Cazzaniga-Rafaela-Rosario-Argentina







                             


Confesión premonitoria











Me voy llenando de sombras,
por fuera, pero por dentro
siento el golpear de las olas
de una alta luz de lucero.

Luz como el agua, inestable;
oceánica de tan fuerte;
luz como luz de diamante,
temblorosa y refulgente.

Quienes mejor me quisieron
que me den su mano suave.
Me voy llenando de frescos
silencios que nadie sabe.

Cae la noche inclemente
sobre mis palmas desnudas.
El tiempo, trágico, crece
sombríos pinos de nuncas.

Y ya ni mi voz advierto,
gélida voz clausurada
que se refleja en el gesto
ambiguo que hay en mi cara.

Acaso mis pasos buscan
la soledad que los lleva.
En horas que se bifurcan
el alma a morirse juega.

Nadie hallará más mi sombra
andando sobre la tierra.
Después se sabrá cuán honda
mi vida fue, y cuán incierta.

Pero después…¿quiénes, quiénes
sabrán del largo camino
que irán rodando mis preces
como volado suspiro?
Porqué ese después, desierto,
hecho de nunca y quién sabe,
apenas  nace en el pecho
eterna herida nos abre.

Y heridos somos, perennes,
vivos muriendo, o no vivos,
girando al girar de suertes
en que son ciegos los giros.

Quienes mejor me quisieron
que me den su mano suave.
Me voy llenando de frescos
silencios que nadie sabe.

Me voy llenando de sombras
por fuera, pero por dentro
siento nacerme las ondas
que vienen de lo perfecto.

Y estoy así tan extraña
que me parece que vivo
la vida de alguna hermana
que siempre llevo conmigo.
















Egle Frattoni Romano-Rosario. Santa Fe. Argentina.








Una visión













Cuando llegué a mi casa, el otoño
merodeaba por el bosque como un animal hambriento.
Junto a la puerta, vi a mi amada
tal como la recordaba yo. Esperándome
desde hace mucho tiempo.

Abrí mis brazos pero ella dijo:
- “No sé quien eres, no puedo ver tu rostro, 
ni contemplar el cielo, ni la noche limpia,
donde viajan las estrellas para consolarnos
de tan gravosa carga.
Pero seas quien seas, quédate conmigo
a devorar la pulpa fría de lo que fue mi alma.”

Mientras me alejaba escuché su risa
desde las profundos abismos que nosotros llamamos
sueño y muerte.






Ezequiel Feito-Buenos Aires-Argentina




Simpleza





Hay en mí una sed inagotable
una nostalgia constante
que me orilla a refugiarme
en la simpleza de lo menos visible.

Soy esa raíz que a su árbol alimenta
así concibo el afán que me domina
por eso su sombra me conforta
y el tenerlo abrazado me apasiona.

Cuando llega la pertinaz llovizna
corro hacia ella y me lleno de vida
y al deslizarse la lluvia sobre mi cuerpo
un sentir agradable me contamina.

No quiero que esto se arruine, ni se desvanezca
quisiera vivir disfrutando de esas simplezas
mirar como el viento travieso levanta al polvo
Y que en remolino me cubra de pies a cabeza.






Grissel Canche Albornoz-Mérida Yucatán México







Sermón de la Nazuna


¿ La creación es una metáfora de lo creado o lo creado nos
sucede por apremio de la creación ?.
Lo que nos sucede siempre tiene un amplio alcance.
Hay un sermón llamado "sermón de la flor" Se refiere a un conocido haiku de célebre poeta japonés Matsuo Basho autor del ya legendario "Sendas de Hoku" viaje o peregrinación por el antiguo Japón (1644-1694) Muchos siglos más tarde... ser lo que adviene es SER como un milagro que se recrea en el mismo espíritu de la contemplación silenciosa que se deja entrever en lo viviente que adviene en su propia mismidad, como si el lenguaje articulara un espejo del instante
y a la vez eterno.
El poema dice solo:

Cuando miro con cuidado
¡ veo florecer la nazuna
junto al seto !

