sábado, 1 de noviembre de 2014

Revista N.º 48 - ESPACIO DEL POETA


         Revista  N.º 48 -  ESPACIO DEL POETA
                           
                             REVISTA LITERARIA DE HABLA HISPANA
                                                                                         Noviembre 2014
           



                              Fran Gris                                                                  Equis 2










Corolario






Recuerdos
y su tráfico
tóxico
en la mente
y esto
en aguas bizarras

Bosteza
y cierra la mochila
¿Decidido?
salta
a ese vacío.





Ana Romano-Buenos Aires- Argentina









La sangre negra


Melodía de tu voz
recogida en la distancia,
...para hablarme.

Al amanecer el alba,
esas manos...
llevarán
el rescoldo de la noche
y entre tus dedos...
saldrán,
los caminos de los tiempos
con los golpes...
de tus pechos,
derramando sangre negra
al recoger yo...
tus besos.

El filo de tu cuchillo
cortará...
la hierba fina,
saltando...
chispas del alma
en un asfalto perdido,
los pucheros...
en la cama
llenitos...
de sangre negra.

Antonio Monzonís Guillén- Valencia- España




Ven aquí..



Ven aquí y míralas...
En brotes y renuevos...
Mariposas vaporosas
Dulces estrepitosas
cual fogata inclemente...
Vienen indecorosas
Y crean en su vuelo
Un miraje las mariposas...
Ya no me sonrías rosas...
deja de aletear tu juego...
Porque soy de verdad fuego
Y tu eres la estopa...
que arderá en sus alas...
Y te volverás la miel
en la lengua de sus deseos...
Y yo...Inocente...
te veré cual anima penitente
abrasado y ardiente...
En sus incendios nuevos...




Mary Ramos ( Artesana de versos) -Barquisimeto -Venezuela


Mujer

tienes la gracia de una gacela
dulce eres como la ambrosía
acaricias burbujas de amor
en tu mirada sueño
la sinfonía del mar
tempestuoso
ligero,
arpegio de baladas es tu cuerpo confeso.

Transitas por la mística acariciando estrellas
y te vas al encuentro de los magos
que iluminan cada noche tu colmena
.
Maga del imperio de las ninfas
te busco en cada hora caminando mi vida
te espero en mi ventana
te añoro
te suspiro
ansiando que tengas para mí
un quizás todavía
del amor escondido
que espera en la quimera del sol
en la plateada sombra de la luna
vacilante y esquiva.

Beatriz Ojeda-Montevideo -Uruguay







En tus ojos…
y en tu boca,
habitan submundos,
caligramas que el poeta
quiere descifrar.

En tus ojos…
y en tu boca
duermen periferias
de letras ignoradas,
donde se pasean los poemas
de amores furtivos.

¿Y qué del amor si es marginado?
¿Y qué del amante si es condenado?

En tus ojos…
y en tu boca,
yacen pinturas abstractas
que sólo sabemos interpretarlas
al mirarnos… y al besarnos.

Es entonces,
cuando el suburbio aflora,
y canta en el compás de un tango.
La mujer de la falda abierta
deja la penumbra para ser luz,
y el hombre del traje oscuro,
blanquea en su pañoleta
su relación de dos por cuatro.

En tus ojos…
y en tu boca,
habitan acordes
de quejosos bandoneones,
de guitarras encintadas,
de voces de humo y café
que recitan su canción de olvido.

En tus ojos…
y en tu boca
poblados de adiós…
hay un vuelo insensato
que encuentra en el recuerdo,
un presente pleno
de melodías y poemas.

En tus ojos… me reflejo
En tu boca… florecen mis versos.
Carlos Alberto Giménez- Ushuaia- Tierra de Fuego- Argentina





Una lágrima…una risa!!



Ella rueda lenta imparable, sobre pómulos
 Que simulan una sonrisa, para en sus pliegues
Intentar retenerla...

Cálido entorno de silencios huecos
Afuera llueve, llora el cielo
No sé si se duerme o fallece
Mi bucólica ausencia...incongruencias que tiñen
los versos de poltronas nostálgicas...

De quien es este verso triste?
¿A donde fue a parar la risa?

Tal vez se fue a una subasta
Donde vendan alegrías, pues en amago de alborada
Sintió que ya la perdía…

En el delta de algún río de corrientes alborozas
Se sumergieron la lágrima y la sonrisa
Retozando entre las aguas, buscándose entre las piedras
Devolver en plena luna gibosa de algún agosto
La risa que en una triste poltrona la espera una gitana…

Afuera llueve el cielo, se va llenando el silencio
Y se escucha allá a lo lejos, una risa en caravana




Carmen Guzmán Cedeño-
 Cumana-Edo- Sucre- Venezuela




Árbol



Mis pies son raíces
hundidas en tierra,
los brazos dos ramas
que abrazan quimeras,

el torso un tronco
sostén de tristezas
y al norte la cama
que al miedo acogiera.

Arbusto errante
de sueños y ganas,

de sombras constantes
sujetas al alma,
que bien atesora
la savia ardorosa
capaz de adorar
y también de aplastar
a la flor más hermosa.


David Reverte López-Alicante -España


Estoy segura, yo estuve con Lorca

Estoy segura, yo estuve con Lorca. En algún momento, en algún lugar. En la apoteosis de una  realidad paralela, entre los pliegues del tiempo desdoblado, en la niebla azul de las moléculas danzantes.
Sin que yo me diera cuenta de lo que pasaba, empecé a saber cosas que no podía explicar. Ahora lo pienso en voz alta: los hechos dispares y curiosos de mis siete años, ¿una declaración profética de mi vida? No puedo responder.
Claro que mi mamá me hizo examinar por médicos y me llevó al psicólogo, consultó bibliografía al respecto, que  no había mucha entonces, y visitó videntes y nigromantes.
Empezó  un martes.   Soledad, mi  maestra de segundo grado, llegó con los ojos rojos y escondiendo las lágrimas, comenzó a escribir la fecha en el pizarrón cuando  me levanté  sin permiso y, dirigiéndome al todo el curso dije:
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca…
Los ojos de la maestra se hicieron redondos como los ojos de las lechuzas. Abrió la boca muy circular y girando las  manos como  esferas,  ordenó que me sentara inmediatamente. Me preguntó de donde había sacado todo eso, y claro, no pude responder.  El resto del curso contuvo risas y resoplidos.
Al día siguiente había gimnasia para las niñas.  Fuimos caminando al río. La playita que hoy es rambla Cataluña, jugamos al voley en la arena. Un barco cercenó el horizonte  rompiendo la mansa hondura del canal. Entonces, corrí, y tirando del rompevientos azul de la maestra le dije que:
Verde que te quiero verde
verde viento verdes ramas
el barco sobre la mar
el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura 
ella sueña en la baranda 
verdes carnes, pelo verde
su cuerpo de fría plata.
La maestra sorprendida, me preguntó de donde había sacado eso y otra vez, no pude responder. Alborotada por mi falta de disciplina desarmó el partido y a la orden de formar fila volvimos remontando la bajada Puccio, mientras mis compañeros me colgaban  diferentes blasones de malas palabras.  Llamaron a mi mamá entre gritos y susurros de que yo estudiaba poesías, pero había algo raro,  era atrevida y procaz.  Me felicitaron entre dientes pero  advirtieron que mis actitudes eran confusas. Si esto continuaba se aplicarían medidas disciplinarias.
Todo  terminó cuando la prima Irene cenó en casa y la familia se quedó hablando por lo bajo a la hora de la copita de moscato. Entre las miradas cómplices, los murmullos y los ceños típicos de lo prohibido;  ante todo aquello de lo que no se hablaba,  yo aparecí corriendo por  las escaleras y les dije que
Y que yo me la llevé al río 
creyendo que era mozuela,
 pero tenía marido. 
Esta vez mi mamá no me dejó terminar, me agarró de un brazo y me retó gritándome entre zamarreos.
Y después ya no me acuerdo, no sé si fue por los médicos y los psicólogos, si fue por todas las lecturas sobre el tema o por los embates de los visionarios y las hechiceras.
Pero de algo estoy segura, yo estuve con Lorca. En algún momento, en algún lugar. En la apoteosis de una  realidad paralela, entre los pliegues del tiempo desdoblado, en la niebla azul de las moléculas danzantes.

Diana Bravi- Rosario- Argentina










Lágrima ardiente






Mi lágrima ardiente quema el suelo
y mi pecho herido es alberca de dolencias
que ha dejado mis ojos marchitos.
Mi lágrima ardiente quema el suelo
y las faenas del tiempo me pinzan los brazos.
Mi lágrima ardiente quema el suelo.
El brillo de mi pecho quedó destrozado.