El poeta disfruta del aire y los verdes caminos. Como una brisa suave e inesperada, lo sorprende una flor, humilde recatada, aparentemente insignificante,.Es una "nazuna",cerca de un seto. El poeta hijo de la tierra, se inclina reverente ante la flor. La percibe, la contempla. En su pequeño e hirviente universo en ebullición, una realidad de inefable gracia que destila en su cercanía, también algo, de la misteriosa lejanía de lo inasible. Unos versos tan exiguos que parecen de nadie...allí no existe "deliberación poética", sino tan solo la perplejidad plasmada por aquél delicado poeta de la naturaleza quien ante la "presencia repentina de la nazuna" es inundado por el asombro de lo viviente...incomparable si no se conoce lo que sucede en la extrañeza-entrañable es la expectación paradigmática con la naturaleza que establece un vinculo cercano ,próximo y espiritual...
Perplejidad...Dice Zuzuki : El poeta puede leer en cada pétalo el más profundo misterio de la vida y del ser.( Zuzuki D.T.1982 ).
Existe como correlato a esta experiencia poética ... La infinitud de lo pequeño..
Que lo pequeño no muera es imprescindible a lo grande. El Himalaya cabe en una delicada gota de rocío, el frágil pétalo de la nazuna, ontológimemente hablando es comparable a una situación humana crucial en donde lo infinitamente pequeño contiene a lo infinitamente grande. La admiración inteligente ante la bastedad de lo viviente, no su apropiación ,su contemplación en mutuo reconocimiento es lo que define, el que la flor en si misma, escriba en Basho, su propia presencia.
Esto es en parte el sentido de "señalar la luna como el más corto camino a casa ....
Mi admiración pequeña y silvestre "nazuna"... usted me escribe o se escribe en mí.
¿ Es su delicado perfume...quien se abre paso dentro de mi vida o es la vida entera la que depende de ese delicado perfume para sostenerse a si misma y celebrarse ?


Héctor Berenguer –Rosario-Argentina




A la mujer malagueña




Dicen que cuando el Señor
hizo la tierra española
le parecía una reina
que nacía de las olas.

Y tomando la ocho perlas
más valiosas que tenía,
le fabricó una corona
y la llamó Andalucía.

Y tan contento se puso
cuando la hubo terminao,
que llamando a un angelillo,
le dio el siguiente recao.

Ma salio tan bonita
la tierra de Andalucía,
que quiero hacerle un regalo
pa los restos de la vía.

Quiero que toas sus mujeres
destaquen del mundo entero
y pa que no se te olvíe,
apaña pluma y tintero.

A la mujer sevillana,
le daremos simpatía,
y el talle como un clavel
a la mujer de Almería.

Que la mujer de Jaén,
tenga andares de princesa,
y ojazos negros y moros
a la mujer cordobesa.

Démosle a las granainas
belleza con picardía,
y Huelva y Cádiz se lleven,
el salero y la alegría.

Señor, dijo el angelillo,
Málaga se le ha olviao.
Yo no me olvío de na,
no me seas descarao,
Málaga es algo especial.

A ver, coge una mujer
y ponle to lo apuntao:
la belleza, la alegría,
los ojos ,la simpatía,
y to en un cuerpo perfecto,
ni mu grande, ni pequeña,

!Y ya tienes el modelo
de la mujer malagueña!







José Antonio Párraga Málaga España






Tienes la piel…








Tienes la piel trabajada por el sol y la luna,

sin embargo, allí habita el secreto de tu sueño:
mudo, borroso, lejano como un retrato,
ancho, inmenso, como el vacío de un abismo.

Llevas sangre de la tierra sumergida en el arenal,

amarrilla, como un anillo en el dedo del verano.

Cuando corres te pareces a algo:

al viento del norte estirado hasta El Chañar.

En tu boca de savia pura mordí tus raíces;

con la furia de la lluvia, desatada en la tierra,

fui buscando en tu territorio mi refugio.

La ciudad se despierta con sus trabajos y sus luces,

luego todo se duplica: las cosas y la memoria y los horarios.

Y yo que quiero dormirme en tu sueño y tus raíces.









José Rodolfo Espasa Muñoz-Benidorm-Alicante







Casi en lo yermo







en la intemperie del abismo.
Inmensidades, clausuras,
vocablos azorados por las ráfagas
amenazadoras.

Alguno insertó para la eternidad
este enfado,
este expresivo escozor
que ruge en la protesta
de los inconformes.

Desfilan los proyectiles
ataviados de excusas banales
para el miedo de la época.

Frívolos versos los del poeta de moda,
y ardientes los del poeta inédito.

Por el polvo de un viejo grito
se destrozan las horas sin rostros.