Diego Miró Quesada mejía- Lima –Perú










Puzzle





Si mi vida fuese
un rompecabezas,
la re-armaría
dejando que sobren piezas.

Quien tenga la buena
voluntad de tomarlas,
no me las devuelva,
quédese con ellas
porque tal vez sean las
que le estén faltando
para acompañar
mi vuelo.



Diego Santiago Cazzaniga- Rafaela-Santa Fe- Argentina





 Laetitia

Desde lo profundo, cuando me acuerdo de ti, mi amada,
mi corazón se va llenando del más puro bienestar;
tu dulcísima alegría ennoblece mis jornadas
poniendo en mis ásperas manos, de tu amor la suavidad.

El olvido no te cubre, la tierra siempre es escasa;
no está tu nombre en mis labios y tú conmigo ya estás.
¡Cómo duele tu recuerdo mientras todo grita a voces
que tu cuerpo se ha deshecho, que tu voz callada está!

Entonces, los que a mi lado se acercan a consolarme,
me indican, en otro idioma, que todo debo olvidar.

Mas mi alma cada vez que se acuerda de ti, amada,

a mi corazón va llenando del más puro bienestar.


Ezequiel Feito-Buenos Aires- Argentina



 La Hechicera


La Hechicera germinada por la región verde de la Tierra
funde palabras ardientes
                                                imágenes
                                                               fuegos estelares
en las  misteriosas  esferas de los trópicos
Allí  en el mundo vegetal y vivo
                                                       las aves luminosas de las manos
mezclan torrentes de estirpe oscura

En  la memoria  remota las musas del café
                                 grano a gota
crían el verso gris en el borde de la tarde

La Hechicera
                        ataviada con hojas y amplias sedas brunas
combina  nieves luces comarcas tropicales
y así llama palabras al mantel y el Mago
                 demanda las manos fascinantes
entre  perfumes de café
                                                memorias encubiertas
                                                                                                 y  períodos siderales



Fran Gris-Santiago de Chile- Chile
Cuento fantástico


 Fue en una noche sin luna, cuando aquel lugar abandonado por años, volvió a abrir sus puertas para recibir a su nuevo dueño, los relámpagos que provenían de una tormenta no muy lejana, alumbraban los muebles y otros objetos raros que eran introducidos al interior del lugar.
-Por favor, tengan mucho cuidado con ese espejo-
-no vayan a tirar esas cajas, bájenlas despacio- La voz era suave pero a la vez enérgica, y daba un cuadro de escena antigua el ver trabajar a los cargadores en silencio. Un día después, la inauguración atrajo la atención de la gente en su mayoría adulta, dado que se trataba de una tienda de antigüedades.
-Adelante, buenas tardes, sean todos bienvenidos-
 En un momento, aquel lugar iluminado por una tenue luz, se llenó de susurros y exclamaciones de admiración.
-¡pero que hermoso cuadro, el estilo barroco es mi favorito!-
-¡Mira madre, en el fondo hay un espejo precioso!
-Ve a verlo, en un momento te alcanzo-
 Al acercarse, la expresión de doña clara, fue transformándose extrañamente.
-Qué raro, (pensó) por un momento sentí que alguien me miraba dentro del espejo-
 Un gélido aire invadió todo el lugar en ese momento, un escalofrío les recorrió el cuerpo al mismo tiempo.
 Las luces se apagaron de pronto y en un instante, doña clara había desaparecido.
-Madre, madre ¿dónde estás?-
 La gente se miraba desconcertada y con prisa empezaron a abandonar el lugar.
-Por favor no se vayan, ayúdenme a buscar a mi madre, ¡¡por favor!!- Pero la sensación de miedo, hizo que nadie se quedara en el lugar.
 Al llegar la ayuda policíaca, no pudieron hallar al dueño del local.
 Se registró todo por dentro y en los alrededores, pero de doña clara y el dueño no se supo nada. Su hija estaba desconsolada, la tuvieron que llevar obligada a su casa para que descansara de tanto llorar.
-No se preocupe, ella va a aparecer, nadie desaparece solo porque si- Sin embargo, al llegar los detectives a la mañana siguiente…
-No puede ser, ¿dónde está todo? ¡Esto es imposible!-El local se encontraba nuevamente en total abandono, como si nada de lo ocurrido hubiese sido real. Y al mismo tiempo, en otro lado del mundo, la escena se repetía y la casa de antigüedades de nuevo cobraba vida.
Grisel Canche Albornoz-Mérida –Yucatán- México



Por que lloran los sauces



Los huaiques cubrían las márgenes de nuestros arroyos, desde tiempos muy remotos. Era una especie autóctona que no conocía otro nombre, hasta que no hace mucho vinieron los europeos y la llamaron sauce colorado. Cuando los botánicos se pusieron a estudiarlos, volvieron a bautizarlos: Salix chilensis.
Pero a ellos no les importó la cuestión de los nombres. Un árbol prefería llamarse huaique y un sauzal huaiquequén, de donde con el andar del tiempo le quedó el nombre a un río: Quequén.
Si los europeos sólo hubiesen traído nuevos nombres para viejas cosas, los huaiques seguirían dando sombra, leña y medicina, inclinando sus ramas verdes hacia el agua que nutría sus raíces. Pero muchas otras cosas trajeron, entre ellas los caballos, con los que el indio amplió su horizonte, antes limitado a la lentitud de los pies.
Las sierras tuvieron pobladores del norte, del oeste y del sur, que se fueron emparentando y no siempre de manera amistosa. Del este, por el océano, llegaron los nombradores que ya nombramos y hubo siglos de mezcla menos amistosa todavía.
En ese tiempo fue que vivía por esta zona una tribu, puelche de origen, tehuelche por parentesco, mapuche por idioma, creencia y costumbres. No habían perdido del todo su contacto con los paisanos, como les decían ellos, que poblaban la Patagonia. Tehuel significa bravío y che, gente. Pero para los serranos, tehuel era el sur desconocido, de donde provenían sus ancestros. Recorrer esas distancias llevaba semanas, con buena suerte. La tribu no recordaba que ninguno de sus miembros lo hubiese intentado. Sí sabían de muchos de sus parientes que venían del otro lado, pero sólo en tránsito y casi como desconocidos. Trababan amistad por muy poco tiempo y luego los veían partir, como extraordinarios jinetes, arreando hacienda en un desfile ensordecedor. Detrás solían pasar los blancos, persiguiéndolos. No siempre estos extraños trataban bien a los serranos, porque para ellos debían ser indios sospechosos, como los que se habían marchado con sus vacas.
Los huaiques, anclados junto al agua, veían pasar a unos y otros, para el norte o para el sur, les daban sombra y leña y los escuchaban hablar, muchas veces sin comprenderlos del todo.
Lonco era el jefe de la tribu serrana y tenía un hijo, al que había enseñado desde muy niño a montar por la izquierda, los secretos de la caza y el manejo de la lanza y las boleadoras. Lonco significa espiga. Así había sido el jefe en su juventud y así era ahora su hijo, que se llamaba Nehuén, fuerte.
Nehuén había crecido con los ejercicios más exigentes, delgado y duro para cualquier faena, y era un jinete que no envidiaba a los que veía muy de tanto en tanto bajar de las sierras.
Salía a cazar con sus compañeros y una vez regresó con el cuero de un venado tan hermoso que se le ocurrió utilizarlo para una cincha. Su madre estuvo de acuerdo, se lo tiñó de rojo y lo cosió con los mismos tendones del animal. Con tanto empeño había trabajado su madre que a Nehuén le pareció bien reservar esa cincha para alguna ocasión importante, cuando tuviera que montar como hombre que enorgulleciera a los suyos.
No debió esperar mucho, porque uno de esos días volvió a ver a los tehuelches que cruzaban hacia el norte. Los serranos les dieron comida y un lugar protegido entre los cerros, para los animales, mientras estuvieron entre ellos.
Al recibirlos cuando volvían para el sur con el arreo, Lonco le explicó a su hijo que debía seguirlos, porque era hora de buscar una hueche, una joven de su edad, entre las hijas de los jefes tehuelches. Ya estaba arreglado el matrimonio y la elegida era Huépil, que significa arco iris.
Mientras el padre le explicaba las dificultades del viaje y los deberes que iba a contraer con el matrimonio, Nehuén, sin contradecirlo, se entristecía porque estaba obligado a abandonar su hogar y al mismo tiempo se entusiasmaba por la aventura y por esa desconocida que tenía un nombre tan luminoso. En su imaginación, esperaba que lloviera para contemplar el arco iris, por ver si descubría cómo sería ella.
Pero los jefes apuraron la partida y Nehuén montó su mejor potro, que él mismo había amansado, ajustó el recado pampa con la cincha de venado que su madre le había teñido y se fue con ellos, tras una despedida tan rápida que no alcanzó a entristecerlo. Detrás venía una partida muy numerosa de españoles, mejor armados y más rápidos que los indios, a los que la hacienda demoraba.
En medio de los gritos y mugidos, al caer la tarde del día siguiente se disponían a cruzar un arroyo. Los huaiques los vieron llegar, como una polvareda que se iba agrandando hasta el cielo y un temblor que sacudía sus raíces. Más lejos, descubrieron otra nube que se les acercaba por detrás y los alcanzó en la bajada hacia el agua.
Los españoles avanzaron enérgicos, cerrándoles el paso, y atacaron con una descarga que pobló el aire de silbidos y de un humo agrio que los huaiques no conocían. Los tehuelches organizaron la defensa y replicaron con valentía, con boleadoras y lanzas, tapando los estampidos con sus gritos. Mandaron  adelante a los mejores jinetes con la hacienda, mientras se enredaban con los perseguidores en una lucha sangrienta.
Los huaiques absorbieron el agua enrojecida, vieron alejarse hacia el sur la polvadera y en las barrancas del arroyo fueron testigos de la matanza de muchos indios y españoles, hasta que quedó un puñado de cada uno de ellos. Nehuén se mantenía en pie, pero su potro encinchado de rojo estaba tendido sobre el pasto. Un blanco se acercó, levantó la mano derecha y se oyó otro estampido con olor agrio. Nehuén cayó sobre el caballo, quebrado como una espiga segada. A su alrededor quedaban otros muertos, de los dos bandos.
Unos pocos tehuelches lograron montar y galoparon detrás de los suyos. Los españoles, también en escaso número, recogieron algunas armas y regresaron hacia el norte.
El hueiquequén, esa noche, veló en silencio a los que quedaban inermes sobre el campo. Entre ellos estaba Nehuén, que ya no regresaría a su hogar ni podría contemplar su Huépil, ni siquiera cuando la lluvia se transparentara contra el sol.
Algunos árboles no pudieron contener las lágrimas, que desde entonces gotean cuando recuerdan ese día en que las aguas cambiaron de color.
Con el tiempo, los nuevos habitantes los llamaron sauces llorones y por supuesto que detrás de ellos vinieron los botánicos a rebautizarlos: Salix babilónica, les pusieron, creyendo que se trataba de una especie distinta de la anterior.
Un jinete de paso encontró al borde del agua la cincha de Nehuén, y desde entonces ese arroyo se denomina Quelecintá, que en araucano significa cincha colorada.