José Valle Valdés-Cuba



       Ven aquí…









Ven aquí conmigo, un rato tristeza
quiero contarte mis sinsabores
decirte las razones por las que ya, no creo en amores
y como lo que burbujeaba un día, hoy bosteza
Anda la desesperanza en un solo brinco,

y la fe aquella, ay! perdió su ahínco...

Nada hay, nada pesa, todo en mi, es ligereza...

No soy fuerte, y estoy tan cansada
que me voy perdiendo en la vacía nada...

Y tu que me besas sin compasión, en el día que empieza
No tengo ya ni lágrimas, ni siquiera dolor...

Me importa tan poco el poemado ardor...
Por eso mírame soy tu retrato,
tristeza



Mary Ramos-Barquisimeto- Venezuela












Poema



De los caminos vacantes
el verso
se adentra cómodo en los más pintorescos
caminos puta alegre
caminos borrachera
caminos libertad para los gatos

quedan sin retratar
esposas de cuneta,
analgésicos para llevar el día,
viejas peluca con las cejas pintadas
y nostalgias de Cuba
en un barrio de nadie

y el verso se desliza
debajo de las muelas
semilla entre el escombro
suburbial y maldito
donde no hay ateneos ni vanguardias ni luces
y grita "soy de ellos".

En el parque,
paseando entre los perros,
el verso muerde la pierna de un anciano
"Te amo ahora
como te quise siempre"
(lápiz gastado sobre hoja de cuadros).

El poeta centrípeto despierta
con el verso pegado a las pestañas
y se lava la cara y se sube a la silla
y declama
"escuchadme
yo soy la poesía".

Una chica gitana sacude la melena
y el verso abandona la boca del poeta
para enredarse
ciego
en la ropa tendida.




Mayte Sánchez Sempere- Madrid- España
El regreso










¡Cuánto lo esperó! El tiempo lo había borrado, aunque su recuerdo no. Se le fueron los años preguntándose el porqué de su partida. Sólo podía llorarlo como a alguien que se ha muerto. Porqué la ausencia es otra clase de muerte sin tumba y sin epitafio. Alguna vez existió el amor, más para ella que para él. Fue la única vez de la felicidad, de la pasión, de la ternura, de las caricias; fue la última vez del amor. A pesar de saber que algún día lo perdería; sólo que no imaginó que fuera tan pronto. Apenas tuvo oportunidad de disfrutarlo; de mirarse en sus ojos, de perderse entre sus brazos fuertes, de libar de su boca la miel de sus besos. Un avión se lo llevaría lejos, dolorosamente lejos... Hubiera querido detenerlo; aprisionarlo junto a ella; rogarle que no la dejara; todo era imposible, lo sabía; su amor no era correspondido. Para él había sido como un paréntesis; un sentimiento nuevo; un refugio; lo que fuera. No tenía la culpa, también tenía un pasado que lo perseguía. Jamás volvería....


Y llegó el día temido, que se lo arrancaría como si le arrancaran las entrañas. Tal vez más que amarlo, estaba aferrada, porqué cuando se entregó a él, supo que ninguno la volvería hacer sentir así... como cuando la hizo suya. Hubiera querido paralizar el mundo, detener lo indetenible.  Después de más de treinta años se miró al espejo, la vida hizo estragos con su cuerpo y con su alma; otros amores hicieron más estragos, engaños, abandonos, maltratos, golpes, heridas físicas y psicológicas; siempre un dolor nuevo, carencias y un sueño frustrado de amar y ser amada. Hoy la soledad era una compañía, una necesidad;,estaba rendida; no tenía sentido esperar lo que no existía. Alguna vez leyó una frase "la felicidad es una monstruosidad que se paga" * y ella pagó un alto precio; la felicidad era una utopía o había huido hacía treinta y cinco años. De su recuerdo brotaron imágenes borrosas sin voces, sin colores, los últimos instantes, esperando el ascensor que se lo llevaría, el último abrazo, el último beso; no pudo ver sus ojos, tenía oscuros lentes; no pudo descubrir qué había en esa mirada, si un poco de amor o mucha lástima. No hubo un te quiero; ni un espérame; sólo un adiós y lágrimas. El ascensor se cerró. Adiós amor...