Jorge A. Dágata- Barcalce- Argentina




Corazones









Buscaba corazones en la plaza. Había bajado la marea. Encontró tres: el primero blanco, brillaba en el ojito cálido de la restinga; el segundo fue rojo, entreverado entre las algas; y el tercero casi negro, muy tibio aún.
Creyó que los tres eran tuyos: tu forma sígnica de comunicarte a la distancia.
Pero vos te encontrabas insular, como siempre, en la lejanía de los mapas interiores.
Ninguno era tu corazón. Ya no lo tenías.






 Lilí Muñoz. Neuquén. Argentina













Soneto del alma







Hoy, las nubes propagan la tristeza
desmembrando una cumbre de borrasca,
asediada me pide que renazca
el versátil rigor de una corteza.
Soy quebracho maduro entre la selva.
Misionera, estandarte, mal herida,
han talado los sueños de mi vida,
marchitando las verdes madreselvas.
La conciencia adormece en su reposo.
El veneno penetra en mi existencia,
impulsando las aspas de su acoso.
En la sequía que brota sin pereza
y me sumerge en un cielo riguroso,
despojando de mi alma, su belleza.






Liliana Farah- Rosario- Argentina





Ansias de alas

Oigo mi corazón latir,
las calles fluyen ,

la noche llega en calma ,

hombres van y vienen,

seres sedientos,

de cálidas palabras ,
de miradas que no acusen.

El mundo debería ser mas reconciliable,
entonces lo cotidiano seria mas asequible.

Tengo ansia de ponerme alas ,
de invocar con mis labios una gracia,
de agradecerle a Dios ,

cada mañana ....

Mas a veces me faltan las palabras,
Sé que tu has visto mis tristezas,

y conoces mis silencios vivientes,

y en sombras me dormía como niño .