Recordaba que volvió a su vida; tenía que seguir caminando, sin rumbo; en el día fingía ese dolor que la devoraba, por las noches lágrimas mudas empapaban su almohada. Aunque se esforzaba, se daba cuenta que todos adivinaban su tristeza. Sin decirle nada; callaban, y ella, la abandonada, lo agradecía. Así aprendió a borrarlo de su mente, a la fuerza, unas veces con nostalgia, otras con rabia. Quería odiarlo, pero no tenía excusas, ninguno de los dos era culpable de ese destino incomprensible. Su único recuerdo eran las fotos, pero mirarlas era como clavarse un cuchillo. Ya basta con tanto dolor en vano...las rompió... las destrozó en pedacitos, y junto a ellas hizo añicos su corazón, inmolando el único recuerdo vivo y palpable. La memoria se detuvo ahí. Después...el después no venía al caso. Su alma había quedado sepultada junto a ese recuerdo. El resto de su vida era sobrevivir... Los amores que vendrían la hicieron escribir ilusiones, pasiones, olvidos, encuentros, desencuentros, adioses, mas ninguno dolió tanto como la despedida en ese ascensor.


Los años trajeron nuevas técnicas, computadoras, Internet, celulares, nuevas amistades: amistades virtuales; algún amor virtual para engañar tanta soledad. Alguna vez se preguntó; ¿y él?  ¿Estaría dentro de ese mundo virtual? Todo era posible. Pero ¡ya había pasado tanto tiempo! Ni la recordaría... Dejó pasar esa pregunta. ¿Cómo estaría? ¿A cuántas mujeres habría amado? Le lastimaba un poquito todavía saberse arrojada al olvido. Tal vez su corazón no se parecía a otros. No sabía olvidar. Le gustaba atesorar buenos recuerdos; y él, él era el mejor de los recuerdos...


Llegó Navidad; las luces del árbol, el Nacimiento, otra época para renovar el espíritu de fe y esperanza. Eso no lo perdía. Se acercó a la computadora para enviar por Internet los saludos navideños. Y algo más fuerte que ella la impulsó a hacer lo que siempre la había inquietado. Escribió su nombre... (recuerdo mío yo te bendigo...) y como una visión del más allá, apareció ese rostro, viril; el que ella besó tantas veces; como un fantasma del ayer invadió el cristal transparente y su alma se detuvo; había otra foto; de alguien más canoso; de lentes claros (no podía ser) pero sí; era él; su amor de antaño; su gran amor. Casi era un desconocido; pero a través de sus lentes, pudo adivinar esos ojos donde se vio tantas veces... Bendijo a Dios y a la vida. Un pequeño milagro había ocurrido. Ella era cristiana. Los milagros existen. Estaba viendo uno después de treinta y cinco años...


La duda la carcomía; ¿qué hacer? ¿le escribiría? ¿Se acordaría de ella? La aceptaría? Qué podía perder? A lo más; un no por respuesta. Comenzó a escribirle; un corto mensaje. "Te conocí hace unos años..." terminó de escribir; Solo restaba apretar el botón de envío. Pero sabía que una vez hecho no había lugar para arrepentimientos. Sería aceptada o rechazada. Sus manos le sudaban. Se dijo tonta; loca; arriésgate; es sólo algo virtual; un salto virtual al vacío virtual. Y saltó. Apretó click... Y el mensaje viajó hacia la galaxia electrónica. Sólo era esperar...pasaron unos días y esperaba.... Pensó que ese amor estaba tejido de esperas. Porqué aunque lo perdió para siempre; siempre lo esperó.


Llegó Nochebuena y llegaron mensajes; saludos; brindis; ho-ho-ho; la odiosa risa de Papá Noel; del Viejo Pascuero; las luces del árbol; villancicos; el Niño Jesús con su tierna sonrisa trayendo el mensaje de Amor a los hombres... Una Nochebuena que despide a la Nochevieja. Una noche para olvidar tristezas con las risas; la música ; el pan de jamón; las hallacas; las nueces y los turrones. Su espera la bebió en una copa de vino; otra de sidra; otra de champagne... Una tristeza nueva la invadió. Tuvo la ilusión de que el Niño Jesús dejaría con su tierno Mensaje el mensaje esperado en el arbolito. Era eso. Ya no estaba en su vida. Estaba bloqueada; eliminada; borrada totalmente en la memoria de quien quiso tanto. El tiempo y la memoria trabajan juntos; hacen un click en la mente y todo queda en blanco. O tal vez él la limpió de su memoria el mismo día que se fue...
Ya habían pasado demasiados días. Pensó en dos posibilidades; "o no se acuerda de ti; o te recuerda algo pero ya no existes en su vida" Era lo lógico. No esperes más; no vendrá. Ilusa que eres...


Haría un año que le había escrito. Corrieron los días; los meses; Octubre...ese mes estaba unido a su recuerdo. Se fue en octubre. La llamó por única y última vez en octubre. Ingrato octubre... Salió a caminar como todas las mañanas; para bajar su tensión alta; ya eran sesenta que cargaba con sus pies. Sol implacable; calor y una larga avenida. Como todos los días, agotar sus horas en esa actividad, bancos, cajeros, automercados, el ciber para matar su tiempo. La vida se había reducido a eso. Pero aún respiraba; debía cargar la cruz de cada día. La computadora; Internet; Facebook; Instagram; Tweeter; ese era su mundo para rellenar los espacios vacíos, donde uno puede repartir el corazón a muchos amigos. Una poesía allá, un saludo, imágenes, y miró el dibujito de solicitud de amistad y dos mensajes. Abrió primero el del amigo nuevo. Uno más. Quién sería... Su corazón saltó con su cuerpo en la silla. ¡Él!  Era él! Pidiendo amistad. Entonces no la rechazaba. El primer mensaje era suyo. Le dio miedo abrirlo. ¿Qué le diría? Lo abrió...La ansiedad le comía el estómago. No la recordaba pero quería hacerlo. Estaba en línea. Era como sentir su voz. Su querida voz pero en letras. Algo en su memoria comenzó a surgir. Un recuerdo aquí; otro después. Ella lo bendijo. El recuerdo no había muerto totalmente en él. Ya no eran tan desconocidos. Era la resurrección de un pasado añejo pero no muerto. Hoy era como un amigo nuevo pero con un lazo invisible de largos años.


Hubiera querido abrazarlo, besarlo, pero ya no tenía ese derecho; solo un pequeño consuelo de besar su alma virtual detrás del cristal. Sería una diferente forma de quererlo, de estar a su lado. Al menos la vida le debía eso. La eterna espera había terminado. Se despidieron hasta el otro día. Ella se fue feliz. Amaba ese día. Para no olvidarlo. Miró la fecha. Octubre 29. Se repitió: Octubre 29  Conocía esa fecha. Se rió por dentro. La vida le seguía gastando jugarretas. La llamó por última vez un octubre 29 de 1980. El destino los reencontró un octubre 29 de 2015. Misma fecha pero treinta y cinco años después. Era casualidad? O sarcasmo de la vida? Qué más daba!

* "La felicidad es una monstruosidad que se paga"
Gustave Flaubert           




 M José Acuña-Curmaná Venezuela









Bendita coincidencia






Embelesados,
uno en la mirada del otro
saboreábamos la magia del momento
de un encuentro inesperado
que sabía a plan divino.
Profundidad en retrospectiva
como si se tratara de un cuento
advertí en tus ojos
el refugio paciente,
contemplativo y sereno.
Admirados de la química
que envolvía el ambiente
transformados y distantes
del mundo circundante,
la atracción construía puentes
hacia universos nuevos
en conjunción perfecta
alineados nuestros cuerpos.
Sin pensar en consecuencias,
en este instante pequeño
estrechamos nuestras bocas
en un urgente y largo beso.
Y fue otro,
y otro más…
que incursionaban atrevidos…
en profunda intimidad,
la reacción… la entrega…
nos había sorprendido.






Marcela H. Toro-Ushuaia-tierra de fuego-Argentina








Hoy viene la máquina






Hoy viene la máquina
Hoy corta sin lástima.
Desnudo el monte, a pura piel el campo.
El monte se espanta de tanto espanto.
en su habitación no corre la savia.
Ya viene la maquina.
Con un ruido infernal… arremete y pasa.
Desgarra, arrastra y sasa, 
la màs íntima comunión, aire y árbol,
el más claro pulmón que nos ha regalado tanto.
Se vuelan las aves… Hoy viene la máquina,
Arañan el suelo, rastrillan hectárea por hectárea.
Ahí viene el imperio de algunos poderes.
ahí viene el hombre, sus marcas, sus fábricas,
sin pausa, con el deseo fuerte de agrandar sus arcas.
Aquí está su obra en complicidad con la infamia.
De abrir las puertas al extraño.
 De sacar el jugo, llenar su fuente.
Fuente que nunca se sacia.
Hoy muere el bosque y sus ramas mágicas.
El Diseño asimétrico del Diseñador Perfecto.
Él, no le confiere el poder de la palabra.
¡Hablaremos  nosotros!
¡Diremos lo que pasa!