La noche sigue llegando en calma,
los hombres siguen sedientos,

es la sed de Dios ,

de un mundo mas amable ,

de un mundo mas humano.

Mas cuando los hombres dejamos de ser niños.
no creemos ni en Ángeles ni en hadas,

se trafica con Dios y su palabra .

Mi corazón late,

la luna se cuelga en mi ventana,

la brisa invade mi habitación,
tengo ansias de alas.

María Isabel Campos Quijano – Santander- Colombia




Hubo un tiempo efímero





Hubo un tiempo efímero,
en el que mi voz de poeta cantaba vacilante.
Los versos más inútiles se arrugaban en las páginas
estrujadas rodando por el suelo.
No había inspiración suficiente que se convirtiera en canto nuevo.

En cada vuelta de esquina el viento me arrancaba escalofríos.
Sobrevinieron tiempos nuevos que mitigaron mis dolores
y renovaron mis sueños entre silencios confinados.
Mi boca despidió tu nombre, con un grito silente,
renuncié a todo el dolor de tu ausencia en mi presente.
Y fue el regocijo de volver a encontrar a mi musa
y regalar con mi voz odas de júbilo a los enamorados.



Marcela H. Toro - Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina.




La luz de tus ojos


Ya no queda en mí hueco álamo,
para llenarlo con los misterios de tu amor;
ni en mi mente deseos de presencias,
de hogueras infinitas de pasión;
de aquellas con palabras que se extinguen,
flotando en el aire con tu nombre.

Evocaré al viento tu presencia,
que renueve mi volcán dormido, inerte;
y bañándome en el oscuro mar del silencio,
escucharé las lágrimas de un verso,
que me hable entre susurros, de ese amor que ahora no tengo.

Subiré al firmamento de tus ojos, levitando en sus destellos;
con su verdor luz fugaz, de guiños cuando la veo.
Acortando distancias de este inmenso desierto,
entre tus ojos y los míos, en oasis de deseos.

La luz del alba con sus rayos palidece,
el crepúsculo detiene su agonía;
y las almas la andadura errante,
para ver la claridad de tus pupilas.


Marga Utiel- Badajoz- España


Terciopelo Morado

Terciopelo morado, túnica gastada y espinas clavadas en el corazón, el calvario toca a su fin, ya las campanas no se desgañitarán tocando silencios ni sus ecos quedarán en el olvido, la luna se viste de gala y las estrellas cerrarán filas para dar la bienvenida a una primavera cargada de ilusión. Dolor callado que por fin grita, corazón dolido que sangra sus penas pasando del martirio de la incomprensión al regocijo del entendimiento. Amor que buscaba amor, ha sido encontrado en la inmensidad de su dulzura, pasión que escondía sus armas blande la espada de la victoria y doblega la frialdad con el fuego que da calor al corazón. Llama que enciende la vida, hoguera que alimenta el deseo y apaga la desazón, da sabor a la esperanza que, antorcha en mano, ilumina el camino para ayudar a reemprender la travesía. El velero extiende sus alas y a todo trapo navega por los mares que el porvenir ha llenado, en sus bodegas ríos de ilusión alimentan los sueños que comienzan a surgir de sus silencios creando una dulce melodía que acompaña a la brisa marina que empuja las velas. ¡ Boga bergantín, cargado de anhelos, grita al viento tus deseos que la savia del mar cargará de emociones tus vivencias y dará fuerza a tu tesón, corta las olas y deja a tu paso todo el dolor de tus requiebros que el amor llenara de vida tu alma y quedará limpia tu cubierta de morralla!. Peces vivos acunarán tus sueños y un coro de sirenas ahuyentarán aquellos malos espíritus que, pegados a la quilla del barco, intentaban anclarlo en las profundidades de la envidia y del rencor. Corre, vuela, brinca, corazón desbocado cómete el mundo a dentelladas, el banquete acaba de empezar. Lograrás saborear las mieles del triunfo y disfrutarás de la satisfacción de haber vencido al miedo, dándoselo a quien lo provocó. Atrás queda la amargura, playa de soledad que ansiaba tu retiro y al frente se eleva majestuosa, la verdad. Torres bien formadas flanquean aquel castillo de sueños que querías conquistar, fortaleza real que protegerá de cualquier ataque tu alma y dotará de mejores defensas a tu dulce corazón, del que no sale maldad. Tu guía, mirada embrujada que espera ansiosa verse reflejada en los ojos de esa ilusión enaltecida por el amor que brota del corazón, vigila que el camino tenga brillo y claridad ayudado por rémoras que limpian cualquier brote de desidia. Tiburón blanco de alma enamorada que sale a la superficie después de esquivar el arpón que quiso atravesar su razón dando casa/a la verdad para cocinar con su silencio una mentira orquestada.