Mirta Córdoba -Argentina                                                        




Escribe poeta


Escribe, poeta.
 Aunque no haya luna ni noche de estrellas,
 sin amaneceres de soles radiantes.
 Cuando calle el mundo. Cuando griten guerra.
No dejes que nada enmudezca tu alma...
.
 Escribe, poeta.
Con la luna llena y con el mar en calma.
 O cuando las tormentas festejen la vida.
Si se seca el campo, cuando no hay floresta,
 dejando tu rastro de amor y esperanza...
 .
Escribe, poeta.
 Con cada dolor que estrangula el pecho.
Lágrimas vertidas en silencio, yertas...
Temores y anhelos. Amores y fiestas.
En partos dolientes cuando el mal acecha.
.
Escribe, poeta.
 Métete en las pieles que se arrugan secas.
 Dibuja tus versos con palabras nuevas
cuando el sentimiento llega por sorpresa
 y te deja ausente, solitaria, hueca...
 Escribe, poeta.
.


Nieves Merino Guerra-Canarias-España




           


Catarsis






Las agujas del reloj detuvieron la marcha justo a las cuatro de la mañana. Manuel a pesar del profundo sueño pareció advertirlo y de un salto bajó de la cama. Caminó hasta la cocina,  tomó un vaso y lo llenó con agua, acercó una silla y se sentó lentamente. Lo bebió de un sorbo. Sus ojos se clavaron en la foto del portarretratos, ahí estaba ella, sonriendo como casi siempre con su gatita Minina. Sus ojos se nublaron y los recuerdos fluyeron como lluvia de otoño. Él todavía la amaba, acaso ¿había dejado de amarla alguna vez? Minutos después, Tom, el angora que era su mascota, se subió sobre sus piernas y lo observaba con un leve ronroneo. Manuel le acaricio el lomo y le dijo ¿vos también estás sufriendo igual que yo? Y el felino se acurrucó como si lo entendiera. Ahora ambos se dirigen a la habitación, el gato se acomoda sobre el cubrecama y Manuel observa el reloj, indica las cuatro de la mañana pero sus agujas están quietas. Qué locura Tom, dice en voz alta, pensar que hace dos años y cuatro horas que estamos solos. ¿Sufrirás lo mismo que yo? No lo sé pero vamos a dormir que empieza otro día. Apagó la luz y se acostó sin pensarlo…el felino se durmió a sus pies.








Pablo Lautaro-Neuquén-Patagonia-Argentina











 Los restos del corazón de Madiga.-XII





Te di mi alma
mi corazón
mi cuerpo, mi todo
y tú,
aunque no lo querías,
te lo llevaste sin dejarme nada
y me dejaste mirando
la sombra de tu adiós
y un fantasma de tu ausencia
que acojona.
Salgo a dar vueltas
por la ciudad
y sin saber como,
llego a las calles de los burdeles
y las puertas se cierran,
despavoridas, las putas,
se esconden
gritando,
ya llega éste con su fantasma,
ya ves muñeca,
las tienes acojonadas.
Me prohíben la entrada a baretos y pubs nocturnos,
las cafeterías
me niegan el café,
todos temen tu fantasma
y pensé en un santero,
y a él que me fui,
para librarme de ti
y tuve que desistir
pues casi me hacen vudú
para librarse de mí,
ya ves a todos acojonas,
y sin embargo,
lo que me jode
es que no entienden
que soy un pusilánime
y necesito de tu fantasma,
pues es lo único que me queda de ti.




Panolillo Díaz- Islas Canarias-España





EL Paraíso







Otro texto es el que escribí, cuando regresé sobre mis propios pasos, para comprobar que el sueño que había tendido sobre el mantel del desayunador, sucedía sin ningún pudor ante mis propios ojos.
La mujer que cada tanto hacía llamadas clandestinas desde una lejana provincia del interior del país, se encontraba sonriente besando los labios del marido de mi amiga, riendo a carcajadas, como saliendo de ver una película del absurdo italiano.
Mientras tanto, mi amiga enterraba sola y sin cortejos fúnebres los restos de su madre; una mujer que había decidido, hace ya mucho tiempo vivir sola, en las montañas de Catamarca.
Ese acto de coraje, ocurrido hace treinta años, fue tal vez el impulso que desató en mí una furia incontenible y sin ninguna duda, atravesé los pocos pasos que me separaban de la pareja feliz y con la precisión de un carnicero despostando su presa, hundí mi lapicera Parker azul, en el espacio que se forma y contiene la nuez de adán del marido de mi amiga, aquella que conservaba desde los quince años para escribir cosas importantes.