Miguel Urbano Peralvez- Córdoba- España





El silencio respondió



Estamos aquí…
Uno al lado del otro
Mirando el mismo mar
Cobijándonos, bajo el mismo cielo
Y Abrazándonos  un frió intenso.
Cuanto esperábamos este momento,
Tanto  que decir
Y ahora un mudo silencio
Habla por ti.

¿Que paso?
¿Que cambio?
¿ Porque nos alejamos así?
¿Dónde es que  nos perdimos?
¿Donde se quedo el amor?
¿Dejamos  marchitarlo?
¿O  la monotonía nos conquisto?...

¿Porque no  hablas?
¿Sera que tengo razón?
¿Responde. .. no  tienes nada que decir?...

Comprendo… todo termino 

Nancy Salas Aquino-México







...recordando….. el puente de Triana





Una gitana me dijo
…caminando por Sevilla
que me iba a enamorar…
de un caballero…en Triana.............
cartas de cuentos en versos
con historias de distancias…
que el mar….....sería testigo
amor que nos separa…........

"Son bellas...............
….......e historiadas,
son lejanas y cercanas,
a veces rojas y azules........
…....cremalleras y botones
con amor y alevosía.........
…....llena de felicidad
de paraísos soñados........
de ilusiones muy amadas
…......de boleros deseados
de cielos …..................
….........también de infiernos
de los soles y las lunas
de muchos puentes y ríos
….....y creo que es una feria
pero no de vanidades........”

No sé si son los infiernos
que hacen que tanto extrañe
…con lunas de noches claras
o el sol por la mañana...

Recuerdo aquel vestido
…aquel vestido de seda
que de satén era la falda
....en una noche soñada…
…y como....dijo la gitana
que con besos sacarías
en gozos y sin vanidades
...ferias de trigo fresco
que tus manos desabrochaban
…en noches de alevosías….

……”y estamos en primavera
…...................pero tú
mi señora.......................
de tantas historias bellas
…......y jengibre almidonado
y por ser tan especial.........
…......te dedicaré ….
…..todos mis sueños
porque te quiero................”

Ay corazón mío ¡!
...porqué serán las distancias?
porqué será que te quiero?
...que cuando tanto te extraño
me visto de nardos blancos…
de zorzales que tanto cantan
y de calandrias...cuando te amo
…hoy me pondré las alas
de paloma solitaria
para decirte:…
.....….. te amo
como siempre en el mensaje
con tina azul...sobre papel blanco.

“Sé.......................................
que hay empatía en los dos
siendo un dúo de poetas......
transformándose en un nudo
…...de emociones encontradas
con los pistilos del cáliz...........
…...de todos los lirios blancos.”

Ay amor mío ¡!
Cuánto, cuánto te quiero
y como dijo la gitana
…cantamos la misma historia
...de poetas encarcelados
de palabras anudadas
con el alma enamorada…..
encaramadas en magia.

“Golondrinas de verano..........
las de rabadilla blanca........
…...las que adoro por el día
a la sombra de aquel árbol
que me ruega y que me implora
…......... la libélula dorada
porque de noche no duermo
y es ahora............................
que ya van surcando el cielo
…........con su silencio gentil
y el vuelo, vuelo, que vuelo,
que ni las flores de abril.....
que van luciendo sus pétalos,
hacen que toquen el suelo....”

Ay cariño mío ¡!
En esta ausencia de tus manos
como golondrinas en vuelos
me voy a tus veranos
y como libélula dorada
te amo desesperada....
...sólo tengo de tul y encaje
…ese pañuelo blanco
que cuando nos despedimos
humedecido de aroma estaba
de mis lágrimas y tus cantares
…de abriles y de yerba-buena
…y como dijo la gitana
en el puente sobre el río
…a la Virgen de las Plegarias
le doy mis rosarios en llantos
pidiéndole que estés a mi lado
…yo se que llegará el día
en que los dos sigamos amando
…y otra vez...
romero en mano
.....desabrochándonos el alma
nos fundiremos en un abrazo
...…..abrazo tan esperado!!!
y esta vez ...
como el río…....
en la noche durmiendo calma
conjuros de encanto y magia
volveremos....
ya en cercanías
amor eterno bajo la luna
...jurarnos...
la madrugada....
...este amor ...
sobre el puente de Triana.