“De Retahilos”










Patricia Cuaranta-Rosario Argentina

-Duele



Duele
..hasta llegarte...
El espejo acaricia esta piel de ausencias
que duele…
recordarte : duele
duele
esa canción que te nombra…
duele
este noviembre que te piensa de memoria…
duele
mi equipaje hasta llegarte…
duele
tu abrazo interminable que necesito…
duele
esa balada anochecida cuando tu voz me regalaba un beso…
duele
ese hueco exacto de tu vértice azul que recibe a mi alma de intemperies …
duele
la tinta indeleble sobre el papel de distancias en mis
palabras…
duele
tanto todo ¡!!
hasta la desnudez de mis encajes melancólicos dormidos
para soñarte…



Pilar Ferrer Ushuaia-Tierra de fuego-Argentina




La mujer de la taza de café

Y allí estaba ante mi
la mujer de la taza de café.
Hechizado en su presencia
sentí el milagro del amor
                                                                perdido
en la profundidad de sus oscuros ojos,
y libé directamente de su boca
aromas de vainilla y chocolate.

Sobran las palabras…
profundas miradas
confirman el momento…
y acaricié el óvalo de su rostro
y sus ojos, por un instante,
se cerraron en  aceptado momento.

Tímida correspondencia
orlada de sonrisas y aromas
dulzones de acanelada piel.
Comunión de dos almas
fundidas en lo eterno.

Y así,
en el tiempo y el espacio
intuí la felicidad…
acto de esperanza y fe
sabiéndome hechizado
por la mujer de la taza de café.




Rafael Serrano Ruiz-Madrid-España



Los poetas no duermen


Los poetas no duermen;
solo sueñan los sueños,
que laten en la profundidad del alma,
para que este mundo sea un poco más colorido,
y tus sonrisas más intensas.-
Poetas extra-mundo,
alejados del mundanal ruido,
recluidos en los dominios,
que el amor ha conquistado.-
Y tú;
la vestal que adora,
en inmaculada presencia,
las deidades que flotan,
sobre las olas, el viento, la brisa,
el aliento;
y te haces delicia al espíritu,
que vive en las letras y en las sinfonías.-
Y así eres mías,
pues de los versos no escapas,
estás inmersa en ellos,
y cada letra sabe a ti,
con la delicada fragancia,
que el amor,
a su paso deja.-



Víctor Kartsch Asunción Paraguay




Lista de autores Diciembre






Autor
número
titulo



Ana Romano
61-1
Jabalina
Antonio Monzonís
61-2
La guadaña
Beatriz Ojeda
61-3
Mi mascara desnuda
Beatriz Vielman
61-4
Mudanza
Begoña M Bermejo
61-5
Adonde ir
Carmen Guzmán Cedeño
61-6
Y tras el crepúsculo se enfrío el café
Carmen Leyre Quintana
61-7
Porqué
Diana Luz Bravi
61-8
De Leyenda y el virtuoso
Diego Santiago Cazzaniga
61-9
Traición
Egle Frattoni Romano
61-10
Confesión Premonitoria
Ezequiel Feito
61-11
Una visión
Grissel Canche Albornoz
61-12
Simpleza
Héctor Berenguer
61-13
Sermón de la Nazuna
José Antonio Párraga
61-14
A la mujer malagueña
José Rodolfo Espasa Muñoz
61-15
Tienes la piel…
José Valle Valdés
61-16
Casi en lo yermo
Mary Ramos
61-17
Ven aquí
Mayte Sánchez Sempere
61-18
Poema
M José Acuña
61-19
El regreso
Marcela H Toro
61-20
Bendita coincidencia
Mirta Córdoba
61-21
Hoy viene la máquina
Nieves Merino Guerra
61-22
Escribe Poeta
Pablo Lautano
61-23
Catarsis
Panolillo Díaz
61-24
Los restos del corazón Madiga XII
Patricia Cuaranta
61-25
El paraíso
Pilar Ferrer
61-26
Duele
Rafael Serrano Ruiz
61-27
La mujer de la taza de café
Víctor Kartsch
61-28
Los poetas no duermen