Pilar Ferrer- Ushuaia- Tierra de Fuego- Argentina









No mires atrás










-No mires atrás- me decía cada vez que escapábamos a la carrera de la cueva.
¿Por qué ese día tuve que darme vuelta?

Era una excavación abandonada, fría y oscura, con olor a humedad. Sólo se escuchaba el sonido de una gota que encharcaba el suelo, multiplicado por su propio eco. Entrábamos a explorarla siempre con la sensación de que algo o alguien nos acechaba. Aunque nos infundíamos coraje, uno al otro, llegaba un momento en que el miedo nos superaba y corríamos hasta quedar sin aliento tirados de cara sobre el pasto. Era un juego de chicos inquietante y divertido. No sé por qué ese día tuve que mirar atrás.





   Silvia Rodríguez- La Plata- Argentina









En la tierra de los poetas:




En la tierra de los poetas,
un lirio se abre,
con la certeza de que sus perfumes,
se harán aroma leve en el valle,
en esas horas,
en que el sol piensa dormirse,
y la bruma y los reflejos,
le nublan los ojos.-
En la tierra de los poetas,
campea el alma,
y tomado de la mano con el corazón,
juega a los versos,
para que la piel se erice,
y alguien suspire seducida,
con las alentosas palabras,
de algún forastero,
que mueve sentimientos y sabe a insomnio.-
Es la tierra donde convergen,
los sueños de Espronceda, Neruda, Ortiz Guerrero,
volando barriletes becquerianos,
y trayendo del fondo del mar,
los cantos enigmáticos de storni,
en esa cabalgata que arreando estrellas,
se hace un cielo de sublime belleza.-
Es la tierra de los poetas,
a la cual he de admirar;
absorto y extasiado,
mientras tú me tomas de las manos,
para que cada verso,
sepa a Espronceda, Neruda, Ortiz Guerrero,
volando barriletes becquerianos,
y trayendo del fondo del mar,
los cantos enigmáticos de Storni.-
                      
Víctor Kartsch Brenh-Encarnación- Paraguay










Ruego a la palabra






Que nunca mi discurso deshumanice
No cauce mi palabra ni pena ni dolor
Nunca lleve la injuria del hambre a los otros
Que mi boca
consuma su pasión y se consuma
en el dolor-amor de darse toda
Que crea en el mensaje de sus dioses
De su pequeño dios que nombra Cristo
Que sean mis ideas luminosas
Para toda la Tierra
¡Ah…! Nunca mis palabras
Se ahoguen en sí mismas




Violeta Herrero- Salta- Argentina











LISTA DE AUTORES Noviembre





Autor
número
titulo






Ana Romano
48-1
Corolario
Antonio Monzonís Guillén
48-2
La sangre negra
Artesana de versos( Mary Ramos)
48-3
Ven aquí
Beatriz Ojeda
48-4
Mujer
Carlos Alberto Giménez
48-5
En tus ojos…
Carmen Guzmán Cedeño
48-6
Una lágrima una risa
David reverte López
48-7
Árbol
Diana luz Bravi Torras
48-8
Estoy segura, yo estuve con Lorca
Diego Miró Quesada Mejía
48-9
Lágrimas ardientes
Diego Santiago Cazzaniga
48-10
Puzzle
Ezequiel Feito
48-12
Laetitia
Fran Gris
48-13
La hechicera
Grissel Canche Albornoz
48-14
Cuento fantástico
Jorge D´Agata
48-15
Por que lloran los sauces
Lilí Muñoz
48-16
Corazones
Liliana Farah
48-17
Soneto del alma
Mabel Quijano
48-18
Ansias de alas
Marcela H Toro
48-19
Hubo un tiempo efímero
Marga Utiel
48-20
La luz de tus ojos
Miguel Urbano Peralvez
48-21
Terciopelo morado
Nataly
48-22
El silencio respondió
Pilar Ferrer
48-23
Recordando el puente de Triana
Silvia Rodríguez
48-24
No mires atrás
Víctor Kartsch
48-25
En la tierra de los poetas
Violeta herrero
48-26
Ruego a la palabra












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